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Channel: Club de Traductores Literarios de Buenos Aires
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Con mucho público, terminaron ayer las jornadas dedicadas a Ezra Pound en la Argentina

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Durante los días 24 y 25 de abril, poetas y traductores se reunieron por primera vez en la Argentina a discutir sobre la influencia de la obra de Ezra Pound en la poesía nacional. 

En la primera jornada, Jorge Aulicino y Jorge Fondebrider, con moderación de Matías Battistón, se ocuparon de rastrear la historia de las traducciones de Pound al castellano y de intentar discutir sobre los distintos modos que tuvo el autor de los Cantos de influir sobre distintos poetas argentinos.

Ese mismo día, Juan Arabia y Silvia Camerotto, moderados por Lucas Margarit, hablaron de su propia experiencia como traductores de Pound, poniendo especial énfasis en la primera parte de su obra.  

Durante el segundo día, nuevamente Arabia y Fondebrider conversaron con Jan De Jager, el traductor argentino de la reciente edición de los Cantos, publicada en España, por el sello Sexto Piso. Con enorme elocuencia y franca erudición, De Jager contó la trayectoria de su traducción y se detuvo en los distintos avatares por los cuales pasó hasta llegar al libro. Asimismo, se ocupó de comentar la estructura de la obra, explicando el porqué de cada parte. 

En todas las mesas, el público (en el que no faltaron traductores) hizo preguntas y participó de manera entusiasta, ya sea desde un conocimiento previo a un primer acercamiento a la obra de Pound, pero en todos los casos con entusiasmo y curiosidad. 

Tanto el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires como la revista y editorial Buenos Aires Poetry, desean manifestar nuevamente su agradecimiento para con el Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno", por la buena disposición de su personal, haciendo especial hincapié en Ezequiel Martínez, director de cultura de la Biblioteca.

Proximamente se indicará cómo acceder a los videos de las diferentes mesas.

Antes de hablar sobre los haikus de Shakespeare el próximo martes en el Club de Traductores, Andrés Ehrenhaus hace declaraciones a la prensa

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El pasado 23 de abril, el periodista Daniel Gigena publicó en el diario La Nación, de Buenos Aires, una nota sobre Los 154 haikus de Shakespeare, la extraordinaria transformación de los sonetos del autor de Hamleten poemas japoneses, con claro acento porteño, mágicamente perpetuada por el escritor y traductor Andrés Ehrenhaus, conjuntamente con el dibujante e ilustrador Elenio Pico.  

En el mes de Shakeaspeare, los poemas del Bardo
se trasforman en haikus ilustrados

William Shakespeare escribió haikus? En verdad, el gran poeta inglés no cultivó esa forma de la poesía japonesa, caracterizada por ser una breve pieza verbal de cinco, siete y cinco sílabas de tres versos, respectivamente, y sin rima. Sin embargo, el escritor y traductor argentino Andrés Ehrenhaus (Buenos Aires, 1955) "destiló" de los sonetos shakespereanos 154 haikus. Autor de relatos donde el humorismo se conjuga con la agudeza y la experimentación verbal, como pasa en Monagatari (1997), La seriedad (2001) y Un obús cayendo despedaza (2014), en su nuevo libro, en el que colaboró el dibujante Elenio Pico (Buenos Aires, 1960), Ehrenhaus debuta como compositor de haikus. En noviembre pasado, el sello español La Fuga publicó Los 154 haikus de Shakespeare, que ya se encuentra en librerías del país (Shylock se hubiera asombrado al conocer el precio del volumen: $1600).

Son célebres las versiones en español que Ehrenhaus hizo de cuentos de Oscar Wilde y novelas de Lewis Caroll, Jack Kerouac y Jamaica Kincaid, entre otros autores en lengua inglesa. Tradujo, además, la poesía completa de Shakespeare, de quien el martes se celebrará un nuevo aniversario: en librerías argentinas aún se puede encontrar, a un precio relativamente accesible, la edición de DeBolsillo. Desde 1976, reside en Barcelona. "Traduzco mucho y escribo menos de lo que me gustaría", admite. Traducir los poemas de Shakespeare le llevó cuatro años y escribir los 154 haikus, una semana. "Se puede decir entonces que escribirlos me llevó cuatro años y una semana", concluye.

Hay equipo


"Después de jugar un partido, en el vestuario, le conté a Elenio lo que estaba haciendo con los sonetos y le sugerí la posibilidad de redondearlos con un dibujo -cuenta Ehrenhaus sobre el germen de una idea poética que transformó versos endecasílabos en fórmulas silábicas ilustradas-. Se entusiasmó y me pidió que le contara cuál era el contexto de los sonetos originales, aunque a mí me interesaba más que se dejara llevar por los poemas ya destilados. En ambos casos el secreto fue el vértigo, pero también el cariño, en todas las direcciones posibles". Fieles a ese arrebato hasta el final, ni él ni Pico corrigieron una coma o una línea.

"Cuando retomé los sonetos para hacer los haikus, llevaba tiempo sin releerlos y eso lo aproveché en mi favor", dice. El narrador y traductor escribió de la manera más "silvestre" posible, dejándose llevar por la intuición más que por la necesidad de respetar los originales del bardo de Avon. "Traté de conservar el primer perfume. Como traductor de poesía soy un formalista acérrimo, porque creo que las constricciones formales ayudan a la creación; en cambio, pienso que la libertad absoluta la dificulta". Un soneto es una composición de catorce versos (en general de once sílabas) que se organizan en cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. En el terceto final, como si el poema fuera un silogismo, se suele dar una conclusión al desarrollo anterior.

El autor de la novela Tratar a Fang Lo considera su nuevo trabajo una hipertraducción. Y es, si se quiere, dos (o tres) libros en uno. Cada haiku corresponde a un soneto, que se identifica con un número, y está acompañado de un dibujo de Pico. Los grandes temas shakespereanos, como las vicisitudes del amor, las pasiones, la fatalidad y las formas del desconsuelo, están presentes en los haikus ehrenhausianos.

Los dibujos agregan otra dimensión a los poco contemplativos haikus del escritor argentino. El dibujante, que en los años 90 fue curador del Espacio Historieta del Centro Cultural Recoleta, aporta su típica impronta, cóctel visual de obras de Paul Klee con imágenes precolombinas, y de bestiario geométrico con las fantasías espirituales de Xul Solar . "Los dibujos convierten el conjunto en una especie de cómic interminable", señala Ehrenhaus.

En ciudades de España, algunos lectores les dijeron a los autores que los poemas ilustrados se leían como si fueran hexagramas del I-Ching. Pronto, fans argentinos de los haikus, de Shakespeare, de Ehrenhaus, de Pico o de los libros ilustrados editados con esmero podrán compartir sus impresiones en persona con el autor, traductor y poeta. Eherenhaus, que actualmente trabaja en la traducción de la poesía completa de Edgar Allan Poe, viajará a Buenos Aires para presentar, el 29 de abril, Los 154 haikus de Shakespeare en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y, el 30, en el Instituto Goethe. "Y a comer asado", se esperanza desde Barcelona.

La Feria: más de lo mismo, pero más caro

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Como todos los años, una cada vez más degradada Feria del Libro de Buenos Aires abre sus puertas con la expectativa –de las editoriales, claro– de vender lo que no venden en las librerías. Una de las pocas crónicas realistas que ofrece la prensa argentina sobre el evento es la de la periodista Silvina Friera, aparecida en el diario Página 12 del 25 de abril pasado. En ella se recogen testimonios de los editores Damián Tabarovsky, Gastón Etchegaray y Leonora Djament.

La ilusión de salvar el año en 20 días

La crónica de un empobrecimiento anunciado duele cada día más. Aunque el libro sea un artículo de primera necesidad para una intensa minoría de lectores, la política económica, el combo explosivo de recesión más inflación por las nubes y un dólar con tendencia alcista, lo está convirtiendo en un artículo inaccesible. ¿Cuántos pueden comprar un libro por mes –si esa fuese una cifra razonable, moderada y hasta “optimista”– con salarios aplastados y sin perspectivas de recuperación? Muy pocos, cada vez menos. No hay “precios cuidados” ni “precios esenciales” del Estado para los libros. La apertura de la 45° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que empieza hoy en la Rural con una gran expectativa por el discurso inaugural de la antropóloga feminista Rita Segato y que tendrá a Barcelona como ciudad invitada (ver recuadros), encuentra a los actores de la industria, autores, editores, traductores, libreros e imprenteros, consternados por una crisis que tiende a profundizarse. Los números del informe realizado por la Cámara Argentina del Libro (CAL) producen taquicardia. Durante 2018 se imprimieron 43 millones de ejemplares, una caída del 48 por ciento si se compara con 2015 (83 millones de ejemplares), el año en que inició la tendencia a la baja.

El mismo informe de la CAL incluyó una encuesta de ventas entre socios de la entidad, que reúne a más de 500 representantes de medianas y pequeñas editoriales. El 65 por ciento de las 51 empresas participantes –el 62 por ciento de ese universo tiene hasta 10 empleados y el 57 por ciento factura menos de 9 millones al año– tuvieron variaciones negativas en su rentabilidad. En el 33 por ciento de los casos esa caída fue igual o superior a los 20 puntos. “Las ventas van a la baja pero de un modo que da taquicardia”, dice el escritor Damián Tabarovsky, editor de Mardulce, que exhibe su catálogo editorial en Los siete logos (Stand 1920, Pabellón Amarillo), junto a Adriana Hidalgo, Caja Negra, Eterna Cadencia, Criatura, Katz y Beatriz Viterbo. “Hay meses muy malos, como fue febrero –30 por ciento menos que febrero 2018– y, a veces, sin saber bien por qué, repuntan. Pero la tendencia general es al descenso de ventas y al aumento de costos. El tema de los costos –en especial el del papel– es tan importante como la baja de las ventas. Las dos variables, juntas, son un combo explosivo”. El escritor y editor de Mardulce cuenta que se manejan con un dólar oficial de 45 pesos. “La suba del dólar no cambió demasiado en relación a la exportación, sigue siendo difícil y arduo exportar. A la inversa, como el papel es un commodity, que cotiza al precio del día, el aumento del dólar implicó inmediatamente un aumento del papel”.  

La Feria del año pasado arrancó con un dólar entre 20 y 21 pesos y terminó con un dólar a 28. La devaluación continuó en agosto, cuando superó los 40 pesos, y ayer cerró a casi 45 pesos, más del doble de lo que cotizaba el dólar a fines de abril de 2018. Nadie está exento de la crisis. Las editoriales con mayor volumen de libros editados tienen más espalda. Todos son víctimas de una política económica que está deteriorando cada vez más la dinámica editorial argentina. Gastón Etchegaray, Presidente del Grupo Planeta, Area Cono Sur, explica que 2018 “fue un año en que pudimos crecer un 3 por ciento en volumen, en cantidad de ejemplares vendidos, pero no pudimos absorber en términos de facturación la inflación del 47 por ciento. En ese sentido estuvimos por debajo”. El contraste ahonda el abismo que se cierne sobre la industria editorial. “Si comparamos el inicio del 2019 versus 2018, tenemos un primer trimestre peor de lo que fue el año anterior. Recordemos que fue previo a la devaluación y con un mercado todavía no tan golpeado”, aclara Etchegaray. 

