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Para los traductores de alemán

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WORTSCHMIEDE
La escritura del traductor, 
entre oficio y arte de la palabra

Taller internacional de traducción literaria alemán-español/español-alemán centrado en la escritura creativa del traductor. Pueden postularse traductores profesionales de la Argentina y de todo el ámbito hispanoparlante, así como de países de habla alemana. Tendrá lugar en la ciudad de Buenos Aires del lunes 05 al sábado 10 de mayo de 2014.

Un proyecto concebido por el Goethe-Institut Buenos Aires y la Casade traductores Looren (Suiza) en el marco de la 40. ° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Con el apoyo de la Fundación El Libro, la Fundación AVINA(Suiza), la Feriadel Libro de Frankfurt. Adhieren el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, la Fundación TyPA y la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacionalde Tres de Febrero.

Convocatoria abierta hasta el 28 de febrero de 2014.

(Además de los traductores mencionados pueden postularse editores argentinos especialmente interesados en la traducción de literatura contemporánea en lengua alemana para participar de algunos módulos específicos. Ver abajo condiciones de postulación).

Si la escritura de un original implica traducir un mundo posible, la traducción literaria no es mera cuestión de dominio de dos lenguas y oficio: la traducción literaria requiere, además, una ductilidad (¿creatividad?) difícil de medir según parámetros fijos. De cara a su creación, el traductor se enfrenta con un doble fantasma, el del autor y el suyo propio: todo lo que ha leído en su vida, todo su consciente e inconsciente, todo lo que lo rodea, su mundo sensible.

Reproducción, copia, versión. La traducción suele quedar definida por su vínculo con el original previamente existente. Los conceptos de fidelidad y equivalencia, baluartes de las teorías tradicionales de la traducción, le otorgan un rango secundario: segunda en orden y nunca principal. Sin embargo, la traducción es un texto autónomo que debe vérselas por sí mismo en la literatura de la lengua meta.

Este encuentro organizado por el Goethe-Institut Buenos Aires y la Casa de traductores Looren (Suiza) retoma la experiencia de años anteriores en la realización de talleres prácticos de traductores y encuentros internacionales, pero centra la mirada en la figura del traductor como autor de su versión y en la edición literaria de traducciones.

Tomando como base el análisis práctico de textos en los que se encuentran trabajando los participantes, se propone reflexionar sobre aspectos como la lectura del original, la versatilidad, la poética, el sonido de la traducción, la cohesión de la versión final, la literatura como teoría de la traducción, las estrategias de escritura y formación de escritores. Prevé, a su vez, charlas abiertas al público y el intercambio con otros actores del mundo editorial, como editores y autores, durante la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, así como una actividad conjunta con la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacionalde Tres de Febrero.
La escritura del traductor es un aspecto que no suele tener cabida en los programas académicos. El objetivo es seguir dando visibilidad a la figura del traductor literario como un actor crucial de las literaturas nacionales y de su traslado a otras lenguas, promover su formación continua y el desarrollo de una red a escala latinoamericana que se encuentre en un vínculo de ida y vuelta permanente con el mundo literario europeo.

Condiciones de postulación:

1.       Pueden postularse traductores profesionales del alemán al español de la Argentina y de todo el ámbito hispanoparlante, así como traductores del español al alemán (posiblemente dos vacantes en este último caso), con experiencia de publicación en los campos de prosa de ficción, poesía, teatro o ensayo literario.

2.       Se requiere contar con al menos un libro traducido y publicado.

3.       También se recibirá la postulación de editores argentinos que estén especialmente interesados en la publicación de literatura alemana contemporánea y que deseen participar de algunos módulos específicos. En este caso, es suficiente con comunicar su interés y antecedentes dentro del plazo de la convocatoria.

4.       Los traductores elegidos se comprometen a participar de todo el taller, jornada completa. Asimismo deben estar dispuestos a analizar el material de trabajo en las semanas previas al taller.

5.       La participación es gratuita y se ofrecerá a todos el almuerzo durante el taller. 

6.       Los traductores seleccionados que no residan en la ciudad tendrán cubierto además el traslado a Buenos Aires desde sus lugares de residencia y una pequeña ayuda para el alojamiento.

Enviar consultas y postulación con el asunto “Wortschmiede” a textkabinett@gmail.com (Coordinación: Carla Imbrogno) con copia visible a Programm@buenosaires.goethe.org y a info@looren.net 

Adjuntar:

1.       Biografía que incluya lista de publicaciones.

2.       Breve carta de motivación.

3.       Cuatro (4) páginas de una traducción actual propia que todavía no haya sido publicada (prosa de ficción, poesía, teatro, ensayo literario). Indicar si existe un contrato o intención de publicación.

4.       Las páginas correspondientes del original.

5.       Breve descripción de la obra y el autor traducidos (media página).
Importante: Se ruega nombrar prolijamente todos los documentos enviados indicando en cada caso el apellido del postulante y el documento de que se trata (por ejemplo: “Mustermann_Biografía”).



Traducción de autores brasileños en la Argentina

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El pasado 15 de diciembre, el poeta y narrador venezolano Gustavo Valle publicó en el diario Perfil, de Buenos Aires, la siguiente nota, en cuya bajada se lee: “ Desconocida e ignorada por mucho tiempo, la literatura de Brasil está viviendo un momento de auge en la Argentina. Una mirada panorámica con sus protagonistas”.

 

El gigante despierto

Una relación fundada en prejuicios, suposiciones, leyendas, preconceptos, anclada en la experiencia personal de viajeros de ayer y de hoy, de turistas, de estudiantes y profesores que van o vienen, de traductores, del trasiego propio de los países fronterizos donde el deporte, la música y las diferencias culturales despiertan admiraciones, rechazos y envidias por igual. Una relación signada por las diferencias idiomáticas, de raza, de sensibilidad, de paisaje, por las distancias y por las cercanías. Dos países marcados por contextos políticos y sociales distintos, y también por algunas coincidencias que la historia más o menos reciente nos ha obsequiado. Argentina y Brasil, una relación intensa, a veces desigual, otras coincidente, pero que en los últimos años ha añadido a la lista de flujos y reflujos la literatura como una nueva protagonista de sus relaciones complejas.

Desde el tratado de Tordesillas de 1494, en el que los reyes de Castilla y Aragón y Juan II de Portugal se repartieron los territorios a conquistar en el subcontinente americano, dos culturas, dos idiomas y dos tradiciones nos dividieron. La primera consecuencia fue la insularidad en la que Brasil convivió con respecto a América Latina durante muchos años bajo la identidad de un extraño y desconocido vecino. Sin embargo, como dice David William Foster en la introducción de Passo da Guanxuma, el más reciente libro que explora los contactos culturales entre Brasil y Argentina, estamos en una etapa que podría llamarse “Superando Tordesillas”, es decir, en el desafío de cuestionar la validez de la escisión de todo un continente por diferencias lingüísticas e históricas, y propiciar nuevos territorios de contacto, intercambio y tráfico cultural.

Entre los intercambios pioneros entre Argentina y Brasil, figura la creación, en 1937, de la Bibliotecade Novelistas Brasileños por parte de la Editorial Claridad, que se dedicó a traducir novela social: Jorge Amado, Lúcio Cardoso y Rachel de Queiroz, entre otros, bajo la dirección de Benjamín de Garay. Además, ese mismo año se crearon la Biblioteca de Autores Brasileños Traducidos al Castellano del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de Argentina, y en Brasil, el Ministerio de Relaciones Exteriores fundó la Coleção Brasileirade Autores Argentinos. Estos dos proyectos permanecieron vigentes hasta 1950 y fueron destinados a divulgar, sobre todo, ensayos de interpretación: Sarmiento, Mitre y Rojas en Brasil, y Vianna, Calmon y Carvalho en Argentina.

Ya en la década del 50 desaparecen estas iniciativas, y muchas de las traducciones de autores brasileños durante los 70 y 80 se deben a los financiamientos otorgados por el gobierno brasileño, cuando no a la edición directa del Centro de Estudios Brasileños de la Embajadade Brasil en Argentina, que durante años llevó a cabo una importante labor de difusión de la literatura brasileña en nuestro país, y que luego fue sucedido por la Fundación Centro de Estudos Brasileiros (Funceb), dirigida entre otros por Camila do Valle. Más recientemente, en julio de este año, todo este caudal de experiencias desembocó en la creación del flamante Centro Cultural Brasil-Argentina (CCBA), que actualmente depende de manera directa del gobierno brasileño.

A esto habría que sumar la creación del Mercosur, que trajo aparejados acuerdos y políticas culturales que han sido instrumentalizados con éxito desigual. Por ejemplo, la obligatoriedad de la enseñanza del español como lengua extranjera en las escuelas del vecino país. En rigor, no se puede hablar de éxito, pero en estados como Paraná hoy en día las escuelas públicas enseñan español a sus alumnos. De este lado de la frontera, lamentablemente, la obligatoriedad del portugués avanza con mucha mayor lentitud.

Pero más allá de estos altibajos, hoy en día estamos viviendo un auténtico florecimiento de la cultura y especialmente de la literatura brasileña en Argentina. Numerosas editoriales se han dado a la tarea de traducir y publicar literatura brasileña a un ritmo y cantidad cada vez mayores. Hoy en día es común encontrar en las mesas de novedades un libro de Clarice Lispector, João Gilberto Noll, Dalton Trevisan o Marcelino Freire. Se multiplican en las universidades materias, cursos y seminarios: la cátedra de Literatura Brasileña y Portuguesa de la UBA, dirigida por Gonzalo Aguilar; los cursos de Marcela Croce, también en la UBA; el Programa de Cultura Brasileña de la Universidad de San Andrés, a cargo de Florencia Garramuño. Las jornadas y el libro Passo da Guanxuma, de la Universidad Nacionalde General Sarmiento, coordinado por Isis Costa McElroy y Eduardo Muslip, muestran que el espacio académico dedicado a la cultura brasileña crece más allá de las universidades tradicionales. Los festivales de literatura y ferias de libros tienen como país invitado a Brasil; escritores nacidos en el país vecino nos visitan para presentar sus libros; se han fortalecido los programas de traducción, los intercambios académicos y la matrícula para aprender el idioma portugués. El proceso no es nuevo, es cierto, pero se ha ido imponiendo sin estridencias y con gran solidez. Comenzó hace algunos años de la mano de algunos de los promotores más importantes de la literatura brasileña y de algunos editores entusiastas, y luego se sumaron más promotores y más editoriales, programas de apoyo y la consolidación de subsidios institucionales.

Antologías, clásicos y contemporáneos, autores de trayectoria y noveles, poetas y narradores, la lista es larga y fecunda. Quien sienta la curiosidad de acercarse al universo de la literatura brasileña traducida al español, puede hoy encontrarse con un nutrido menú de autores y títulos en constante crecimiento.

Fue Ediciones Corregidor la que, en 2001, creó una colección de literatura brasileña, sin dudas hoy la más importante. Vereda Brasil, coordinada por María Antonieta Pereira, Florencia Garramuño y Gonzalo Aguilar, ha venido publicando ininterrumpidamente una larga lista de autores imprescindibles, con traducciones propias y casi siempre acompañadas con prólogos, estudios, introducciones o cronologías. La colección nació con los archifamosos Escritos antropófagos de Oswald de Andrade, y se han sumado Graciliano Ramos, Machado de Assis, Ana Cristina Cesar, Ferréz y muchos más. Se destacan novelas como En libertad, de Silviano Santiago, diario apócrifo, mezcla de novela y ensayo, que recrea las Memorias de la cárcel, de Graciliano Ramos, escrito a partir de su experiencia carcelaria durante el gobierno de Getúlio Vargas. Es una novela que ha llegado a ser comparada con Respiración artificial, por sus cruces entre realidad y ficción y su permanente juego con la historia. Pero quizá sea la colección dedicada a la obra de Clarice Lispector, que ya cuenta con su propia Biblioteca Lispector, la reina de Vereda Brasil, con seis títulos publicados hasta la fecha, entre los que se destacan La hora de la estrella, quizá su novela más importante junto con La pasión según GH.

La editorial Adriana Hidalgo también ha llevado a cabo una labor importante publicando dos libros de crónicas de Lispector, cuatro novelas de João Gilberto Noll, traducidas por Claudia Solans, y una nueva traducción de Gran Sertón: veredas, la gran novela de João Guimarães Rosa, a cargo de Florencia Garramuño. O los cuentos de Nelson Rodrigues o João Antonio, o la antología de Versos y canciones de Vinicius de Moraes, a cargo de Cristian de Nápoli. Se destaca el acontecimiento editorial que supuso la publicación, hasta ese momento inéditas en libro, de las Aguafuertes cariocas, de Roberto Arlt.

Pero la lista de editoriales es más larga. Cuenco de Plata ha publicado ocho libros de Lispector, incluido La pasión según GH, los dos primeros libros de cuentos de Rubem Fonseca, traducidos por Teresa Arijón y Bárbara Belloc, y ensayos de Haroldo de Campos, traducidos por Amalia Sato. Beatriz Viterbo ha publicado a Caio Fernando Abreu, Milton Hatoum y Sérgio Sant’Anna. Santiago Arcos Editor recientemente publicó el libro Cuentos negreros de Marcelino Freire, premio Jabuti al mejor libro de cuentos del año, con traducción de Lucía Tennina. Mardulce publicó un libro de cuentos del gran Dalton Trevisan. De Trevisan, Sudamericana había publicado su famoso libro El vampiro de Curitiba hace ya casi cuarenta años. Emecé publicó Terriblemente felices, antología de la nueva narrativa brasileña. Eterna Cadencia hizo lo mismo con libros de Luiz Ruffato, Machado de Assis y Paloma Vidal, esta última argentina de nacimiento y criada en Brasil, quien junto con Diana Klinger, Paula Siganevich y Mario Cámara, codirige desde 2002 la revista bilingüe Grumo, dedicada a generar “espacios en común de reflexión y producción artística” entre Brasil y Argentina.

Eloísa Cartonera, Interzona, Fondo de Cultura Económica, Editorial Tsé Tsé, Planeta, Leviatán, Editorial Vestales, Del Nuevo Extremo, Siesta Editora, en fin, la lista es enorme. Como enorme ha sido la contribución del Ministerio de Cultura de Brasil/Fundación Biblioteca Nacional a través del Programa de Apoyo a la Traducción y Publicación de Autores Brasileños en el Exterior. Sin duda, el músculo presupuestario y la voluntad puesta en este programa han definido sustancialmente el actual panorama de la oferta de la literatura brasileña en Argentina, y la traducción se ha convertido en la punta de lanza de todo este movimiento. En la página digital Papeles sueltos (www.brasilpapelessueltos.com) dedicada la traducción de la literatura brasileña contemporánea, a cargo de Julia Tomasini, hay un asombroso listado de libros traducidos y publicados. Sólo este año, se han publicado 12 libros, y desde 2000 hasta 2012, cerca de cien títulos. Ya en 2003, Ediciones del Zorzal publicaría Traducir Brasil, de Gustavo Sorá, que da cuenta del recorrido de la traducción de la literatura brasileña al español. De hecho, recientemente se realizó en la Universidad de Buenos Aires el evento “Traducir Brasil. Edición, traducción y docencia en Argentina”, en el que participaron Bárbara Belloc, Cristian de Nápoli, Lucía Tennina y Gonzalo Aguilar, y que contó con una aguda premisa: “Suele pensarse la traducción entre culturas como un acto de aproximación entre espacios o tiempos distantes. Pero ¿qué ocurre con las culturas próximas, aquellas que corren el riesgo de parecer idénticas por cercanía geográfica, tradiciones y experiencias compartidas, relaciones comerciales mutuas?”.

