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Dinero para traducir a autores brasileños

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“La Fundação Biblioteca Nacional ofrece becas de entre 1.000 y 6.000 dólares para la traducción de autores brasileños.” Al menos esto es lo que publica el sitio Publishnews, sin firma, en su edición del 25 de febrero pasado.

Becas para traducción de autores brasileños

Los editores internacionales interesados en presentar proyectos al Programa de Apoyo a la Traducción de la Fundação Biblioteca Nacional (FBN) de Brasil  pueden presentar sus propuestas hasta el próximo 14 de marzo. Los proyectos serán evaluados en la segunda reunión del bienio 2018/2020, marcada para el 28 de marzo y la lista de seleccionados se hará pública el  30 del mismo mes. Pueden participar en esta convocatoria, editoriales internacionales que tengan interés en publicar y distribuir libros de autores brasileños en el exterior, sin importar ni la lengua a la que se traducirá la obra ni el formato del libro. La FBN concederá bolsas de 1.000 a 6.000 dólares para traducciones y publicación de libros inéditos o nuevas traducciones y de hasta 3.000 dólares para proyectos de reedición.

En la última edición, se seleccionaron 36 proyectos. Entre ellos, destacan: El invitado y otros cuentos, de Murilo Rubião por la colombiana Ediciones Exilio; Don Casmurro, de Machado de Asís, por la egipcia Sefsafa; Todos los cuentos, de Clarice Lispector, por Penguin Random House, en Alemania, y El sol en la cabeza, de Geovani Martins, por Alfaguara en España y por la Suhrkamp en Alemania.

El programa es un elemento clave para la internacionalización de la literatura brasileña. "El programa es esencial para la presencia de la literatura brasileña en el mundo", comentó Nicole Witt, agente alemana que está al frente de 'Mertin', una agencia literaria que se especializó en la literatura lusófona. "El programa orienta las bases de los proyectos de traducción. Sobre todo los de aquellas editoriales pequeñas y medianas que a menudo escogen títulos literarios importantes. Hay editores internacionales que nos piden específicamente que les presentamos títulos para los que pueden conseguir apoyo para la traducción ", agregó.

Si desea más información, acceda a la web de la Biblioteca Nacional de Brasil donde encontrará las bases para participar.


Con cada lengua que desaparece se va una parte de la vida humana sin posibilidad de retorno"

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“Casi la mitad de las 6.700 lenguas que se hablan en el mundo están en peligro y el 90 % de ellas corre el riesgo de desaparecer antes de que termine este siglo, según la Unesco. Aquí, más de 20 pueblos indígenas son hablantes de al menos 14 idiomas aunque diez de ellas están en riesgo”. Eso dice la siguiente nota, publicada sin firma en el diario Clarín, el 27 de febrero pasado.

Cada 14 días muere un idioma
y en la Argentina hay 10 en peligro

El panorama es desolador: cada 14 días muere un idioma; en los últimos 10 años han desaparecido más de 100 lenguas; otras 400 están en situación crítica, y 51 son habladas por una sola persona. En la Argentina país, desparecieron tres y están en riesgo unas diez. Los datos fueron elaborados por la Unesco y son un llamado de atención.

Durante el lanzamiento del Año Internacional de las Lenguas Indígenas en Perú, donde se hablan 48 lenguas, de las que 21 están en peligro, la representante de la Unesco en ese país, Magaly Robalino, indicó que "cada dos semanas desaparece una lengua de la superficie del planeta". De ese modo, casi la mitad de las 6.700 lenguas que se hablan en el mundo están en peligro y el 90 % de ellas corre el riesgo de desaparecer antes de que termine este siglo.

"Con cada lengua que desaparece se va una parte de la vida humana sin posibilidad de retorno. Se extingue no solo un vehículo de comunicación, sino una cultura, un acervo de conocimientos, un sistema de pensamientos, una forma de ver el mundo, un sistema de relaciones y valores familiares y una fuerza de ciudadanía", dijo.

La representante de la Unesco destacó los esfuerzos del Gobierno de Perú por poner en valor sus 48 lenguas habladas por 55 pueblos indígenas, con el quechua como la más mayoritaria de América, con 3,7 millones de hablantes únicamente en territorio peruano.

En la Argentina y según estimaciones de la doctora en Lingüística e investigadora principal del Conicet a la prensa, más de 20 pueblos indígenas son hablantes de al menos 14 lenguas, lo que representa el 2,4% de la población nacional. De esos idiomas, solo tres son oficiales a nivel provincial: el toba, wichí y mocoví, en Chaco. Por su parte, el guaraní y el quechua son otras lenguas importantes con más de un millón de hablantes cada una.

Esas lenguas se agrupan en seis familias lingüísticas: toba, pilagá, mocoví (familia guaycurú); wichí, nivaclé, chorote (familia mataguaya); tapiete, AVA-guaraní, mbya, guaraní (familia tupi-guaraní); quechua, tehuelche (familia Chon), y mapuche. Recientemente se agregaron las lenguas vilela, considerada extinta en los 60, y chaná (charrúa), oculta durante casi 200 años.

Finalmente, aunque están extintas también aquí se hablaron Abipón (de la familia mataco-guaicurú), Cacán (hablada por los diaguitas), Chané (se usó en la provincia de Salta, hace unos 300 años), Querandí (lengua de los antiguos pampas también conocidos como querandíes), Lu le-toconoté (hablada por pueblos que habitaban en parte del territorio de la actual provincia de Santiago del Estero), Ona (extinta en la década de 1990 o en la de 2000), Yagán (de los aborígenes de las zonas litorales meridionales del archipiélago fueguino que se extinguió a inicios de siglo XX, aunque se conservan un gran diccionario elaborado por Thomas Bridges) y el guaraní misionero que se habló entre 1632 y 1767, aunque desapareció definitivamente hacia 1870.

Becas para editores y traductores del sueco para asistir a la Feria de Gotemburgo

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Publicada en el sitio Publishnews, el pasado 27 de febrero, con las firmas de Carlos Carrenho y Lorenzo Herrero, la siguiente convocatoria tal vez tiente a alguien.


La feria de Gotemburgo abre su programa
de becas para editores y traductores

El Consejo Sueco de las Artes, y la Feria del Libro de Gotemburgo ofrecen un programa de becas para traductores del sueco a otros idiomas, así como para editores y subagentes interesados en trabajar con la literatura sueca en traducción. Este programa busca reforzar el intercambio internacional de literatura y dar a conocer la literatura sueca de alta calidad en el sector editorial internacional y aumentar las posibilidades de que los autores suecos lleguen a los lectores en otros idiomas a través de la traducción. 

El programa de las becas se llevará a cabo del 25 al 28 de septiembre de 2019, coincidiendo con la propia feria que se desarrollará del 26 al 29 de septiembre de 2019. Pueden postularse a las becas traductores, editores y subagentes no nórdicos interesados en la literatura sueca. La organización dará prioridad a aquellos que no hayan asistido con anterioridad a la feria. Las becas cubrirán una parte de los gastos de viaje, alojamiento durante 3 noches y la entrada a todos los seminarios de la feria. El programa está parcialmente reservado, con reuniones, conferencias y actividades nocturnas, y parcialmente abierto a programas individuales. Habrá actividades separadas para traductores y editores, así como actividades conjuntas.

Los solicitantes se comprometen a participar en el programa completo. Para aquellos que viajen desde Europa, la suma de la beca de viaje es de 2.500 coronas suecas (235 euros), y para los solicitantes que viajan desde fuera de Europa, la suma es de 7.000 coronas suecas (665 euros). El hotel corre a cargo de la organización

El plazo para solicitar las becas finaliza el próximo 4 de abril. Si desea postularse puede acceder al formulario de inscripción a través de este enlace. Además puede consultar las bases completas de la convocatoria aquí

La iglesia católica y el fin del del progresismo cultural veneciano

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“Biblias, el primer Talmud, el primer Corán y hasta manuales de guerra y arquitectura militar.” Es lo que incluye, según la bajada, el siguiente comentario de Carlos María Domínguez sobre el libro Los primeros editores, de Alessandro Marzo Magno, publicado el año pasado por la editorial Malpaso. Esta reseña salió el pasado 3 de marzo, en suplemento El Cultural, del diario uruguayo El País.

La industria editorial en la 
antigua Venecia

El periodista Alessandro Marzo Magno (1962) ha encontrado en la historia de los primeros editores la oportunidad de recorrer las calles de la antigua Venecia y los inicios del libro moderno, a poco de que Gutenberg imprimiera la Biblia con tipos móviles. Su ensayo transita por el dato erudito y la divulgación con especial atención a la vida de los libreros e impresores de los últimos años del siglo XV y primera mitad del XVI, cuando con sus ciento cincuenta mil habitantes la ciudad era una de las más populosas de Europa y editaba la mitad de los libros que circulaban por el continente.

La presencia de comunidades balcánicas integradas a la República de la Serenísima, de dálmatas, armenios y griegos, judíos alemanes y emigrados de la cuenca del Mediterráneo, diversificó las lenguas de las primeras publicaciones y exigió sumar a las tipografías latinas caracteres hebreos, en cirílico, en el glagolítico de los croatas medievales, incluso en árabe. La artesanía y rusticidad de los medios a menudo convirtió las erratas en sospechas religiosas, pero en Venecia se imprimió la primera Bibliarabínica y el primer Talmud, el Talmud babilonio, el palestino, y hasta el primer Corán, en un emprendimiento fallido que, precisamente por sus errores tipográficos, no alcanzó a circular y fue recuperado en 1987 por la bibliotecóloga Angela Nuovo en la isla de San Michele.

A fines del siglo XV el 45% de los libros que circulaban en una Europa mayormente analfabeta eran religiosos, pero en Venecia, donde la cuarta parte de la población masculina asistía a la escuela, rondaban el 26%. Los humanistas italianos irradiaron el concepto de la cultura moderna sobre el resto del continente y los radicados en Venecia, como Pietro Bembo, o los visitantes frecuentes, como Erasmo, alentaron la publicación de muchos clásicos griegos y latinos, aportaron traducciones y gramáticas, y favorecieron la difusión de las obras de Dante y de Petrarca en dialectos italianos.

La vulgarización cultural ha conducido al equívoco de confundir, muy a menudo, el humanismo con el humanitarismo, pero en este momento de la historia su significación es transparente: fue la actitud de los primeros intelectuales en comprender que la cultura de Occidente era una sola y dependía de la recuperación de la tradición griega, latina y hebrea, desde una perspectiva no mediada por la iglesia. Los humanistas trabajaron en Venecia con muchos impresores y libreros pero entre todos destacó, por su formación y refinamiento, el editor Aldo Manuzio, creador del formato de nuestros libros en octavos (o libro de bolsillo), ya no concebido para la vocación religiosa, como las ediciones en folios, sino para la educación y el entretenimiento. Comenzó por publicar las obras de Virgilio, Catulo, Tibulo y Propercio, de las que vendió más de tres mil ejemplares y convirtió a Petrarca en un best seller mayor, vendiendo en sucesivas ediciones alrededor de cien mil ejemplares de sus obras. Su legado más firme, sin embargo, fue la creación de la tipografía de letra cursiva, desde entonces también llamada itálica, y a sugerencia de Pietro Bembo trasladó el punto y coma del griego al latín y a la lengua vulgar, a la que sumó apóstrofos y acentos, criterios que más tarde fueron acompañados por todos los editores.

Un brillo crepuscular.
Más allá de escasas y ligeras referencias, es notoria la ausencia de la poesía, el cuento y el ensayo renacentista en el retrato de Marzo Magno. No hay en su libro seguimiento alguno de las ediciones del Decamerón de Boccaccio o El Príncipe de Maquiavelo, las ediciones de Dante o Petrarca, pese a que le dedica un capítulo entero al pornógrafo Pietro Aretino, muy popular entonces, y otros a la edición de los mapas, las partituras, la medicina, la cosmética y la gastronomía.

El autor se inclina por los tópicos de los manuales prácticos con un rico anecdotario en materia de cosmética —para obtener el tono rubio del cabello las venecianas llegaron a utilizar estiércol de paloma, sangre de tortuga y hasta moscas hervidas—, o francamente espeluznantes en temas médicos, como la disección de condenados a muerte, luego sustituidos por cadáveres, y la recomendación de asar ratas domésticas, pulverizarlas y añadirlas a las papillas de los niños para prevenir los excesos de salivación, según consta en el primer gran tratado de farmacología, del médico Pietro Andrea Mattioli, con numerosas traducciones en toda Europa.