“La devaluación impacta y mucho –reconoce el Presidente del Grupo Planeta a Página 12–. Tengamos en cuenta que el costo del papel se cotiza en dólares y eso termina impactando fuertemente en el costo final del libro. Por otro lado, devaluación más inflación es un combo letal para nuestra industria, ya que no podemos trasladar todo a precio. También afecta mucho el pago de derechos a autores extranjeros, que son en dólares o euros, y hace casi imposible amortizar algunos contratos pactados y firmados en esas monedas. Dejamos de importar algunos libros de fondo que traíamos en pocas cantidades, porque no podemos trasladar todo a precio –serían precios fuera de mercado– y tampoco sabemos cuál es el techo del dólar en un mercado con mucha incertidumbre. La única parte positiva es la de poder exportar más, pero también ahí nos afectó el impuesto a las exportaciones, y eso nos deja menos competitivos frente a otros mercados”.

Leonora Djament, editora de Eterna Cadencia, comparte los diagnósticos y cuestiona la desidia estatal. “Como el papel cotiza en dólares aunque sea para uso local, cada vez que el dólar sube, el precio del papel sube. Los papeles y cartulinas subieron entre un 65 por ciento y un 100 ciento en el último año, mucho más que la inflación. Es muy difícil entonces sostener los precios de los libros en un mercado que ya lleva por lo menos tres años consecutivos de decrecimiento, con librerías quebradas y cadenas de pago sumamente frágiles –advierte Djament–. Y todo se da en un contexto de absoluto desinterés del Estado hacia la cultura en general y hacia el sector del libro en particular. No hay políticas de ningún tipo: ni de promoción de la lectura, ni de fomento a las pymes editoriales, ni de ayuda a las bibliotecas o a las librerías. Está claro, de todos modos, que la situación del sector no escapa al contexto general del país: no se puede pensar en medidas para la industria del libro sin pensar en medidas articuladas para toda la sociedad. La crisis que atravesamos es general y no particular del libro. Por desinterés o deliberadamente es la crónica de un empobrecimiento anunciado”.

¿Con qué expectativas comienzan la 45° Feria del Libro? ¿Prevalecerá esa especie de situación “burbuja” que se suele esgrimir o se sentirá el fuerte impacto de la caída del consumo en los libros, más en esta edición que en las anteriores? “Como siempre nos preparamos con mucha ilusión para la Feria y este año no será la excepción –dice Etchegaray–. Aparte de lo que la Feria en sí implica para no- sotros, este año Barcelona es la ciudad invitada y tenemos muchas visitas –somos la editorial más importante en habla hispana y la editorial de Barcelona por antonomasia–, sumado a lo que siempre brinda Planeta como grupo en la Feria: muchos autores locales dando conferencias, presentaciones de libros y firma de ejemplares en nuestros dos stands, Paidós y Planeta. Tenemos nuevos libros de Luciana Peker, Rosa Montero, Darío Sztajnszrajber; firmas y presentaciones de autores emblemáticos como Gabriel Rolón, Felipe Pigna, Viviana Rivero, Alejandro Dolina; en fin, apostamos fuerte a la Feria, un lugar central para nosotros. Ojalá que este año el público nos acompañe, y que el impacto de la crisis se sienta menos, algo difícil que así sea pues la caída del consumo está pegando muy fuerte a nuestra industria, y en la medida en que el mercado del libro no se recupere deberíamos plantearnos si el formato de la Feria –tal cual lo conocemos– en los próximos años debería cambiar o por lo menos adaptarse a la nueva realidad del sector, un sector que insisto está muy pero muy golpeado”.

No sabe Tabarovsky qué pasará en esta edición. “El año pasado fuimos con la expectativa de que no nos vaya horrible y terminó yéndonos muy bien. Pero sé que hay editoriales a las que les fue mal. Vuelvo con las expectativas de que no sea todo tremendo. Veremos…”, agrega el editor de Mardulce. “Más allá de los temas específicos de la industria editorial, creo que es una situación que va mucho más allá de nosotros. Desde hace tres años somos víctimas de una política que desfavorece el consumo. La industria editorial sin una clase media dinámica, con una capacidad de consumo al menos aceptable, es inviable acá o en cualquier lado. La primera variable obviamente existe: hay un público muy interesado en los libros. Es cuestión de reactivar el consumo. Pensemos a quién votamos en octubre”, concluye Tabarovsky.

La cuestión central en el manejo de la lengua

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Quien tenga la paciencia de hacerlo, podrá comprobar que la inmensa mayoría de las notas publicadas durante y después del VIII Congreso de la Lengua, que tuvo lugar este año en la ciudad de Córdoba, Argentina, se ocupan de cuestiones relativamente cosméticas.

Dejando de lado las sobadas relamidas a las instituciones españolas por parte de los diarios españoles (que, por supuesto, no cuestionan nada) y de algunos argentinos (que dan por supuesto que todo está bien así como está, sin cuestionar, por ejemplo, que haya sido la RAE la que impuso los contenidos del pasado congreso, armando las mesas a su voluntad), todo se ha centrado en cuestiones de forma: si el rey debía o no asistir al Congreso (y, por añadidura, si el prácticamente iletrado presidente argentino debía o no estar allí), si la lengua se llama español o castellano, si el lenguaje debía ser o no inclusivo, etc. Por supuesto se trata de cuestiones que revisten una cierta importancia, pero de ningún modo son centrales.

El problema no deberían ser los españoles y sus instituciones, sino las políticas públicas latinoamericanas referidas a la lengua, que ceden todo ese posible capital para que alegremente lo manejen y lo administren los españoles según sus intereses. Luego, la casi absoluta anomia de las instituciones latinoamericanas para oponerse a los designios de los peninsulares, resignándose apenas a las dádivas que llegan de España para reemplazar lo que los gobiernos de cada uno de nuestros países no ofrecen.

La estrategia entonces tal vez debería ser otra: en lugar de discutir estas cosas en el terreno estrictamente lingüístico (algo que, ya dije, es importante, pero no central), habría que utilizar todas las oportunidades posibles para ponerles la mano en el bolsillo a los españoles, limitando sus oportunidades de hacer negocios a nuestra costa. ¿De qué manera? Denunciando públicamente cuanta estrategia pongan en marcha para quedarse con la parte del león. 

Por caso, la mayoría de los usuarios sabe que el Diccionario de la Real Academia está redactado a base de prejuicios y falta de síntesis (o sea, que es malo). Habría entonces que hacer campaña en esa dirección, restándoles autoridad a sus redactores y, por lo tanto, desaconsejando su uso. 

También resulta claro que los sistemas de certificación españoles están viciados de españolismos. ¿Por qué no denunciar públicamente eso de manera más activa? Y también, ¿por qué no insistir en que, desde que los exámenes se hacen en asociación con Telefónica de España, resultan más caros? De hecho, ¿cuál es el porcentaje que reciben por ellos la UNAM y la UBA, que forman parte del consorcio creado por el Instituto Cervantes y la Universidad de Salamanca?

En síntesis, la soberanía lingüística no se obtiene solamente cambiándole el nombre a la lengua (algo que, de todos modos, debería hacerse), ni discutiendo qué tan inclusiva deba ser (algo que ocurrirá de todos modos), sino, concretamente, explicándoles a los gobernantes y al público que la lengua, además de ser el emblema de nuestra soberanía, puede ser una fuente de ingresos, para lo cual hay que meterles la mano en el bolsillo a los españoles. Ahí, seguramente, van a ponerse sensibles, porque, como la mayoría de los seres humanos, en ese preciso lugar tienen el corazón.

Jorge Fondebrider

Ehrenhaus hizo un Shakespeare criollo vía Japón

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En su segunda reunión del año, el Club de Traductores Literarios de Buenos Aries presentó ayer “La hipertraducción como vehículo de creación”, una serie de comentarios en torno de  Los 154 Haikus de Shakespeare, de Ehrenhaus y Pico (La Fuga ediciones, Barcelona 2018). Se trata de un libro inusual, publicado en Barcelona en diciembre de 2018, fruto de la colaboración entre un traductor de poesía y un dibujante de poesía: el volumen sacude al lector desde la misma portada con su propuesta iconoclasta y suntuosa a la vez. Dentro, los sonetos del original shakesperiano ya traducidos por Andrés Ehrenhaus, para Galaxia Gutemberg primero y para Paradiso después, se convierten en inesperados haikus rioplatenses, coronados por los dibujos de Elenio Pico que, lejos de completarlos o ilustrarlos, los integra en una especie de vertiginosa historieta secuencial. ¿Cómo opera esta reducción de sucesivos destilados en la experiencia lectora? Sobre ello y otras aventuras de la traducción conversaron el Administrador de este blog, el traductor Matías Battiston y Ehrenhaus. Y dados los nombres de los integrantes de la mesa, no faltó el humor, como podrá verse próximamente en el video ad hoc, donde Ehrenhaus hace magia con teteras y pavas para demostrar sus teorías.

Andrés Ehrenhaus. Buenos Aires, 1955. Traductor, escritor, editor. Reside en Barcelona desde 1976. Ha publicado varios libros de relatos, una novela y últimamente Los 154 haikus de Shakespeare junto al ilustrador Elenio Pico. Es profesor del Máster de Traducción Literaria y Audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra, coordina la Semana del Libro Argentino en la Llibrería Calders de Barcelona y ha traducido más de cuarenta títulos, entre ellos la poesía completa de Shakespeare y obras de Marlowe, Poe, Wilde, Lewis Carroll, Kerouac o John Lennon. Formó parte del equipo redactor de los dos proyectos de Ley de Protección de la Traducción Autoral en Argentina.

¿Borra esta decisión gramatical la condición de dominación? La respuesta es: no, para nada.

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El VIII Congreso de la Lengua ya es historia, pero sus consecuencias y las reflexiones que produjo siguen ahí, vivas. Bajo esa luz debe ser leída esta columna de Rafael Spregelburd en el diario Perfil, del 20 de abril pasado.

La guerra en las palabras

Los coletazos del Congreso de la Lengua me siguen sacudiendo, y la verdad es que  me alegro mucho. Leí algunas ponencias fantásticas y pude seguir diálogo en privado con algunos colegas escritores, traductores, filólogos, curiosos. Me encantaría poder desprivatizar alguna charla, por ejemplo con Pablo Ingberg o Jorge Fondebrider, pero el espacio es reducido. Ingberg, por caso, tiene razón al expresar sus dudas acerca de cómo debemos llamar a esto que hablamos. Hemos defendido a capa y espada que debe llamarse castellano y no español, ya que es la lengua de Castilla y no la de Valencia o Galicia, por ejemplo. Sin embargo, es también la de Andalucía (por cierto, una versión regional mucho más parecida a nuestra variante rioplatense) y es injusto para el andaluz que deba hablar lengua prestada de quien impone su poder económico y se apropia del gentilicio. Bajo ese punto de vista, “español” sería algo más justo. Fondebrider despotrica –con hermosos argumentos– sobre la hipocresía del eufemismo: “español” o “panespañol” son descripciones de un fenómeno complejo tan inacabadas como decir “afroamericano” para esconder un propósito más ofensivo pero seguir explotando las ventajas económicas y políticas de esa ofensa.