Como puede verse, todo esto que podríamos denominar boom o auge o esplendor de la literatura brasileña en Argentina se debe a diversos motivos y protagonistas: a quienes desde la academia han promovido los estudios, han estimulado a los estudiantes y han participado en intercambios. A los traductores que nos han descubierto un universo literario hasta hace poco prácticamente desconocido. A las editoriales que han apostado a la publicación y difusión de las obras. A los lectores, y por supuesto a las instituciones, es decir a la voluntad política que prueba una vez más que no es suficiente con la calidad de una obra literaria sino que hacen falta apoyos económicos, becas y programas para que un universo literario consiga trascender sus fronteras e inicie diálogos con otros países, otros lectores, otras sensibilidades.

Feliz Navidad y regalos para quienes los merezcan

Hoy se festeja en todo el mundo el cumpleaños del Administrador de este blog. Aquí, imagen de París

El culebrón de Alfaguara

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Logo propuesto para la nueva empresa
Publicado el 19 de diciembre pasado en el diario El Mundo, de España, el siguiente artículo sin firma ofrece datos más concretos de la noticia que este mismo blog anunció en varias oportunidades a lo largo del año. Las desmentidas de rigor, a esta altura, no le importan a nadie, pero la empresa, que busca ocultar la realidad por razones del todo espurias, insiste en presentarlas.

Random, a un paso de Alfaguara

Alfaguara y el resto de sellos literarios del Grupo Prisa están a punto de ponerse en manos del cada vez más gigantesco Random House, llamado desde este verano Penguin Random House, debido a la fusión del Grupo Pearson (Penguin) con el conglomerado propietario de Random House (el grupo alemán Bertelsmann).

Los rumores venían siendo más que insistentes desde hace un año, pero las alarmas saltaron la pasada primavera, cuando un medio digital dio por hecho el trato y el Grupo Prisa se apresuró a desmentir la compra con un comunicado en el que, sin embargo, hablaban de que había "negociaciones" en marcha. Todo apuntaba entonces a que era cuestión de tiempo. Y así ha sido. Ahora, el anuncio oficial está al caer, a pesar de que Prisa ha remitido esta mañana una notificación importante a la CNMV, para negar "que haya llegado a ningún acuerdo para la venta de Alfaguara y sus demás sellos literarios a Penguin Random House ni para la venta de ninguna otra división de Santillana".

El precio que Bertelsmann habría pagado por la división Ediciones Generales Santillana es aún un misterio. El acuerdo podría incluir la división de libros de texto, un activo de fuerte implementación en América Latina, que supuso el pasado año un 28% de facturación para el grupo editorial (más de 730 millones de euros). La venta convertirá al grupo editorial (el más grande del mundo) en un verdadero monstruo de 250 sellos y 3.100 millones de euros de ingresos anuales. Un monstruo dirigido por Markus Dohle y presidido por John Makinson, que mantendrá al frente de la división literaria a Núria Cabutí, hasta ahora consejera delegada de Random House.

Así, a los más de 15.000 autores de Random habrá que sumar el catálogo de Alfaguara, pero no sólo de Alfaguara, sino también de Aguilar, Suma de Letras y Taurus, lo que reunirá, en el mismo sello, a escritores de la talla de Philip Roth, Mario Vargas Llosa, Bret Easton Ellis, Agustín Fernández Mallo, César Aira, Gay Talese, Junot Díaz, Javier Marías, Chuck Palahniuk y un largo etcétera, que incluye 'best sellers' como Stephen King y Ken Follet (ambos en Plaza & Janés) y la mismísima Stephenie Meyer (Suma de Letras). Con semejante catálogo pueden plantarle frente a su gran rival, Planeta, que recientemente ha sufrido una reestructuración interna.

Esta reestructuración interna le permitirá hacer frente al nuevo gigante jugando a su propio juego, pues hasta la fecha los múltiples sellos de Planeta competían entre ellos, algo que nunca han hecho los sellos de Random. En cualquier caso, el macrogrupo que dirige José Manuel Lara Bosch tiene enfrente por primera vez a un rival de nivel, un rival de apariencia indestructible, pues al músculo del grupo editorial más grande del mundo se le debe sumar ahora, tras la compra de Alfaguara, el prestigio. Pero no sólo eso, sino también una mayor implantación en el vasto mercado latinoamericano y una mejor red de ventas. Dicho esto, está por ver qué pasará con la mencionada división de libros de texto.

De hecho, el Grupo Prisa ofreció todo el paquete a Random hace prácticamente un año, pero por entonces el ala española de Bertelsmann lo rechazó porque no se veía con la suficiente fuerza financiera y, sobre todo, porque no tenía la experiencia necesaria en libros educativos como para hacerse con él. Pero las cosas han cambiado desde la entrada del Grupo Pearson (actualmente propietario del 47% del accionariado, frente al 53% de Bertelsmann), líder mundial en libros de texto, grupo que, por cierto, ya pujó en su momento por dicho activo, sin éxito.

En ese sentido, todo apunta a que podría haberse cerrado un trato global que incluyera ambas divisiones, es decir, no sólo la literaria sino también la educativa, mucho más rentable. Algo muy lógico de acuerdo a la política de expansión agresiva seguida por Bertelsmann a lo largo del pasado año. A finales de octubre de 2012 el grupo germano anunció la fusión entre Random House y Penguin Group, lo que convirtió a Random House en la mayor editorial del mundo, en volumen de negocio. La misma lógica agresiva que explica la adquisición por parte de Bertelsmann en noviembre de 2012 del 100% del capital social de Random House Mondadori.

Lo cierto es que ahora el panorama editorial se polariza aún máscon Alfaguara en poder de Random y sin más competidor que Planeta. La operación también tiene que ver con la ingente deuda que arrastra Prisa (más de 3.100 millones de euros) y con la gran reestructuración que necesitaría para lograr la viabilidad financiera.


En la muerte de Claude Couffon, o las ventajas de la buena memoria

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“Hispanista francés falleció a los 87 años, tradujo también a Martín Adán, Alfredo Bryce, Manuel Scorza y casi todo Mario Vargas Llosa, y a otros escritores de nuestra región”, dice la luctuosa noticia que publica el suplemento cultural de La República, de Perú, el 20 de diciembre pasado, a propósito de la muerte del traductor francés Claude Couffon. Y si bien sus méritos como difusor de la literatura hispanoamericana en Francia son muchos y se exponen en esta nota anónima, sería también apropiado recordar su fuerte negativa a traducir a Borges –al menos eso dijo en una nota colectiva con varios de los más destacados traductores franceses –Marthe Robert, Laure Bataillon, entre otros, publicada en su momento en la revista Le Nouvel Observateur– porque, según sus propias palabras él no traducía escritores de derecha. Sin embargo, esta bravata no le impidió encargarse ávidamente del número especial que la revista Magazine Litteraire le dedicó a Borges un tiempo después. Tampoco, traducir a la poeta Alejandra Pizarnik para la colección de poesía que, curiosamente, publicaba la agregaduría cultural de la embajada argentina en Francia en la peor época de los militares, cuando allí existía un centro de inteligencia a cargo del ejército. Ambos datos son perfectamente corroborables y no constituyen secreto alguno. Por eso, tal vez valdría la pena recordar ese dicho del poeta Raúl González Tuñón, quien sostenía que todos goteamos por algún lado.  

Adiós al gran traductor de Vallejo

El destacado poeta, traductor y profesor francés Claude Couffon –traductor de Vallejo,  Vargas Llosa, Martín Adán, entre otros peruanos–, falleció el pasado miércoles a los 87 años en el Hospital de Caen, ubicado en su ciudad natal.

Conocido en el mundo académico como hispanista, Couffon cumplió una notable labor en la difusión de la literatura en castellano a través de sus estudios y traducciones de escritores fundamentales como Federico García Lorca, Jorge L. Borges, Gabriel García Márquez, Ernesto Sabato, Alejandra Pizarnik, Octavio Paz, Gabriela Mistral, y muchos otros. Entre los autores peruanos que fueron traducidos por el catedrático francés figuran César Vallejo, Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique, Martín Adán, Manuel Scorza y Blanca Varela.

Claude Couffon estudió lengua castellana y se desempeñó hasta 1991 como catedrático de Literatura Española e Hispanoamericana en la Universidad de París-Sorbona. Durante los años 1991-1995, fue vicepresidente de la Casa de los Escritores de París y, en la actualidad, tenía el cargo de presidente de la Cámara Internacionalde Poetas y Escritores de Saint Malo.

La labor de Couffon como difusor de la literatura hispanoamericana comenzó en 1945 cuando publicó en revistas y periódicos parisinos la obra de Miguel A. Asturias, Rafael Alberti y Nicolás Guillén. Más adelante, se haría conocido gracias a sus investigaciones de dos poetas de la Generación del 27, Federico García Lorca y Miguel Hernández, publicando en Le Figaro Littéraire un estudio sobre las circunstancias que rodearon el fallecimiento del primero, mientras que del segundo logró hallar y sacar a la luz textos inéditos.

Amigo de muchos poetas de nuestra región, Claude Couffon se abocó a difundir internacionalmente sus obras por medio de la publicación de antologías. En este campo destacan sus títulos Histoires étranges et fantastiques d’Amérique Latine (1989),  Poésie cubaine du XXème siècle (1996) y Poésie péruvienne du XXème siècle(1999), así como la más reciente Antología de los escritores latinoamericanos en París (2007).

Sin embargo, Couffon no solo fue un académico cabal sino también un poeta que nos ha dejado 9 libros, entre los que destacan Le temps d’une ombre ou d’une image (1973),  Aux frontières du silence (1980), A l’ombre de ce corps (1988) y Fenêtre sur la nuit (1996). El poeta pucallpino Jorge Nájar, quien tradujo al castellano este último poemario, declaro que “sobre sus propias creaciones Couffon es el francés más discreto que he conocido”.

Cosechó por sus méritos académicos numerosas distinciones. También estuvo en nuestro país y recibió el honoris causa otorgado por la Universidad Nacionalde San Agustín (Arequipa). Sin duda, la valiosa obra que nos ha legado seguirá recordando su nombre a futuras generaciones.
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Un espacio de intercambio de ideas y experiencia

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A modo de cierre del año, nuestra amiga Lucrecia Orensanz, del Círculo de Traductores de México, nos envía la presentación leída  por Marianela Santoveña en el XXII Encuentro Internacional de Traductores Literarios, el 2 de octubre de 2013. Siguiendo los links se accede a los videos de cada una de las sesiones.

El primer año del Círculo de Traductores:
experiencias y proyectos

Buenas tardes. Antes que nada, quisiéramos –y hablo en plural, porque el Círculo de Traductores somos varios o, mejor dicho, varias–, quisiéramos agradecer el espacio que nos brinda el vigésimo segundo Encuentro Internacional de Traductores Literarios para presentar las andanzas, los reveses y las aventuras que, a un año de su creación, forman parte de la historia del Círculo de Traductores.

De lo primero que tendríamos que hablar, por supuesto, es de la respuesta a una pregunta: ¿qué es el Círculo de Traductores? Cuando respiró por vez primera, el Círculo fue una idea de Lucrecia Orensanz. Lo que ella buscaba era una suerte de fuerza gravitacional, algo que permitiera a todas las partículas de la traducción (colegas, apoyos, noticias, instituciones, teorías, problemas prácticos) aproximarse a un mismo punto. Esa fuerza gravitacional se materializó bajo la forma de un blog y una lista de correos. En aquel entonces (a finales de 2011 y principios de 2012) muchos de nosotros empezamos a recibir misteriosos correos electrónicos que nos informaban que allá afuera, en el mundo, la traducción se manifestaba de forma insospechadamente prolífica. Curiosamente, nosotros, que trabajamos con palabras, no somos muy dados a usarlas para saber los unos de los otros. El Círculo buscaba cambiar esa situación poniéndonos en contacto en el mundo virtual.

No pasó mucho tiempo antes de que la lista de correos creciera. Llegaban noticias de conferencias, apoyos y novedades editoriales. Y entre los destinatarios de aquellas noticias nos encontrábamos Claudia Cabrera, Nadxeli Yrízar y yo. Fue idea de Claudia tener una reunión que trascendiera la esfera virtual. Esa reunión sería el inicio de una serie de actividades del Círculo de Traductores. No bastaba el blog, no bastaba el correo. Era preciso vernos cara a cara y también era preciso regresar a la pregunta: ¿qué es el Círculo? Durante poco más de un año, de agosto de 2012 aoctubre de 2013, el Círculo de Traductores ha sido un espacio de intercambio de ideas y experiencias que se nutrió de otras iniciativas y que contó con el apoyo desinteresado de varias personas. Francisco Pérez, de 17, Instituto de Estudios Críticos, decidió respaldar este proyecto en ciernes acompañándolo del sello de su institución. Teniendo en mente las sesiones presenciales que realiza desde hace cinco años el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires–a cargo de Jorge Fondebrider–, decidimos iniciar una serie de charlas en torno a distintos aspectos de nuestro oficio. Así, junto con 17, buscamos la colaboración del Centro Cultural de España en México, y su directora, Ana Tomé, decidió ser nuestra anfitriona. El Círculo se transformó entonces en un blog, una lista de correos y una reunión mensual. Cada primer miércoles del mes, el Centro Cultural España nos abría sus puertas para conocer a más traductores y para conocer el mundo de la traducción. La primera charla, que tuvo lugar el 1 de agosto de 2012, estuvo a cargo de Arturo Vázquez Barrón (co-organizador por cierto, de este Encuentro en el que estamos). El formato quería evadir la rigidez de la academia. Por eso, pedíamos a los ponentes una exposición breve para dar paso a la plática y el debate. Arturo se preguntó en aquel entonces, en el título de su intervención, si ¿Es posible y deseable apostarle al uso de un español neutro para la literatura traducida? No cualquier cosa... [ficha, video] En ese mismo marco, Luz María Santamaría nos habló de La traducción peritada en México [ficha, video] y Patricia Willson sobre el traductor como otro escritor de la literatura nacional [video]. Pedro Hernández, de UNTI, compartió con nosotros una sesión sobre el controvertido tema de la traducción de la Biblia a lenguas indígenas [ficha]. La suerte quiso que en diciembre tuviéramos el placer de recibir a Selma Ancira y de aprender sobre lo que ella llamó su Largo camino del sentido al sonido en sus traducciones del ruso [ficha, video]. Vendrían después Luis Fernando Lara y Francisco Segovia para hablarnos de El diccionario integral y el diccionario de mexicanismos [ficha, debate]; la Compañía de teatro Seña y Verbo, que nos contó sobre su experiencia en la traducción de textos dramáticos a lengua de señas mexicana (una charla maravillosa por sus momentos de elocuente silencio) [ficha]; Sonia Bravo hizo varias reflexiones sobre cómo tendría que ser una formación de traductores en posgrado [ficha, video, convocatoria diplomado]; Humberto Pérez Mortera y Boris Schoemann nos visitaron con el tema de La traducción de textos teatrales [ficha]; y José Antonio Flores Farfán cambió nuestra perspectiva del español mexicano abogando por una mayor diversidad [ficha]. Luego, Mauricio Barrera Paz iluminó un aspecto oscurísimo de nuestra cotidianidad: Los derechos de autor enfocados a la traducción [ficha]; y aún habría un bloque dedicado a las opciones de formación, con Arturo Vázquez Barrón, Diego Guzmán Bourdelle-Cazals y Marcelo Guinea presentando el Seminario de Jóvenes del IFAL [ficha,convocatoria diplomado, convocatoria seminario]; otra vez Diego Guzmán Bourdelle-Cazals, esta vez acompañado de Georganne Weller y presentando dos programas de posgrado en traducción e interpretación (en la Universidad de Ginebra y la Universidad Anáhuac) [ficha, video, convocatoria ginebra, convocatoria anáhuac]; y Danielle Zaslavsky, (otra de nuestras anfitrionas en este Encuentro), con La Maestría en Traducción de El Colegio de México [ficha, video, convocatoria]. Este bloque sobre opciones formativas está aún por concluir, con la presencia de María Andrea Giovine y Vania Galindo, que presentarán los programas del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras de la UNAM el próximo 9 de octubre [ficha, video], y Kathie Silver, junto con Roberto Frías y Pedro Serrano, que nos hablará el miércoles 5 de noviembre sobre la ya legendaria estancia en el Centro Banff [ficha,video, convocatoria].