Los manuales de guerra y de arquitectura militar tuvieron en Venecia un despliegue mucho mayor que en otras ciudades, dada su condición de potencia dominante en el Mediterráneo. Los patricios venecianos necesitaban una buena formación bélica para desarrollar su carrera política y los editores los abastecían de obras clásicas y modernas. En el arte de la guerra la cartografía tenía una utilidad de primer orden y si se copiaban muchos mapas antes de la llegada de la imprenta, el descubrimiento de América potenció las ediciones geográficas a niveles nunca alcanzados.

La gran paradoja del desarrollo cultural veneciano fue que brilló en el momento en que su hegemonía y relevancia quedaba desplazada por los intereses del mundo sobre el Atlántico. Colón era genovés, Américo Vespucio, florentino, Giovanni Caboto y Sebastián Caboto, ambos venecianos, y Antonio Pigafetta, vicentino de la Serenísima; todos cumplieron un papel de primer orden en el descubrimiento, al servicio de intereses ajenos. Durante un tiempo los venecianos creyeron que podrían repartirse con la corona española el dominio comercial de los mares, pero el despliegue de la armada británica dejó al Mediterráneo fuera del juego de las nuevas hegemonías. 

Venecia fue, sin embargo, un centro importante en la difusión de las noticias que llegaban del nuevo mundo, a través de cartas, crónicas de viajes y, sobre todo, la elaboración de mapas y tratados geográficos integrales como las Navigationi e viaggi de Giovanni Battista Ramusio, la monumental recopilación de sesenta y cinco crónicas de viajes hacia todos los confines, desde la antigüedad hasta mediados del siglo XVI, editados en tres volúmenes in folio.

Cuando en 1547 los poderes de la Inquisición romana lograron afianzarse en Venecia, su destino como centro cultural quedó malogrado. En pocos años se condenaron los textos protestantes, todas las biblias en lengua vulgar, más de seiscientos autores quedaron prohibidos y la plaza de San Marcos vio arder decenas de miles de libros en sucesivas hogueras. Desaparecieron las imprentas, el nuevo polo editorial se desplazó a París, y una vez más la historia pulsó su latido.


Literatura argentina las pelotas

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Entiendo que titular una entrada en la forma en que lo he hecho no es necesariamente elegante. Sin embargo, creo que expresa perfectamente bien lo que siento cada vez que leo  "literatura argentina". Me refiero, claro, a la expresión aplicada exclusivamente a la narrativa y, dentro de esa especie literaria, fundamentalmente a la novela. Da la impresión entonces de que la poesía, el ensayo y la literatura dramática escrita en este país no es "literatura argentina", sino otra cosa que no vale la pena considerar. 

Así, dejando de lado el equivalente a lo que alguna vez fue el llamado "cupo femenino", en todo festival, congreso, discusión y manifestación ligada a la parte más pública del arte de escribir, habrá, a lo sumo, uno o dos poetas o ensayistas invitados (los dramaturgos no tienen esa suerte) y sólo para cumplir. En la Argentina, a los organizadores de esos eventos no se les ocurre pensar que no sólo los narradores tienen algo que decir sobre la lo que escriben. Y cuando les conceden algún espacio a poetas y ensayistas, es para que discutan exclusivamente entre ellos, como si fueran una suerte de minusválidos en cuestiones de crítica literaria.

Por último, no puedo dejar de observar que la narrativa es, de todas las especies literarias, la que más cerca está del mercado: editoriales, agentes e incluso libreros entienden que los libros de verdad, los que se venden, son los de los novelistas y, ocasionalmente, los libros de cuentos escritos por gente que antes escribió novelas. Sin embargo, Juan José Saer, que escribió novelas, cuentos, poesía y ensayos solía decir que los narradores que no leen poesía son semianalfabetos. ¿Qué decir de aquéllos que organizan actividades alrededor de la literatura?

Ningún festival, ningún congreso, ninguna discusión o manifestación ligada a la parte más pública del arte de escribir es seria o siquiera letrada, si bajo el rótulo de "literatura argentina" no se hace cargo de los otros géneros. Y dejarlos de lado tampoco es elegante. De modo que, una vez más, "literatura argentina las pelotas". 

Jorge Fondebrider



"Corren buenos tiempos para el libro traducido en los Estados Unidos"

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De acuerdo con el artículo publicado por Lorenzo Herrero el 3 de marzo pasado en Publishnews, aparentemente la literatura en lengua castellana fue la que más se tradujo en Estados Unidos durante el año pasado. No se destaca en el artículo cuántas traducciones se hicieron de originales españoles y cuántas de libros escritos en Hispanoamérica. Tampoco se señala los países de procedencias de las obras hispanoamericanas. En fin, que algo es algo.

La literatura en español la más traducida
en Estados Unidos durante 2018

El español es el idioma más traducido en Estados Unidos por primera vez según se desprende de la Base de Datos de Traducción de Publishers Weekly, que recoge información sobre las primeras traducciones al inglés de títulos de ficción y poesía distribuidos a través de los canales normales de venta al por menor en los EE.UU (no se incluyen las publicaciones y adaptaciones de libros del Reino Unido). Desde el año 2008, francés, español y alemán se repartían los tres primeros puestos en este orden. Pero en 2018, el español superó al francés, con 101 títulos traducidos, en comparación con los 97 del francés. El alemán quedó en un distante tercer puesto, con 53 títulos. Los siguientes idiomas completan el top 10: Japonés (47), italiano (33), noruego (23), chino (22), sueco (21), ruso (19) y árabe (18). Las editoriales independientes (incluyendo Amazon Crossing) y las editoriales sin ánimo de lucro publicaron la mayoría de las obras traducidas: 86%, en comparación con el 14% de las Cinco Grandes.

Corren buenos tiempos para el libro traducido en los Estados Unidos. Según informa Chad Post en Publishers Weekly, muchas miembros de la industria editorial constatan un aumento del interés en la literatura internacional entre los críticos y libreros. "Los libreros –algunos de los mejores lectores– fueron los primeros y más entusiastas partidarios de la literatura traducida, y son una de las principales razones por las que la literatura traducida está encontrando un mayor número de lectores en estos días", dijo Mandy Medley de Coffee House Press a Publishers Weekly. "Desde las elecciones de 2016, los lectores estadounidenses también han comenzado a mirar más allá del canon tradicional de los estadounidenses blancos hacia la literatura internacional, no sólo en busca de nuevas perspectivas e ideas, sino también de una gran narración de historias. Y gracias al trabajo de muchas editoriales independientes, no tienen que ir muy lejos. La literatura traducida ha encontrado un éxito reciente en parte porque la cobertura de los libros, como el Congreso, está alcanzando a la cambiante cultura de Estados Unidos".

Sin embargo, estos cambios aún no se reflejan en las cifras que se desprenden de la Base de Datos de Traducción de Publishers Weekly, que recoge información sobre las primeras traducciones al inglés de títulos de ficción y poesía distribuidos a través de los canales normales de venta al por menor en los EE.UU. (No se incluyen las publicaciones y adaptaciones de libros del Reino Unido). Según estos datos, 2018 fue el segundo año consecutivo en que el número total de nuevas traducciones publicadas en los Estados Unidos disminuyó, a pesar de la aparición de nuevas editoriales centradas en la traducción en los últimos años, como Deep Vellum, New Vessel, Restless y Transit Books. No obstante, las cifras de producción no son un fiel medidor de la implantación entre el público lector de este subconjunto de la industria editorial. El crecimiento general en el número de traducciones ofrecidas en el mercado en los últimos 11 años –de 369 títulos en 2008 a 609 en 2018, con un máximo de 666 títulos en 2016–, muestra el creciente interés por los títulos extranjeros.

Desde 2014  Amazon Crossing es la editorial que más obras traducidas ha aportado al mercado estadounidense. El año pasado publicó 41 títulos. Dalkey Archive, fue la segunda con 18 títulos. El resto de los 10 mejores fueron New Directions (17); Europa Editions (16); Seagull Books (14); Farrar, Straus y Giroux (13); Minotaur (10); New York Review Books (10); y Archipelago, Oneworld, y Snuggly, que estaban empatados en el puesto 10 con nueve títulos cada uno.

Por otro lado, en Reino Unido aumentaron las ventas de obras de ficción traducidas en un 5,5%. Según informa The Bookseller, las traducciones en Reino Unido representaron el 5,63% de las publicaciones de ficción en 2018. En cuanto a los idiomas el francés representa el 17% de las ventas aunque se constata que los autores más populares en los últimos 5 años son los noruegos y los suecos. Destacan las ventas de The thirst del noruego Jo Nesbo (123.066 ejemplares), siendo el libro más vendido en 2018.

"Esta traducción no estaría representando sus brillantes alas"

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El poeta y traductor Juan Arabia realizó la siguiente reseña del volumen misceláneo La llama, libro póstumo del poeta, novelista y cantante Leonard Cohen–publicado por la editorial Salamandra, de Barcelona, con traducción de Alberto Manzano, en moviente de 2018– que salió ayer en el suplemento de cultura del diario Perfil, de Buenos Aires.

La llama

Vayamos a lo específico, matemos la llama. Un libro como el recientemente publicado de Leonard Cohen (Montreal, 1934 – Los Ángeles, 2016), La Llama (The Flame), puede presentar todo tipo de conjeturas.

De “género”, podría ser la primera, y de lo que algunos poetas consideran por “poesía”. Aunque la literatura moderna no puede ignorar que tanto en Grecia como en Provenza la poesía alcanzó su máximo esplendor rítmico y métrico en momentos en que el arte poético y musical se hallaban íntimamente ligados.

Además podrían discutirse aspectos de ventajismo comercial, estructurales; o de la traducción misma de poesía, problemática que conlleva a considerar los elementos estéticos de las versiones originales.

Leonard Cohen era muy puntilloso, un perfeccionista extremo. Y esta traducción, evidentemente, no estaría representando sus brillantes alas.

No porque traicione su sentido, sino porque no lo estaría elevando a su esencia, a sus verdaderos riesgos rítmicos y musicales.

Este libro incluye una serie de textos que Cohen seleccionó y que habrían de conformar su último libro de poemas.

La Llama, título escogido por su hijo Adam debido a la repetición de la palabra “flame” a lo largo de todo su trabajo, recoge 63 poemas que el mismo autor eligió cuidadosamente de un acervo de textos inéditos y que abarca varias décadas.

Además, incluye las letras de canciones de sus últimos cuatro discos (“Alerta Azul”, “Viejas Ideas”, “Problemas Populares” y “Lo Quieres Más Oscuro”), muchas de los cuales ya habían sido publicados originalmente como poemas en The New Yorker.

Una tercera parte presenta una selección de los cuadernos que Leonard llevó consigo desde su adolescencia hasta el último día de su vida.

Además de estas tres secciones, supuestamente estipuladas por Cohen, el autor quiso incluir en el libro su memorable discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias, leído en Oviedo en el 2011, junto a muchos de sus propios autorretratos y dibujos.

A diferencia de sus álbumes, esta vez nos encontramos –al menos en lo que respecta a sus primeros poemas y las notas de sus cuadernos– con un poeta que sólo tiene que valerse de palabras (en sentido rítmico y semántico).

Es el caso de la primera sección del libro, estos 63 inéditos y nuevos poemas, donde Cohen parece deshacerse de lo que habría sido su legado, en su último disco: “lo quieres más oscuro / apagamos la llama”. Acá en cambio encontramos otra posibilidad en el recorrido: “Trabajé siempre con firmeza / Pero nunca lo consideré un arte / ahí estaban los esclavos / Los cantantes encadenados y carbonizados / Pero el arco de la justicia ha cedido / Y los heridos pronto se manifestarán / Perdí mi trabajo defendiendo / Lo que le pasa al corazón”.

El autor, en ese sentido, da largas muestras de no habitar ya en La Torre de la Canción, (el poema está fechado el 24 de junio de 2016): “No era nada, sólo negocios / pero dejó una fea marca / Y aquí estoy revisitando / Lo que le pasa al corazón”; “Vendía abalorios santos / Vestía con cierta elegancia / Tenía un gato en la cocina / Y una pantera en el jardín / En la prisión de los talentosos / Me llevaba bien con el guardia / Y nunca tuve que ser testigo / De lo que le pasa al corazón”.