Como bien me señala Ingberg –quien además es maestro en la elusión de los masculinos plurales como genéricos y a la vez de las formas del lenguaje inclusivo, capaz de decir “quien escribe” en vez de “lxs escritorxs”–, todos sabemos muy poco y vemos apenas una pequeña parte del manual de uso de la lengua, que es además ciertamente el manual de uso de nuestra existencia en el mundo.

Mi humilde aporte proviene del fragor de las lenguas artificiales, esa eyaculación positivista opacada por la broma y el desaire. En Esperanto (que se escribe con mayúscula), los descubrimientos de estos eufemismos que esconden trampa se discuten acaloradamente una vez al año. Antes los países se formaban en E-o (que así se abrevia) adjuntando el sufijo “-uj” al gentilicio, ya que significa “que contiene”. Así, “hispano” era “español”, “Hispanujo” era “España”; “franco” era “francés”, “Francujo” era Francia. Mas en un congreso se advirtió que España incluía también a vascos o valencianos y que la idea de “contenedor” era un eufemismo inadecuado. Lo que estaba bien para “piro” (pera) al producir “pirujo” (peral, lo que contiene a las peras) no produce el mismo efecto con personas, identidades, lugares, masacres, conquistas, deudas externas. Lo resolvieron en un santiamén, inventando otro sufijo antes inexistente: “-io”. Ahora se dice “Hispanio”, que no significa nada más que el nombre geográfico del país, un pedazo de mapa visto desde la Luna, sin connotaciones de posesión ni nada parecido. La pregunta es: ¿borra esta decisión gramatical la condición de dominación? La respuesta es: no, para nada. En esa estamos.


La mesa de corrección política, una vez más

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En uno de sus últimos boletines informativos, la Academia Argentina de Letras publicó una síntesis de la mayoría de las mesas del VIII Congreso de la Lengua, añadiendo a ésta los artículos de prensa y los videos registrados por el Instituto Cervantes. A continuación se reproduce la mesa del sábado 30 de marzo se realizó, con el panel presidido por el académico uruguayo Adolfo Elizaincín, en el que participaron el periodista y escritor español Álex Grijelmo, el académico de la RAE Pedro Álvarez Miranda, la escritora y lingüista argentina Ivonne Bordelois, el poeta, ensayista, traductor y periodista argentino Jorge Fondebrider y el escritor mexicano Jorge Volpi.

Más allá de la posibilidad de ver y escuchar todas las ponenicias, el video final añade una nueva perspectiva porque a) da cuenta de las reacciones del público y b) permite que nos enteremos de los debates posteriores a las ponencias, ausentes de las crónicas periodísticas.

Video del panel:

El libro argentino en Ucrania

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Hoy lunes 6 de mayo,Serhiy Borschevsky (foto), traductor ucraniano de autores argentinos, dará una charla en el Museo del Libro y de la Lengua (Las Heras 2555, CABA), a 19 hs. para hablar de la presencia de nuestra literatura en Ucrania.

 

¿Cuáles son los desafíos más exigentes

de la traducción literaria?


Cualquier traducción requiere tanto de un excelente conocimiento de las lenguas de origen y destino como de la comprensión del trasfondo sociocultural de ambos contextos –en el que se desarrolla el texto original y al que va destinado la traducción–. La traducción literaria se enmarca dentro de los tipos de traducciones que más problemas provocan a los traductores debido a su complejidad. El humor, la poesía, los recursos retóricos, los mensajes subjetivos, los nombres inventados, son solo algunos de los desafíos más exigentes de la traducción artística.

El descubrimiento de la literatura argentina por los traductores y, respectivamente, lectores ucranianos tuvo lugar en los años cincuenta. En 1955 en Buenos Aires fue editada la novela Don Segundo Sombra de Ricardo Gϋiraldes (versión de Olexiy Saciuk, editorial de Mykola Denysiuk). En Kyiv la revista Vsesvit (El Universo) publicó en 1958 la comedia Una libra de carne de Agustín Cuzzani (versión de León Olevsky e Yuri Petrenko) y, un año después, la novela Sin tregua de Agustín Larra (versión de Ala Krétova e Iván Vorona). Ahora, varios libros de Borges y Cortázar, de Lugones, Bioy Casares y Sabato, entre otros autores argentinos, son accesibles a los lectores ucranianos.

La charla de Serhiy Borschevsky (diplomático, traductor, escritor ucraniano, condecorado con la Orden de Mayo) presenta una oportunidad para conocer la popularidad de la literatura argentina en Europa Oriental y apoyar el proyecto desarrollado desde 2017 por la Embajada de Ucrania, la Biblioteca Nacional y la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita de crear la Biblioteca Ucraniana en el seno de la Biblioteca Nacional, ya que todo el material bibliográfico utilizado en la presentación será donado al acervo de la BNMM.

Entrada libre y gratuita.


"Otra manera de comprender la realidad"

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El pasado 19 de abril, la lingüista mexicana María del Pilar Montes de Oca Sicilia (foto) publicó el diario mexicano Excelsiorla segunda parte de su columna sobre la traducción (reproducida en este blog en la entrada correspondiente al 17 de abril). Aquí, entonces, la continuación.

Traductor, traidor (II)

Los mexicanos usamos la palabra itacate y nos entendemos muy bien con ella: «mi tía Rosa te mandó tu itacate de chiles en nogada» o «¡ay, mi’jita, no has pasado por tu itacate de mole verde!», pero este término es difícil de traducir a otra lengua, no porque la misma palabra lo sea, sino porque el uso y costumbre que se refiere a ella requiere toda una explicación –de hecho, en el diccionario Webster encontramos que en inglés la palabra que usan es también itacate–, porque si no tendrían que decir que es «la provisión de comida que se lleva de un lugar a otro, después de un convivio o fiesta» o algo por el estilo. En el inglés mismo encontramos dos palabras para lo que en español llamamos «carne»: flesh, «carne humana», y meat: «carne de animal» para comer. Por lo que, si en español decimos «un pecado de la carne», para ellos no quedaría claro si es que rompimos la vigilia o «nos dejamos llevar por la pasión».

LENGUA Y CULTURA
Así, podemos decir que, para aprender francés y traducirlo de forma correcta, no basta con aprenderse un vocabulario y repetir: perro = chien, gato = chat, coche = voiture; hay que adentrarse en la cultura y la forma de pensar de los franceses, para quienes es muy importante la manera en que se pronuncian los fonemas. Por eso, una academia no enseña lengua francesa, sino lengua y cultura francesas, de la misma manera que para aprender japonés o chino se tiene que aprender la forma en que ellos piensan y la cultura en la que viven. Recordemos la anécdota del profesor estadunidense que estaba dando un curso a profesionales japoneses, pero no entendió que en esa cultura es una imprudencia solicitar un intérprete, porque los hace sentir incapaces o poco educados y, al hacerlo, rompió con la dinámica del curso. Traducir es, pues, adentrarse en otra forma de pensar, en otra manera de comprender la realidad. Al hacerlo, se descubre todo un mundo nuevo, un modo singular de reconocer, segmentar, relacionarse y convivir con la realidad.

LA IMPOSIBILIDAD
Se pueden traducir los términos, pero no es fácil traducir los ánimos, las sensaciones, el ritmo o el sabor de las palabras. Tal como dice Javier Marías: «Por una parte, tenemos la tendencia a creer, y aun a dar por sentado, que todo puede decirse en todas las lenguas o, por lo menos, en las más próximas [...] [Y] nos encontramos, así pues, con la paradoja de que todo puede traducirse, o eso creemos, y de que la traducción es imposible, si nos ponemos muy estrictos o muy teóricos, ambas cosas vienen a ser lo mismo».

Y aun hablando una lengua y comprendiéndola, si no se vive a fondo en el lugar y con la comunidad que la habla, tampoco es fácil saber en qué contexto se usa un término y en cuál no. Por ejemplo, un amigo alemán que acababa de aprender español solía, además de usar mal los artículos, que es de lo más común: el bolsa, la tequila, usar el sustantivo éxito concordando con el género: «el concierto fue un éxito» y «la fiesta fue una éxita». Otro conocido, que era inglés, no entendía la diferencia entre vomitar o guacarear, o sea, una embarazada «vomita» y un borracho «guacarea», pero no al revés, como él lo usaba.

La gente suele traducir lo que considera más familiar, lo que es parte de las dos culturas a las que se está traduciendo, no nos olvidemos de los mil y un casos de errores garrafales de traducción –pondremos como ejemplo el inglés que, por ser la lengua geográficamente más cercana, es la que más casos tiene–; entre ellos, y encabezando la lista, los títulos de películas, donde se pone de manifiesto el desconocimiento de la lengua, del contexto, de los usos y costumbres, de la cultura por parte del traductor. Hay desde traducciones literales, como «lowcarpet», por «bajoalfombra», o «burninghead», por «quemacocos»; casos inventados como «ishotcold», por «escalofrío» o «freshpicture», por «pintura fresca»; y hasta traducciones que no tienen nada que ver con el sentido original, como «eso fue demasiado frío», por «that’s really cool», no entendiendo que cool remite en ese caso a: «genial», «buena onda». Ejemplos hay muchos más y, seguramente todos conocen uno en alguna lengua. Una amiga que da clases de francés contaba que, en una ocasión, uno de sus alumnos entró tarde al salón y, cuando ella lo saludó con un: «ça va» –sabá–, él le contestó muy seguro: «No, me quedo».



Penguin Random House compró Salamandra: otro sello vacíado de contenido y una editorial menos

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El pasado 3 de mayo, sin firma, InfoBAE Cultura publicó el siguiente artículo que anuncia la compra del sello español Salamandra por Penguin Random House, que, como todo el mundo sabe, es una de las tantas empresas de la multinacional alemana Berteslman.

El grupo editorial Penguin Random House
anunció la compra del sello español Salamandra

La compañía de libros más grande del mundo sigue creciendo. Luego de la fusión de 2013 entre las editoriales Random House (propiedad del grupo alemán Bertelsmann) y Penguin Books (del grupo británico Pearson PLC) empezó a sumar sellos. Según afirmó el dirario "El País", Ediciones Salamandra ahora es uno de ellos, que tiene en su catálogo a J.K. Rowling (“Harry Potter”) y Margaret Atwood (“El cuento de la criada”), entre otros autores de renombre.

Penguin Random House no para de crecer. Su origen es el 1 de julio de 2013, cuando se fusionar las editoriales Random House (propiedad del grupo alemán Bertelsmann) y Penguin Books (propiedad del grupo editorial británico Pearson PLC). A partir de entonces, es la compañía líder en el mercado de libros en todo el mundo. Sin embargo, aún sigue ensanchándose. Ahora, la última noticia, es que el sello español Salamandra formará parte de este grupo editorial. Así lo aseguró el diario El País.