Conforme aparecieron traductores novatos y experimentados, técnicos y literarios, aficionados y profesionales, jóvenes y no tan jóvenes, nuestra sorpresa alimentó nuestro entusiasmo. Para inicios de 2013, parecía no bastarnos el blog, ni la lista de correos y tampoco las charlas. Queríamos hacer algo más para acceder al mundo de la traducción en toda su riqueza y poder presentarlo ante otras personas como tal. En otras palabras, palabras que usamos entre nosotras, queríamos que la traducción –poco a poco, en un esfuerzo del tamaño de una hormiga, e importante como su picadura– dejara de ser una práctica alimenticia desinformada, pero también un pasatiempo académico de eruditos. Intentamos caminar por la vía del conocimiento compartido. Con el apoyo de la plataforma de 17, Instituto de Estudios Críticos, impartimos dos talleres, uno sobre los proyectos de traducción en el proceso editorial –que contó con la muy afortunada presencia de varios editores y traductores invitados, como Gerardo González de Aldus, Jan Cornelius Schulz de Herder y Sara Schulz de Alias, así como Jill Anderson y Nin Solís– y otro dedicado a un panorama de las teorías sobre traducción. Hubo una gran respuesta. Le siguió un gran cansancio. La experiencia fue fantástica. Y, sin embargo, a fin de cuentas, el Círculo no es una escuela. Y tampoco un centro de conferencias.

¿Qué es el Círculo de Traductores? El Círculo de Traductores es un grupo de personas. No contamos con ningún tipo de financiamiento por parte de instituciones académicas o culturales. Tampoco lo hemos buscado y, por el momento, no pensamos hacerlo. Quienes han colaborado con nosotras lo han hecho de manera solidaria, en el ánimo de compartir su experiencia y su conocimiento. Y nosotras hemos trabajado con entusiasmo en pos de ese punto gravitacional, ese espacio de confluencia. Porque hay algo que une al blog con la lista de correos, las charlas y los talleres: todos ellos se definen como un espacio de participación; cada uno es, a su manera, una sección de cartas en el periódico, una plaza pública para reunirse, una casa del artesano donde los aprendices ya trabajan. Las corporaciones –en el sentido medieval– eran esos lugares donde los más experimentados transmitían su saber y los recién llegados tomaban por asalto lo que en virtud de la costumbre parecía obvio. ¿Cómo es que hoy en día no hay gremio para nuestro antiguo oficio? ¿Quién decide ahora los criterios de pertenencia en el ámbito de la traducción: la academia, el mercado, ambos bajo la guisa de la “eficiencia”? ¿Quiénes son los traductores y por qué son traductores? ¿Quién sanciona su profesionalización y cómo? ¿Llegará un día en que el peso de la experiencia se pierda en aras de un documento probatorio? ¿Por qué ante los traductores, ante nosotros, se abre la brecha entre formación y profesionalización? ¿Y qué hay de la brecha entre teoría y práctica? Son todas estas las interrogantes que nos mueven. No es posible darles respuesta sin un espacio común, no institucional, pero sí identificable, donde exponer y compartir todo lo que se juega en la traducción. A decir verdad, nuestro oficio ha contribuido a saberes tan diversos como la biología o el arte contemporáneo, donde nociones como la adaptación, la asimilación o la intermedialidad se emparentan con la traducción. Eso por no hablar del desarrollo mismo de la cultura escrita y oral. Porque el oficio de la traducción ocurre en las aulas y las editoriales, es cierto, pero en tanto oficio ocurre también en la calle cuando se escucha un modismo, en la plática cuando se comparte el problema de “los intraducibles”, en la lectura, en el cine, en los viajes, en el mundo, pues. Yo, que provengo del ámbito de la filosofía, siempre me pregunto si acaso un kazajo no habrá dado ya con la ontología propia para nuestra época y nosotros estamos aquí, sin saberlo, esperando a que el Instituto Cervantes abra sus oficinas en Kazajistán. De haber un espacio común, estoy segura, ya habríamos dado con esa persona que habla kazajo y español y es capaz de encontrar en ambos el sentido y el sonido. El Círculo de Traductores hoy es un cruce de caminos. Ya sea bajo la forma de charlas, en el espacio virtual o en el espacio gremial, lo que buscamos es contribuir a pensar la traducción hacia dentro y hacia fuera del oficio. Lo que nosotras hacemos es poner a su disposición la sección de cartas, la plaza, una casa (siempre distinta) del artesano. Todos están invitados a escribir, reunirse y compartir saberes. Gracias.

Círculo de Traductores

Un balance de nuestros primeros cinco años

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El Club de Traductores Literarios de Buenos Aires fue fundado en 2009 por Jorge Fondebrider y Julia Benseñor, con el objeto de informar y presentar temas de discusión, tanto técnicos como administrativos, ligados a la profesión. En consecuencia, los participantes y destinatarios de sus actividades son todos aquellos interesados en la traducción literaria y de ciencias sociales. 

Las actividades del CTLBA se desarrollan en dos frentes. Desde el principio, ha estado asociado al Centro Cultural de España en Buenos Aires, donde, entre marzo y noviembre, a razón de dos veces por mes entre 2009 y 2012 y de una vez por mes en 2013, tienen lugar sesiones en vivo en las que los más prestigiosos traductores, escritores, críticos, editores, historiadores, científicos y otros especialistas, tanto argentinos como extranjeros, se hacen presentes para exponer un tema que luego se discute colectivamente.

A la fecha, la lista de expositores, en estricto orden cronológico, ha incluido a:

Diego Fischerman
Gabriela Adamo
Mirta Rosenberg
Jonio González
Antonio Tursi
Guillermo Piro
Jaime Arrambide
Diego Fischerman
Alberto Silva
Pablo Anadón
Patricia Willson
Eliezer Nowodworski (Israel) 
Gerardo Lewin
Andrés Ehrenhaus
Ian Barnett (Gran Bretaña)

Jorge Aulicino
Lucas Magarit
Jorge Aulicino
Miguel Ángel Petrecca
Leonor Acuña
Marcelo Cohen
Jorge Salvetti
Elvio Gandolfo
Sergio Waisman
Miguel Balaguer 
Leonora Djament
Julieta Obedman
Rubén Reches

Carlos Gamerro
Ricardo Piglia
Alberto Kornblihtt
Vivian Scheinsohn
Rafael Spregelburd
Eiléan Ní Chuilleanáin (Irlanda)
Macdara Woods (Irlanda)
María José Rodríguez Murguiondo
Maximiliano Papandrea
Silvia Simonetti
Carlos Gamerro
Miguel Wald
Carlos Sampayo
Silvia Camerotto
Lila Caimari
Miguel Ángel Montezanti
Fabián Iriarte
Alan Pauls
Beatriz Sarlo
Magdalena Cámpora
Pablo Ingberg
Florencia Garramuño
Damián Tabarovsky
Juana Bignozzi
Selma Ancira (México)
Magdalena Cámpora
Jorge Dana
Marietta Gargatagli
Luis Chitarroni
Oliverio Coelho,
Bernardo Bouquet
Vivian Lofiego
Anna-Kazumi Stahl
Cecilia Rossi (Gran Bretaña)

Mariana Dimópulos
Griselda Mársico, Martina Fernández Polcuch y Uwe Schoor
Daniel Samoilovich
Leonardo Funes
Silvia Dabul
Claudia Fernández
Ariel Magnus yMariana Dimópulos
Pablo Gianera
José Luis Moure
Manuel Borrás (España)
Teresa Arijón y Bárbara Béloc
Jordi Doce (España)
Julia Benseñor

Asimismo, el CTLBA ha realizado ya cuatro encuentros en el marco de la Semana del Editor, que organiza la Fundación TyPA, con la presencia de editores y traductores extranjeros entre los que se cuentan:

--2010: Carolina Chang (Brasil), Uriel Kon (Israel), Carles Torner (España), Boyd Tomkin (Gran Bretaña)

--2011: Silvia Sesé (España), Jill Schoolman (EE.UU), Paulo Wernek (Brasil), Hanna Axen (Suecia), Pierre-Olivier Sanchez (Francia), María Nicola (Italia)

--2012: Lori Saint Martin (Canadá), Diana Hernández (España), Robert Amutio (Francia). 

Por último, el CTLBA ha organizado cuatro simposios internacionales:

--2010: Simposio sobre el “castellano neutro”, con Miguel Sáenz (España), Guillermo Piro (Argentina), Marietta Gargatagli (Argentina), Patricia Willson (Argentina), Mirta Rosenberg (Argentina), Gerardo Gambolini (Argentina), Juan Gabriel López Guix ( España) y Albert Freixa (España).

Richard Gwyn
-2011: Simposio sobre la enseñanza de la traducción, el estado de las traducciones del alemán y los derechos de autor de los traductores, con Ian Barnett (Gran Bretaña), Julia Benseñor (Argentina), Juan Gabriel López Guix (España), Andrés Ehrenhaus (Argentina), Fabio Morábito (México), Pedro Serrano (México), Ana Alcaina (España), Mónica Herrero (Argentina), Mario Sepúlveda (Chile), Carla Imbrogno (Argentina), Griselda Mársico (Argentina) y Belén Santana (España)

--2012: Celebración de Georges Perec, con David Bellos (Gran Bretaña), Yolanda Morató (España), Mercedes Cebrián (España) y Magdalena Cámpora (Argentina).

--2013: Seminario de literatura galesa, con Mererid Hopwood (Gales), Richard Gwyn (Gales), Tiffany Atkinson (Gales), Karen Owen (Gales).


Todas las sesiones señaladas, así como los distintos simposios y seminarios pueden verse online tanto en el blog del CTLBA 
así como en el sitio del CCEBA 


Cabe señalar, por último, que el blog del CTLBA, diariamente alimentado con diversos materiales, ha sido receptáculo de varias encuestas (a escritores, a traductores, a editores), así como de varias polémicas. Tiene, hoy en día, unas 11 mil visualizaciones mensuales, correspondientes a lectores de 51 países.

Desde Buenos Aires y su puto verano, muchas felicidades. Nos reencontramos el 1 de febrero.

Cuidado traductores: esta gente es peligrosa y no es chiste

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Luis Von Ah
“Duolingo, el sistema de enseñanza de idiomas gratis a través de Internet financia el proyecto con traducciones que hacen los alumnos de manera opcional. Su fundador Luis Von Ah cuenta los detalles del acuerdo con Buzzfeed, que presentó en Buenos Aires su versión en español con la presencia del editor jefe Ben Smith”. Eso es lo que dice la bajada del artículo publicado por Marcela Mazzei, en la revista Ñ, el 3 de enero pasado.

¿Todos ganan? Aprender idiomas gratis y traducir a cambio la Web

"¿Crees que estoy confundido y debería estar en México ahora mismo?". Aunque le habló en inglés a todo el auditorio del British Art Centre porteño, Ben Smith miraba a la joven que había preguntado por qué en Buenos Aires fue la presentación de la versión en español de Buzzfeed, el portal de noticias virales del que Smith es editor en jefe desde fines de 2011. "Buenos Aires es un nodo cultural", dijo y admitió que desde 2007, un año después de su lanzamiento, los números de Buzzfeed indican que muchas visitan llegan desde acá. 

De una familia con antecedentes literarios, Smith se dedicó al periodismo político y creó varios de los blogs de la era 'profesional' que lo catapultaron como una persona influyente en Washington, y cuando tenía los contactos dejó todo por un trabajo extraño, si se tiene en cuenta que muchos de los posts más visitados de Buzzfeed recopilan fotos tiernas de gatitos que reciben miles de likes y corazones de favorito, entre muchos de las famosas listas o 'listicles', un híbrido entre lista y artículo, con títulos ocurrentes, enumeraciones, fotos y videos empaquetados para desperdigarse por las redes sociales.

Buenos Aires fue la ciudad elegida, pero no van a abrir oficinas en el país para generar contenidos directamente en español sino que buscan traducir los contenidos más virales y populares a través de Duolingo, un sistema de enseñanza de idiomas online creado por Luis von Ahn, un científico computacional guatemalteco, ganador de la beca MacArthur y antes creador de ReCaptcha, un sistema adquirido por Google que digitaliza libros cada vez que alguien tipea un CAPTCHA en Internet para demostrar que es una persona y no una máquina.

Por supuesto que no todo es gatitos y gifs animados en Buzzfeed. Abundan las noticias de política nacional estadounidense, la sección Buzzread acumula textos “largos” según los parámetros de la Web y a fines de 2013 nombraron a un editor de libros, pero un abismo separa a los artículos en español: uno sobre Simón, el perro de la presidenta argentina; otro de Luisana Lopilato, “la novia hot” de Michael Bubblé; entre un mar de personajes de la cultura pop, sus cuentas de Twitter y los ejercicios de autodeprecación más diversos ("Las canciones que ya cumplieron diez años y te harán sentir viejo"). 

Adepto a la teoría que dice que el timeline es la nueva homepage, Ben Smith dijo que no hace falta que los medios tradicionales se adapten a esta regla porque los propios periodistas, en sus cuentas personales de Twitter, se ocupan de eso. “¿Para qué ahorramos en traductores? Para poder contratar mejores periodistas”, explicó esa tarde, después de la presentación porteña, respecto a la alianza con Duolingo para hacer traducciones.      

“Las computadoras no son buenas para traducir ningún tipo de texto”, expliicó, categórico, Luis von Ahn, la misma semana desde Nueva York. En junio de 2012 presentó junto a Severin Hacker Duolingo, la plataforma para aprender idiomas totalmente gratis (y la aplicación más descargada en iTunes y Android) que se dispone a buscar financiamiento. “Cuando lo lanzamos, sólo era un sitio para aprender idiomas, pero la idea era que después de un tiempo, cuando tuviéramos suficientes personas aprendiendo en Duolingo venía el segundo paso, que es la manera en la que vamos a financiar la educación gratis: hoy tenemos alrededor de 12 millones de personas y estamos en ese momento. 

-¿Y cómo hace dinero Duolingo en esta etapa? 
-Después de que le enseñamos a alguien un concepto, por ejemplo el de comida, les decimos que si quieren practicar lo que acaban de aprender pueden ayudarnos a traducir algún documento que esté relacionado con comida. Puede ser un post de Buzzfeed que tenga que ver con los 10 mejores restaurantes del mundo. Al tiempo que hacen esa traducción, los alumnos aplican lo que acaban de aprender y además ayudan a traducir Buzzfeed, esa es la idea. 

-¿Es una condición que le imponen a los estudiantes?
-No, es totalmente opcional. Cuando terminan una lección les decimos: pueden seguir a la siguiente lección, o si quieren practicar lo que acaban de aprender con algo del mundo real, en particular algo escrito en Buzzfeed, pueden hacerlo en ese momento. 

-¿Cómo eligieron asociarse a Buzzfeed? 
-Nos contactan bastante, porque muchos diferentes portales y empresas sabían qué era lo que íbamos a hacer. De todos los que nos han contactado elegimos a dos... Eventualmente queremos aceptar a todos pero para empezar elegimos dos partners que tuvieran buen contenido: uno es Buzzfeed y el otro es CNN, ahora también estamos traduciendo CNN del inglés al español. 

-Una de las ventajas de las traducciones a través de Duolingo es que son personas y no máquinas las que traducen. ¿Cree que los titulares de la prensa o los contenidos de la cultura pop requieren cierta interpretación? ¿Tiene que ver con eso la elección?
-No, simplemente las computadoras, las máquinas no son buenas para traducir ningún tipo de texto, no solo los culturales. Pareciera que esto particularmente no lo es porque hay cosas que son bromas, pero en general las computadoras no son buenas para eso. 