Hay grandes poemas, además, en esta primera parte de La Llama, como “La resaca”, “15 de enero de 2007, Cafetería Sicily”, “Pleno empleo”, “Lo que va a ocurrir 16.02.03”, “Agradecido” y “Invierno en Mount Baldy”.

Todos estos poemas cobran mayor efectividad, ya que al final del libro aparecen los originales y el lector puede comparar el sonido verdadero, carácter exclusivo de su forma de arte. En lo que respecta a la edición inglesa firmada por Robert Faggen y Alexandra Pleshoyano en julio de 2018, y que este volumen traduce e incluye, leemos: “Todo el mundo sabe que Leonard solía trabajar en sus poemas durante años, a veces décadas, antes de publicarlos, y él mismo dio éstos por concluidos”.

Probablemente, y salvo que un trabajo y esfuerzo mantenga algo del espíritu original, un libro de poesía traducido al “español” no le pueda hacer justicia a sus versos. Leonard Cohen es Bíblico. Sus letras son mesiánicas, están escritas en el lenguaje de los libros sagrados: “And fastened here, surrendered to / My Lover and My Lover, / We spread and drown as lilies do– / forever and forever”.

En el prólogo a esta edición, escrita por su hijo Adam, leemos: “Este libro contiene los últimos esfuerzos de mi padre como poeta. Ojalá lo hubiera visto terminado, y no porque en sus manos hubiera sido un libro mejor, más acabado, más generoso y estructurado, ni porque, de una manera más fiel, hubiera reflejado lo que mi padre quería ofrecer a sus lectores, sino porque su cometido era lo que lo mantenía vivo al final de sus días, su único objetivo vital”.

¿Será capaz la RAE de echar el lastre por la borda?

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Espejito, espejito, ¿quién es ese ganso que me mira?




La noticia fue publicada por el diario barcelonés La Vanguardiay, el pasado 5 de marzo, reproducida por Clarín, de Buenos Aires. Aparentemente, el partido español Podemos no quiere que las instituciones que no tengan paridad de varones y mujeres reciban dinero público. Y en la Real Academia, de los 46 sillones posibles sólo 8 están ocupados por mujeres. Por eso, en virtud del historial del plagiario Arturo Pérez Reverte, le piden que ceda su sillón para que lo ocupe una mujer. ¿Será ese un comienzo para que la institución recupere algo de su hipotética dignidad?

La llama

El partido político español Podemos incluirá en su programa electoral de las elecciones generales del 28 de abril una propuesta para hacer obligatoria la paridad en los órganos de dirección de las instituciones y entes públicos, o que dependan de financiación pública, en un máximo de cuatro años, que conlleva la retirada de subvenciones en caso de incumplimiento.

Para ilustrar su medida, el partido ha puesto de ejemplo laReal AcademiaEspañola de la Lengua (RAE), con “solamente ocho puestos femeninos de un total de cuarenta y seis en sus sillones de decisión”, y ha hecho un llamamiento al escritor Arturo Pérez-Reverte para que empiece dando ejemplo y se plantee ceder su puesto a una mujer.

“Veíamos este fin de semana que el señor Pérez-Reverte tenía una reunión con escritoras, con mujeres. Lo animamos a que si ya está entendiendo que las mujeres tienen que entrar en los espacios de decisión, se plantee dejarles su sitio y el de sus compañeros a las mujeres, que creo que tenemos también mucho que aportar al lenguaje”, ha asegurado la coportavoz de Podemos, Noelia Vera.

En concreto, Vera ha explicado que su medida pasa por hacer obligatorias las “recomendaciones” que ya se incluyen en la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, y en dar un plazo de cuatro años para su cumplimiento. “Ahora no se están cumpliendo porque son recomendaciones y las cuestiones de la paridad no se toman muy en serio”, ha señalado Vera, tras poner de ejemplo de incumplimientos el Tribunal Supremo o el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

En el caso de los incumplimientos que perduren pasado ese plazo de cuatro años, Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos, ha dicho que su propuesta planteará que esos organismos “dejen de recibir dinero público”. “Porque España es un país feminista” y las instituciones tienen que estar a la altura de lo que es nuestro país”.

“La RAE, que recibe 1,6 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado que no se sabe muy bien de dónde salen, digo yo que si no fueran capaces de cumplir un una obligación como la paridad, entonces habría que plantearse si esas subvenciones se las merece o no”, ha enfatizado Vera.

Podemos ha querido poner sobre la mesa esta medida precisamente esta semana, con motivo del Día la Mujer que se celebrará el viernes 8 de marzo, para reivindicar el “país feminista” que defenderán en las elecciones generales del 28 de abril, frente a los que quiere “volver al pasado”, en referencia PP, Ciudadanos y Vox.

“Se trata de una propuesta de cara a las elecciones generales que busca reclamar la paridad no como una recomendación sino como una obligación que tiene recoger el sentir feminista, mediante el cual las mueres decimos que tenemos que tener presencia en los espacios de toma de decisiones”, ha asegurado Vera.


En Francia, por ahora, no va a poder ser

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Primer Ministro francés Édouard Philippe

La noticia es muy vieja, pero sus ecos nos llegaron asordinados, por lo que vale la pena reiterarla. Se anuncia en un suelto de eldiario.es, publicado en España el 23 de noviembre de 2017. Allí, en la bajada de la nota, se lee: “La Academia francesa de la Lengua ya se había posicionado en contra, calificando el uso del pronombre neutro como una ‘aberración inclusiva’”.

El Gobierno francés prohíbe
el lenguaje inclusivo en sus textos oficiales

El primer ministro francés, Édouard Philippe, ordenó la prohibición esta semana del llamado “lenguaje inclusivo” en los textos oficiales, contra el que ya se había alzado la Academia de la Lengua. En la circular, el jefe del Ejecutivo invita a rechazar ese tipo de escritura, que incorpora un sufijo femenino en un sustantivo masculino, en favor de una mejor comprensión del contenido.

“Más allá del respeto del formalismo propio de las actas de naturaleza jurídica, las administraciones dependientes del Estado deben adecuarse a las reglas gramaticales y sintácticas, principalmente por razones de inteligibilidad y de claridad”, apunta. La única excepción será la relacionada con la publicación de convocatorias públicas de empleo, donde sí se incluirá el masculino y el femenino para evitar caer en una preferencia de género.

El lenguaje inclusivo había sido defendido en Francia en círculos feministas, para quienes el lenguaje masculino no es neutro e implica una “invisibilización” de las mujeres. La publicación de un manual escolar el pasado marzo en el que por primera vez se optaba por ese tipo de escritura considerada “no sexista” puso de nuevo en el foco mediático las reivindicaciones de esos grupos.

La Academia francesa de la Lengua, no obstante, se posicionó claramente en contra en un comunicado difundido a finales de octubre. Sus 40 miembros, los llamados inmortales, alertaron de que “ante esta aberración 'inclusiva', la lengua francesa se encuentra ahora en peligro mortal y nuestra nación es, desde hoy, responsable ante las generaciones futuras”.

“Si ya es difícil aprender una lengua, ¿qué sucederá si en su uso se añaden los sufijos alterados?”, denunció esa institución, fundada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por el mantenimiento de la lengua francesa.

"Los genitales no siempre son binarios"

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Diana Maffíaes doctora en filosofía (UBA), docente de grado y posgrado en UBA y en otras Universidades nacionales e internacionales, además de Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (UBA). Fundadora de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (1994 al presente) y de la Asociación Argentina de Mujeres en Filosofía (1987-1991), dirigió proyectos de investigación, tesis de doctorado y maestría. Por otra parte, publicó varios libros y es autora de numerosos artículos. Se desempeñó como Defensora Adjunta del Pueblo (1998-2003) y como Diputada, ambas en CABA (2007-2011), siendo distinguida cada año con el premio “El Parlamentario” por su labor legislativa. Desde 2012 dirige el Observatorio de Género en la Justicia dependiente del Consejo de la Magistratura de CABA. El pasado 9 de marzo, publicó la siguiente columna en el diario Perfil.

El lenguaje inclusivo y la "ideología de género"

En la sección Ideas del domingo 3, Patricia Nigro escribió una interesante nota titulada “Diez motivos por los que no conviene usar (todavía) el lenguaje inclusivo”. Los decálogos tienen siempre un encanto particular, parece que allí se encerraran todas las verdades. No puedo aquí analizar cada motivo, pero quiero decir que coincido en algo fundamental: el uso generalizado de la “e” no es la única manera ni la más virtuosa para incluir a los múltiples sujetos hablados por la lengua. Solo que no llamo “lenguaje inclusivo” únicamente a ese uso, por cierto muy reciente, sino al esfuerzo que el feminismo reclama y realiza desde hace más de cuatro décadas para impugnar el uso del masculino como excluyente en algunos casos y universal en otros, dejando al contexto y a la guillotina resolver las ambigüedades (lo de la guillotina lo conté en otra ocasión a propósito de Olympia de Gouges). El “todavía” del título de la nota sugiere que tengamos paciencia, que no forcemos los cambios, que se van a ir dando naturalmente desde la sociedad hacia las academias acompañando los cambios de la realidad. Pero los cambios en la realidad no se dan naturalmente, porque los lugares sociales y la ampliación de derechos no son naturales sino políticos. Y por eso el feminismo plantea como parte de su práctica para cambiar la cultura patriarcal una política del lenguaje y del nombrar.

Las mujeres, desde niñas, debemos aprender las condiciones pragmáticas de uso del “todos”, del “niños”, del “hombres” para saber cuándo nos incluye y cuándo no. Esa herramienta no la da la gramática. Imaginemos ahora la infancia de alguien que no se identifica ni con “niño” ni con “niña” y no encuentra palabra para nombrarse... El lenguaje merece pensarse desde una perspectiva atenta a esta inclusividad. Si se acepta esta necesidad, discutamos entonces las herramientas apropiadas. Al final de su nota, Nigro da un excelente repertorio de herramientas que no requieren usar la “e” ni otros mecanismos rechazados por no lingüísticos (como la @) o por ilegibles (como la x). Buenos recursos para incluir el femenino, pero algunos insuficientes para la diversidad de género.

Al hablar precisamente de la inclusión de la diversidad, Nigro habla de ideología de género. ¿Dónde residiría esa “ideología” cuyo avance pervierte el idioma? Lo que hoy se llama “ideología de género” y se impugna desde ciertas posiciones que se presumen no ideológicas es la disociación entre el sexo biológico, el género subjetivo, el rol de género, la orientación sexual y las prácticas sexuales, entre otras características difíciles de aceptar desde el binarismo. Pero esta ruptura del binarismo tiene su raíz precisamente en los cuerpos. Esta diversidad se considera amenazante para un alineamiento de los cuerpos, las identidades y los deseos, y de una práctica de la sexualidad que conduzca a la reproducción, normativa regida por “la naturaleza” según se pretende. Desde este estallido ideológico en la conceptualización de las sexualidades se apura un cambio radical en el lenguaje que al nombrar no indique ninguna restricción específica sobre la asignación de sentido a las corporalidades diversas. Nigro en cambio recomienda comprensión y respeto, pero sostiene que “todos estos casos no requieren de ningún lenguaje inclusivo”.

Los genitales no siempre son binarios, los cromosomas no siempre son binarios, los cuerpos y géneros admiten enorme diversidad de expresiones. Y entonces el lenguaje sí importa, la atribución de género marcado o no marcado sí importa, hacer visible lo que no era nombrado es muy relevante, y si la columna vertebral de la gramática solo admite binarismos, deberá ser cambiada.

Una más y, por un tiempo, no jodemos más

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El pasado 8 de marzo, como una manera de acompañar el “Día de la Mujer”, el Consejo Nacional de Investigadores Científicos (CONICET) publicó en su página web el siguiente texto de Natalia Behar Sosa sobre la conveniencia o inconveniencia del lenguaje inclusivo. En su bajada, se lee: “La Dra. en Sociología, María Sol Torres Minoldoy el Dr. en Filosofía, José María Gilexponen motivos a favor y en contra del uso de la letra ‘e’ como alternativa de género”.

Dos investigadores del CONICET,
dos enfoques sobre el “lenguaje inclusivo”

“El problema está en confundir la gramática con el machismo”, expresó públicamente el director de la Real Academia Española (RAE) Darío Villanueva en una entrevista realizada en julio del 2018. En paralelo, en el marco del debate feminista y la lucha por los derechos de la igualdad entre el hombre y la mujer, el lenguaje inclusivo aumenta su nivel de aceptación, con repercusión en medios de comunicación y redes sociales. Al calor de las reivindicaciones de género, la iniciativa intenta romper con el binarismo “hombre/mujer” y evitar expresiones sexista del lenguaje.