Creada en octubre del año 2000 por Pedro del Carril Sigrid Kraus, Ediciones Salamandra es un sello mediano, uno de los pocos que queda con ese tamaño en España. En su catálogo hay autores de peso como J.K. Rowling, Margaret Atwood y Jonathan Franzen, entre otros. Esta adquisición se suma a la de Santillana Ediciones Generales (con editoriales como Alfaguara) en 2014 y a la de Ediciones B en 2017.

"Nos sentimos orgullosos de que Pedro del Carril y Sigrid Kraus hayan confiado en nosotros para depositarnos su legado editorial. Mantendremos la identidad y autonomía editorial de Ediciones Salamandra", agregó Núria Cabutí Brull, consejera delegada del grupo en España. Por su parte, la editora Sigrid Kraus le dijo al medio español: "Estoy muy satisfecha de que haya surgido esta magnífica oportunidad para asegurar la continuidad de Salamandra".

Penguin Random House posee más de 320 sellos y marcas editoriales en los cinco continentes. Los últimos datos indican que publica más de 15 mil títulos por año y que vende, en ese mismo período, unos  800 millones de ejemplares. Forma parte del denominado grupo de las "Cinco Grandes"―junto con Hachette, Macmillan, HarperCollins y Simon & Schuster― que dominan el mercado editorial angloparlante. Es el cuarto a nivel mundial, pero el primero en edición comercial.

En el mercado español, compite codo a codo con Planeta, el otro gran grupo editorial. En Argentina, Penguin Random House obtuvo una ventaja: hace una semana publicó bajo su sello Sudamericana el libro de la ex presidenta Cristina KirchnerEn apenas siete días ya han impresos más de 200 mil ejemplares siendo un caso inédito de los últimos tiempos por su éxito y masividad.

Ahora habrá derechos en la traducción al español muy valiosos en sus manos, como los de J.K. Rowling, la autora de la saga Harry Potter, uno de los mayores éxitos de la historia de la literatura, y de los libros que firmó como Robert Galbraith.

También de Margaret Atwood, la mente detrás de El cuento de la criadaAntoine de Saint-Exupéry (El principito), Andrea Camilleri (saga del comisario Montalbano), Jonathan FranzenJonas Jonasson, Philip Claudel, Annie Barrows, Amor Towles, Jennifer Egan, Zadie Smith, Nicole Krauss, Mark Haddon, John Boyne, Khaled Hosseini Antonio Manzini, entre otros.


Para enterarse del lugar de la traducción en el Salone Internazionale del Libro de Torino 2019

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Entre el 9 y el 12 de mayo próximos, el Salone del Libro di Torino, en su edición 2019, realizará una serie de jornadas dedicadas a la traducción, con presencia de numerosos autores internacionales y sus traductores. Esta práctica es cada vez más frecuente en las ferias internacionales del libro serias. Entendemos que, a pesar de la distancia, se trata de una información que puede resultar interesante, por lo que, a continuación, ofrecemos el programa de actividades, que nos ha enviado la traductora italiana Ilide Carmignani.

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PROGRAMMA

Giovedì 9 maggio

Ore 11.30
I ferri del mestiere. Le case editrici si raccontano ai traduttori
Con Federica Magro (BUR, Rizzoli Ya, Fabbri Editore, Etas), Beatrice Masini (Bompiani), Paolo Primavera (Edicola Ediciones), Giuseppe Russo (Neri Pozza)
Modera: Ilide Carmignani
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 12.30
I ferri del mestiere. Traduttore e redattore a confronto
Con Lorenzo Flabbi e Elena Vozzi (L'orma editore) su "Acque strette" di Julien Gracq, Roberta Scarabelli e Elisabetta Migliavada (Garzanti Libri) su "Il rilegatore" di Bridget Collins
Modera: Ilide Carmignani
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 13.30
I ferri del mestiere. La gestione dei diritti d’autore nel tempo: dal primo contratto ai rinnovi
Con Elisa Comito (Strade)
Modera: Ilide Carmignani
a cura di Strade - Traduttori Editoriali e L’AutoreInvisibile 

Ore 14.30
A volte ritornano
Con Antonio De Sortis sul "Diario di Anne Frank" (Oscar Mondadori), Yasmina Melaouah su Albert Camus (Bompiani)
Modera: Ernesto Ferrero
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 15.30
Lo scrittore e il suo doppio
Fernando Savater dialoga con il suo traduttore Andrea de Benedetti (Editori Laterza)
a cura de L’AutoreInvisibile
  
Venerdì 10 maggio

Ore 11.30
I ferri del mestiere. Le case editrici si raccontano ai traduttori
Con Renata Colorni (Meridiani Mondadori), Elido Fazi (Fazi Editore), Simona Olivito (Edizioni E/O),Lorenzo Ribaldi (La nuova frontiera) 
Modera: Ilide Carmignani
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 12.30
Buchmesse: perché non si può mancare
Con Juergen Boos (Fiera del libro di Francoforte), Anna Mioni (AC² Literary Agency), Martina Testa(Sur) 
Modera: Ilide Carmignani
a cura de L’AutoreInvisibile 

Ore 13.30
La traduzione: lezioni di accoglienza
Con Adrian Bravi ("La gelosia delle lingue", EUM), Andrea De Benedetti ("La lingua feliz!", UTET libri)
Modera: Enrico Ganni (Einaudi)
A seguire: Ernesto Ferrero e Stefano Arduini annunciano, insieme a Lorenzo Enriques, il nome del vincitore del Premio Giovanni, Emma e Luisa Enriques - Giornate della Traduzione Letteraria 2019.

Ore 14.30
I ferri del mestiere. Tradurre gli afroamericani
Con Monica Pareschi (NN) e Martina Testa (Sur)
Modera: Martino Gozzi
a cura di Scuola Holden e L’AutoreInvisibile

Ore 15.30
Lo scrittore e il suo doppio
Con Juan Villoro e la sua traduttrice Maria Cristina Secci (Gran Vía)
Saluto di Nausikaa Angelotti per "Specimen.The Babel Review of Translation"
Modera: Ilide Carmignani
a cura de L’AutoreInvisibile


Sabato 11 maggio

Ore 11.30
I ferri del mestiere. Tradurre la fantascienza
Con Fabrizio Farina, Franco Forte (Urania Mondadori), Anna Martini
Modera: Ilide Carmignani
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 12.30
La traduzione: lezioni di accoglienza
Franca Cavagnoli dialoga con Eraldo Affinati e Siri Nergaard
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 13.30
I ferri del mestiere. Traduttore e redattore a confronto
Con Giuseppe Girimonti Greco e Giancarlo Maggiulli (Adelphi Edizioni) su "Gli Undici" di Pierre Michon, Amaranta Sbardella e Maria Leonardi (nottetempo) su "Incerta gloria" di Joan Sales
Modera: Franca Cavagnoli
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 14:30
I ferri del mestiere. Tradurre Stephen King
Con Luca Briasco
a cura de L’AutoreInvisibile
A seguire, Forme di sostegno alla mobilità del traduttore con Simona Cives (Casa delle traduzioni - Biblioteche di Roma)

Ore 15:30
Le lingue della Bellezza. Le traduzioni dell'Ospitalità
Con Giorgio Vasta
Moderano: Ilide Carmignani e Giordano Meacci
a cura de Le lingue in cui viviamo e L’AutoreInvisibile


Domenica 12 maggio

Ore 11.30
Lo scrittore e il suo doppio
Con Jhumpa Lahiri (Guanda) e la sua traduttrice Claudia Tarolo
Modera: Ilide Carmignani
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 12.30
I ferri del mestiere. "Oltre abita il silenzio. Tradurre la letteratura" 
Interviene l’autore Enrico Terrinoni (il Saggiatore)
Modera: Ilide Carmignani
a cura de L’AutoreInvisibile

Ore 13.30
I ferri del mestiere: traduzione e adattamento de "Il trono di spade"
Con Matteo Amandola e Leonardo Marcello Pignataro (AITI) 
Modera: Ilide Carmignani
a cura di AITI - Associazione Italiana Traduttori e Interpreti e L’AutoreInvisibile

Ore 14.30
Lo scrittore e il suo doppio
Con Alan Pauls e le sue traduttrici Maria Nicola e Gina Maneri (edizioni sur)
Modera: Vittoria Martinetto
a cura de L’AutoreInvisibile 

Ore 15.30
La ritraduzione dei classici della letteratura e l'attualità dei lavori di Vittorio Bodini
Con Massimo Bacigalupo, Ilide Carmignani, Alfonsina Nancy De Benedetto (Università di Bari), Giuseppe Girimonti Greco
Coordina: Enrico Ganni (Einaudi)
a cura di Regione Puglia, Centro Studi Vittorio Bodini e L’AutoreInvisibile

Las lenguas originarias sin políticas públicas

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El 20 de febrero pasado, Jorge A. Pérez Alfonsopublicó un artículo en el diario mexicano La Jornada, donde Yásnaya Elena Aguilar (foto), integrante del Colegio Mixteco, da cuenta de de la situación de peligro en la que se encuentran las lenguas indígenas en la actualidad.

En 100 años se perderá “la mitad
de 6 mil lenguas indígenas en el mundo’’

Oaxaca, Oax. En el mundo existen actualmente unas 6 mil lenguas indígenas, pero según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) “en 100 años se habrá perdido la mitad’’, alerta Yásnaya Elena Aguilar, integrante del Colegio Mixteco (Colmix), quien considera que en México las más amenazadas son: el ayapaneco, el kiliwa, el oluteco y el ixcateco, este último perteneciente a la familia otomangue.

Entrevistada al término de una conferencia en torno a la circunstancia actual de las lenguas originarias del estado de Oaxaca impartido en el Centro Cultural San Pablo, sostiene que uno de los mayores problemas de las lenguas indígenas es que todas están en serio peligro.

En México, explica, ese problema se debe a la carencia de políticas públicas que promuevan su rescate, pues pese a que una ley reconoce las lenguas indígenas como nacionales, “los usos y costumbres del estado en su administración no han cambiado’’.
Si un hablante de ixcateco llega a una oficina de gobierno y solicita algún servicio público en su lengua original no encontrará ningún funcionario que responda, a menos que hable español; “no se está garantizando el uso de esas lenguas en los ámbitos jurídico, de salud y educativo’’.

Eso obliga a los hablantes de alguna lengua indígena a expresarse en español para acceder a bienes o servicios que deberían recibir en su lengua materna, lo que a la larga hace que ellos mismos la rechacen y dejen de enseñarla a las nuevas generaciones. Por ello, apunta Yásnaya Elena Aguilar, la castellanización continúa avanzando.

Seis lenguas en Oaxaca
En Oaxaca se hablan seis lenguas maternas de las que derivan algunas variantes. Lamentablemente los gobiernos estatales y federales en los años recientes han aludido al rescate de esos idiomas, pero ninguno se ha preocupado por que la atención en el aparato estatal sea multilingüe, pues “es el mismo gobierno en sus tres órdenes el principal violador de los derechos lingüísticos, aunque haya leyes que los protegen’’, sostiene Yásnaya Elena Aguilar.

En lugar de que las autoridades acepten que su administración debe contar con funcionarios capacitados para atender en la lengua materna de cada población, se culpa a los indígenas por no hablar español y de ese modo se violentan sus derechos humanos.