-¿Por qué tienen estos inversionistas tan famosos como Ahston Kutcher o Tim Ferris? ¿Cómo los reclutaron? 
-Les parece bien la idea de tener un sistema de enseñanza de idiomas. Alrededor del mundo hay 1200 millones de personas aprendiendo un segundo idioma. La gran mayoría, como 800 millones de ellos, están aprendiendo inglés, son personas de bajos recursos y la razón por la que estudian es para obtener un mejor trabajo. Lo que es un poco irónico es que las clases de idioma requieren mucho dinero. Por eso quisimos encontrar una manera de aprender idiomas totalmente gratis, pero la idea era realmente llegar a todos, más de 1000 millones de personas. Y encontramos una manera de invertir para poder hacer esto sin tener que cobrarle a los estudiantes. 

-Y estas personas de celebridad global, ¿se unieron para apoyar el proyecto desde su perfil educativo?
-Sí, a nivel educativo pero no es caridad, no van a perder dinero porque tenemos manera de financiarlo. 

-Que es esta asociación con empresas de contenidos que quieren traducirlos. 
-Exacto.  

-Cuando publicamos un artículo sobre Duolingo, hubo una reacción negativa dealgunos lectores que señalaban que la del traductor es una disciplina que requiere preparación y responsabilidad. ¿Cómo defienden el proyecto frente a estos comentarios? 
-Generalmente no recibimos comentarios negativos. Quizás fue algo específico que dijo ese artículo (una traducción del New York Times) que molestó a alguien. Nosotros les tenemos mucho respeto a los traductores, nuestra intención no es quitarles el trabajo sino enseñar idiomas. Y resulta ser que ciertas traducciones, no todas, pueden ser hechas por estudiantes, y al final de cuentas los estudiantes pueden hacer casi tan buen trabajo como un traductor. Es más, en medios como CNN y Buzzfeed, varios estudiantes pueden hacer tan buen trabajo como un traductor profesional. Pero son cosas que ni siquiera estaban siendo traducidas antes, y nunca iban a ser traducidas, porque para Buzzfeed, por ejemplo, no vale la pena pagar 15 centavos de dólar que es lo que cuesta un traductor profesional. La idea es que los traductores profesionales van a seguir traduciendo cosas legales y manuales que necesitan garantizar exactitud, y ganando el dinero que tienen que ganar, pero no el contenido que CNN genera todos los días y en el que, al fin de cuentas, un error no es algo increíblemente malo, es algo frecuente incluso en el contenido fuente. Estamos haciendo cierto tipo de contenidos que de todas maneras no estaban siendo traducidos.

-Quizás los traductores ven como una amenaza a futuro que la empresa se plantee hacer, en busca de la financiación para enseñar idiomas, ese tipo de trabajos profesionales también. 
-En mi opinión creo que deberían sentirse seguros que no estamos tratando de quitarles el trabajo. Pero ellos mismos no estaban traduciendo este tipo de cosas que muchas veces se necesitan traducir, simplemente porque tampoco quieren hacerlo por un centavo de dólar, que es lo que vale esta traducción. Nuestra misión es dar educación gratis, solo que encontramos una manera de poderlo financiar. 

-¿Se puede aprender cualquier idioma en Duolingo? 
-Vamos a empezar a agregar más idiomas de acá en adelante, porque ahora tenemos seis idiomas. Por ejemplo, del español sólo se puede aprender inglés y no portugués (mientras que del inglés sí que se puede aprender portugués). Hoy tenemos un nivel limitado de idiomas pero estamos trabajando para obtener cientos de idiomas, y es que nuestra comunidad la que nos va a ayudar. 

-¿De qué manera?
-Todos los días recibimos cientos de correos electrónicos de personas que dicen que les gustaría ayudarnos a agregar más idiomas, personas que se sienten identificadas con la misión de Duolingo, con el hecho de dar educación gratis. Y es lo que estamos haciendo ahora: acabamos de lanzar la incubadora de idiomas, donde estamos agregando otros idiomas y ya hay más de 10 mil personas que han aplicado para crear cursos de idiomas, incluso demasiado pequeños como quechua o mapuche. La idea es que cualquier idioma se va a poder aprender con Duolingo. Pero la mayoría de los cursos van a ser creadores por la comunidad y no por nosotros.  
 
-¿Cómo controlan que los cursos sean efectivos? 
-Como son cursos que crea la comunidad y no nosotros, es lo más difícil asegurarse que sean de alta calidad, porque no queremos que alguien diga este es mi curso de sueco y no enseñe nada. 

-¿Y quién es el profesor de quechua, por ejemplo? 
-Son personas que solicitan ser los que dictan el curso. Hemos recibido mas de 10 mil solicitudes y hemos elegido a los que nos parecen mejores, a través de las solicitudes, donde escriben un ensayo en su propia lengua, pero como nadie aquí puede leer quechua entonces leemos sus credenciales, que son increíbles: tenemos profesores de Harvard que han solicitado ser profesores de idiomas no muy comunes, organizaciones gubernamentales de diferentes países para dar clases de idiomas que están tratando de proteger en su país y difundir idiomas casi en extinción. Lo que queremos es poder enseñar cualquier idioma, y eso incluye idiomas como el maya hasta idiomas inventados. 


"Los traductores estamos aumentando la suma de experiencias valiosas posibles en el mundo"

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Chris Andrews
Ilan Stravans publicó el 22 de diciembre de 2013, en El Cultural, del diario uruguayo El País, una entrevista con el traductor australiano Chris Andrews, responsable de singulares traducciones de literatura latinoamericana.

 

El delirio del traductor
Literatura latinoamericana para lectores en inglés.

La prosa de Roberto Bolaño ha cautivado al público anglófono, en parte debido a las sutilezas de uno de sus traductores, el australiano Chris Andrews, a quien se le debe el estilo sucio, desafiante, hard-boiled, de Nocturno de Chile y Estrella distante. Explica qué diferencia hay entre traducir a Bolaño y traducir el estilo matemático de César Aira, y el por qué de ciertos estereotipos que los norteamericanos construyeron en torno a la figura de Bolaño.

¿Cómo llegaste a la traducción?
–Cuando terminé mis estudios en la Universidad de Melbourne pensé que me gustaría traducir textos literarios, pero mis comienzos fueron muy lentos, porque, como se sabe, hay pocas traducciones literarias al inglés. Además, los encargos se hacen casi siempre en Nueva York y Londres, casi nunca en Australia. Empecé sin embargo con una editora de Melbourne, para la cual traduje dos libros de viaje (en el sentido amplio). La segunda fue el hermoso Negro sobre negro de la autora catalana Ana Briongos, sobre el Irán de los años noventa.

¿Y a Roberto Bolaño?
–En 2001 estaba de viaje en Chile, hablando con libreros y pidiendo consejos. Acababa de salir Nocturno de Chile, pero por cautela o tacañería compré Los detectives salvajes en la edición de bolsillo. El diario de Juan García Madero me agarró desde el primer párrafo. Había allí una energía y una frescura que me dieron ganas de seguir, y que seguí. Es una experiencia ampliamente compartida. Hay como una vibración que se desprende de las páginas de Bolaño; se transmite mediante ciertas estructuras sintácticas, pero no creo que haya una explicación puramente formal. Tiene que ver también con el estilo existencial del autor.
De Chile me fui a Londres, para molestar a unos editores, porque no me había servido de nada mandar cartas y e-mails desde Melbourne, y allí tuve mucha suerte, aunque no lo supe hasta casi un año más tarde. Me recibió Christopher Maclehose de The Harvill Press y me preguntó qué había leído recientemente. Hablé con entusiasmo de Bolaño. Él acababa de comprar los derechos de Nocturno de Chile pero ya tenían un traductor para el libro. Al año siguiente Euan Cameron de Harvill me pidió diez páginas traducidas a título de prueba. Por alguna razón, el traductor no había podido hacer el trabajo y Harvill necesitaba un sustituto, y rápido, porque el libro ya estaba en el catálogo. Me contrataron, y Barbara Epler de New Directions publicó el libro poco después en los Estados Unidos. Hay que decir que los dos primeros libros traducidos –Nocturno de Chile y Estrella distante– no se vendieron muy bien en Gran Bretaña. En el mundo anglófono, el fenómeno empezó a cobrar fuerzas en Nueva York con los cuentos de Last Evenings on Earth (tomados de Llamadas telefónicas y Putas asesinas) y sobre todo con Los detectives salvajes, traducido por Natasha Wimmer.

En el mundo anglosajón se han consolidado algunos mitos sobre Bolaño. Por ejemplo, el que lo pinta como un drogadicto que se redime a sí mismo. O que es un producto manufacturado por las fuerzas capitalistas. Y hay gente que critica estos mitos.
–Creo que hay que mirar las críticas por separado. La de Sarah Pollack me parece muy inteligente: lo que ella propone es una "lectura de una lectura," y lo que critica no es la obra de Bolaño directamente, sino su recepción en Estados Unidos. Ella dice que la obra se presta"inconscientemente o quizás con una deliberación provocativa" a lecturas que confirman una serie de estereotipos acerca de América Latina. No veo allí una deliberación provocativa, pero es cierto que los lectores norteamericanos tenían por donde agarrar la obra de Bolaño, en particular por el lado de la violencia. Sin embargo, no hay que dejar pasar por alto la manera en que su ficción tuerce también los estereotipos. En Los detectives salvajes, los realistas viscerales son haraganes, pero lo son más por poetas que por mexicanos: no faltan mexicanos trabajadores en la novela. Para no ir más lejos, las chicas que salen del grupo: Laura Jaúregi, las hermanas Font, Xóchitl García. Además, la haraganería encarnada por Ulises Lima, o mejor dicho, la inmunidad al exotismo (porque él se dedica a su oficio: escribe poemas) es una característica que la novela en su conjunto valora positivamente. Eso, al menos, es lo que trato de sostener en un libro que saldrá el año próximo.
Cuando a veces se presenta a Bolaño como un artefacto manufacturado por las fuerzas capitalistas, eso es un contrasentido. Bolaño era un escritor profesional –lo ha subrayado Christopher Domínguez Michael– pero no comercial. Escribió sus novelas con la esperanza de que se vendieran bien, pero no modificó su propuesta para que encajara mejor con las supuestas expectativas del mercado. Al contrario, se volvió más radical en el plano estético a medida que el éxito fortalecía su posición. Lo muestra su decisión de publicar Amberes –en vez de otro texto inédito, mucho más ameno, El Tercer Reich– y la monstruosidad estructural de 2666.
En cuanto al inexistente Bolaño heroinómano, fue un malentendido de ésos que suelen acompañar la fama, pero comprensible, porque hay una continuidad trabajada entre autobiografía y ficción en su obra. Designar a un personaje por la mayúscula B., por ejemplo, que puede remitir tanto a Bolaño como a Belano, es una manera de desdibujar la distinción entre el yo autobiográfico y el alter ego ficcional.

¿Qué diferencia hay entre traducir a Bolaño y traducir a César Aira?
–Es curioso que, tratándose de autores tan disímiles, el trabajo no es muy distinto en su fenomenología, quizás porque el traductor tiene la nariz pegada al texto, salvo en las últimas revisiones, y lo ocupan tanto los miles de elecciones entre palabras y giros. Claro que hay desafíos diferentes. ¿Como reflejar el abigarramiento multinacional del castellano de Bolaño en inglés, que también es una lengua intercontinental pero dominada por dos bloques rivales: la estadounidense y la británica? No hay una solución general a este problema recurrente; se resuelve caso por caso, según los parámetros dados por el contexto. El traductor de Aira se enfrenta a un desafío muy particular: el de seguir el movimiento ultrarrápido de sus desarrollos conceptuales sin cometer sinsentidos ni normalizar su pensamiento extravagante. A veces pienso que cuando Aira se va por un sendero ensayístico es como un matemático brillante y travieso que demuestra un teorema en la pizarra: va saltando etapas por creerlas evidentes, y a veces termina por franquear el paso hacia el delirio sin avisar. Quizás el riesgo mayor sea el de dejar que la traducción entre demasiado pronto en el delirio, porque Aira no sólo es loco sino que también es sabio.

En la segunda parte del Quijote, se dice que leer un libro en traducción es como ver un tapiz flamenco desde la parte de atrás. ¿Qué opinas?
–La metáfora del hidalgo es ingeniosa: se pierden colores y detalles de la formas; las figuras no se ven "con la lisura y tez de la haz." Cuando se publica una traducción, se vuelve posible una experiencia que sencillamente no lo era antes, por ejemplo, la experiencia de leer La orilla africana de Rodrigo Rey Rosa en inglés (el libro acaba de salir en la traducción de Jeffrey Gray). Es una obviedad, pero me gusta pensar que los traductores estamos aumentando la suma de experiencias valiosas posibles en el mundo.


Nada más que 300 gramos

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Eduardo Villar
El 27 de diciembre pasado, Eduardo Villar escribió en la revista Ñ la siguiente columna.

Libros de papel: una despedida sin lágrimas

No diría aún que soy viejo. Pero ya hace tiempo que no soy joven. Estoy entre los que empezaron a escribir las primeras letras en el jardín de infantes con lápiz y siguieron en la primaria primero con plumín y luego con lapicera fuente. Tintenkuli, Sheaffer, Parker, son nombres que añoro como el papel secante y el olor a tinta. Viví fuera del país seis años en los que escribí miles de cartas y esperé cada día una respuesta deslizándose por debajo de la puerta.

Quiero decir: conozco la belleza del papel. Y no encuentro ninguna en lo digital. Pero hace meses compré un lector electrónico. Y adiós a los libros. Sostener el peso de una novela de, digamos, 400 páginas ya no es un ejercicio que me parezca tolerable hacer en la cama antes de dormir. Los ángulos y los bordes se sienten incómodos en la mano y el esfuerzo de mantenerla suficientemente abierta para que sea legible me acerca al calambre. Ni hablar de la cantidad ridícula de espacio que ocupan los libros. Metros y metros de la casa destinados para siempre a objetos que son usados con suerte una vez en la vida y que exigen orden y dedicación personal si uno quiere encontrar lo que busca. Me irrita tener que ladear la cabeza hacia un lado u otro para leer en el estante los títulos en el lomo, según estén escritos de arriba hacia abajo o viceversa.

Ahora llevo en los 300 gramos de un e-reader más libros que los que soy capaz de leer en mi vida, que es lo mismo que todos los libros del planeta. Y elijo, en la sala de espera, en la playa o en el colectivo, el que quiero leer en ese momento, que se abre en la página en que lo dejé hace dos horas o hace un mes.


El peso de lo material ha desaparecido de los libros. Y no lo extraño nada.

“Ni en la orinoterapia es aconsejable beberse la orina ajena”

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Fiel a su estilo, Guillermo Piropublicó la siguiente columna de opinión en el diario Perfil, del 4 de enero pasado.

Entre la pena y la nada

En Sin aliento, de Jean-Luc Godard, hay un momento interesante. Jean Seberg, recostada en la cama, le lee a Jean-Paul Belmondo un pasaje del libro que está leyendo: Las palmeras salvajes, de William Faulkner. “Entre la pena y la nada, elijo la pena”, recita Jean Seberg, a lo que Belmondo retruca que lo que acaba de decir es una tontería, que solamente un verdadero estúpido eligiría la pena; entre la pena y la nada, él elige la nada. 