En medio del debate y tras innumerables consultas con relación a su uso, en junio de 2018, la RAE amplió a través de su cuenta de Twitter: “#RAEconsultas El uso de la @ o de las letras «e» y «x» como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género”. En paralelo, quienes promueven el uso del “lenguaje inclusivo” ponen en la mira el uso del “genérico masculino” para denominar a ambos sexos, en expresiones como reunión de “padres”.

Para entender cómo se analiza hoy el lenguaje inclusivo es importante saber primero que se trata de un fenómeno social originado en los años setenta, con una fuerte influencia del movimiento Lésbico-Gay-Trans-Bisexual (LGTB). Desde entonces, la diversidad de las múltiples identidades de género comienza a ser nombrada. Se opta por el uso de la letra “x”, “, la “@”, la “e” y en algunos países la letra “i” (las últimas dos en la búsqueda por variables pronunciables) para designar género indistinto.

La RAE expresó también a través de su cuenta de Twitter: “#RAEconsultas No es esperable que la morfología del español integre la letra «e» como marca de género inclusivo, entre otras cosas porque el cambio lingüístico, a nivel gramatical, no se produce nunca por decisión o imposición de ningún colectivo de hablantes”.

El debate, lejos de estar cerrado, sigue replicándose en diversos ámbitos. Un ejemplo de ello es que, el 11 y 12 de abril próximo, la facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata será sede del Primer Congreso de Lenguaje Inclusivo.

¿Qué opinan con relación al lenguaje inclusivo dos científicos pertenecientes al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)?

La Dra. en Sociología María Sol Torres Minoldo, Investigadora Asistente en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS), a favor de su uso, co-escribe en el artículo “La Lengua Degenerada”: “Lo que diga la RAE sobre este tema nos tiene sin cuidado. Con todo respeto. Muy lindo el diccionario”.

Por otro lado, el Dr. en Filosofía José María Gil, Investigador Independiente en el Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMD), cuestiona la naturaleza paradójica de este proyecto de cambio lingüístico que, a pesar de que es motivado por un justo reclamo a favor de la igualdad de género, incurre en prejuicios que pueden alimentar hipótesis clasistas y aun racistas.

A FAVOR
Por María Sol Minoldo, Investigadora Asistente en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS)

Si bien no existen evidencias contundentes acerca del efecto que tiene el lenguaje sexista sobre la reproducción de las relaciones de género, sí existen experimentos que respaldan la capacidad del lenguaje para condicionar nuestra mirada del mundo en diferentes aspectos, y el peso del género gramatical para atribuir carga semántica incluso a conceptos asexuados. Por ello, aunque nada garantiza que la transformación del lenguaje debilite, en efecto, la reproducción de relaciones de género injustas, la propuesta del lenguaje inclusivo sí aparece como, al menos, un ámbito válido de disputa política

Lo cierto es que la crítica a los ‘falsos genéricos’ y a la predominancia del género gramatical masculino en el habla no tiene tanto que ver con una dificultad de comunicación. Lo que se pone en cuestión es que estas estructuras lingüísticas no solo reflejan, sino que además reproducen, categorías de organización y comprensión de los géneros. Y lo hacen en función de un esquema no sólo asimétrico, sino además estrictamente binario. Y cuando sólo existen dos categorías posibles, femenina y masculina, la diversidad no puede ser siquiera nombrada.

Por otra parte, desde el punto de vista de Bourdieu, podríamos decir que el propio efecto disruptivo que el lenguaje inclusivo produce en la comunicación, tiene potencial para debilitar la violencia simbólica que contribuye a reproducir las relaciones de poder (incluidas las de género, por supuesto). Al producir incomodidad allí donde quedaba invisible una relación social opresiva, permite poner en entredicho la aparente ‘naturalidad’ de dicha relación. Esto quiere decir que el lenguaje inclusivo puede funcionar como una estrategia más para dar visibilidad a las relaciones de género como un producto socio histórico, y habilitar su discusión.

Desde un punto de vista lingüístico, de hecho, proponer una transformación del lenguaje que lleve a desambiguar el genérico que coincide con la forma específica del género masculino, no sólo no resulta inaplicable, sino que, de hecho, puede resultar enriquecedor. A la vez, apostar a la transformación del habla es perfectamente compatible con su carácter histórico, ya que la lengua no constituye en absoluto un producto inmutable, sino que se encuentra “viva”, transformándose constantemente debido a los cambios que la comunidad de hablantes introduce en su uso.

Cierto es que la propuesta específica de crear un genérico neutro tiene complejidades mayores que la sustitución de unos términos por otros, puesto que supone que se introduzca un nuevo género gramatical que, para integrarse a la gramática de nuestra lengua, deberá cumplir algunas reglas. Pero que su adquisición tenga dificultades mayores, bien podría ser compensado por el impulso que le proporciona el interés político que despiertan estas propuestas.

EN CONTRA
Por José María Gil, Investigador Independiente en la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP)

El así llamado “lenguaje inclusivo” es la planificación de un cambio morfológico que visibiliza de forma creativa el justo reclamo de la igualdad de género. Sin embargo, la planificación de ese cambio pasa por alto la evidencia lingüística e incurre en prejuicios que no sólo son incompatibles con dicha evidencia, sino que además pueden alimentar hipótesis clasistas o aun racistas. En lo referido a la evidencia lingüística, carece de fundamento la idea de que un cambio en la morfología (el uso de “e” para evocar “género indistinto”) pueda promover un cambio conceptual. Además, el uso de este cambio morfológico se circunscribe a hablantes altamente escolarizados, razón por la cual el “lenguaje inclusivo” termina siendo paradójicamente elitista. En relación con los prejuicios que alimenta, el “lenguaje inclusivo” cae en la falsa y peligrosa hipótesis del determinismo lingüístico, según la cual el léxico y la gramática de la lengua que hablamos crea una trama de hierro para los pensamientos que elaboramos.

Desde luego, a lo largo de la historia ha habido una gran cantidad de casos de planificación lingüística, desde la adopción de una lengua nacional hasta cambios ortográficos muy puntuales. Con todo, la justa idea de reivindicar grupos oprimidos o estigmatizados por lo general se encuadra en proyectos amplios que tienen en cuenta a la comunidad de habla en su conjunto. Por ejemplo, la modernización léxica del quechua trata de evitar los préstamos del castellano o el inglés. Entonces, se crean palabras nuevas a partir de la morfología quechua, lo cual permite valorar la identidad lingüística y cultural de sus hablantes.

Es muy comprensible que el debate en torno al “lenguaje inclusivo” se dé en este momento histórico particular porque hay un reclamo mayoritario y legítimo a favor no sólo de la igualdad de género, sino también a favor de la igualdad y de la libertad individual como valores supremos.

Me animo a creer que este debate es una de las tantas expresiones de una sociedad que se va haciendo cada vez más plural y más libre, hasta que ya no haga falta escudarse en un cambio morfológico para promover valores igualitarios y democráticos. La promoción de esos valores requiere cambios en el pensamiento de las personas, los cuales son mucho más complejos y vastos que un cambio premeditado en la morfología nominal.

Políticas de la lengua y negocios españoles

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La proximidad del Congreso de la Lengua en Córdoba hace que los medios, generalmente desinformados, repitan como loros las gacetillas que les llegan de los interesados en promocionar esa verbena, cuyo programa, si se lee en detalle, es un derroche de estupidez (Ej. Ese tipo Sabina y la “puetisa” Sastre, en la mesa de poesía: hay que tener estómago). Así, el poeta y traductor Jorge Aulicino –que, no olvidemos, fue periodista durante más cuarenta años–, un tanto harto, opina sobre lo que significa ese congreso y devela sus móviles en la siguiente columna, publicada el 16 de marzo pasado en su Facebook.

No existe más el imperio donde 
"no se pone el sol", ¿te enteras?

Vamos a ver: soy argentino y hablo en argentino. Es un matiz, por ahora, del antiguo dialecto de Castilla que se convirtió en idioma oficial de la España monárquica unificada. ¿Es tan difícil ver que la política actual de España frente al idioma es precisamente política? Tiene razones económicas también, desde luego. Mínimas y legítimas, si se quiere. Pero básicamente es una política de Estado, de sobrevivencia. Se habla ahora de la necesidad –en la revista Ñsin ir más lejos– de superar las "históricas disyuntivas" entre América latina y España y avanzar hacia una lengua franca. Una nueva lengua de los negocios. ¿Puede estar más claro? Frente a esta política, el lugar de sumisión de las academias americanas respecto de la RAE resulta para mí intolerable. Una Academia, la española que, por lo demás, lleva en su hombre la pertenencia a la monarquía. Estas naciones, Madrid, nacieron como repúblicas, ¿te enteras? Las fundaron masones, muchos de ellos católicos, pero casi todos anti-monárquicos. Hablan el español de otro modo, hacen reclamo de su soberanía hasta hoy. Y sin embargo sus instituciones lingüísticas aceptan someterse al papel de satélites o sucursales de la RAE Les organizan incluso congresos de la lengua (¿de cuál lengua?) a la RAE y al rey. ¿Es necesario en el mundo global sostener una lengua franca alternativa, que no sea el chino, como cada vez más parece?. Bien, eso se dará o no se dará en la medida en que el uso de las variantes del castellano de España crezca en número de hablantes y haya cada vez más mexicanos o argentinos o venezolanos o chilenos en el mundo de los negocios, de la industria del espectáculo, de la ciencia y de la tecnología. El español chapuceado que se hablará en esos ámbitos como alternativa al inglés, se convertirá en "lengua franca" 2 si Dios quiere, y ojalá Dios lo quiera. Esos procesos ocurren. Y no se diga que ocurren porque un hada madrina desciende de un país que fue central para unificar la lengua. Tengo entendido que el Renacimiento sucedió cuando el latín había hecho big bang. Y en el mundo económico y tecnológico hacía rato que no se hablaba un solo idioma cuando se produjo la Revolución Industrial. De modo que fue necesaria una "lengua franca" nueva y distinta. Un inglés estandarizado. No el mismo que se habla en Texas, distinto al de Nueva York, al de Londres, al de Canberra o al de Toronto, por no mencionar Jamaica. Si el castellano de España tiene ese destino nada puede hacer la RAE para acelerar el proceso. En cambio, puede intentar que lleve lo que se llama hoy "marca España"

Hoy en la Biblioteca de Goethe Institut!

Guido Cavalcanti abre el año, traducido por Jorge Aulicino y editado por Juan Arabia

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Retomando las actividades públicas del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, el onceavo año de existencia comienza con la presentación de la edición bilingüe de las Rimas, del poeta Guido Cavalcanti (1255-1300), publicadas por la editorial Buenos Aires Poetry, en traducción de Jorge Aulicino (también traductor de la Divina Comedia, de Dante Alighieri).

Durante la reunión, matizada con mucho humor, se habló de que el interés de los poetas contemporáneos por Guido Cavalcanti se debe principalmente a Ezra Pound quien ha sido algo así como una puerta de acceso para acceder a la compleja obra del más virtuoso representante del llamado dolce stil nuovo,denominación dada a un grupo de poetas italianos de la segunda mitad del siglo XIII, integrado por Guido Guinizelli, Lapo Gianni, Cino da Pistoia, Dino Frescobaldi, Guianni Alfani y los nombrados Dante y Cavalcanti, acaso los más importantes. Sobre éstas y otras cuestiones conversaron ayer en la presentación Juan Arabia, director editorial de Buenos Aires Poetry, y Jorge Aulicino, poeta, poeta y traductor.

Próximamente podrá verse la reunión en el link que se indicará en esta página.

Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949), publicó los libros de poemas Vuelo bajoPoeta antiguoLa caída de los cuerpos,Paisaje con autorMagnificat, Hombres en un restaurante,Almas en movimientoLa línea del coyoteLas VegasLa luz checoslovacaLa nadaHostias,Máquina de faroCierta dureza en la sintaxisLibro del engaño y del desengañoEl camino imperial, Corredores en el parquey Mar de Chukotka. Último Premio Nacional de Poesía en la Argentina, periodista cultural y, por varios años, director de la revista Ñ, es también traductor. Entre sus últimos trabajos deben mencionarse una nueva versión de la Divina Comedia, de Dante Alighieri y sendas antologías de los poetas italianos Cesare Pavese, Pier Paolo Pasolini y Antonella Annedda.