Lo más grave, apunta, y quizá uno de los que más afectan es que en las escuelas de las diversas comunidades indígenas no se impartan clases en la lengua materna de la localidad, lo que es un problema en las ocho regiones del estado de Oaxaca, así como del país, pese a que las personas tenemos capacidad de aprender idiomas; incluso una escuela en Durango, calificada entre las mejores del país, en la comunidad menonita se enseña en su lengua original, el plautdietsch, y les enseñan inglés y español.

Destaca que en Oaxaca la lucha frontal por el rescate de las lenguas indígenas es de la sociedad civil y no del gobierno estatal.

Al respecto, Yásnaya Elena Aguilar aludió a la labor del pintor Francisco Toledo por conducto de los premios del Centro de las Artes de San Agustín (Casa) a la creación literaria en mixteco y zapoteco, así como la elaboración de juegos de mesa y traducción de libros en lenguas indígenas y sus variantes.

La escritora y defensora de los derechos lingüísticos manifiesta que otro problema de las lenguas originarias es la falta de visibilización de datos; por ejemplo, opina que en general la mayoría de la población desconoce el número de familias lingüísticas del país, 12, y a cuál pertenece cada una de las lenguas. Incluso uno de los errores más comunes es referirse como lengua materna, pues materna es el idioma que se inculca a cada persona.

Tomás Lopez Sarabia, presidente del Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción (Cepiadet), destaca que en el país “existe una violencia sistemática contra los hablantes de una lengua indígena; no es que queramos dejar de hablar nuestra lengua, lo tenemos que hacer porque se vuelve en muchos momentos un esquema de subsistencia en espacios sociales”.

Añade que el problema de los indígenas en el país es que el Estado trabaja con doble discurso; uno es aquel en el que se les reconocen todos sus derechos y son motivo de orgullo con sus tradiciones y costumbres y otro en el que no se tiene personal capacitado para atenderlos cuando se expresan en su lengua indígena y se convierten en un problema y los culpan por no entender determinado idioma.

Afirma que los sectores en los que más se presentan situaciones de esa naturaleza y que más afectan a los usuarios son en salud, justicia y educación.

En materia educativa hay severos problemas por la ubicación de los docentes, pues aunque hablen una lengua indígena no son enviados a impartir clases a su comunidad, sino que son destinados a zonas donde se habla otra lengua, lo que impide un desarrollo completo del profesor y el alumno.

En justicia, los indígenas cuando son acusados de un delito el Ministerio Público no cuenta con un funcionario que hable la lengua indígena del área en la que ocurre el caso o simplemente no se cuenta con un traductor.

Sin embargo, eso se ha estado resolviendo en los juzgados adonde llega cada asunto, pues de acuerdo con datos de 2012 del Cepiadet, 91 por ciento de los presos indígenas no contaban con un intérprete, dato que para 2018 se ha reducido a 50 por ciento.

Adriana Valdés: "Hay una especie de confusión bastante grande entre el género gramatical y lo que es la categoría sociológica de género"

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Demian Bio, de Cultura InfoBAE, entrevistó a Adriana Valdés en su paso por Buenos Aires.“La ensayista es la primera mujer en 133 años en ser nombrada directora de la Academia de las Letras de Chile. Habló con Infobae sobre el feminismo en América Latina, la apertura de las academias hacia la sociedad y los jóvenes y las nuevas formas del lenguaje”, dice la bajada de la nota. 

"Si hay algo que no se puede modificar 
con la voluntad es el lenguaje"

Adriana Valdés había cumplido 75 años y se disponía a retirarse cuando la sacudió una ola poderosa, que con una fuerza casi inédita se propuso correr la barrera de lo posible. Fue el surgimiento de una nueva nueva generación de feministas en Chile –pero no solo– hegemonizada por las más jóvenes entre las jóvenes, la que la decidió a dar un paso al frente y presentar su candidatura como directora de la Academia Chilena de la Lengua, un cargo que nunca, en nada menos que 133 años de historia, había sido ocupado por una mujer. Y Valdés no solo se atrevió a presentarse; también ganó.

"Si yo empecé a escribir sobre feminismo en el año 1980, y ahora, casi 40 años después, existe esta fuerza que está impulsando las ideas que nosotros creíamos que compartía muy poca gente, ¿cómo me voy a restar? Entonces decidí que no me restaría y cuando tuve la oportunidad y las credenciales me acreditaban, decidí presentarme a la elección y plantear la situación de manera muy sencilla, diciendo que creía que estaba calificada", explicó la ensayista, autora de, entre otros, el bestseller Redefinir lo humano: las humanidades en el siglo veintiuno (Universidad de Valparaíso, 2017) y De ángeles y ninfas. Conjeturas sobre la imagen en Warburg y Benjamin (Orjikh Editores, 2012).

Por eso, en su paso por Buenos Aires con motivo de la Feria Internacional del Libro, esta escritora explica que su designación se trata de un fenómeno que a ella la excede por mucho. "No estoy aquí por ser mujer, sino por ser académica, y por estar llamada a hacerme cargo", dijo el día de su asunción, el 9 de enero pasado.

Sus años como académica en la Universidad Católica, su tiempo como funcionaria de Naciones Unidas y su trabajo como crítica literaria y en teoría del arte le dieron a Valdés la seguridad de que era apta para el puesto, aunque más allá de lo personal pensaba su designación como algo bueno tanto para la academia como para el Instituto de Chile –que también preside y que nuclea a todas las academias de Ciencias y Humanidades del país–. Se trata, en efecto, de una de sus prioridades al frente de dichas instituciones: abrirlas, acercarlas a la sociedad, modernizarlas. "Elegir a una mujer le quitaba el aura de un lugar de caballeros un poco ancien régime, que es una idea que nos persigue".

No sorprende entonces que, en los meses que lleva en su cargo, Valdés se haya convertido en una especie de estrella mediática. "El interés de los medios por mi persona es como una ola de surf, que sube, sube y un día va a bajar. Yo elegí subirme y aprovechar para navegarla antes de que se baje", dice también mientras cuenta divertida que disfruta y está muy activa en la red social Twitter porque nunca le gustó "eso de quedarse encerrado en la torre de marfil".

Quizás sea porque en su persona se conjugan las Letras con el feminismo, o porque su posición no encaja con los rechazos cerrados ni con las celebraciones acríticas, pero Valdés se ha convertido en el último tiempo, también, en una referencia a la hora de pensar los dilemas en torno al lenguaje inclusivo.

–Cada libro tiene, además de un narrador, un lector. En el siglo XIX era muy común que una novela dijera cosas como 'Querido lector: tú que estás sentado junto al fuego, leyendo esta novela, puedes preguntarte tal o cual cosa…' o 'Tú que estás fumando tranquilamente tu puro mientras lees estas páginas'. Y un día me di cuenta de que eso mostraba que el destinatario implícito de ese relato muy probablemente no era una mujer. Y que el sentido común de esa novela probablemente no se aplicaba por igual a las mujeres. Por eso son tan valiosas las lecturas feministas que consisten en leer a contrapelo. Leer pensándose no desde el sujeto que está implícito en lo que uno está leyendo, sino desde el lugar de un sujeto que puede diferenciarse de él. Se trata de hacer una re–lectura de toda la literatura, partiendo de que probablemente esa literatura representaba una cultura de la que nosotras no éramos parte. Uno de mis primeros artículos sobre feminismo, publicado en México en 1983, tenía una frase que decía "De lo que tiene palabras ya estamos fuera", porque yo sabía que la palabra ya había sido construida por otros.

–Ya que hablamos de género y lenguaje, leí que dijo que en la medida en la que el uso inclusivo de la lengua se extienda, entonces la Academia deberá adoptarlo. Eso tiene implícito que no existe algo que esté 'bien' o 'mal' en el lenguaje, ¿es así? 
–Voy a citar a Andrés Bello, que trata de responder qué es hablar bien, y que explica que el buen lenguaje es aquel que habla la gente culta en un determinado tiempo y en un determinado lugar. Si la gente culta habla de determinada manera, eso fija un estándar para el resto de la sociedad. Siguiendo ese criterio, puede ser que el lenguaje inclusivo se generalice, aunque yo creo que no va a suceder.

–¿Por qué no?
–Porque hay una especie de confusión bastante grande entre el género gramatical y lo que es la categoría sociológica de género. La categoría sociológica de género, los Gender Studiesde Estados Unidos –bastante colonialista también es nuestra aproximación al tema– no tienen nada que ver con el género neutro en inglés, del que carecemos en el español. El género gramatical no depende de las desinencias o y a, y por eso palabras como dentista, o profeta, por ejemplo, terminan en a pero no distinguen género, incluso hay una profetisa frente al profeta. Esto demuestra que el género gramatical y el género sociológico son cosas muy diferentes. Y la formación de un lenguaje artificialmente inclusivo que evite las o y las a es una forma de violencia bastante grande. Si yo tratara de hablar de esa manera en este momento te saldría una entrevista bastante entrecortada.

–¿Y qué se puede hacer, entonces, para que las mujeres 'aparezcan' en el lenguaje?
–Lo que siempre voy a hacer es hablar de personas, voy a decir siempre ciudadanía, voy a decir siempre alumnado; es decir,  voy a tratar de utilizar el criterio de tal manera que las muchas palabras que el español castellano me ofrece las pueda utilizar en un sentido inclusivo. Esta forma se ha usado, por ejemplo, en la Constitución de Chile, donde hombresfue reemplazado por personas. En cambio, en la Constitución Bolivariana de Venezuela están senador y senadoradiputado y diputada y etcétera, y entonces la cosa es interminable, tiene un 40% más de palabras debido a esto, porque ninguna se puede utilizar como genérica. Eso va en contra de lo que se llama 'economía del lenguaje'. El genérico podría ser más económico, pero como en la actualidad tiene esta connotación más política, yo prefiero soslayarlo utilizando palabras como "persona". Y en el caso de que ese tipo de palabras no lo resuelvan, o no sirvan, bueno, ahí sí se puede usar el femenino y el masculino. Yo creo que se debería poder encontrar una solución con criterios lingüísticos, porque las capacidades del castellano están.

–Su respuesta da la sensación de que alcanzaría con un poco de criterio, ingenio y sensibilidad y, sin embargo, la RAE ha tenido respuestas bastantes contundentes en relación a este tema, que daban más la sensación de querer cerrar este debate que de abrirlo.
–No necesariamente. Pienso, por ejemplo, en Soledad Puértolas, que es una académica muy respetada, una gran novelista y miembro de la Real Academia. Ella publicó en la página oficial un diálogo en relación con el lenguaje inclusivo. Es decir que desde la Real Academia ella ha publicado una posición muy distinta a la desdeñosa que toma, por ejemplo, Arturo PérezReverte, y eso es bien interesante. Creo que en parte es porque ella tiene más sensibilidad sobre el tema, es más consciente de lo que es la vida social, y no la mira con esa ironía que es más fácil, con la que miran otros académicos o escritores. Por eso la suya es una posición preciosa, y refleja que la Academia misma es un lugar diverso en el que se dan las contradicciones que se dan en la sociedad. Es decir, están los caballeros que prefieren reducir lo desconocido a lo conocido y están las otras personas que tienen más curiosidad por lo que está sucediendo afuera.