Que Faulkner hiciera que su personaje eligiera la pena es comprensible y hasta lógico: sin pena no hay novela. De hecho muchas novelas no son más que una larga sucesión de penas. Hace unos años le preguntaron a John Irving por qué en sus novelas había por momentos tanto dolor, tanta angustia, tanta muerte. El dijo que le parecía una falta de respeto, habiendo en el mundo tanta gente que sufre, que sus personajes no sufrieran también. Se trata de una postura moral con la que es difícil no estar de acuerdo. El sufrimiento literario y el infortunio de los personajes acotaría nuestra vida como lectores de un modo atroz. A diferencia de la música, la buena literatura no tiene necesariamente que ser triste (no siempre Faulkner e Irving lo son), pero leer sólo obras que no nos depararen alguna que otra angustia sería complicado, por no decir imposible. Sin embargo nada nos obliga a sufrir a causa de las malas traducciones españolas, por lo que considero saludable prescindir de ellas de manera tajante, sin concesiones.

Existe un supuesto que lleva a pensar que una mala traducción al menos nos acerca un poco al autor. Existe otro que dice que una buena obra puede soportar cualquier cosa, cualquier calamidad, incluso una traducción hecha en España. Mentira. Leemos libros con la ilusión de estar leyendo a un autor, cuando en realidad leemos lo que el traductor quiere hacernos creer que es ese autor. Eso en el caso de una buena traducción. En el caso de las traducciones españolas lo que obtenemos es algo más ficticio, más irreal: lo que leemos no es lo que el traductor quiere hacernos creer que es un autor (el extraordinario traductor español Miguel Sáenz nos hizo creer que Thomas Bernhard es efectivamente eso, pero en cualquier caso “eso” es algo formidablemente escrito), sino una sucesión de arbitrariedades, incongruencias, flatulencias literarias y despropósitos impotentes que quieren hacernos creer que son la traslación lo más fiel posible del texto escrito por el autor cuyo nombre está impreso a tipografía cuerpo 16 en la tapa.

El panorama editorial está cambiando. Las editoriales españolas, gracias a la bendita crisis, están dejando de comprar derechos para el habla hispana y sólo los compran –como siempre debió ser– para su propio consumo. Que cada uno se coma su propia mierda. Ni en la orinoterapia es aconsejable beberse la orina ajena, y nosotros seguimos leyendo traducciones españolas. Esperen un poco, sean pacientes y van a terminar leyendo lo que quieran traducido para una sola calle de las nuestras. Entre la pena y la nada elijan la nada



Borges le vuelve a dar duro a León Felipe

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El 30 de diciembre pasado, Marietta Gargatagli publicó en El Trujamán la siguiente columna sobre la crítica que Jorge Luis Borgesle hace a León Felipe sobre su traducción del “Canto a mí mismo”. 

Borges escribe sobre Whitman

En 1942, Borges escribió una reseña sobre la traducción de León Felipe de Canto a mí mismo de Walt Whitman1 que incluía observaciones como las siguientes:

Cualquier momento de la historia del universo […] es el resultado fatal de todos los momentos anteriores, que son virtualmente infinitos. Lógicamente, podríamos inferir de esa complejidad que el mundo es variadísimo […] pero, de hecho, la vida es de una simplicidad casi brutal. Cada uno sabe que en su gremio abundan la superstición y las imposturas, pero cree ingenuamente en el universo; el escritor descree de Ricardo Rojas y del doctor Rodríguez Larreta, pero cree en los Rojas de la política y en el Rodríguez de la química orgánica… Otra vez enumeraré las supersticiones de la literatura; básteme, ahora, enunciar ésta: De todas las versiones de un libro la más reciente es la mejorPese a las injurias de Swinburne («emite en algo que puede parecerse al inglés versos no siempre flatulentos y cacofónicos») la importancia de Whitman es evidente; sería lastimoso que algún lector, encandilado por la cifra 1941, lo juzgara por la versión errónea y perifrástica de Felipe.

Los argumentos parecen malhumorados. Borges sitúa a León Felipe al lado de Ricardo Rojas y de Enrique Rodríguez Larreta. El primero es autor de la tan copiosa como discutida historia de la literatura argentina que, reducida a lo esencial, reúne todo lo que Borges detestaba: la invención del pasado colonial, la valoración de la gauchesca por lo telúrico y no por la voz de los poetas, el regodeo estéril en los temas argentinos, etcétera. Enrique Rodríguez Larreta, autor del popular libro La gloria de Don Ramiro, representa una enemistad paralela: el escritor seducido por una hispanidad imaginaria que se plantea como reto escribir mejor que los españoles. Se trata, por tanto, de dos individuos que sucumben ante formas literarias que sólo la sueñera mental o lo que Unamuno llamaba cultivadores del «estilo de hamaca» podía considerar prestigiosas.

Por tanto, Borges al criticar en qué convierte León Felipe a Whitman («en Núñez de Arce, en peroratas, onomatopeyas y engreídos grititos de cante jondo») cuestiona que la novedad estética de Whitman desaparezca detrás de la comodidad doméstica y de la simple repetición de lo conocido. Y cita lo siguiente:

Ejemplo: Whitman escribe (Song of myself, p. 40):

Todos los cuartos de la casa los pueblos con una fuerza armada: 
Mis amantes, burladores de tumbas.

Felipe, fiel a Núñez de Arce, prefiere (Canto a mí mismo, p. 142):

Toda esta habitación la lleno yo de una fuerza poderosa, 
de un ejército invencible,
de elementos que me aman.
de genios destructores de sepulcros
Whitman acaba así un poema (Song of myself, p. 34):

A las once de la mañana empezaron a quemar los cadáveres
Esta es la relación del asesinato de cuatrocientos doce muchachos.

Felipe corrige esa brevedad (Canto a mí mismo, p. 127):

A las once comenzaron a incinerar los cadáveres.
Y ésta es la historia del asesinato a sangre fría, de aquellos cuatrocientos 
doce soldados, gloria de los Guardias Montañeses, tal como la contaban en  
Texas cuando yo era muchacho.

Whitman acaba así otro poema (Song of myself, p. 12):

No se apresuran, cada hombre golpea en su lugar.

Felipe le regala onomatopeyas (Canto a mí mismo, p. 60):

Ninguno se precipita
y todos dan en su sitio
pin, pan, pin, pan, pin, pan…

Whitman escribe (Song of myself, p. 24):

Walt Whitman, un cosmos, de Manhattan el hijo, 
Turbulento, carnal, sensual, comiendo, bebiendo, engendrando

Felipe «traduce» (Canto a mí mismo, p. 88):

Yo soy Walt Whitman…
Un cosmos ¡Miradme!
El hijo de Manhattan.
Turbulento y fuerte y sensual;
como, bebo y engendro…

Y termina Borges:

La transformación es notoria; de la larga voz sálmica hemos pasado a los engreídos grititos del cante jondo. Guillermo de Torre salva este libro con un epílogo excelente, que encierra alguna traducción fidedigna del poeta calumniado por León Felipe.
·                                  

(1) Buenos Aires, Sur, n.º 88, 1942, pp. 68-70. 

Un manuel de ortografía pornográfica

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El 12 de enero pasado, Rubén Romero publicó en El Confidencial (http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-01-12/sexo-oral-lo-que-le-falta-a-la-rae_74700/), de España, la siguiente entrevista con Sabina Urraca, a propósito de Tus faltas de ortografía hacen llorar al niño Dios, una curiosa obra que ya circula en Barcelona.

 Sexo oral, lo que le falta a la RAE 

 Aquí está la solución para subir puntos en el Informe Pisa y que el Ministro Wert duerma tranquilo: se llama Tus faltas de ortografía hacen llorar al niño Dios (Gráficas Torete) y lo escribe e ilustra Sabina Urraca. Un manual de ortografía pornográfica que promete limpiar, fijar y dar esplendor a la maltrecha lengua de Cervantes, con unas cuantas posturas sexuales por delante como cuenta la autora a El Confidencial

 –¿De dónde surge el proyecto? 
–Mi neurosis ortográfica me llevó a él. Un día, escribiendo en el blog se me ocurrió utilizar un reclamo para que a la gente se le grabaran a fuego algunas normas ortográficas. ¿Y qué mejor reclamo que el sexo? En mi blog suelo escribir bastante sobre temas sexuales y había comprobado cómo, en el gráfico de visitas, estas se disparaban cuando había un post marrano. Así que hice los primeros dibujos y los colgué un poco avergonzada, pensando "Jesusito de mi vida, perdóname, que voy a poner una cosa muy chusca y facilona". 

–¿Dónde encuentra la inspiración para los errores ortográficos? 
–La vida en general, y Facebook en particular, son mis mayores fuentes de faltas de ortografía. De vez en cuando acudo a ciertas revistas digitales asociadas a periódicos de tirada nacional y gran renombre (no diré nombres) para conseguir que me sangren los ojos. Intento controlarme para no herir a la gente con mis correcciones de persona insoportable, porque el goteo de faltas de ortografía es constante, pero, en el caso de las revistas, de vez en cuando me lanzo a la yugular y les doy cera. Pocas veces me hacen caso, la verdad. 

–¿Cómo es el proceso desde que ve una falta de ortografía sangrante, hasta que imagina la viñeta con la que la ilustrará? 
–Cuando se me ocurrió empezar a hacer los dibujos pornoortográficos, fui apuntando en un papelito las faltas de ortografía más comunes que veía por ahí. Después hay algunas que han surgido porque se me ocurría el dibujo, y necesitaba encontrar una falta que casase con él. Hay algunas que son homenajes a amigos míos que las cometían. El "Se dice convenzo", por ejemplo, nació como regalo para mi amiga Carmen, que siempre decía "convenzco". Ahora está completamente rehabilitada y es un chica feliz y de provecho. Hice los primeros dibujos y los colgué un poco avergonzada, pensando: Jesusito de mi vida, perdóname, que voy a poner una cosa muy chusca y facilona 

 –Estudió con el difunto Félix Romeo, ¿qué opinión le merecen escritores como García Márquez, que siempre han defendido las faltas de ortografía? 
–Siempre me daba mucha rabia que el resto de la gente hubiese tenido profesores tipo El club de los poetas muertos, profesores-mentores que te cambian la vida, y yo no. Hasta que me dio clase Félix Romeo. Félix era y es lo más parecido a un maestro que he tenido. En cuanto a lo de García Márquez, me metes en un tema delicado. Sólo te diré que mi padre, en un arrebato de lirismo y humor, me puso como segundo nombre el de un personaje de una novela de García Márquez. Así que no puedo meterme con él. Es como un abuelo con el que no estás de acuerdo en nada, pero es tu abuelo y le quieres. 

 –¿Es más del Diccionario de la lengua española o de María Moliner? 
–De la Mari de toda la vida. Su diccionario y el etimológico de Joan Corominas eran las biblias familiares en casa de mis padres. Así de repelente fue mi infancia. Por eso ahora estoy tan chalada. 

 –¿Está a favor de suprimir la tilde en "solo" y en "guion"? 
–La RAE y yo no somos amigas. No le presto mis juguetes en el recreo y tampoco cojo los suyos, porque son una mierda y un sinsentido, y no hay manera de jugar con ellos. –La ortografía es solo la punta del iceberg: ¿cómo se siente ante la incorrecta puntuación o los fallos sintácticos y/o gramaticales? –Creo que el psiquiatra me mandó distinta medicación para lo de la ortografía y los fallos gramaticales, pero, básicamente, el cuadro clínico es el mismo: sudores, temblores y ganas de llorar sentada en las rodillas de Pérez-Reverte mientras él ocupa su silla con la letra ‘t’ de la RAE. 

 –Si Durero ilustró el Quijote, ¿Sabina Urraca está condenada a ilustrar El dardo en la palabra de Lázaro Carreter? 
–Pues mira, ahí has dado en el clavo. Hace poco ilustré algunas frases de El dardo en la palabra, en concreto las que tenían algún toquecito sexual, para la revista erótica El erizo abierto. Lo hice con mi amigo Ángel Talián, y lo titulamos El nardo en la palabra. Creo que sale dentro de poco. 

 –Se confiesa una "nazi de la ortografía": ¿ha abandonado alguna relación por este motivo? 
–Tuve un novio al que directamente no le entendía los mensajes. Era algo serio, sin posible reforma o rehabilitación. La cosa se acabó por otras razones, pero yo sabía que aquello estaba muerto desde que vi el primer "dijistes". 

 –¿Son los errores ortográficos anafrodisíacos? 
–Absolutamente. En general, la gente con buena ortografía folla mejor. 

 –¿Qué sentimiento siente hacia el texto predictivo o el corrector automático? 
 – “Ya sé que gastas menos tiempo si usas el autocorrector, pero si te gusto tanto como dices, supongo que no tendrás inconveniente en gastar algo más de tiempo en decirme cosas". Este texto data de hace dos semanas. Así de gilipollas soy. Por suerte, funcionó. Esta Navidad he tenido el honor de ver a mis primos, todos adolescentes con carita de desidia total, manejarse en cuestiones básicas como barrer o ayudar a cocinar algo. Y el problema de estos cachorrillos no es que no sepan escribir, es que no saben hacer una mierda. Viendo la cantidad de tiempo que pasan dándole a la teclita en sus móviles del futuro, me daban ganas de levantarme y lanzar una proclama llena de pasión, tipo: "VUESTRO CONTROL DEL LENGUAJE OS HARÁ LOS REYES DEL WHATSAPP. OS TRISCARÉIS A QUIEN OS PLAZCA CON UN BUEN USO DE LAS PALABRAS EN TUENTI". 

 –El Instituto Cervantes suele preguntar eso tan cursi de cuál es la palabra favorita del idioma español. En su caso, ¿cuál es la falta de ortografía más odiada? 
–En general, me joden la vida las personas que sobretildan y sobrecoman. Me parece menos dañina la mala ortografía por defecto que por exceso. Cosas como "CUÁNDO tú quieras vamos al guateque" me parecen mucho más jodidas que un "¿CUANDO vamos al guateque?". Las dos están mal, pero me jode más la primera. Con lo que más momentos de ira he sufrido, ortográficamente hablando, ha sido con las barbaridades que cometen muchos concursos literarios con la palabra "microrrelato". No sé por qué, se empeñan en escribirla con una sola erre. Lo que más me hacía sufrir antes eran los subtítulos de Canal Metro de Madrid. Llegaba a lanzar maldiciones en voz alta mientras esperaba en el andén. La gente se apartaba por miedo a que los tirase a la vía Me parece muy fuerte que un concurso de escritura, que se supone que nace en un ambiente de buena ortografía y gramática, haga esa chapuza ya desde el título. Hubo una época en la que les escribía cada vez que lo veía (controlándome, siempre desde el respeto y la suavidad), y fliparías con la cantidad de organizadores prepotentes que me respondían de vuelta, no para darme las gracias y asumir su error, sino para reafirmarse en su cagada y decirme que yo no tenía ni idea. Había algunos iracundos y prepotentes, pero lo peor eran los paternalistas, que me trataban como si fuese gilipollas y me estuviesen salvando la vida. 

 –¿Quién le hace sufrir más: el subtitulador de los telediarios o el de Sálvame
–Lo que más me hacía sufrir antes eran los subtítulos de Canal Metro de Madrid. Llegaba a lanzar maldiciones en voz alta mientras esperaba en el andén. La gente se apartaba por miedo a que los tirase a la vía. Por suerte, el dios de la ortografía escuchó mis súplicas, y ahora una colega mía del curro lleva el equipo que crea y subtitula las noticias del Metro. Es una tía muy meticulosa, que no pasa una. Ella no lo sabe, pero para mí es una especie de salvadora revolucionaria. 

 –¿Cree que tiene alguna posibilidad de entrar en la RAE? 
–Yo sólo entraría en la RAE para practicar una orgñía gerontofílica.

Para traductores del chino

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A mediados de enero, nos llegó el mail que se reproduce a continuación. Se trata de un recuento de obras de autores chinos traducidos al castellano en el pasado 2013. Sin embargo, no deja de sorprender que ese resumen se refiera exclusivamente a obras traducidas en España. Aprovechamos entonces la ocasión para informar a los traductores y editores latinoamericanos de textos chinos, invitándolos a que envíen la información a los destinatarios pertinentes.