Juan Arabia (Buenos Aires, 1983) es poeta, traductor y crítico literario, egresado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, y actual director del sello editorial y revista Buenos Aires Poetry. Ha publicado los libros: John Fante. Entre la niebla y el polvo (Buenos Aires, El fin de la noche, 2011);PosData a la Generación Beat(Buenos Aires, Buenos Aires Poetry, 2014); El Enemigo de los Thirties (Buenos Aires, Buenos Aires Poetry, 2015); John Fante: Camino de los sueños diurnos(Buenos Aires, Buenos Aires Poetry, 2016); El Enemigo de los Thirties (Ril Valley / Chile – Los Leones, 2017), Il Nemico dei Thirties (Collana Scilla - Fana, Italia, Samuele Editore 2017).

"El rey no decora, es bastante lastre"

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El 18 de marzo pasado, Verónica Abdala publicó en el diario Clarín una entrevista con Martín Caparrós, uno de los participantes del inminente Congreso de la Lengua. La bajada de la nota dice: "Está a favor del lenguaje inclusivo, cree en el idioma como algo vivo y considera innecesaria la presencia del rey español".

"Si Tinelli se postula a algú ncargo
yo vuelvo al país sólo para poder exiliarme"

Algunos la llaman “la cláusula Caparrós” y está escrita en varios de sus contratos: el escritor pide que cuando una editorial le manda por primera vez ejemplares de un nuevo libro suyo, acompañe el envío con “una caja de buen vino”, con un doble propósito. Por un lado, dice, eso compensa la frecuente frustración personal que, asegura, supone ver que la dedicación de meses o años a un tema, termina reducido a “una pequeña pila de papeles impresos”. Por otro, para medir lo que las editoriales consideran un buen vino. “Me he llevado sorpresas, no llegan al tetra brick, pero a veces se acercan peligrosamente”, asegura frente a una taza de café, haciendo gala de ese filoso sentido del humor que acompaña muchas sus apariciones públicas y a veces lo salva de la corrección política.

Martín Caparrós –uno de los más reconocidos periodistas y cronistas argentinos de la actualidad, y que vive en España desde 2013– está en Buenos Aires para participar del Congreso de la Lengua (CILE) que se realizará en Córdoba entre el 27 y el 30 de este mes, y también para dar forma a una crónica sobre la capital argentina, que integrará una serie que compone para el diario El País, sobre las grandes ciudades latinoamericanas. “El intento por sintetizar una ciudad en sí mismo supone una pretensión disparatada” define. De todos modos, ya hizo dos –Caracas y Bogotá– con las que está satisfecho, y Buenos Aires es la que mejor conoce, aunque mantiene con ella, como con el país, una relación ambivalente, signada por el amor y el espanto.

“Desde que me fui, en materia política no ha cambiado nada: seguimos viendo a los mismos actores –Cristina, Macri–, que ya han probado su habilidad para el fracaso”, dice. La “brutalidad mayor”, sin embargo, le parece una posible candidatura de Tinelli: “Si se postulara a algo yo volvería al país solo para poder exiliarme –dispara. Lo único que ha hecho este hombre es contar chistes malos y mostrar culos y uno hubiera creído que había cierta reacción ante este tipo de conductas. Que pueda aspirar a algún puesto importante (NdeR: baraja su candidatura como gobernador de la Provincia de Buenos Aires) y alguien crea que pueda conducirnos a algún lado, desmiente totalmente lo que creemos que somos, cosa que a mí me cansa un poco”, dice cruzado de brazos, mientras desvía su mirada hacia la ventana. “Por eso estoy más enfocado en entender un poco mejor qué es América latina, un concepto que para nosotros es escurridizo: no está claro qué significa ser latinoamericano y quiero indagar en este territorio, en el que la mayoría de la población habita grandes urbes, pese al mito de que habitamos campos y selvas.”

–¿Creés que, en términos históricos, los argentinos vivimos como una contradicción esa pertenencia continental?
–Durante buena parte del siglo XX la negamos. Nuestra estructura política y económica era muy distinta de la de los demás países de la región, teníamos una vasta clase media y un Estado que proveía salud, educación y cierta justicia social, trenes, periódicos y editoriales infinitamente más ricas que en otros sitios, y además siempre nos creímos mejores que el resto. Pero eso empezó a quebrarse con la guerra de Malvinas, cuando nuestros estúpidos generales, que habían creído que Estados Unidos nos apoyaría, cayeron en la cuenta de que no tendríamos ese apoyo ni el de nadie más que el de un puñado de países latinoamericanos.Ahí empezó a forjarse en términos colectivos esa idea de pertenencia, que se consolidó cuando la situación de la clase media argentina se derrumbó, el Estado proveedor decayó en sus funciones y los valores económicos nos acercaron a la ruina. Hoy estamos todos más cerca e identificados con nuestros vecinos del continente.

El CILE, que organizan el Instituto Cervantes, la Real Academia Española (RAE) y el gobierno de Argentina como país anfitrión –y de cuyo acto de apertura participarán los reyes Felipe y Leticia junto al presidente Mauricio Macri– reunirá a casi doscientos cincuenta escritores y académicos de 32 países que debatirán en torno al lema "América y el futuro del español". El encuentro aspira a convertirse en un espacio de diálogo, pero ya tiene su propia grieta. Al programa oficial –del que participan el Nobel peruano Mario Vargas Llosa, Joaquín Sabina, Elvira Sastre, Juan Villoro, Jorge Volpi, Jorge Edwards, Sergio Ramírez y Juan Luis Cebrián, entre otros– otro colectivo de editores y autores opone una solicitada en redes, avalada por unas 500 firmas, que resiste el evento con presencia monárquica, mientras desde Filosofía de la Universidad de Córdoba se opone un "contracongreso" que ya suma 80 ponencias.

El argentino promedio tiene una facilidad notable para la intolerancia y el insulto y para subestimar al otro, lo que nos impide un intercambio más interesante o profundo –opina Caparrós–. Me parece de una pobreza absoluta, y lamentablemente es la forma que ha tomado la conversación en la Argentina de los últimos años.

–¿Y eso por qué? 
–Porque tenemos un pensamiento paranoide: en esta solicitada unos hablan de que otros quieren imponer o consolidar el idioma peninsular sobre los otros, de que el Congreso allana el camino al empresariado español…me parece una pérdida de pólvora en chimangos. Creo que lo que debería primar la tolerancia. 

–¿Y la presencia del rey, es decorativa?
–El rey no decora, es bastante lastre, y hace mucho tiempo que decidimos que no queremos tener reyes, así que quizás esté de más esa presencia. Eso puedo entenderlo, pero de ahí a pensar que esto se hace para reconfirmar el carácter hegemónico del español peninsular y allanar el camino al empresariado español, como dice el documento, me parece innecesario.

–¿El idioma puede pensarse como una variante de la patria? 
–Si pensamos la lengua como patria la sometemos a cierto corsé, porque la patria es una noción estática: la suposición de algo que somos a priori, a la que creemos que deberíamos aferrarnos. Pero la lengua es otra cosa, es algo movible, cambiante, y allí reside parte de su atractivo. Yo he vivido muchos años con colombianas y he adoptado palabras, vivo en España y también adopté modismos, del francés también heredé expresiones. Puedo escribir en otros idiomas. Me gusta esa vivacidad y creo que esto mutable.

–¿El idioma inclusivo, al que la RAE se ha opuesto de manera reiterada es válido o forzado, en términos de esa mutación?
–Es válido. A priori no me gusta el resultado todes pero me parece que la lengua es algo dinámico y estoy a favor de la apertura. Prefiero, igual, que me digan 'estamos todas contentas' aunque haya varones a que me digan contentes. Pero avanti, está muy bien, que los más chicos se apropien de la lengua y la usen.

–Los escritores y cronistas latinoamericanos gozan hoy un reconocimiento mayor. ¿Qué es lo más interesante que a tu juicio se está haciendo en este momento?
–Me entusiasma la búsqueda de formas de narrar que utilicen un poco más la multiplicidad de medios técnicos que existen para contar historias, me refiero a la posibilidad de filmar, grabar, poner en escena; una serie de posibilidades que empiezan a explorarse. 

–¿Será ese el futuro de la crónica? 
–Debería serlo, sin dejar de lado los viejos relatos. Que haya videos interesantísimos no implica que haya gente que deje de pintar. Me entusiasma la confluencia de estos elementos.

–Cuando surgieron las redes se impuso un supuesto saber aceptado que sostenía que en Internet había que escribir corto, sin embargo estás planteando que también se amplían los formatos para narrar…
–El argumento del formato corto cayó definitivamente, hoy por suerte hay espacios donde se publican largos relatos y está aceptado que los lectores leen en el subte, o en su celular por la calle, pero no por eso esperan leer cosas más cortas o peores, al contrario; vivimos un momento de auge de la crónica y en plataformas online, porque los lectores agradecen los buenos relatos, como ocurrió siempre. Y se abren nuevas puntas: otra vez, hay que moverse, hay que explorar. Los nuevos desafíos y lo que surja a futuro quizás pasen por poder hacer bien eso.


"¡Andá a freír mondongo!"

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El pasado 19 de marzo, Débora Campos publicó en el diario Clarín el siguiente artículo. La utilización de muchas de las palabras y frases que constan en él pueden llegar a ser un dolor de cabeza no sólo para traductores, sino también para lectores extranjeros.

Quince frases que escuchabas
 en la infancia y que los chicos de hoy no entienden

Si algo salía bien o la persona se sentía contenta, te decían que estaba un kilo y dos pancitos. Cuando algo causaba gracia, era ¡un plato! Si se disparaba un conflicto, ¡se armó la Gorda! Y las madres avisaban del frío con el clásico: "¡Hace un tornillo!"Las frases que acompañaron las infancias de los años 70 y 80 hoy no tienen sentido porque el lenguaje evoluciona de la mano de modas, de la tecnología, y de la juventud. Dos expertos analizan la vida útil de aquellas expresiones que todos decían y explican por qué desaparecen.

“Uno recibe de su comunidad lingüística o de varias y habla en ellas. Tenemos una capacidad de adquirir lo que nuestra comunidad habla. Esto no quiere decir que no podamos ser creadores, pero somos creadores desde lo que ya está”, puntualiza Alejandro Raiter, profesor titular de Sociolingüística en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en un correo a Clarín.

El académico, que forma parte de un equipo de especialistas que buscan desentrañar los secretos del uso que hacemos del idioma, explica que los hablantes no son todos iguales “en el sentido de la influencia: por ejemplo, los medios o aquellos lugares de saber, de poder o de prestigio. Así se impone, por ejemplo CEO para hablar de patrón, gerente o mandamás”, pone por caso. De este modo, “el dialecto o las formas lingüísticas propias de una comunidad son conformadas por los hablantes. La variación y el cambio lingüístico son permanentes, mal que le pese a la RAE o la Academia Argentina de la Lengua o lo que sea”, agrega.

Del mismo modo, aquello de ¡me caigo y me levanto! como sinónimo de sorpresa y desazón salió del libro de Julio Cortázar La vuelta al día en ochenta mundos.

Por su parte, gastar algo ¡a rolete!, es decir, demasiado, dicen que viene del francés roullette que viene de rueda recuperando la imagen de algo que gira y gira sin fin.

Rollinga no es wachiturro
La semióloga Claudia López Barros es docente e investigadora en la UBA y dice sobre estas frases de ayer pero no de siempre: “Cuando los individuos hablamos ponemos en juego las competencias culturales que cada quien posee. Esas competencias son variables de acuerdo a la formación, la región en que se vive, el estilo al que se adscribe y el estilo de época. No existe un habla homogénea, no habla igual un santiagueño que un rosarino, ni un rollinga que un hipster o un wachiturro.

López Barros se desempeña, además, en el ámbito de la consultoría comunicacional en opinión pública y opina por correo a Clarín queno existe el lenguaje sin adornos: “No podemos escapar de las figuras retóricas que utilizamos cada día, como metáforas, metonimias, hipérbole (exageración) y otras. El éxito de ciertas frases o palabras, quizás, puede vincularse con un "efecto de verdad" que rompe con el verosímil, con el estereotipo”, explica.

Un kilo y dos pancitos, en un periquete
Lo de “un kilo y dos pancitos” viene del tiempo en el cualquier familia compraba a diario un kilo de pan, de manera que esos “dos pancitos” eran un plus, algo que hablaba de una mejora.