–Entonces el debate sobre el lenguaje inclusivo podría redundar en algo enriquecedor para las Academias…
–Eso es lo que yo creo. Nosotros en Chile estamos preparando un documento y hemos tenido varias sesiones sobre esto con notables lingüistas –algunos más jóvenes y otros más grandes, muchas mujeres pero también varones– con la idea de llegar a una formulación breve y útil. Es muy difícil sintácticamente formar estas palabras con la terminación e y que yo defino como voluntaristas, y si hay algo que no se puede modificar con la voluntad es el lenguaje. Yo puedo usar estas formas, el todes, en una ceremonia o algo así, con un valor testimonial, y eso yo lo respeto, cualquiera lo puede hacer. Pero de ahí a que eso se imponga o que alguien piense que las academias pueden imponerlo, creo que es una idea que está muy lejos de lo real.

–¿Su rol no es, como algunos piensan, el de una especie de policía del lenguaje?
–No es mi idea, y tampoco la de la Academia de Chile desde hace mucho tiempo. El antiguo lema de "limpia, fija y da esplendor" que tenía algo de detergente y de policía fue reemplazado, hace un tiempo ya, con el de "unir por la palabra". La idea es no tanto corregir sino sobre todo dar espacio al lenguaje, dar ideas, recoger los mejores usos.

–¿Cuáles son los objetivos que usted se trazó para los tres años de su mandato?
–Estamos terminando una etapa de mucho y muy buen trabajo lingüístico. Creo que lo que falta en este momento es un poco más de apertura hacia la sociedad chilena, y un poco de modernización en los métodos de difusión de nuestro trabajo. Por ejemplo, cuando yo era vicedirectora comencé con un programa que se llamaba "Poesía chilena viva", en el que invitaba a dos o tres poetas y a un académico a unas lecturas públicas, y ese tipo de actividades se llenaban de gente. Y la llamamos así porque era poesía que se estaba produciendo en ese momento. 

–¿Qué opinión tiene sobre el rol de la juventud? No son pocos quienes sostienen la idea de que los jóvenes no leen, o que temas como la cultura y las letras les son ajenas, por ejemplo. 
–No creo que las nuevas generaciones –las que no se criaron como nos criamos nosotros, con el libro o la revista como el único medio de entretención– lean tan poco. Creo que se lee electrónicamente y también que se escribe mucho, a veces mal o rápido, pero se escribe, y yo valoro el lenguaje también cuando éste tiene otras formas. Me gustaría que  dejáramos de enseñar las Humanidades como en la era de Gutemberg (el inventor de la imprenta) de tal manera que pudiéramos a la vez leer y salirnos de la estructura muy rígida que el libro impreso ha creado en la mente humana. Me refiero a que la lectura, la que va de izquierda a derecha, la que marca que primero hay que ir por la introducción, después por la parte medular y por último por la conclusión, es una forma muy moldeada de nuestro pensamiento. Es decir que así como la imprenta –ese gran medio tecnológico– nos modeló la mente en el siglo XV, ahora vivimos otra revolución tecnológica que está modelando mentes y pensamientos de manera distinta, y eso es una cosa fascinante. Ni peor ni mejor, distinta.

–La suya es una lectura optimista, entonces. 
–En cierto sentido yo tomé una opción ética, que es no la de la queja, sino la de la celebración de las nuevas posibilidades del cerebro humano. ¿Cómo lo hacemos? Creo que el interés es fundamental y es lo primero. Es decir, partamos de que hay una nueva manera de pensar y de ejercer el pensamiento, que es distinta pero que no deja de ser pensamiento

¿Educar al soberano? ¿Para qué, si ya está la tele?

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El actor holandés Rutger Hauer, haciendo del androide Roy Batty 
en el primer "Blade Runner" 

En general, se tiende a copiar hablas consideradas prestigiosas, reproduciendo los términos empleados por esas personas a las que por poder político, económico o religioso se considera cultas. Tal vez en otras épocas eso pudo ser verdad. Ahora, ya no: basta con escuchar a muchos de los presidentes –con o sin papa en la boca– y políticos actuales  para comprender que no es así. Desplazado el eje, hubo también en su momento quien creyó que los que están en la radio y en la televisión podrían constituir buenos ejemplos de lo que es hablar correctamente. Tampoco es así: haber estudiado para locutor, impostar la voz, estar efectivamente en el éter, no es motivo suficiente. De hecho, toda esa gente suele hablar del “punto álgido” como del momento más caliente de algo (cuando “álgido” significa muy frío), o usan el verbo “enervarse” para significar que alguien está muy nervioso (cuando el significado indica no tener nervios). ¿Hace falta mencionar el hoy muy difundido mal uso del verbo “asumir”, que en inglés significa “suponer”, pero que en castellano quiere decir “aceptar” o “hacerse cargo”? Todas estas cuestiones producen malhumor. Es lo que uno puede corroborar con otros ejemplos, como se lee en el siguiente texto escrito recientemente por el poeta, traductor y por muchos años periodista Jorge Aulicino, a quien acompañamos en el sentimiento.

Cosas que no voy a hacer,
Aunque no le importe a nadie

 La cuestión de modificar el lenguaje sobre la base de la traducción literal o por semejanza:

Se escribe –y quizá pase al lenguaje hablado– "nombrar" por llamar o bautizar: "Fue nombrado Carlos pero lo llaman Carlitos".

Se escribe –y ya se dice– "aplicar" por corresponder: "La cuestión de las marsopas no aplica en este caso".

Acabo de ver una publicidad de Garbarino en la que me invitan a usar "el beneficio ANSES", para lo cual debo poner mi nombre y aparecerá un cartelito "en caso de que aplique".

Hace treinta años una traducción literal o por semejanza consagró el "replicar" por reproducir. En la Argentina se hablaba de "réplicas" por copias, pero el verbo solo era usado en su significado de responder. La mala traducción o traducción por semejanza era en realidad con el sustantivo "replicante" usado en los subtítulos de la película Blade Runner. Los replicantes eran robots. Y en realidad eran réplicas (copias) de los seres humanos.

El verbo “nombrar” por llamar, el “aplicar” por corresponder y el “replicar” por repetir o reproducir no los voy a usar, no puedo usarlos. Me parecen guiños estúpidos a malas lecturas del inglés de Nueva York, como ponerse la capucha de un buzo cuando no llueve. Tilinguería, en fin. Como dijo un crítico también bastante tilingo, Blade Runer creó "la estética de una década". A mi juicio, hizo un estrago mayor: destruyó el libro de Philip Dick y sembró en todos los diarios de la Argentina el verbo replicar, el cual se usa aplique o no aplique.

Jornadas dedicadas a Georges Perec en México

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PROGRAMA DE ACTIVIDADES. JORNADAS DE ESTUDIO GEORGES PEREC Y LA CREACIÓN CONTEMPORÁNEA



JUEVES 23 de mayo.
ÁGORA, MUAC.


10: 00   Inauguración. Conversación con la escritora y catedrática emérita Margo Glantz: Perec y la escritura como forma de vida.  


11: 00    “Me acuerdo”. Sesión de escucha y presentación de la pieza colectiva de recuerdos de la generación del fin del siglo XX, con una articulación sonora de David Rojas Azules (poeta experimental, ganador de Poesía en Voz Alta 2016).


11: 15     Lectura de obra de Georges Perec. Alumnos de la Alianza Francesa.


12: 00  Espacio inventario/espacio inventado.Una lectura de Perec desde la arquitectura.
  -Héctor López. Arquitecto, dibujante y paseante profesional de la Liga Peatonal.
  -Érika Loana. Arquitecta multidisciplinaria, forma parte del equipo de  museografía y producción del Museo Jumex.
  -Edgar Pérez. Peatón, cronista y gestor de proyectos culturales en espacios públicos.
Modera: Francisco Pallié Pérez de DeriveLab.


13: 00   Nunca editar un libro igual al anterior.
-CECLI (Centro de Estudios de Cosas Lindas e Inútiles), Chile.
-Esto es un libro. Laboratorio editorial, CDMX.
-Gris Tormenta, Editorial especializada en trabajos antológicos, Querétaro.
Modera: David Ortiz Celestino. Editor, escritor y gestor cultural.


14: 00Receso.
16: 00Lectura de obra de Georges Perec.
Artistas y escritores:
Libertad Pantoja (escritora),
Caroline Montenat (Materia de Dibujo), Eduardo Huchín (escritor),
Maga Mendoza y Juablo DG (escritores y performers).


17: 00Restricción y creación. El arte y la manera de acomodar sus libros.
Reflexiones sobre intervenciones realizadas en la biblioteca pública Aeromoto.
Participan los artistas: Mónica Contreras, Viviana Martínez, Ricardo Pohlenz, Juan
Caloca.
Modera: Mauricio Marcín. Curador del Museo de Arte Carrillo Gil.

ALIANZA FRANCESA DE SAN ÁNGEL


19: 00Inauguración de la exposición “Asteroide Perec”.
Brindis de Honor.Performance de Maga Mendoza y Juablo Dg.


VIERNES 24 de mayo.
SALA DE CONFERENCIAS, MUAC.


10: 00Mesa 1. Poéticas.
-María Cristina Forte. Traducir a Perec. Las obras bajo reglas, traducción y
recensión. El caso Georges Perec. Universidad de Casino, Italia.
-Alfredo Guzmán Tinajero. Escuchando las cosas. Los objetos cotidianos como
motor de la  memoria en la obra de Georges Perec. Universidad Autónoma de
Barcelona,  España.
-Serguei Panov. Perec: la novela fenomenológica  y el género de la parábola.
Universidad Nacional de la tecnología MISIS, Moscú, Rusia.
Modera: Marisol García Walls. Escritora, ex becaria de la Fundación para las
Letras Mexicanas.


11: 30Mesa 2. Memoria.
-Jagoda Kryg. Georges Perec y la poética del duelo. Universidad Jagellone,
Cracovia.
-Ana Mayela de Velazquez Farfán. Yo también me acuerdo. Homenaje a Perec y
lo infraordinario. Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, México.
-Sara Ianetti. Georges Perec y Paola Di Bello: guardianes de una contra memoria
cultural. Universidad de Macerata, Italia.
Modera: Ana Medina. Investigadora y traductora, coeditora del proyecto
E-literatura del Centro de Cultura Digital.


12: 00   Mapeo Narrativo. A partir de un texto de Perec, se realizará una activación que
involucre los vínculos intertextuales que el autor produce en sus obras, con la finalidad de que los asistentes puedan apreciar, no sólo la producción perecquiana, sino también la aplicación del mapeo en textos de autores destacados de la novela realista francesa. Actividad dirigida por la Productora de Mapeo Narrativo. Participan: Pilar Morales, Cecilia Santillán y Susana Trejo Santoyo.  