China traducida

Estimad@ compañer@,

Nos permitimos hacerte llegar la primera edición del Anuario China Traducida 2013. En él hemos procurado catalogar todas las nuevas traducciones del chino al castellano publicadas durante el pasado año 2013. 

Puedes verlo y descargarlo desde nuestra web:

Como señalamos en la presentación, el anuario está abierto a ampliaciones y correcciones que tengas a bien hacernos llegar a nuestro email (info@china-traducida.net) o a nuestras páginas en Facebook (China Traducida) y Twitter (@chinatraducida).

Esperamos que sea de tu interés.


Un muy cordial saludo

Para considerar a la hora de comprarlos

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Marcelo Bellucci publicó la siguiente nota en Clarín, del 29 de enero pasado. La bajada de la misma dice: “Aunque se pueden ‘ojear’ con ambos, cada dispositivo tienen pros y contras. Las tabletas permiten hacer más cosas. Los lectores digitales simulan mejor el papel y la batería dura más”.

Todo lo que hay que saber para leer libros electrónicos

Como consecuencia de la gran demanda de tabletas durante 2013, la gente –por curiosidad o verdadero interés– comenzó a descargar libros para hojear en sus pantallas luminosas. Pero además de las tabletas existen los lectores de libros digitales (e-readers). Cada opción tiene ventajas y dificultades, y a veces hacen falta complementos para alcanzar una experiencia realmente placentera.

Una encuesta del centro de investigación Pew demostró que, junto con la creciente disponibilidad de las tabletas, aumentó también el número de personas que las usan para repasar sus libros. En tanto, en los últimos cuatro meses la venta de e-readers subió 32%.

Los libros digitales se pueden “ojear” tanto desde una tableta como en un lector específico. Y si bien en cuanto a precio y simplicidad de manejo corren parejo, el hábito de lectura cambia drásticamente de un dispositivo a otro.

Los e-readers están un escalón por encima del resto, ya que utilizan la tecnología de tinta electrónica, que es lo más parecido a estar frente a un libro de papel. Al no tener de retroiluminación no cansan la vista y se comportan de manera aceptable bajo la luz del sol. A esto se le suma una duración prolongada de la batería, ya que sólo consume energía al cambiar de página. Para quien tenga el habito de leer una hora por día, podría estar todo un mes sin necesidad de recarga.

La amplitud de los beneficios llega a perderse en la profundidad de su fase negativa. Su mayor carencia es que al ser en blanco y negro, quedan excluidas las revistas y novelas gráficas, además de la navegación por Internet o algún juego casual. Además, al no estar la pantalla iluminada, necesitan una lámpara si uno quiere leer de noche.

Las tabletas, con sus pantallas LCD, son más versátiles. Además de texto permiten ver imágenes y videos y son aptas para leer en espacios mal iluminados, incluso a oscuras. Lo malo es que al ser una pantalla retroiluminada cansa más la vista y la duración de la batería no supera las 2 horas.

Entre las tabletas, las más recomendables son las de 7 pulgadas, porque tiene el mismo tamaño de un libro tradicional, lo que garantiza un agarre más favorable. Y aunque se puede utilizar cualquier tableta, el inconveniente es el peso. Mientras una de 7 está en 270 gramos, las de 10 duplican ese valor. Algo que si bien no se trasluce en los primeros minutos, termina siendo decisivo al cabo de un rato.

Antes de empezar a bajar los eBooks, habrá que conseguir un software que genere el entorno de lectura. Además de modificar el tamaño y el estilo de la tipografía, el color de fondo, la separación entre letras y el interlineado, se puede graduar la intensidad de la luz, simular el tipo de papel y deslizar el dedo por el borde inferior para cambiar de página. El más completo es Moon + Reader que brinda la posibilidad de subrayar, hacer anotaciones y colocar marcadores. Aldiko Book Reader, que viene instalado en muchos equipos, se defiende mejor en el terreno de los cómics y las revistas. Para libros comprados en Amazon se necesita el Kindle.

Muchos de estos software habilitan la compra de material desde sus propias tiendas. Algunas editoriales, como Alfaguara, ofrecen los eBook un 60% más baratos que la edición impresa. La versión papel de Un comunista en calzoncillos, de Claudia Piñero se consigue a $ 120 y la digital aparece a $ 49. Otra opción es el sitio www.bajalibros.com del libro, donde la diferencia ronda el 20 o 30%. También hay muchos sitios que ofrecen textos gratuitos. Algunas editoriales encadenan sus eBook con DRM o gestión digital de derechos. Para acceder al texto hay que instalar el Adobe Digital Editions cada vez que se abra el libro.

Los libros electrónicos se presentan en diferentes formatos, dependiendo de los protocolos y estándares que se sigan en su construcción y del software de lectura con el que se vayan a utilizar. El ePub es el MP3 de los libros electrónicos: lo soportan la mayoría de los lectores electrónicos, y además es gratuito y abierto. Una de las pocas excepciones es el Kindle Fire, que tiene su propio formato llamado Mobi. El PDF es el menos apto, ya que se que se trata de un formato de almacenamiento de documentos “cerrado”, desarrollado por Adobe, más conveniente para la PC.


Una columna para el olvido

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Rob Rix es profesor del Instituto Cervantes de Manchester, donde realiza talleres de traducción literaria. La siguiente columna fue publicada por El Trujamán, el 22 de enero pasado.

«Olvido»… cómo se traduce al inglés

En los talleres de traducción literaria que ofrecimos durante 2013 en el Instituto Cervantes de Manchester y Leeds (Reino Unido) hemos comentado la dificultad de traducir la palabra «olvido» al inglés. Muchas veces se traduce por oblivion, pero este término nos ha parecido demasiado absoluto en algunos de los casos examinados, sobre todo porque aparece frecuentemente en frases idiomáticas como consigned to oblivion (‘relegado al olvido’) o snatched from the jaws of oblivion(‘arrebatado a las fauces del olvido’) que sugieren destrucción total, quizás por su parecido con el verbo to obliterate.

En el verso de Neruda «es tan corto el amor y es tan largo el olvido» habría que emplear alguna forma del verbo to forget para conservar el sentido, por ejemplo love does not last as long as forgetting o we are not loved for long, but we are forgotten for much longer (ninguna de las cuales es satisfactoria, sobre todo como poesía). La canción «Memorias del olvido» del grupo uruguayo No Te Va Gustar emplea una paradoja difícil de reproducir en inglés, ya que Forgotten memories significa «memorias olvidadas», que no es lo mismo, y Memories of forgetting tampoco comunica la contradicción tan poética del título original.

Otra canción, «Eres mi religión» del grupo mexicano Maná, contiene el verso «Iba caminando por las calles empapadas de olvido» que tendría que traducirse como streets soaked (or drenched) in forgetting, pero el gerundio inglés no tiene ni la sonoridad ni la concisión del sustantivo español.

Tenemos que reconocer que la lengua inglesa, por alguna razón que desconocemos, carece de equivalente de este concepto elemental, que es como el revés de memoria, es decir, la función mental de recordar o de olvidar y el «lugar» donde se recuerda o se olvida. Existe la palabra forgetfulness que se aplica a la tendencia olvidadiza de algunas personas, pero no resulta muy útil a la hora de expresar la noción de «olvido».

Hemos estudiado los versos de Gustavo Adolfo Bécquer y de Luis Cernuda que hablan de «donde habite el olvido» (y un verso de Joaquín Sabina «donde habita el olvido»), sin hallar una traducción adecuada.

Se ha dicho de Cernuda que «murió en el olvido» que en inglés se puede expresar con died in anonymity, died forgotten, died unknown o incluso died alone. Pero cuando Jorge Luis Borges se refiere a «el olvido que seremos» (tomado como título de un libro de Héctor Abad Faciolince, traducido comoOblivion. A Memoir por Anne McLean y Rosalind Harvey) nos quedamos con un enorme dolor de cabeza. Borges tiene cierta predilección por la palabra, utilizándola en muchas sentencias memorables. Cito tres ejemplos:

Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón.

Leí los libros esenciales y otros compuse que el oscuro olvido no ha de borrar.
Eres nube, eres mar, eres olvido. Eres también aquello que has perdido.

En cada caso habría que buscar una solución diferente. La primera cita se refiere al acto de olvidar (forgetting), la segunda a una fuerza destructiva impersonal (oblivion), y la última al destino individual (¿forgotten?).

Y ¿qué hacemos con el verso de Federico García Lorca, del poema «Sueño»?:

Llénala con tus hilos, araña del olvido (Spider, weave your web of forgetting).

Todo esto sin olvidar que «Olvido» también es nombre de mujer en castellano, lo que da lugar al poema de Arely Huber (en Twitter):

Yo soy ese tipo de recuerdo 
que no lograste sacar de ti: 
Llámame olvido… si puedes  (Call me Oblivia... if you dare?).

Todo lo que comentamos sirve no para demostrar las dificultades o la imposibilidad de traducir, sino para recordar que traducir nos permite apreciar plenamente la riqueza de una lengua, y las diferencias entre una lengua (y una forma de pensar) y otra.


Homenaje a José Emilio Pacheco (I)

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El poeta, narrador, ensayista y traductor mexicano José Emilio Pachecomurió el 26 de enero pasado. A modo de breve homenaje, a continuación se publica  en dos días sucesivos un ensayo de la gran crítica argentina Susana Zanetti (1933-2013), aparecido en la revista Orbis Tertius, 2010, XV. Su resumen señala que “La importancia de la traducción y de la versión en la actividad intelectual del escritor mexicano José Emilio Pacheco cobra mayor relevancia en cuanto ambas constituyeron la sección final de sus poemarios, con el título de “Aproximaciones”. Por otra parte, todos sus libros acuden a fuertes relaciones intertextuales, homenajes, citas y textos “a la manera de”, además del uso de heterónomos, conformando una red que respalda su concepción de que “la poesía se hace entre todos”, concepción que le posibilita, por momentos, confiar en la permanencia de la palabra poética ante la convicción del futuro como destrucción y ruina”.

Traducciones, versiones y homenajes
en la poesía de José Emilio Pacheco (I)


En la ignorancia a medias de un idioma,
ya que el dominio es imposible,
las palabras demuestran estar hechas
de la esencia del mundo y la poesía.

José Emilio Pacheco, “Tierra de nadie”


No sería desatinado pensar la traducción de Cuatro cuartetos de T. S. Eliot por José Emilio Pacheco en 1989 como culminación de ese trabajo que se ha empeñado en definir como “Aproximaciones”, en tanto ensaya asir una experiencia poética en otra, una lengua en otra, convencido de que “asumir el paso del tiempo es interrogar fundamentalmente el lenguaje”, (1) ciñéndolo al presente que recrea la palabra al leer o al traducir un poema. Poco antes, en 1984, las había reunido en volumen aparte con el título de Aproximaciones(1958-1978), como denominaba a las traducciones o mejor, versiones, de las secciones finales de sus libros, incluidas a partir de Los elementos de la noche (1963). Ellas los cerraban como si culminara en los versos ajenos su poesía.(2)

Como es habitual en él, Pacheco modifica el texto de los poemas en las sucesivas ediciones de su obra, reunida bajo el título de Tarde o temprano. En la tercera edición del año 2000 suprime las “Aproximaciones”, reproducidas siempre en sección final del libro, si bien es cierto que ya en libros unitarios anteriores —El silencio de la luna (1994) o La arena errante(1999)— no incorporaban nuevas “aproximaciones”, aunque
la intertextualidad que comentaremos sigue presente en sus últimos libros de 2009.

Sabemos la importancia que han tenido las interrelaciones de la producción poética en muy diferentes lenguas, redes alimentadas en buena medida por las traducciones realizadas especialmente por poetas que no solo se empecinaron en alcanzar, como Pacheco, una versión que siguiera muy de cerca el original, sino que sobre todo respondiera a su concepción de la poesía y a su saber de la propia lengua. Su trabajo no se detuvo allí. Singularizan su poesía la intertextualidad y la contaminación profusa con la producción ajena.

Desconfiando de afirmaciones como las de Paul Valéry o de Roman Jakobson (“La poesía es por definición intraducible”3), las generaciones de poetas mexicanos a partir de Contemporáneos, y aun antes, si recordamos a Balbino Dávalos en la Revista Moderna (1898-1903), se destacaron por su interés en la modernización de la literatura nacional, valiéndose, entre otras posibilidades, de la traducción de textos de muy diverso origen. En esta tradición de apertura se incluyen las revistas Estaciones, la Revista Mexicana de Literatura, La Palabra y el Hombre, la bilingüe El Corno Emplumado o Diálogos, con las que Pacheco colaboró asiduamente.

Varias veces se ha referido Pacheco al modo en que deben leerse sus “Aproximaciones”, y los fundamentos de su trabajo de traducción. “No tengo nada contra los traductores académicos pero mi intención es muy distinta: producir textos que puedan ser leídos y juzgados como poemas en castellano, reflejos y aun comentarios en torno de sus intactos, inmejorables originales. […] De alguna manera no son, como podría creerse, ‘traducciones de traducciones’, sino poemas escritos a partir de otros poemas”. Enseguida refiere la lección recibida del poeta Jaime García Terrés (1924-1996) —importante gestor cultural, abocado a ampliar y profundizar la apertura cosmopolita—: “me enseñó a aspirar a la soltura y al respeto por el texto en español”. (4)

Comenzó con este trabajo a los 23 años. Tradujo por entonces a Beckett, “De profundis” de Oscar Wilde, Eisenstein, Tennessee Williams, Pinter, etc., más allá de los incorporados en sus “Aproximaciones”. En éstas se vale de traducciones existentes —apunta siempre la procedencia de las que utiliza—, de lenguas que conoce o, sobre todo, ignora.

La lectura alimenta su tarea y la versión se atiene a su concepto del traslado al español. En “Gustave Flaubert (1821-1888)” celebra la entrega del escritor francés al “término exacto” (le mot juste, dice) pues solo existe “una palabra para cada cosa y debe ceñirse / —como la piel al cuerpo— a lo que nombra”. Aunque banalmente se piense que “nada queda en traducción de frases como las suyas. / Y sin embargo todo escritor debe honrar / el idioma que le fue dado en préstamo, no permitir / su corrupción ni su parálisis” (p. 70). (5) En 1989 expresa con mayor precisión el sentido de sus “aproximaciones”, el modo en que deben entenderse los versos recién citados: “Pongo términos de otro idioma en el vocabulario al que me confina mi país, mi región, mi clase, mi edad, mi instrucción, el habla de mi familia, mi dominio o mi ignorancia de ambas lenguas, mi habilidad o mi ineptitud como versificador y prosista en español. Ni usted ni yo existimos antes ni volveremos a existir”. (6)

Esta condición que decide sus elecciones, nacidas de su modo de estar en el mundo, es fundamento también de su poesía, y así lo expresa muchas veces, entre otras en “A quien pueda interesar” de Irás y no volverás(1969-1972): “A mí sólo me importa el testimonio / del momento inasible, las palabras / que dicta en su fluir el tiempo en vuelo. / La poesía anhelada es como un diario / en donde no hay proyecto ni medida”. (p. 152)

Con algo más de optimismo, pero con la preocupación del sentido de su función, en Los narradores ante el público, (7) y aún un joven de 26 años, expresa ideas que mantendrán su actividad como poeta e intelectual hasta el presente: “Tras la crisis —si hay salida, si hay porque tiene que haber, futuro— algunos piensan que la poesía se habrá hecho modesta, porque tampoco son sus poderes, salvar al mundo sino iluminarlo”. (p. 261)

Su versión de “Les chimères” de Nerval —ya traducida por Xavier Villaurrutia y Octavio Paz— despertó una inesperada actividad traductora en México en 1975, cuando a raíz de la afirmación de Salvador Elizondo en Plural de que la mejor traducción del poema era de Pacheco, impulsó nuevas versiones en los siguientes números de la revista, de Arreola, Segovia, Elizondo, Zaid y José de la Colina, promotor del desafío, entre otros.