Por otro lado, hacer algo “en un periquete”, según un antiguo documento de la Real Academia Española, viene de repiquete, ese sonido rápido e intenso de las campanitas por ejemplo.

De tal manera, que si no sale en un periquete, bien se puede decir al demorado: "¡Andá a freír mondongo!", que aunque no sea un insulto, tiene toda la intención de mandar a esa persona a... bueno, usted ya sabe.

A la especialista en análisis del discurso López Barros, le parece que algunas de esas palabras o frases muestran una faceta lúdica “que puede reforzarse en la reiteración y que hay un cierto goce en su uso”, dice. Y anota: “Algunas de ellas son más globales, como los universales de aprobación y desaprobación,que tenemos en el uso diario de las redes sociales”.

Y hablando de redes sociales, el académico Alejandro Raiter aporta un dato relevante: El grupo innovador más importante en la Argentina es el que forman los jóvenes de entre 15 y 22 años. Luego, le sigue el universo vinculado a la computación y las tecnologías: te lo uasapeomensajeome clavás el vistodale print bolú”, ejemplifica.

Monzón, pipí cucú
Para hablar algo refinado se decía que era pipí cucú y la historia de esta expresión no tiene desperdicio: eran los primeros años 70 y el campeón mundial de box Carlos Monzón recibía homenajes por todas partes. Uno de sus celebradores fue el alcalde de París Valery Giscard d´Estaing que con los años sería presidente de Francia. El mandatario galo tenía preparada otra plaqueta para saludar al púgil argentino y el representante de Monzón, Tito Lectoure, le había pedido que simplemente dijera "muchas gracias" en francés: "merci beaucoup"(pronunciado  mergsí bocú). Según publicó Clarín hace tres años, el periodista Ernesto Cherquis Bialo recordaba que Monzón, aterrorizado por tener que hablar un idioma que desconocía, hizo su mejor esfuerzo pero el agradecimiento pasó de "merci beaucoup" a "pipí cucú". "El galicismo acriollado a las trompadas no le pasó inadvertido al actor Alberto Olmedo, que comenzó a calificar de pipí cucú a personas, objetos o situaciones dignos de elogio", decía el periodista.

–¿Por qué aparecen frases nuevas todo el tiempo, Raiter?
–En general, porque una forma lingüística previa ya no expresa lo que expresaba. Lo que marcan los diccionarios sobre el uso real y el figurado es una boludez. En una comunidad, la distinción literal-figurado no existe, es un problema de los lingüistas. La forma actual ponele varió junto con la forma supongamosdale que sí y otras. Cuando estas dejan de expresar ese significado de "esto no es cierto o no lo acepto pero igual sigo argumentando o exponiendo", aparece otra que recupera esos significados perdidos.
Se armó la Gorda y no quieren más Lola

Cuando alguien “no quiere más Lola”, abandona y ese irse puede ser en sentido figurado o literal: morirse. La frase toma el nombre de una galleta sin sal creada por la empresa Bagley en 1875 que formaba parte de la dieta hospitalaria en aquellos inicios del siglo XX, de manera que alguien que se moría, “no quiere más Lola”. En cambio, si ¡se armó la Gorda! hay flor de lío y la expresión viene de la Revolución Española de 1868 en Sevilla, en contra del Reinado de Isabel II, con el fin de instaurar una república. La revuelta fue conocida como “La gorda”.

Si fueron tan útiles y expresivas hace años, ¿por qué desaparecieron? López Barros tiene una hipótesis y la comparte con Clarín: “Una de las razones de la vigencia o la muerte de algunas frases tiene que ver con las maneras de pensar que van variando en el tiempo y aquellas que se mantienen. También hay expresiones que provienen de los medios, que son retomadas en el lenguaje coloquial, que hoy transitan una y mil veces las distintas redes sociales. 

En ese mismo sentido, el profesor Raiter trae un caso actual: el boludo. “Como el uso del vos se ha extendido frente al usted, ¿cómo marcamos la familiaridad? En general, con el boluda/boludo. Hace cuarenta años, podía ser un insulto, pero ahora es un vocativo para indicar confianza”.

El académico rescata de su infancia las frases el buey solo bien se lame (cuando una mina te dejaba), a papá mono con bananas de plástico (cuando querían engañarte)” y deja una invitación: “Leete ahora Rayuela, publicada en los 60, como ejemplo del español de Buenos Aires y contáme...”.

Por su parte, López Barros confiesa que no se acuerda demasiadas “tal vez porque cuando las digo en casa, me las perdonan...”, pero consultó con sus hijos adolescentes y estas dos no las acertaron: Chau Pinela ¡a la marosca! Mientras tanto, ustedes lector y lectora, repasen la lista con las nuevas generaciones y, si no lo entienden, no “armen ningún Tole Tole".





El otro congreso de la lengua

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Como señala la volanta del artículo publicado por Silvina Friera en el diario Página 12 del 22 de marzo pasado, “el martes (o sea, mañana) empieza un encuentro alternativo al Congreso de la Lengua”. Se realiza también en Córdoba, convocado por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) junto al colectivo de artistas “Malas lenguas”.

Un espacio para abrir el debate y la crítica

 La heterogeneidad del español peligra cuando determinados Estados o instituciones, como el Instituto Cervantes y la Real Academia Española (RAE), “buscan entronizar una lengua (o variedad de lengua) con un estatus simbólico superior, política que genera la creencia naturalizada en su superioridad (o carácter hegemónico), y cuyo efecto inmediato es el desplazamiento de otras lenguas y variedades al nivel de lo dependiente, lo ilegítimo, lo desautorizado”, se lee en el Manifiesto del I Encuentro Internacional: Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos, organizado por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) junto al colectivo de artistas “Malas lenguas”, que abre el debate a la par que se posiciona como un espacio crítico y de disidencia al VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE). La apertura de este primer Encuentro será el próximo martes 26, en el pabellón Venezuela de la Ciudad Universitaria, con Juan Pablo Abratte, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, una conferencia de la doctora en Lingüística Elvira Narvaja de Arnoux (Universidad de Buenos Aires); y un homenaje a Osvaldo Bayer, en el que participarán María Teresa Andrueto, Flavia Dezzutto y Diego Tatián.

El I Encuentro Internacional: Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos, en el que también estarán Daniel Link, Horacio González, María Moreno, Mempo Giardinelli, Graciela Bialet, Florencia Garramuño, Américo Cristófalo y Liliana Herrero, entre otros,  propone “una reflexión y una práctica que registren la heterogeneidad, las tensiones, los conflictos, los sometimientos de lenguas y formas de hablar disidentes o minoritarias, y a la vez invita a un desborde inventivo de la manera en la que hablamos mayoritariamente”, cuenta el filósofo Diego Tatián a PáginaI12. “El cuidado del castellano no es ortodoxia ni purismo sino un diálogo con la tradición que libera la imaginación y las prácticas de los vivientes que hablamos en esa lengua. Como dice el Manifiesto del Encuentro, se asume un posicionamiento contra toda celebración del multilingüismo y el multiculturalismo que obture la comprensión de las violencias y las desigualdades que están en su base; contra una celebración de la alteridad funcionalizada a mecanismos que en realidad afectan derechos y empobrecen los mundos lingüísticos”, agrega el autor de La cautela del salvaje, La conjura de los justos y Lo impropio, entre otros libros.

–Este año es el año internacional de las lenguas indígenas. ¿Qué espacio ocuparán estas lenguas en el debate? 
–Efectivamente, las lenguas originarias están en el centro de la discusión que propone el Encuentro; también el lenguaje de los sordos, las lenguas contaminadas de los migrantes, para pensar y promover formas efectivas de bilingüismo y generar una hospitalidad universitaria a las diversas estrategias de resistencia indígena contra la glotofagia y los genocidios lingüísticos. Fueron invitados especialmente  representantes de esas comunidades para pensar en interlocución viva, cultural y política, el destino de lenguas como el guaraní, el quechua, el mapudungún, el wichí. 

–¿Cómo impacta la revolución de las mujeres en la lengua? ¿Hasta qué punto el lenguaje inclusivo llegó para quedarse o es una moda pasajera?
–Las intervenciones contra el sexismo de la lengua –oral y escrita– condenadas por la RAE han producido sin duda una contribución muy importante, un estado de reflexión y de discusión imprescindible. Pero su destino, en mi opinión, es aún incierto. No disponemos –no enteramente, al menos– del modo en el que las lenguas habrán de transformarse, y nunca podemos estar seguros de cuáles revoluciones persistirán en el porvenir y cuáles caerán en el desvanecimiento. Sin embargo, el castellano actualmente “salido de quicio” es afectado por luchas políticas concretas que, lejos de cerrarlo, lo abre y produce pensamiento.

–Hay un discurso aparentemente “democrático” y “plural” de las instituciones de la lengua que organizan el CILE, como el Instituto Cervantes y la RAE. Sin embargo, la impresión es que la proclamada pluralidad no tiene sustento material y concreto en las normas lingüísticas de una lengua que sigue siendo “gobernada” como si España fuera un imperio. ¿Qué consecuencias tienen estos discursos de corrección política que no se verifican en las políticas lingüísticas?
–El centralismo español en la decisión de la normativa y las políticas de la lengua castellana es muy grande y afectado de una cierta obsolescencia. La perspectiva no es “democrática” ni “pluralista” sino globalizadora: una lengua para el mercado regulada de manera monárquica. Puede reconocerse una clara política lingüística por parte de la Corona Española, la RAE y el Instituto Cervantes que, junto a empresas multinacionales de capitales españoles –Banco Santander, Telefónica, Iberia, BBVA, Repsol, RTV, Agencia EFE, CNN en español–, promueven la ampliación del capital simbólico del español académico y mediático, comola horrible pretensión de un “castellano neutro” como facilidad comunicativa. Eso no está exento de violencia en la vida lingüística del mundo hablante en castellano ni ajeno a un aprovechamiento de la lengua como oportunidad de negocios: la propagación de institutos de enseñanza de la lengua española, con su amplio mercado editorial y venta de títulos habilitantes por parte de una institución monopólica como el Instituto Cervantes. Los países de América latina debemos intervenir en la discusión de cómo el castellano es enseñado en todo el mundo, por ejemplo a través de la creación de institutos latinoamericanos de enseñanza del castellano.

–¿Qué tensiones y conflictos plantea la enorme diversidad en el habla de los países de América latina?
–En América latina habita el 90 por ciento de los hablantes del castellano, un total de casi 500 millones de personas. La saludable insubordinación de la “marca” España que es necesario producir debe evitar caer en una cultura del resentimiento, y activar en cambio una potencia cultural inventiva política y culturalmente, capaz de contribuir a una diversidad real, conflictiva, no chauvinista, capaz de pensar el mundo de otro modo. La enorme riqueza de lenguas que atesora América latina establece una encrucijada de invención y memoria que aloja una promesa para la humanidad: una promesa de descolonización idiomática, impulsora de un habla diversa, originaria, experimental, inventiva, disidente, vital, popular, poética y política. Una promesa capaz de recuperarla de las finanzas trasnacionales, de las corporaciones comunicativas, de la destrucción cultural macrista, del capitalismo cognitivo, del neoliberalismo académico, de los mandarinatos, de las realezas.

¿Entenderán los visitantes extranjeros a los cordobeses?

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Negrazón y Chaveta, íconos
 de la cultura popular cordobesa
El pasado 24 de marzo, Ivana Romero, enviada del diario Clarín para cubrir el Congreso de la Lengua, publicó la siguiente nota a propósito de la singular habla de Córdoba, según una investigación universitaria realizada zona por zona de esa provincia argentina.

“Más peligroso que cirujano con hipo”:
un atlas de las expresiones 
que inventaron los cordobeses

En Córdoba, el Fernet con Coca puede ser “Fernando”, “morocho”, “70/30” o “ferloncho”. Una persona que tiene boca grande es “jetona”, “trompuda”, “tiene boca de riñón” o es “trunchuda”. Si se destaca por el tamaño de su cabeza tendrá un “marote” o también “un galpón arriba”, “una piedra para trancar el mundo” o será reconocida como “cabeza de munición”. Un hombre lindo es un “papi”, un “potro” y además “ta bárbaro” y “ta rimbombante”. Una chica bonita es un “yeguazón”, un “camionazo” o “ta ricaza”.