14: 00    Mesa 3. Espacio.
-Christl Lidl. VME-Lecture Ib o La poligrafía del caballo. Realidad aumentada y
posibilidades digitales de La Vida Instrucciones de Uso. Artista visual. Bélgica.
-Susana Trejo Santoyo. Las escaleras: Recorrido y acontecimiento en la lectura de
‘La vida instucciones de uso’. Universidad Autónoma Metropolitana/Universidad Nacional Autónoma de México, México.
-Tatiana Barbosa Cavalari. Lugares: espacios de creación autobiográfica. Universidad de San Pablo. Brasil.
Modera: Mireille Ribiére. Escritora independiente, especialista en la obra de Georges Perec.
CASA UNIVERSITARIA DEL LIBRO (CASUL)


17: 00Gramáticas de la desaparición.
Mesa de diálogo Organizada con apoyo de la Cátedra Mandela de Derechos Humanos, UNAM.
-Ximena Andión. Experta en temas de género.
-Grace Fernández. Movimiento por nuestros desaparecidos.
-Laura García. Fondo Semillas.
Modera: Ana Franco Ortuño. Poeta y editora. Coordinadora del Festival Poesía en
Voz Alta (2013-2017).


18: 30Inauguración de exposición. Ausencias. Lipogramas sin “a”.
Participan las escritoras y artistas:
Ana Franco Ortuño (CDMX),
Anne Gauthey (Francia/Argentina),
Carla Faesler (CDMX), Carol Espíndola (Tlaxcala), Coral Bracho (CDMX),
Diana Garza Islas (Nuevo León),
Elena de Hoyos (Morelos), Ileana Garma (Mérida),Karen Cordero Reiman (CDMX/USA),
Lalo Barrubia (Uruguay/Suecia),María Ángeles Pérez López (España),
Mariana Collares (Brasil),
Mariana Orantes (CDMX), Tania Carrera (CDMX),
Yunuen Díaz (CDMX/Morelos),
Zarení Ochoa (Oaxaca).
Texto de sala: Rían Lozano.


SÁBADO 25 de mayo.
AUDITORIO, MUAC.


11: 00Diálogo-lectura. Historias infraordinarias.
Fabio Morabito (poeta, ensayista y narrador) y Juan Villoro (escritor, periodista y
filósofo).


12: 00Georges Perec, un pensamiento contemporáneo. Presentación de ponencias.
-Eléonore Hamaide-Jager. Literatura juvenil. Pasar de las palabras a las imágenes:
el espacio-página, el espacio-calle, el espacio-ciudad. Universidad de Artois, Francia.
-Mireille Ribière. Georges Perec y las artes visuales: una presencia, un material.   Autora independiente, Francia/Reino Unido.
Modera: Haydée Silva. Profesora del Colegio de Letras Modernas de la UNAM y
doctora en Literatura y Civilización Francesas por la Universidad de París III
Sorbonne Nouvelle.


13: 00Intervención Still lyfe/Style leaf. Vivian Abenshushan. Escritora, editora y provocadora cultural.


14:00Receso.


15: 00Conversatorio: Espacio textual, espacio de exhibición.
-Susana Gonzalez Aktories. Catedrática y curadora de poéticas sonoras.
-Andrea Torreblanca. Curadora y ex directora del  Museo Morelense de Arte
Contemporáneo Juan Soriano.
-Tania Aedo. Artista, curadora y ex directora del Laboratorio de Arte Alameda.
Modera: Ricardo Pohlenz. Poeta visual-escritor conceptual.


16: 00 Lo infraordinario, una relectura de Gris Tormenta. Conversatorio.
Pablo Duarte, editor en Letras Libres conversa con Guillermo Núñez, escritor y
colaborador de la revista La Tempestad y Jacobo Zanella, editor enGris Tormenta,
acerca de Lo infraordinario, un ejercicio editorial en el que 16 autores de habla
hispana exploran las provocaciones contenidas en el ensayo: ¿Aproximaciones a
qué? de Georges Perec.


17: 00Ausencias. Lipogramas sin “a”. Conversatorio.

Ana Franco Ortuño y participantes del proyecto.


Micaela van Muylem visita el SPET en mayo

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En el próximo encuentro, que tendrá lugar el miércoles 22 de mayo de 2019 a las 18.30 en el Salón de Conferencias del IES en Lenguas Vivas (Carlos Pellegrini 1515), nuestra invitada Micaela van Muylem disertará en el SPET sobre el tema “Traducción, investigación y edición de teatro y poesía contemporáneos”.

Micaela van Muylem es Doctora en Letras (UNC) y Perito en Bellas Artes (UPC). Profesora titular de las cátedras de Literatura y Traducción literaria (sección alemán) y de los cursos de neerlandés, Facultad de Lenguas (UNC). Traductora literaria del neerlandés y del alemán. Editora independiente. Su tarea de investigación y traducción se centra en el teatro y la poesía de las últimas dos décadas. Actualmente dirige el proyecto Teatro, poesía e imagen. Expansiones y puesta en crisis en la literatura de habla alemana y neerlandesa contemporáneas (FL, SECyT, UNC).

Lecturas sugeridas;
-Florencia Garramuño (2015): “Frutos impropios”. En: Mundos en común. Ensayos sobre la inespecificidad en el arte. Buenos Aires, FCE (pp. 19-42).
-Alicia Genovese (2016 [2011]): “Poesía y modernidad”. En: Leer poesía. Lo leve, lo grave, lo opaco. Buenos Aires, FCE (pp. 15-44).

Quienes confirmen su asistencia recibirán por correo electrónico el material de lectura sugerida para este encuentro.

Quienes tengan previsto solicitar un certificado de asistencia (un servicio gratuito del SPET), por favor no olviden de firmar después de la reunión en la lista disponible en Cooperadora.

La crisis del libro en las librerías de Argentina

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Luego de 30 años  de actividad, por la crisis, Sancho, de Banfield, ctuvo que cerrar sus puertas. .

“Representantes del sector librero dieron una conferencia de prensa en la Feria del Libro donde exigieron no ser discriminados en la exención del IVA, beneficio que tienen los distintos actores del mercado editorial. ‘Las librerías estamos en una situación muy crítica. Incluirnos en esta norma sería un gran alivio’, aseguraron.” Tal es la bajada de la nota publicada por Luciano Sáliche en Cultura InfoBAE a principios de esta semana.

El reclamo de las librerías,
el sector “agonizante” de la industria editorial

En el último día de la Feria del Libro, mientras la gente aprovechaba la gratuidad de la entrada para dar sus últimas –o únicas– vueltas por el shopping de la literatura, el sector librero realizó una conferencia de prensa. Que la crisis económica asfixia, no caben dudas, sin embargo, el planteo de las diferentes librerías fue concreto y específico: en la ley de presupuesto recientemente aprobada no fueron incluidas dentro del beneficio de exención del IVA. En el artículo 93 de dicha ley, se detalla a quiénes se les devuelve el IVA, ya que escribir, editar y vender libros se consideran actividades culturales y no meramente un intercambio comercial. Pero en dicho artículo, la palabra librería no aparece. Es decir: quedaron excluidas.

La pregunta es por qué. No hay una respuesta precisa, pero los que estuvieron aquí reunidos prefieren pensar que no se trata de “mala fe” sino de “una mala interpretación de la industria del libro”. Antes de que se aprobara el presupuesto, se reunieron con Pablo Avelluto –secretario de Cultura de la Nación– y Miguel Braun –secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda de la Nación​ Argentina–. Allí, aseguran, quedó todo claro. De hecho Avelluto “explicó allí la necesidad de incluir a las librerías”, dijo Ecequiel Leder Kremer, dueño de la Librería Hernández y tesorero de la Fundación El Libro. “Entendemos que estamos a tiempo de revertir esta situación”, agregó con optimismo. Los grandes rubros en desgrabación de IVA son los servicios. Y el alquiler que, en sus palabras, representa entre un 10% y un 15% de las ventas.

En una pequeña y algo calurosa sala de La Rural, a metros de la Avenida Santa Fe, tras una breve introducción a cargo de la presidenta de la Fundación El Libro María Teresa Carbono, Leder Kremer tomó el micrófono y comenzó a exponer la problemática: “Defendemos la exención del IVA al libro, pero hay una inequidad porque nosotros, las librerías, sí lo pagamos cuando pagamos la luz y el alquiler”. Lo que sucede con los otros actores del sector, por ejemplo las editoriales, es que no tienen este gasto que sí tienen las librerías: el lugar físico al que atender al público. “Las librerías estamos en una situación muy crítica. Incluirnos en esta norma sería un gran alivio”, agregó.

“Esta situación es todavía peor en el interior porque tenemos gastos de flete que son un 5% más”, comentó José Roza de Librería de las Luces y Presidente de FALPA. “Hay municipios donde se ponen más impuestos –continuó–, y lo hacen desde la ignorancia muchas veces, porque piensan al libro como una mercancía más, y no lo es. Para que se den una idea, el 10% de la población tiene el hábito de comprar libros. Es un trabajo que falta, una política pública de fomento de la lectura”. Por su parte, Joaquín Gil Paricio de Cúspide Libros fue práctico: “El ejemplo más claro es la luz. ¿Por qué las librerías tienen que pagar un 21% más que el resto de los actores? Es absurdo que las librerías queden afuera de este beneficio”. “Dejar afuera al eslabón que tienen contacto con el lector es un error”, completó Antonio Dalto del Grupo ILHSA, poseedor de la cadena Yenny y El Ateneo.

La situación que atraviesa el sector es preocupante. Los números pueden variar pero el diagnóstico es compartido: el primer trimestre de 2019 fue el peor de los últimos cinco años. El problema no es sólo la crisis económica, sino la falta de políticas públicas que se animen a afrontarla. El “dejar hacer, dejar pasar”, como decían los fisiócratas franceses, parece ser la postura del Gobierno. Sin embargo, las iniciativas del sector existen. El mejor ejemplo es el proyecto de ley para crear un Instituto Nacional del Libro Argentino. Pero ahora, en esta conferencia, de lo que se habla es de algo muchas más pequeño y accesible: no dejar afuera a las librerías de la exención del IVA. “Dejar que las librerías agonicemos es un atentado contra la cultura. Son necesarias las políticas públicas”, comentó Carlos Alberto Morón de Librerías Casa del Sol y protesorero de la Fundación El Libro.

Sobre el final, Infobae Cultura le preguntó a las autoridades de la Fundación El Libro sobre las declaraciones de Pablo Avelluto, que los había acusado de kirchneristas –es decir: opositores a su gobierno–, entre otras cosas. Pese a que Carbano, la presidenta, habló en televisión sobre este asunto, prefirieron no emitir opinión alguna. Dejar que se enfríen las cosas, concluir la Feria del Libro de la mejor manera, y respetar este planteo específico, el de las librerías, que va dirigido, ni más ni menos, al mismísimo Avelluto. “Se necesita voluntad política”, concluyeron los representantes del sector librero en esta breve conferencia de prensa. No se puede estar más de acuerdo.

"Ya vendrá otro traductor dentro de cincuenta años a señalar mis burradas y volver a traducir"

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En la edición del suplemento cultural del diario Perfil, ayer salió la siguiente reseña, firmada por Juan Arabia, a propósito de la edición de los Cantos, de Ezra Pound, en la traducción de Jan de Jager, para el sello Sexto Piso.