Cito los primeros versos del original francés y de la versión de Pacheco, porque muestran claramente cómo sus traducciones tienden a dejar de lado lo contingente (en este caso la novela de Walter Scott), el detalle que cierra el alcance mayor del sentido, y abstraer universalizando las significaciones.

En Nerval leemos: “Je suis le ténébreux, —le veuf, —l’inconsolé, / le prince d’Aquitaine à la tour abolie / ma seule étoile est morte, —et mon luth constellé / porte le soleil noir de la Mélancolie”. Así queda en Pacheco “El desdichado”: “Yo soy el tenebroso, el viudo inconsolado. / A mi abolida torre la desdicha me guía. Cargo una muerta estrella y un laúd constelado. Son esos negros soles mi aciaga astronomía”. (8)

Es indudable que Pacheco se ha apartado de la “tradición de la ruptura” afirmada por Octavio Paz en el prólogo a la antología Poesía en movimiento. México, 1915-1966, dirigida por él y en la cual había Pacheco colaborado, junto con Alí Chumacero yHomero Aridjis. Paz fundaba esa concepción en la idea moderna del instante, siempre nuevo y único, en un tiempo siempre en movimiento, que la poesía refleja. Al recibir el Premio Nobel insiste en esa valoración: “La poesía está enamorada del instante y quiere vivirla en un poema; lo aparta de la sucesión y lo convierte en presente fijo”. (9) El rupturismo vanguardista cede paso en Paz a “la poesía de la convergencia”, de apertura a la tradición y a otras culturas, auspiciada en Vuelta (en su artículo “El romanticismo y la poesía contemporánea”) en 1987, y ya experimentada en sus “transliteraciones” de Versiones y diversiones (1974). Los legados de la tradición son entonces una suerte de don que irán templando su escritura, atenaceada por la violencia destructora de la materia y de los seres, violencia engendrada por el tiempo y la historia, que amenaza volver estéril la palabra. “Nuestras voces son desmoronamientos de guijarros en las tumbas”, dice Milosz en “Adiós a la noche”, uno de los poetas admirados por Pacheco, en tanto sus poemas apuestan a conjurar el derrumbe haciendo pie en la memoria (en las tramas de citas, traducciones, epígrafes y dedicatorias) de ellos que, devueltos al presente, enriquecerían percepciones y experiencias de hoy. Intensifica esta presencia las búsquedas de concisión y de la versión ajustada en su sonoridad, en sus tonos o en ritmos equivalentes, en el refinamiento de las metáforas de sus traducciones, o en el modo de introducir el cruce de textos múltiples, sea en un solo poema, sea en citas o glosas de López Velarde, Nervo, Joyce, Ortega y Gasset, Goethe o Garcilaso. Seguramente ha prestado atención a las observaciones de Octavio Paz en El arco y la lira sobre las ideas de Etiemble y Eliot acerca del placer estético y su dependencia de lo fisiológico, muscular y respiratorio, que inciden en el ritmo verbal, vinculado siempre a la historia, a una época y a una sociedad, propia.

Sus traducciones se ligan evidentemente a su concepción de la poesía, como concentrada en la intensidad del instante, aunque reconozca cada vez más sus límites de eficacia y perduración, y luche para no aceptarlos. La relación entre el tiempo, el instante y la poesía está en el centro de las significaciones más problematizadas, constantemente resignificadas: se percibe el lazo con las formas breves, la condensación de la percepción, sobre todo de la mirada y el simbolismo de la intensidad de la luz, como en “Sor Juana” de Islas a la deriva (1973-1975):

Es la llama trémula
en la noche de piedra del virreinato. (p. 174)

Y lo reitera, como en estos espléndidos ejemplos, entre muchos otros. De Irás y no
volverás (1969-1972), “Definición”:

La luz: la piel del mundo. (p. 143)

Una de las “Alabanzas” de Miro la tierra (1984-1986):

Tinta, sal y en la página ardiente
toma la forma
en que tu interna oscuridad se ilumina. (p. 340)

La red de reescritura y lectura alienta definirla como “La dulce, eterna, luminosa poesía” en “Crítica de la poesía” de No me preguntes cómo pasa el tiempo (Poemas, 1964-1968), p. 75, (10) o sumir la tarea en la duda y el desaliento, ya En el reposo delfuego (1963-1964), como vemos en el poema 10 de la sección III, primer momento del
desolado pesimismo con que reflexiona en su poesía sobre el pasado y la realidad mexicana. Cito sólo los versos iniciales: “Hay que darse valor para hacer esto: / escribir cuando rondan las paredes / uñas airadas, animales ciegos. / No es posible callar, comer silencio, / y es por completo inútil hacer esto / antes que los gusanos del instante / abran la boca muda de la letra / y devoren su espíritu.” (p. 57)

Un ejemplo importante, entre varios otros, es la serie de traducciones de Islas a la deriva (1973-1975) de Seferis, y especialmente de dieciséis poemas de Cavafis, (11) en los cuales se acentúa la tematización de la muerte, la vejez y el fracaso del hombre y de la historia a partir del mundo griego antiguo, haciéndolo confluir con lo ya expresado en la segunda sección, “Antigüedades mexicanas”, que vuelven a revisar la conquista y el pasado colonial, para culminar, por una parte, en el presente de ruina de “México: vista aérea” (Recordemos el comienzo: “Desde el avión ¿qué observas? Sólo costras, / pesadas cicatrices de un desastre”, p. 177) y en “Crónica”, que pareciera volver al comienzo de la espera del invasor, cuya crueldad había expresado en “Crónica de Indias”, respaldado en el epígrafe por la reticente reflexión de Bernal Díaz del Castillo (12)(“La guerra terminó o tal vez no ha empezado. / El fuego derribó nuestras murallas /y hacemos guardia entre las armas rotas”, p. 177). Por otra, en la “Lectura de la Antología griega”, que acentúa la libertad de Pacheco para introducir su áspera crítica al presente con un epigrama atribuido a Simónides, titulado “Vietnam” (“Los griegos deshicieron el gran poder / de los persas cargados de oro”), reuniendo nuevamente a Cavafis y México.

Volverá constantemente al tema. En El silencio de la luna, publicado en 1994, la brevedad de “Limpieza étnica” (“Dijimos nunca más / y ahora, monstruosa,/ se repite la historia”, p. 440) condensa la revisión del pasado, insertando irónicamente en la sucesión de estragos el poema “Fin de la historia”, y haciendo confluir en los epígrafes la mezcla de la alta poesía o de la Bibliacon información de la guía de la ciudad de México o el discurso del “empresario del Circo” —acercándose a las parodias de la antipoesía de Nicanor Parra—, en tanto toma de la Eneidael título del libro. (13)

                                                                                                          sigue mañana

Notas
1 Ortega, Julio, Figuración de la persona, Barcelona, Edhasa, 1971, p. 263.

2 Son poemas de John Donne, Baudelaire (“La chevalure”), Rimbaud (“Le bateau ivre”) y dos de  Salvatore Quasimodo. Los repite en igual sección de De algún tiempo a esta parte y de Tarde o temprano (1980).

3 En Ensayos de lingüística general, segunda sección, p. 4.

4 “Nota” a Tarde o temprano. Cito por la segunda edición (México, FCE, 1986). En los años cincuenta Jaime García Terrés dirigió la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM y la Revista Universidadde México entre 1953 y 1965; impulsando la difusión de los movimientos artísticos y culturales mundiales, “de cultura abierta”, sin descuidar la tradición lingüística y cultural hispana. A los intelectuales españoles republicanos refugiados en México León Felipe, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Luis Buñuel, entre otros, se sumaban en estos años los hispanoamericanos José Luis González, García Márquez, Álvaro Mutis, Augusto Monterroso, etc.

5 Poema de Los trabajos del mar. Cito por la primera edición de 1983. Tiene como subtítulo “Un artículo en verso para el centenario de su muerte”. En la cuarta edición de Tarde o temprano, altera el título “El centenario de Gustave Flaubert” y como subtítulo “(Un artículo en verso)”.

6 Citado por Carmen Corona del Conde en “Algunas reflexiones sobre la traducción”, aparecido en La Jornada Semanaln. 22, 12 de noviembre de 1989, p. 27. Tomo la referencia del excelente artículo “La palabra en el desierto. José Emilio Pacheco y T. S. Eliot” de Carlos A. Guzmán Moncada, en Arrabal, nº 1, 1998, pp. 243-249.

7 Vol. 1, México, Joaquín Mortiz, 1966.

8 Cito por Tarde o temprano (2º edición, 1986) p. 292.

9 Obras completas, México, Fondo de Cultura Económica, 1994, vol. 1, p. 35

10 Cuando no se aclara la edición de la cita de la poesía de Pacheco, debe entenderse que proviene de la última edición de sus poesías completas, siempre corregidas, que reúne con el título de Tarde o temprano (Poemas 1958-2009). Edición de Ana Clavel, 4º ed., México, Fondo de Cultura Económica, 2009.

11 Versiones dedicadas “A Celia y Jaime García Terrés, quien me descubrió a Cavafis, y el arte de la traducción en 1960”.

12 “Con el objeto de propagar la fe / y arrancarlos de su inhumana vida salvaje, / arrasamos los templos, dimos muerte / a cuanto natural se nos opuso. / Para evitarles tentaciones / confiscamos su oro. / Para hacerlos humildes / los marcamos a fuego y aherrojamos. / Dios bendiga esta empresa hecha en Su Nombre”. El epígrafe de Bernal Díaz del Castillo dice: “…porque como los hombres no somos todos muy buenos…”

13 “…Et jam Argiva phalanx instructis navibus ibat / A Tenedo, tacitae per amica silentia lunae…” envida  II: 254-255” Y agrega la traducción: “…ya la falange de la griegas naves / de Ténedos venía, bajoel velo / del silencio amistoso de la luna…”. “Aurelio Espinosa Pólit: Virgilio en verso castellano”, p. 467.

Homenaje a José Emilio Pacheco (II)

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Segunda parte del artículo de Susana Zanetti sobre José Emilio Pacheco y la importancia de la traducción de poesía en la obra del propio poeta

Traducciones, versiones y homenajes
en la poesía de José Emilio Pacheco (II)

Las versiones de Pacheco hacen del poema original un punto de partida hacia el encuentro con esa voz en la lengua propia: no descifrarlo, sino alcanzar la cifra en la que se confunden, cifra —de resonancias órficas— que es don de la palabra poética, pero concedida a todos los seres, afirmación corroborada a lo largo de su obra. Así sucede en “A sabiendas” de uno de sus últimos libros, Como la lluvia (2009), para sostener la presencia múltiple de la poesía, que fluye sin cesar para asegurar su permanencia: “Toda la noche escribe el cangrejo en la arena húmeda / el poema infinito de los mares. // Lo hace aunque sabe que al amanecer / vendrán las olas a borrar su escritura”. (p. 671)

Cuando en 1982 Pacheco rehúsa el pedido de entrevista de George B. Moore le envía la epístola “Una defensa del anonimato” (14) para aclararle que busca dejar en las  sombras la figura de autor —“a eso tienden mis versos y mis versiones” (p. 304)— y pensar en “una poesía anónima ya que es colectiva”, oblicuamente indicadas ya al atribuir a su heterónimo Julián Hernández un epígrafe que introduce la sección “Aproximaciones” de Irás y no volverás (1969-1972), un epigrama que recuerda la conocida frase de Lautréamont: “La poesía no es de nadie: se hace entre todos”. (15)

A partir de No me preguntes cómo pasa el tiempo (Poemas, 1964-1968) de 1969, título tomado del poeta japonés Li Kiu Ling, intensifica esta presencia tanto como el virtuosismo de las traducciones y su entramado con la ironía y el sarcasmo, siempre con un decir lacónico, ya visto en varios ejemplos, que impregnan de franco pesimismo la dimensión ética de sus poemas, en los cuales la ruina va volviéndose cotidianidad, en tanto el pasado se materializa en el presente. Culmina en el 2 de octubre de 1868, fecha de la matanza de Tlatelolco en la Plaza de las Tres Culturas y de la escritura del poema, “Lectura de los ‘Cantares Mexicanos’: Manuscrito de Tlatelolco”, en el que la Matanza del Templo Mayor, y sobre todo la guerra que destruye a México-Tenochtitlan, apoyado en las traducciones de los textos en náhuatl realizadas por el padre Ángel María Garibay y Miguel León-Portilla, en Visión de los vencidos. A los textos mencionados en el título, procedentes del manuscrito conservado en la Biblioteca Nacionalde México, de 1523, y del manuscrito anónimo de Tlatelolco, de 1528, que se encuentra en la Biblioteca Nacionalde París, se agregan citas del Códice Florentino, hoy en el Vaticano.

Del año anterior es Morirás lejos (1967), su única novela, construida también por la trama de voces y de textos, de versiones como la del título, tomado de Séneca, glosado por Pacheco.

No cesará de interrogar los sentidos de esta perduración de la palabra poética, sujeta además a la desvalorización y al olvido, en cuanto la concibe como un diálogo o conversación (“Llamo poesía a ese lugar de encuentro con la experiencia ajena”, dice en la carta a George B. Moore, p. 303). (16)

La afirmación de Tarde o temprano de 1980 (“Ignoro si este libro llega tarde o temprano. Sé que tarde o temprano no quedará de él ni una línea” 17) pareciera desvanecerse en esa red que reinventa la palabra, alimentada por los préstamos de versos de otros, de cruces simultáneos y de poemas a la manera de, etc. Lo vemos en los epigramas a la manera de Juvenal o en la serie de su otro heterónimo Fernando Tejeda, “Los amores (Estudio y profanación de Pierre Ronsard)”, que se funde con las operaciones similares en “Catulo imita a Cardenal”, parodiando los epigramas y las traducciones del poeta latino hechas por Cardenal, cuyos ecos persisten en los poemas amorosos de Pacheco. Así rinde homenaje a poetas clásicos o contemporáneos, orientales, europeos o latinoamericanos, a los angloamericanos, cuyo peso en la poesía del siglo XX puso de manifiesto en su conocido artículo “Notas sobre la otra vanguardia”. (18)  Cofradía ofrecida a los hombres como modelo que, en sus desplazamientos por el tiempo, el espacio y los idiomas, abre las compuertas a una comunicación más plena. Los títulos de sus libros y poemas también dan cuenta de ello.

Si en Como la lluvia son pocas las referencias a otros poetas, habituales en los libros anteriores, vuelve, en el apartado IV, “Celebraciones y homenajes”, a poner en escena el reconocimiento de un poeta a otro (al estilo de “Trébol” de Cantos de vida y esperanza), de Díaz Mirón a Darío, o de Darío a Francisco Toledo. Podríamos decir que son homenajes escritos “a la manera de”, así como se vale de la epístola clásica en tercetos encadenados para la escritura de la que Lope de Vega dedica a Cervantes. Estas invocaciones se ciñen a los clásicos grecolatinos —Safo, Séneca, Propercio— y del Siglo de Oro español —Cervantes, Lope, Calderón, Quevedo— y en nuestro ámbito a Darío. Recurre además a la pluralidad de voces a través de los “once poemas dementes” del heterónimo Alonso Cañedo, como en libros anteriores lo habían sido Julián Hernández y Fernando Tejeda.

“Como la lluvia”, repetido en el título al libro, proviene de la inscripción de un poema en un muro sepultado entre las cenizas de Pompeya. Ahora es reescrito por el sujeto lírico después de dos mil años, negando así al mismo tiempo el ambiguo escepticismo ante sus concepciones del pasado sobre los modos de perdurar de la poesía al concluir su poema (“Dos mil años después de que el Vesubio / sepultó entre cenizas a Pompeya / encontraron un muro en que estaba escrito: // Nada es eterno. Brillan los soles y en el mar se hunden. / Arde la Luna y se desvanece más tarde. / La pasión de amor / se termina también / como la lluvia. // Al tercer día de copiado el grafito / el yeso en que lo inscribieron se vino abajo. // Se acabaron los versos / como la lluvia. (p. 651).