En esta provincia hay grandes discusiones sobre si el bizcocho de grasa se llama así o “criollito” o “rasqueta”. Pobre de aquel que se haga una casa pretenciosa: “A cualquier rancho le ponen vidrios”, dirán los vecinos. Cuando las cosas en un pueblo están ordenadas, la gente suspira con satisfacción porque “cada chancho está en su estaca”. Claro que nunca falta el que anda por la vida “como bola sin manija”. O aquel que, preso de una gran excitación sexual, está “alzao como primer nieto”. Está el que mira de costado pero “ya quisiera el gato lamer el plato”. Y el problema surge cuando en un bonito acto regional aparece el loco de la zona, al que “le falta la línea de los cuatro”, como en un mal partido de fútbol. Ese sí que es “más peligroso que cirujano con hipo”.

El habla popular se construye como una compleja urdimbre donde se conjugan identidades, historias, paisajes. En ella también se adivinan las costumbres, el sentido del humor, la picardía, la observación tan afinada como corrosiva, la pertenencia a una geografía. Y si bien las distintas regiones comparten el uso de muchas frases y palabras, en otros casos cada una tiene su vocabulario propio y distintivo. Un grupo de docentes e investigadores de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de esta provincia puso todos estos elementos en el caldero y dio forma a una investigación sorprendente:“Las hablas de Córdoba: registro, conflicto y proyecciones”, que se acaba de presentar en el Festival de la Palabra, días antes del Congreso de la Lengua.

“Esto venía siendo un sueño de una colega que trabajó en dialectología latinoamericana, María Teresa Toniolo. Ella tenía como objetivo hacer un atlas etnolingüístico de toda la provincia de Córdoba y sin ese enorme antecedente, el proyecto actual no hubiese sido posible”, contó María Cristina Dalmagro, directora general de Las hablas en Córdoba, que llevó adelante el Centro de Investigación de la Facultad de Lengua que también ella dirige.

En 2017, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la provincia realizó una convocatoria que permitió realizar este ambicioso trabajo a lo largo de un año. Más de cincuenta investigadores recorrieron cerca de 2500 kilómetros para indagar sobre los modos de hablar, las pronunciaciones, el léxico, el uso de los tiempos verbales y de los refranes en seis poblaciones seleccionadas: Cura Brochero, Villa del Rosario, Villa Tulumba, Córdoba capital, Huinca Renancó y Marcos Juárez.

“Seleccionamos cada lugar en función de obtener una muestra representativa de la diversidad. Por ejemplo, Huinca Renancó está atravesada por la colonización española llegada a fines siglo XVIIII pero Villa Tulumba conserva mucho vínculo con los pueblos originarios de la zona. Marcos Juárez tiene mayor cercanía a la inmigración italiana y por eso su tonada es diferente a la de Cura Brochero, cuya tonada es ‘del esdrújulo’ por el modo de acentuación”, enumeró Dalmagro.

En cada lugar hubo conversaciones con los intendentes, las escuelas, las bibliotecas y distintas organizaciones barriales que ayudaran a encontrar 12 personas (en Córdoba capital fueron más por la concentración demográfica) de cada localidad. Así se formó un grupo de 96 “informantes” (ese es el nombre que se les da en investigaciones antropológicas), de distintas edades, género y escolarización para que, a partir de sus vivencias, pudieran proporcionar historias de vida, recuerdos, datos de comidas, hierbas aromáticas y detalles propios de cada zona.

“Se videograbaron cerca de ochenta horas de entrevistas. Como resultado, recogimos más de un millón de palabras que son un reservorio enorme para próximas investigaciones”, agregó Dalmagro.

Los datos de la investigación se dieron a conocer en las jornadas Café Científico y también, en un domo ubicado en avenida Vélez Sarsfield, frente al shopping Patio Olmos, donde se despliegan juegos interactivos, que se pueden visitar hasta el 30 de marzo, de 12 a 20.

En la recorrida del domo, la gente puede contribuir a la construcción colectiva de un diccionario específicamente cordobés. ¿De qué manera? Ayudando a definir un glosario de 300 palabras ya seleccionadas. También puede jugar armando refranes desordenados y dichos populares. Este recorrido delicioso incluye frases como “defenderse como gato panza arriba”, “tragarse el sapo” o “tirar la chancleta”. También se propone asociar distintos términos que ofician de sinónimos. Un ejemplo bien cordobés: “mate cocido” y “yerbeado”. Además la carpa tiene un microcine donde se proyectan las entrevistas al centenar de vecinos de que formaron parte de la investigación.

Otra buena noticia es que sepuede acceder a toda esta información a través de una página web:lashablasdecordoba.lenguas.unc.edu.ar. También hay una página en Facebook y la semana próxima será posible descargar en los celulares una aplicación que sintetiza las líneas más importantes de la investigación.

La música propia del habla en cada una de las regiones
Para llegar a construir este mapa del habla, los investigadores hablaron con la gente de seis localidades y los invitaron a describir diversas expresiones que los consultados usan y escuchan en situaciones de confianza, por ejemplo cuando conversan entre familiares o amigos.

En Cura Brochero, dos de las palabras más usadas son “apencarse” (es decir, aferrarse a algo o a alguien) y “echar moco” (o sea, mandarse una macana). Otra singularidad es que ahí se usa el diminutivo como forma de crítica. Así, por ejemplo, es posible decir “Conocí a la novia de Pablo. Es lindita pero antipática”. Las historias de la región se hacen presentes en sus fraseologías.

“Cuando canta el río Suncho, vaquita que encuentra a mano no vuelve más”, hace referencia a una gran crecida de este río que se llevó hasta las vacas.

En Marcos Juárez es muy popular “Más perdido que Chechi en la soja”. Chechi fue un personaje real de la zona que se perdió en un campo de soja y fue encontrado muerto durante una cosecha.En Villa del Rosario una persona ociosa está “más al cuete que teta de mula” porque, se sabe, la mula suele ser estéril. En Villa de Tulumba al queso con dulce le dicen “postre de los camioneros” y en Huinca Renancó, “postre de milico”.

En Córdoba capital se toma mucho “vino con pritty”. También es muy habitual la exageración “malondón”, cuando algo es demasiado malo o “chetazo” para alguien de clase muy alta. Además abunda el poco elegante pero sonoro “culiau” como manera informal de referirse a alguien.

Más de lo mismo, pero diferente

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Aparentemente, todos los medios están contagiados de Córdoba y sus modismos. En InfoBAE del 25 de marzo pasado, Irene Amuchastegui da cuenta de las particularidades del habla de esa provincia, repitiendo algunas cosas de la nota de Ivana Romero subida en el día de ayer y agregando otras. En la bajada se lee: “Los anfitriones del próximo Congreso Internacional de la Lengua Española, que comienza el miércoles, tienen “su propio idioma”. Un repaso por las expresiones más populares y las claves para expresar la ‘cordobesitud’ de manera natural”.

“¿Qué lo qué?”: guía básica e imprescindible
para aprender a hablar cordobés

Chomaso, hambrezón y pritiau. Ite, pitiar, culiau malondón. La Real Academia no las registra, pero estas palabras forman parte del habla real de los cordobeses. Los anfitriones del próximo Congreso Internacional de la Lengua Española… tienen “su propio idioma”. Un repertorio de palabras y modismos, unidos a fenómenos fonéticos, y condimentados con un humor distintivo, que hacen del español hablado en la ciudad de Córdoba una lengua llena de novedades para el forastero.

Como en cualquier región, los usos varían por segmentos de edad y grupos socioculturales. En el habla se reconocen distintos grados de cordobesitudcordobesía o cordobesismo (para usar tres derivados frecuentes del topónimo). La voz culeado, por ejemplo, extendida en otras regiones, pero cordobesa por excelencia, de inequívoco origen sexual e infinitos usos, muestra distintas marcas expresivas y sociales en sus variantes léxicas y fonéticas: no es lo mismo culeado que culeaoculiao o culiau, que en el extremo de la cordobesitud se convierte en culiadazo.

Y a propósito del aumentativo, es de uso generalizado en el habla local. “En Córdoba, nadie se come un asadito: te comés un asado o un asadazo”, observa L., informante metropolitano. Los sufijos -azo y -on son de recurso permanente:  calorón,  friazo,  lindaza,  amorazo,  chupadazo. Pero si no alcanzan, se duplican (“friazón”) y excepcionalmente, se triplican, como en “friazononón” (“El invierno se puso bastante cruel y el friazononón que está haciendo estos días en Córdoba no tiene gollete”. Juan Ghilglione, Revista Oh La La, 23 de junio de 2016).

Estos extremos hiperbólicos no son inocentes, sino intencionados y festivos, una expresión más de un sentido del humor que desborda creatividad. Igual que las comparaciones y los apodos, que pueden ser feroces cuando aluden a rasgos físicos (“Flaco Bombilla 'e lata”, “Negro Tarro abollao”, cantaba Luis Fernando Correa en la Chacarera del apodo). En los diálogos de Negrazón y Chaveta, de la mítica revista humorística Hortensia, entre otras ocurrencias encontramos las comparaciones: “toy más frío que músico de cabaré” y “toy más frío que lagaña 'e pingüino”. Y puede adicionarse un factor escatológico como en “ese guaso está más fuerte que pis de mañana”, que escuchó la informante A., frecuentadora del popular barrio de San Vicente, o en “está más claro que pendejo de albino”, que emplea en su muy instructivo #cursodecordobés Matías Najle (conocido como @matzorama, “el cordobés ese de internet”, según su propia definición).

En materia de morfología y sintaxis, se registra el sistemático uso de artículos antepuestos a nombres propios (“el Rodolfo”, “la Laura”, etc.) o la declinación íte (por “vete”) de la forma pronominal del verbo “ir”. A propósito de estas mutaciones, apunta el periodista y escritor cordobés José Playo en su columna Aventuras textuales: “La Banda de Carlitos tiene una canción cuyo título resume este fenómeno: Si te querí í íte. Andá traducite eso, campeón.” (La Voz del Interior, 13 de enero de 2018).

Consultado por Infobae Cultura, Playo reflexiona sobre el pasaje de este tipo de rasgos, de la oralidad de la calle a la literatura y a los medios. “Tengo una teoría alocada: el cordobés se avergüenza de la forma de hablar, pero se da cuenta con delay. La tonada, por ejemplo, no es un capital para un comunicador. Y en la escritura pasa lo mismo: nos cuidamos como en la radio de que 'no se note la tonada'. Por otro lado, si no está muy bien manejado el uso de las expresiones, el cordobés puede ser lapidario: no perdona la afectación. Yo las mido milimétricamente porque sé que pueden hacer naufragar un párrafo. Es como si escribiera poniéndome guantes”.

Azor Grimaut recordado poeta, periodista y narrador nacido en el barrio cordobés General Paz– publicó en 1971 Cordobeseando, que hoy es objeto de investigación académica. La doctora Magdalena Viramonte de Ávalo, de la Universidad Nacional de Córdoba, en su trabajo El español del centro (en El español de la Argentina y sus variedades regionales. Ed. Edicial, 2000), analiza un fragmento de Cordobeseando:

–Miacuerdo di una ve ques tábamo con 'Calavera e Gaio'… por comé una sándia que los había salido corazón amarío, atrá de l Oservatorio,… cuando sia llegó hasta nosotros y loj empezó comua olé un perro negro grandote. Vo sabí qu era de noche y ala sándia la hábiamo 'catitiau' de la quinta di un gringo que tenía un horno e lagrío y una vaca 'talquina' de la di ante, má lechera que Laitio. Gueno: en eso tábamo… Calavera e Gaio los miró a nosotros… ya hábiamo caído en lo que estaba pensando. Manyai vo?”

Viramonte de Ávalo señala: “Hay en este trozo una serie de rasgos una serie de rasgos que caracterizan muy bien el sociolecto bajo cordobés:

–aspiración y elisión de /s/ (loj, habíamo)

–conversión de hiato ea en diptongo –ia (mi acuerdo)

–cerrazón de -o final (comu)

–cerrazón de -e en -i (di ante, di un gringo)

–caída de -b en posición final de sílaba (oservatorio)

–caída de -d intervocálica (cara e Gaio)

–conversión de grupo act en ai y de eo en io (laitio), Lácteo”

Elisiones, conversiones y caídas de letras, que varían en diferentes grupos de hablantes, van modelando las frases. La informante A. descifra un repertorio oído al pasar: ¿No vaia vela vo? (“¿No vas a ir a verla, vos?”), Ve vo (“¿Ves vos?”), ¿Queloqué? (por “¿Qué es lo que es eso?”). Además de las letras que se caen hay, claro, vocales que se agregan, en el consabido “cantito” de la tonada característica (ver #cursodecordobes en @matzorama). La informante R., cordobesa radicada en Buenos Aires, admite con satisfacción que arrastra tanto las palabras que su novio suele decir que ella “levanta tierra cuando habla”.