A propósito de los Cantos, de Ezra Pound

No existe libro de poesía en la historia como TheCantosde Ezra Pound. Porque a diferencia de todo lo escrito este libro reúne lo mejor de cada una de las tradiciones y en sus propias lenguas: desde la poesía griega y oriental, pasando además por los trovadores provenzales, el dolce stil nuovo de Guido y Dante, hasta el renacimiento de Villon y la época victoriana, con Robert Browning a la cabeza. “Sólo Pound”, dijo Eliot, “es capaz de verlos como seres vivos”.

Y además incluye una experiencia muy personal, su propio monólogo dramático, sin límites: Pound encerrado en un manicomio en Estados Unidos por haber apoyado y propagado “publicidad fascista” durante el gobierno de Mussolini (“el Capo”) en Italia. Pound, en sus Cantos, difusor no sólo de ideas políticas sino también económicas, con la teoría contra la usura de C. H. Douglas y otros tantos al mástil de su nave.

En lo que respecta a nuestra tradición, acaba de salir y llegar a nuestro país una edición publicada por Sexto Piso (España) que se presenta como la más completa hasta ahora en nuestro idioma.

Las dos anteriormente publicadas en México (Mortiz, 1975 y 1986), hoy agotadas, no incluían los cantos italianos ni los dos textos “sueltos” incorporados a Drafts and Fragments.

A su vez, la edición de Cátedra nunca fue completada. Faltaron los apartados Rock Drill..., Thrones... y Drafts & Fragments;es decir, nada menos que el treinta por ciento de los Cantos.

La presente edición, en traducción de Jan de Jager (Buenos Aires, 1959), emula en toda su extensión e intencionalidad a la de New Directions de 1996.

El traductor argentino, en diálogo con Perfil, recuerda los inicios de este largo proyecto: “Creo que fue una especie de proceso evolutivo que me llevó 'de forma inexorable'  (las comillas son irónicas) a traducir los Cantos. En la facultad (hice letras en la UBA cuando FyL todavía funcionaba en Independencia y Urquiza) se le daba poca bola, creo porque Pound todavía estaba en una especie de limbo por sus simpatías fascistas, pero en cambio sí se insistía mucho con Joyce y con Eliot. En consecuencia, por todas partes aparecía indirectamente la figura de Pound. Conseguí un ejemplar de Pisan Cantos y los fui leyendo 'por oleadas', es decir, recomenzando desde el principio varias veces y llegando cada vez más lejos con cada lectura. Conseguí por fin un ejemplar de los Cantos completos en París y a partir de ahí fui releyendo una y otra vez y traduciendo obstinadamente todo a lo largo de 10 años, aunque de forma salteada, no en orden”.

Respecto a las ediciones anteriores, y en especial a la celebrada edición mexicana, de Jager afirma que “Vázquez Amaral aplana, achata, se nota muy a menudo que no llega a captar las connotaciones y la variedad de registros del original. Se dice por ahí: 'sí, pero Vázquez Amaral trabajó con Pound y lo pudo consultar'. Es cierto, pero a veces su ignorancia es tan grande que hay cosas que ni siquiera se le ocurrió consultar, y pifió bigtime. Tengo un jugoso inventario de pifies de la versión anterior, arriba de 300”.

Sin embargo, el traductor argentino reconoce haber tenido algunas dificultades: “A veces, claro, lamentablemente uno tiene que romper la regla de oro de no traducir lo que uno no entiende. Hay cosas en los Cantos que (todavía) nadie entiende. Ya vendrá otro traductor dentro de cincuenta años a señalar mis burradas y volver a traducir. Eso no es malo, los clásicos se vuelven a traducir una y otra vez”.

La presente edición, tal como el texto original de Pound, no incluye ningún tipo de notas. Tampoco fueron traducidos los extensos pasajes incluidos en otras lenguas.

Jan de Jager, en cambio, plantea una lectura horizontal y deja que el texto funcione poéticamente por sí solo.

Esto, sin duda, hubiera sido del agrado de Pound, que tanto cuidó y cultivó la música y el ritmo en todos sus poemas: “Para traducir apliqué la misma estrategia que pido al lector. Fui traduciendo 'a mano' es decir con pluma y papel, respetando las ocurrencias y sin interrumpir para buscar una referencia o un término. Dejaba el texto sembrado de asteriscos a los que después volvía. Luego, pasar en limpio y releer, y ahí sí, buscar lo que faltaba. Pero ese primer momento 'a vuelapluma' fue muy importante. Cambiar de idioma en este caso implica también que los ritmos que 'laten' por debajo o por detrás de los versos de Pound, y que él conocía muy bien, el pentámetro yámbico, los metros de Chaucer, la poesía aliterativa anglosajona, etc., había que 'traducirlos' y dejé que el oído me guiara, en mi caso los metros que latían por detrás de mi versión eran el endecasílabo, el octosílabo y los ritmos combinados: la lira, la silva y el pie quebrado. Si se busca una analogía: como un músico de jazz traduce ritmos brasileños o caribeños a su propio lenguaje musical”.

Una sola cosa nos queda por resaltar. Los dos cantos escritos por Pound en italiano (LXXII y LXXIII) aquí se presentan al castellano en traducción del poeta argentino Jorge Aulicino.

Nueva traducción de Maquiavelo

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Ayer Mónica Mateos Vegas publicó en el diario mexicano La Jornada, la siguiente nota sobre una nueva traducción de El Príncipe, de Nicolai Maquiavelo.

El Príncipe, de Maquiavelo, 
en edición de alta bibliofilia

Ciudad de México. Si se pone atención a lo que el filósofo italiano Nicolás Maquiavelo (1469-1527) postuló en su obra El Príncipe, y no a la leyenda negra en torno al autor, se puede apreciar el espíritu renacentista de un escritor que ante todo fue republicano y enemigo de la violencia.

Así lo explica el investigador y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Ambrosio Velasco Gómez, quien colaboró en la realización de una nueva edición del texto clásico de quien es considerado padre de la ciencia política moderna.

Con traducción actualizada y un trabajo editorial de más de tres años, El Príncipe, de Maquiavelo, publicado por el sello español Liber Ediciones, en coedición con Laman Carranza, incluye 15 grabados originales de los artistas Manuel Alcorlo, Vicente Arnás y Pedro Osés, numerados y firmados, así como una treintena de dibujos litográficos.

Es una obra ‘‘de alta bibliofilia”, añade Velasco en entrevista con La Jornada, limitada a 195 ejemplares de tirada mundial y se tuvo extremo cuidado en todos los detalles, desde el diseño de la caja-estuche, el papel de algodón y componentes vegetales fabricados ex profeso.

Maquiavelo, como todo autor clásico, está ‘‘vigente en toda época. En particular en estos días que conmemoramos el tiempo en el que vivió, el siglo XVI, el Renacimiento, pues fueron los años de la Conquista de México, pero también del inicio del mundo iberoamericano y el comienzo de la modernidad”, detalla el ex director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

‘El Príncipe se escribió en 1513, pero se publicó después de que el autor murió en 1527; es una de las obras más discutidas y más mal interpretadas. El sentido maquiavélico de Maquiavelo es erróneo, tergiversado, sobre todo cuando se afirma que es un pensador de la política que sólo se preocupa por la eficacia y la obtención y ejercicio del poder sin consideraciones de carácter valorativo, ético o axiológico.

‘‘No es así Maquiavelo es un autor comprometido con la vida republicana, profundamente patriota, nacionalista, que busca la unificación de su país. El Príncipe lo escribe para convencer a un posible monarca para que siga cierta estrategia política con el fin de lograr la unificación de Italia en un estado-nación y así asegurar su autonomía e independencia frente a otras potencias europeas, como España y Francia, que continuamente los invaden.

‘‘En el siglo XVI y hasta el XIX Italia se divide en varias ciudades-estados y queda retrasada en el desarrollo político. Maquiavelo propone en su texto una estrategia política para lograr el tránsito de una monarquía o principado a la república.

Compromiso social en sus ideas
‘‘Maquiavelo escribe: ‘la mejor forma de gobierno para fundar un nuevo Estado es el principado o la monarquía, y la mejor forma para conservarlo es la república’. Es decir, el estado de excepción es la monarquía y la mejor forma de gobierno para conservar un Estado ya fundado, para preservar la libertad del mismo y de los ciudadanos, es la república. Es importante hacer notar que en El Príncipe ni una sola vez aparece la palabra política. Para Maquiavelo, crear un principado es necesario en una sociedad desigual, y crear una república ahí donde la igualdad es grande. En esas ideas vemos su compromiso social. El principado, dice el autor, es para modular la opulencia, expresión que retoma Morelos en Sentimientos de la Nación.

‘‘Maquiavelo propone en El Príncipe disminuir las diferencias sociales, sobre todo a partir del apoyo y defensa de los intereses del pueblo, y el freno a las ambiciones de la nobleza y los poderosos.

‘‘Si escuchamos la voz del texto, si escuchamos a Maquiavelo sin los prejuicios de la leyenda negra maquiavélica, es decir, anti-Maquiavelo, veremos que él nunca fue maquiavélico en el sentido despectivo del término”, considera Velasco, de quien se incluye en el volumen el ensayo ‘‘El Príncipe de Nicolás Maquiavelo: una lectura republicana desde Iberoamérica’’.

Destaca que ese autor ‘‘es uno de los grandes críticos del uso de la violencia y si bien la reconoce como necesaria, exige que se minimice su uso a lo estrictamente necesario y siempre en favor del pueblo, pues argumenta que la violencia, sobre todo, perjudica a los pobres, los débiles, los vencidos, los excluidos.

‘‘Esta es una de las ideas de gran vigencia ahora que se debate sobre la Guardia Nacional. Maquiavelo diría, sí, si hay una fuerza explotadora u opresora, sobre todo del pueblo y de los pobres, hay que ejercer la fuerza sobre esa fuerza opresora, siempre que no se genere una espiral de violencia”, concluye Velasco.

Lucas Petersen y su estudio sobre Santiago Rueda

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Santiago Rueda, edición vanguardia e intuición se llama el nuevo ensayo de Lucas Petersen, presentado ante un público nutrido por el autor durante la reunión de mayo del marco del Club de TraductoresLiterarios de BuenosAires. Durante la muy amena exposición, el autor nos contó que, sin amilanarse por la escala casi artesanal de su empresa y a pura osadía Santiago Rueda se convirtió en uno de los editores más importantes de la historia argentina. Por su sello salieron completas por primera vez en castellano las más importantes obras de Joyce, Proust, Freud, Dos Passos, Hesse, Wassermann, Miller, Faulkner y Kierkegaard, entre otros. Casi como una continuación de su biografía sobre el primer traductor de Ulises, Petersen analizó la vida y el legado de uno de los grandes nombres del boom editorial argentino de los años cuarenta y cincuenta. 

Próximamente el video de la velada podrá verse aquí.

Lucas Petersen
Periodista cultural, escritor, profesor en la Universidad Nacional de las Artes. Ha colaborado con diversos medios gráficos y radiofónicos en temas de literatura, música e historia. Su primer libro, El traductor del Ulises (2016), reveló la excéntrica vida del hasta entonces enigmático José Salas Subirat y los pormenores de su titánica traducción.
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