Sabe también Pacheco que es solo parte de una red, solidaria en el tiempo y el espacio: “Y cada vez que inicias un poema / convocas a los muertos // Ellos te miran escribir / te ayudan”. (“D. H. Lawrence y los poetas muertos” de Irás y no volverás). Esos muertos son con frecuencia “adictos” como Pacheco a la traducción y a la cita. Celebra así a Ezra Pound cuando traduce “Lamentación del guardafronteras” en Miro la tierra, porque su libro Cathay (1915) ha “determinado la forma de leer y traducir la poesía de Oriente en los países occidentales” y porque lo ha hecho valiéndose “de una traducción de una traducción […] incitándonos a hacer nuestra la poesía ajena, a hacer nueva la poesía antigua y puede llevar la firma de las iglesias medievales: Adamo me fecit. No importa si Pound sabía o ignoraba el chino y el japonés. No importa quién lo escribió”. (1ª edición, 1986, p. 72)

El haiku será una de las experiencias poéticas japonesas que han estimulado la escritura de Pacheco. En Irás y no volverás expresa esa adhesión en los epígrafes de buen número de poemas y en haikus tan espléndidos como estos: “Alba en Montevideo” — “La noche lentamente se deshace en la luna / que avanza llena de eternidad” (p. 142) o en “Amanecer en Buenos Aires” —“Rompe la luz el azul celeste / amanece en la plaza San Martín / en cada flor hay esquirlas de cielo” (p. 142). También ésta que alude a uno de los poetas traducidos en sus comienzos (“La cabellera”), titulado “Gato”: “Ven / acércate más / eres mi oportunidad / de acariciar al tigre// y de citar a Baudelaire”. (pp. 142 y 146 respectivamente). Algunos breves poemas complejizan la mezcla, como sucede en “Rilke y Yeats”: “Ayúdenme a escribir / abran las puertas / que hasta el orden conducen / y rescaten mi alma / de esa jaula / en que mi voluntad / brama entre rejas.” Entrecruza aquí los momentos más intensos del famoso poema de Rilke, “Der Panther”, en el cual la interioridad enajenada del poeta se funde con la de pantera enjaulada (“er nichs mehr hält” y “durch der Glieder angespannte Stille und hört im Herzen auf zu sein”), escritos en un idioma que lamenta ignorar. (19)

“Escribir la poesía no puede ser sino reescribirla, repetirla insinuando alguna variante que le dé alguna justificación y actualidad […]. El gesto individual del poeta se inscribe en el marco de una tradición y la prolonga, reinterpretándola”, afirma con razón José Miguel Oviedo, en su artículo de la valiosa compilación de Hugo Verani, quien define a su vez la poesía de Pacheco como “palimpsesto de lecturas” (p. 54). Cenizas de huellas tejen una red donde ellas vuelven a significar, en un presente de catástrofe en el que se desvanece la memoria de los espacios de la infancia y de la identidad de la ciudad de México, expresada de lleno en la sección inicial de Miro la tierra (1983-1986), “Las ruinas de México (Elegía del retorno)”, que se respaldan en un fragmento del poemario de este nombre del poeta modernista mexicano Luis G. Urbina compartiendo el mismo sentimiento de extranjería ante los cambios producidos por la especulación urbana, (20) responsable en buena medida del número de muertos causados por el terremoto de 1985, muertos a quienes dedica el libro, cuyo título cita unos versos de Rafael Alberti. “Ley de extranjería”, denomina a la sección inicial de El silencio de la luna, en la que el sujeto lírico reescribe palabras del uruguayo Juan Carlos Onetti en su exilio en Madrid aludido en el título del poema —“Sin excepción nacemos / para el fracaso. / La derrota / es el destino único para todos. Nadie se salva”, p. 400—, (21) exilio que ya anunciaba como ínsito a la existencia del arte en el epígrafe del libro, tomado de Vladimir Holan: “…y Picasso… entendió bien / que la inmortalidad del arte / está en el tiempo, el pecado, el exilio; / que el sol tiene la obligación de rescatar / las lágrimas, las fuentes, los ríos y los mares: todo en vano” (p. 384). En “¿Qué tierra es ésta? Homenaje a Rulfo con sus palabras” reproduce estrictamente las voces tomadas de “Nos han dado la tierra” de El llano en llamas, para dar cuenta del exilio y la derrota compartida por el campesino traicionado por el reparto de tierras por el gobierno revolucionario, singularizado por detalles del llano desértico que por momentos se hacen imprecisos, más generales, trascendiendo la situación singular a la condición humana de innumerables víctimas: “¿Qué tierra es ésta? / ¿En dónde estamos? […] Digan si hay aire y nubes. / Si hay esperanza. / Si contra nuestras penas / hay esperanza…” (pp. 63 y 65).

En las “Aproximaciones”, junto a la excelente traducción en sonoridad y precisión de las significaciones de poemas de Victor Hugo, se destacaban también las versiones de homenaje a Pound y a Manuel Bandeira, y sobre todo su “Nueva lectura de la Antología griega”, reinvención de textos clásicos que vuelven a decir una historia que se repite, irónicamente tratada en la reflexión de este epigrama de Calímaco: “Epitafio del reverendo Malthus”: “Apiádate, demógrafo, de mi castigo eterno: / más poblado que el mundo está el infierno”. No pierde Pacheco, sin embargo, la imagen refinada, a veces también levemente irónica, que lo caracteriza, como en “Estratón”: “Crueldad: Desnuda te recuestas en el frío mármol / que no puede tocarte.”

Ciudad de la memoria vuelve al tema de Miro la tierra, acudiendo otra vez a indicarlo desde el título, que procede de un poeta muy querido de Pacheco, Enrique Lihn (“Vivimos todos en la ignorancia total, en la ciudad de la Memoria. Borrada.”), epígrafe que intenta contradecir en los diálogos que abren los homenajes (a Vallejo, entre otros) y los encuentros de poetas (“Bécquer y Rilke se encuentran en Sevilla” o César Vallejo y Cernuda en Lima, p. 157), desde el desolado y espléndido primer poema “Caracol (Homenaje a Ramón López Velarde)”, que así comienza: “Tú, como todos, eres lo que ocultas. Adentro / del palacio tornasolado, flor calcárea del mar / o ciudadela que en vano / tratamos de fingir con nuestro arte, / te escondes indefenso y abandonado, / artífice o gusano: caracol / para nosotros tus verdugos.” (p. 353)

Quizás el ejemplo más notable de esta presencia es el ya citado “Lectura de los Cantares Mexicanos: Manuscrito de Tlatelolco”, cuya primera versión en No me preguntes cómo pasa el tiempo, reescribe y amplía en Desde entonces (1980), donde introduce voces de las víctimas y de la represión del ejército a la manifestación en la Plaza de las Tres Culturas en 1968, diez años más tarde, y así lo explicita el título de la nueva parte del poema, “Las voces de Tlatelolco, octubre 2, 1978”. Despliega ahora la unión en el tiempo de textos que vuelven a esa historia de destrucción señalada por la Matanzadel Templo Mayor, el sitio de México-Tenochtitlan; voces plurales y anónimas también, que se conjugan con las voces recogidas por Elena Poniatowska en La noche de Tlatelolco (1971), sean de frases de la propaganda de la manifestación o de la órdenes de las fuerzas de la represión, confundidas con la búsqueda de familiares o la acumulación de cadáveres.

Versiones, epígrafes, citas de otros textos en el interior de sus poemas, junto con los homenajes y la convicción de que toda poesía encierra un préstamo, asumiendo en esta afirmación el legado de Nezahualcóyotl, varias veces aludido, haciendo suyas las palabras del poeta texcocano en “Homenaje a Nezahualcóyotl”, según las traducciones de Ángel María Garibay y Miguel León-Portilla, con las que nuevamente introduce significaciones del instante, y las concepciones del destino del canto, haciendo suyos también los modos de composición, como la repetición de la lengua náhuatl, con los cuales el poeta sellaba su singularidad en una nueva combinatoria de un canon cerrado de figuras, resignificando al mismo tiempo el sentido que esa poesía daba al préstamo. Así comienza el poema: “No tenemos raíces en la tierra. / No estaremos en ella para siempre: / Solo un instante breve. // También se quiebra el jade / y rompe el oro / y hasta el plumaje del quetzal se desgarra // No tendremos la vida para siempre: / solo un instante breve”.

Es esta primera parte versión del final de “El árbol florido (Diálogo de  poetas)”: (22) “¿Es que acaso se vive de verdad en la tierra? / ¡No por siempre en la tierra,/ solo breve tiempo aquí! / Aunque sea jade: también se quiebra; / aunque sea oro, también se hiende, / y aun el plumaje de quetzal se desgarra: / ¡No por siempre en la tierra: / sólo breve tiempo aquí!” (p. 186)

En la versión de Pacheco conjuga este fragmento con otros similares, que divide en dísticos en silva, es decir, en la combinación de endecasílabos y heptasílabos, forma clásica de los Siglos de Oro, pero conservando las reiteraciones particulares de la llamada poesía azteca.

Las últimas tres partes se valen de la concepción de la divinidad, dueña de la vida y de la escritura, expresadas sobre todo en “Como una pintura nos iremos borrando”: “En el libro del mundo Dios escribe / con flores a los hombres / y con cantos / les da luz y tinieblas. // Después los va borrando: / guerreros, príncipes, / con tinta negra los revierte a la sombra. // No somos reyes: / somos figuras en un libro de estampas.” Y concluye: “De lo que ven mis ojos desde el trono / no quedará ni el polvo en esta tierra”. Vuelve aquí a universalizar las tradiciones o la historia y la realidad mexicana tejiendo lazos con la cultura clásica, en la versión de las “Odas I, II” de Horacio. Cito solo los dos últimos versos: “Aprovecha el instante / porque el futuro no nos pertenece”. (23)

En la continua presencia de textos de muy diversa índole y de muy diverso lugar y tiempo, me interesa destacar, en la recurrencia incesante del reconocimiento del legado mexicano y hispanoamericano, el modo en que singulariza la figura de Rubén Darío a partir de “Declaración de Varadero”, escrita para el centenario del nacimiento del poeta, celebrado por la revista Casa de las Américas en La Habanaen 1967. Como es habitual en él, Pacheco modifica el texto en las sucesivas ediciones de Tarde otemprano, de 1980 al 2000.

Los cambios buscan la condensación liberada de detalles, como en general hace en todas las correcciones en la compilación de su obra. El texto de 1967, evidentemente una elegía (“En su principio está su fin. Y vuelve a Nicaragua / para encontrar la fuerza de la muerte” son sus versos iniciales), comenta la concepción dariana de la poesía y se distancia de su estética (“Las palabras / son imanes del polvo. / Los ritmos amarillos caen del árbol. /la música deserta / del caracol / y en su interior la tempestad dormida / se vuelve sonsonete o armonía / municipal y espesa, tan gastada / como el vals de latón de los domingos.”), reconociendo al mismo tiempo la permanencia de su obra (“Nosotros somos los efímeros”) pues “solo el árbol tocado por el rayo / guarda el poder del fuego en su madera / y la fricción libera esa energía”. Desde la edición del año 2000 se repiten solamente estos últimos tres versos. Como la lluvia vuelve a la imagen del árbol que reverdece en nuevas lecturas (“Desde el tocón reverdece / cada vez que mueve sus páginas / el viento de otra mirada. // Mañana qué distinto / será leerlas / con otros ojos / hoy impensables todavía”, p. 702).

Pocas páginas más adelante de la de textos de la primera edición de No me preguntes cómo pasa el tiempo, en “Nuevamente Darío” Pacheco deja en claro la perspectiva que elige para su celebración de la estética de la poesía dariana, centrada en la imagen simbólica del cisne de Prosas profanas, no en textos que pudieran volverla más cercana a sus coincidencias con la antipoesía, siempre dentro de ciertos límites, o con la crítica social y política que ha asumido, pues la poesía de Darío le daba posibilidades de ello. Reitera ese tramado que conjuga herencias y consonancias diversas que constituye su concepción de universalidad, en un homenaje sin reparos, conservando el texto sin alteraciones; es más subraya con la mayúscula inicial el valor dado al cisne: “Oscuridades del bajorrelieve. / Figura maya,/ y de repente / como-una-flor-que-se-desmaya / (tropo Art Nouveau y adolescente) / el Cisne de ámbar y de nieve”. (p. 75)

Como la lluvia reitera esta confianza en un legado que atempera los riesgos de la poesía derrotada por el tiempo: lo prueban los clásicos grecolatinos y de los Siglos de Oro. Para Hispanoamérica apuesta a momentos de origen; por una parte, los mitos y cosmogonías mesoamericanos y la antigua palabra de los poetas; por otra la fundación de la poesía moderna por el modernismo, simbolizada por los textos darianos, que promueven a la vez el encuentro en la cofradía imaginaria que diseñan los versos de “Un soneto atribuido a Salvador Díaz Mirón para elogiar a Darío y dolerse de no  haberlo visto cuando pasó por Xalapa en 1910”: “En tu viaje a la isla de Citera / vas por  cumbres y abismos irisados, llenos de oro y ceniza enamorados. // Allí en costas de azur  la muerte espera. / No tocará tus versos: son sagrados. / En ellos todo el año es primavera”.  Pero esa cofradía tambalea amenazada por el olvido, hablan de ello un buen  número de poemas de José Emilio Pacheco, y sobre todo el epígrafe inicial que ha escogido para las ediciones de Tarde o temprano, su traducción de “East Coker”, de los Cuatro cuartetos de Eliot:

… pero no hay competencia:
Sólo existe la lucha para recobrar lo perdido
y encontrado y perdido una vez y otra vez
y ahora en condiciones que parecen adversas.
Pero quizá no hay ganancia ni pérdida:
Para nosotros sólo existe el intento.
Lo demás no es asunto nuestro.


Notas
14 Incluida en Los trabajos del mar(1983). En la edición de 2009, por la que cito, cambia la disposición de los versos.

15 El “Apéndice” que cierra No me preguntes cómo pasa el tiempo (1964-1968) introduce el “Cancionero  apócrifo” de los dos heterónimos en que enmascara Pacheco sus ideas sobre la poesía, “Legítima defensa”  de Julián Hernández (1893-1955), con su breve presentación biobibliográfica, y del mismo modo a  Fernando Tejeda (1932-1959), cuyos poemas recrean poemas de Ronsard.

16 Del año anterior es Morirás lejos(1967), su única novela, construida también por la trama de voces y de textos, de versiones como la del título, tomado de Séneca, glosado por Pacheco.

17 La cita pertenece a la “Nota”, de la edición de 1980, p. 11, suprimida en la edición de 2000 y 2009.

18 En Revista Iberoamericana, nº 106-107, enero-junio de 1979, pp. 327-334.

19 (Goethe Gedichte: “Orbes de música verbal / silenciados / por mi ignorancia del idioma” incluido en No me preguntes cómo pasa el tiempo. La disposición de los versos en la página de la primera edición fue modificada por una más tradicional en las ediciones posteriores.

20 Dice el fragmento: “Volveré a la ciudad que yo más quiero / después de tanta desventura pero / ya seré en mi ciudad un extranjero”. (p. 11)

21 “Juan Carlos Onetti en Santa Elena” es el título de este poema.

22 Utilizo la compilación de José Luis Martínez, Nezahualcóyotl. Vida y obra, México, Fondo de Cultura
Económica, 1972.

23 Tarde o temprano, 2º ed., México, Fondo de Cultura Económica, 1986, pp. 300-301 y 305.


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