La diseñadora de moda Lucía Castro (“La Lu”) descubrió que son muchos los cordobeses orgullosos de sus invenciones lingüísticas: el hit de su marca Mirá Cómo Camina  son las remeras con palabras y frases estampadas. Ya suma veinte inscripciones distintas, desde pritaiu hasta Qué culiau, y vende unas cien remeras al mes. Las favoritas: Según vosChomaso y Qué lo qué.

“La Lu” asegura que su stock de remeras estampadas crece al ritmo de una palabra por mes. El habla de los cordobeses da para eso y más, a juzgar por la riqueza histórica de las voces propias, sin contar con la inventiva renovada de la que hacen gala.

Para muestra, un glosario incompleto y arbitrario para saber queloqué:

cara'e. Empleado en apodos despectivos y/o festivos alusivos a rasgos físicos: Cara'e poioCara'e codoCara'e lampazo, etc. “Alguien vino en su ayuda: la mujer del herrero, una gringa más rústica que la verdolaga, y un mensual que los quería mucho: el cara d'empeine” (Juan Filloy, Los Ochoa, Interzona, 2003).

carteludo. adj. Que tiene buena reputación. Presumido. “Tiene buen corazón, pero es un carteludo” (Carteludo, canción de La Mona Jiménez).

chomaso. adj. Mediocre, de calidad inferior. “El cordobés no dice 'no me gusta', dice ta chomaso” (El Cordobés, canción de La Banda de Carlitos).

cordobesismo. Condición de cordobés. Giros y rasgos propios de los cordobeses. “Gran psicólogo, sabía que la mujer odia al respeto que se le tiene. Así, en sus tratos se desbocaba con un presunto cordobesismo erizado de palabrotas.” (Juan FilloyIroniké). ‖ Doctrina política identificada con la provincia. “De La Sota decretó el nacimiento del 'cordobesismo', un ismo que, de acuerdo a su mensaje, abarca a peronistas, radicales, socialistas y kirchneristas. No mencionó a los juecistas, en un clarísimo ninguneo” (Juan Manuel GonzálezDía a Día, 8/08/2011).

culiau. adj. De connotación y uso variable, como insulto, exclamación admirativa o interjección apelativa. “La Mole es un culiao, La Mole es un culiao y del mundo se ha adueñado” (Su palabra peculiar, canción).


fernando. Por juego paronomástico con el nombre propio Fernando, así se denomina a la bebida que se obtiene de la mezcla de fernet con gaseosa cola. “Antes de que se hiciera popular en todo el país, el fernet con coca ya era una bebida insigne en Córdoba, una pujante y distintiva provincia (…) donde se bebe el 30% del Fernando que toman los argentinos. Allí me junté con el humorista Cacho Buenaventura, oriundo de Cruz del Eje, el pueblo cordobés donde al parecer inventaron la mezcla”. (Daniel PardoBBC, 2017)


guaso. Sujeto innominado.

intituto. Por síncopa, Instituto (el club de fútbol Instituto Atlético Central Córdoba).

no, si vuá… Réplica irónica que pone en evidencia la redundancia de un comentario. “¿Estai esperando el ómnibus, varón?, pregunta un cordobés escuálido a otro, apoyado este resignadamente en el poste de una parada. No, si lo vuá a estar sosteniendo, pa que no se caiga, filosofa la respuesta, recogiendo como en un eco lejano un gag histórico de los hermanos Marx, en Una noche en Casablanca”. (Enrique Raab, Periodismo todo terreno, Sudamericana, 2015).

malondón. adj. Por parasíntesis (composición + derivación), se dice de aquel que tiene mala onda, actitud negativa. “¡Malondón! Ringo Starr les avisó a sus fans que no leerá ni contestará cartas, y tampoco firmará más autógrafos” (Cordoba.net, 15/10/2008).

noventa dos diez. Dícese del fernando preparado con las siguientes proporciones: noventa por ciento de coca, diez de fernet y dos hielos. Ver también setenta treinta.

ocote, dar. (Del quechua okkóti). Del español (vulgar) ocote –ano–. Dar asco, dar vergüenza o dar lástima. “¿Ya lo vieron a su servilleta dando ocote en el spot de verano 2018? En Córdoba se dice #VERANON?” (@matzorama en IG). ‖ Ocote, tener. Tener suerte.

papudo. adj. malson. coloq. Calificativo de connotación negativa. Tb. papazo.


pipicucú. Registrado en el Diccionario de Americanismos (RAE, 2010). Bonito, lindo. “La Mona Jiménez quedó pipicucú de la vista” (Cadena 3, 12 de junio de 2013).

pirata. Apodo del equipo de fútbol, la hinchada y el Club Atlético Belgrano de Córdoba. “Haber ganado el clásico cordobés (amistoso sólo para los de afuera) le inyectará al Pirata ese ánimo que tanto necesita para comenzar una dura temporada” (Hernando MadernaDiario Deportivo Olé, 22/07/2018).


pritiau. Por derivación de la marca comercial, se denomina así a la mezcla de vino con gaseosa Pritty. “Esta mezcla es bien de barrio, no es para los carteludos… Si no alcanza pa'l fernet, el pritiau sale seguro” (El pritiau, canción de El Negro Iván)

¡Qué abuso! Resemantización del español “abuso”, con connotación positiva.


setenta treinta. Dícese del fernando preparado con las siguientes proporciones: setenta por ciento de coca, treinta de fernet y tres hielos. Ver también noventa dos diez.

tallarín. Apodo del equipo de fútbol, la hinchada y el club Talleres de Córdoba. También, simplemente la T. “En el segundo período, Estudiantes buscó presionar más adelante a los Tallarines, máxime con los cambios que introdujo el ahora ex técnico Leandro Benítez luego del primer cuarto de hora…” (Infobae, 24/01/2019).


Agradecimientos: Leandro Olocco, Ángeles Zamblera y Rocío Revuelta

Neocolonialismo y lógica de mercado

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Sofía de Mauro publicó la siguiente entrevista con el filólogo chileno José del Valle, en La Voz del Interior del 24 de marzo pasado. Según la bajada, “El filólogo chileno considera que el Congreso de la Lengua contribuye al ocultamiento de la verdadera diversidad y sus efectos.

La batalla del idioma

Invitado especial al Primer Encuentro Internacional: Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos en Latinoamérica, que organiza la Facultad de Filosofía y Humanidades, entre el 26 y el 29 de este mes visitará la ciudad de Córdoba José del Valle, especialista reconocido en políticas de la Lengua, quien será el encargado de la conferencia de cierre en el programa: “La glotopolítica como política: acción intra y extradisciplinaria”.

Del Valle es licenciado en Filología por la Universidad de Santiago de Compostela, máster por la universidad pública de Nueva York en Buffalo (Suny) y doctor por la Universidad de Georgetown (Washington). Desde 2002, es docente e investigador en el centro de posgrado (Graduate Center) de la universidad pública de Nueva York (Cuny).

Su investigación, reflexión y escritura han girado en torno de las políticas de la lengua española en relación con la emergencia y el desarrollo del nacionalismo español, así como con los proyectos neocoloniales de vínculos con Latinoamérica durante los siglos 20 y 21.

En estrecha colaboración con la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Chile, es uno de los impulsores de la perspectiva glotopolítica, además de ser uno de los fundadores de los congresos latinoamericanos de glotopolítica y del Anuario de Glotopolítica.

Entre sus publicaciones, se destacan La batalla del idioma: la intelectualidad hispánica ante la lengua (2004), La lengua ¿patria común? Ideas e ideologías del español (2007) y la Historia política del español: la creación de una lengua (2016), en las que participó como editor, coeditor, autor y coautor.

Gran espectáculo
–¿Cuáles son sus perspectivas acerca del Congreso Internacional de la Lengua (Cile)?
–Los Cile no son reuniones de investigadoras e investigadores. Por más que entre la gente que participa en ellos haya quienes se dedican a la investigación de la lengua española, se trata más bien de una plataforma para la propaganda de las políticas de la lengua que se impulsan desde el Instituto Cervantes y la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale). Por eso, asisten no sólo especialistas en filología y lingüística, sino también gente del mundo del periodismo, la política, las artes, las empresas y el espectáculo. De hecho, es un gran espectáculo diseñado para ganar la adhesión de sectores importantes de las sociedades latinoamericanas y española al proyecto de promoción de un español panhispánico, y de aprovechamiento de este en los mercados lingüísticos globales.

–¿Y cuál es su posición al respecto?
–Mi posición en relación con los Cile ha sido siempre crítica. Las políticas de la lengua que promueven responden a dos procesos con los cuales discrepo por principio. El primero es el neocolonialismo, o persistencia de una estructura de gestión del idioma jerárquica, en la que instituciones españolas, gracias a la complicidad de instituciones latinoamericanas, y esto es sumamente importante, ocupan posiciones ventajosas. El segundo es la imposición de la lógica del mercado sobre todos los ámbitos de la vida social. En este sentido, se presume que la lengua española es una mercancía que cotiza al alza en los mercados lingüísticos internacionales, y las políticas de la lengua se orientan a la explotación de ese valor.

–¿Qué piensa del actual lema de la RAE: “Unidad en la diversidad”?
–La frase por sí sola no implica nada particularmente original: los elementos de un conjunto pueden funcionar de manera unitaria conservando grados de singularidad que los diferencian entre sí. Por sí mismo, este principio no es inherentemente bueno ni malo; de ahí que debamos reflexionar sobre el tipo de proyecto a cuyo servicio se pone esta frase, ahora convertida en nuevo lema de facto de la Asale. Ese proyecto es la política lingüística panhispánica, cuyo fundamento es la constatación de que el español es una lengua pluricéntrica. Pero, claro, esto no es ningún gran descubrimiento. Cualquier hispanohablante ha sabido siempre que hay múltiples lugares geográficos y sociales desde los que se proyectan normas de uso correcto. Lo que pretende la política panhispánica es afirmar que existe una gestión mancomunada o colectiva del idioma; es decir, una actividad normativa consensuada por todas las academias de la lengua española.

–¿Y a dónde apunta su crítica?
El problema, desde mi punto de vista, es que esta política de la lengua no apunta en ninguno de sus proyectos a reconocer que existen correlaciones y relaciones causales entre distintas formas de hablar español y la ubicación social y movilidad socioeconómica de la gente. Por más que se reconozca un pluricentrismo geográfico y se implique a especialistas latinoamericanas y latinoamericanos en la gestión del idioma, se reproduce una idea de lengua que perpetúa jerarquías históricas de tipo social y geográfico. Y lo hace con un considerable grado de éxito, porque es la idea que se transmite a través de muchos medios de comunicación y a través de la escuela. Los Cile contribuyen al ocultamiento de la verdadera diversidad y sus efectos, de la persistencia del carácter clasista de estas políticas del idioma.

Verdadera diversidad
–¿Qué significa pensar el español como “recurso económico”?
–Significa, dicho en pocas palabras, que el español es un instrumento que, utilizado de manera apropiada, facilita la acumulación de riqueza. Puede querer decir que el idioma mismo es una mercancía; y también puede significar que, a través de su conocimiento y uso, se facilita o incluso abarata la producción y venta de otros bienes y servicios.

–¿Cuáles son los problemas de esa perspectiva economicista?
–La pregunta que surge enseguida, desde una perspectiva glotopolítica, es si hablar español o ser hispanohablante supone automáticamente estar en posesión de ese recurso económico. Y la respuesta es negativa, pues las distintas variedades geográficas y sociales del español están sometidas a juicios normativos que hacen que algunas de ellas sean más valiosas que el resto. A partir de esta constatación, debemos preguntarnos si la ciudadanía tiene igual acceso a esas versiones del español que más fácilmente se convierten en riqueza. Lamentablemente, la mayoría de los proyectos de reflexión sobre el español como recurso económico que se han auspiciado desde las instituciones organizadoras de los Cile han partido de la base falsa de que saber español es estar automáticamente en posesión de ese recurso y han prestado escasa o nula atención a la relación entre lengua, normatividad y desigualdad social.

Conferencia: cierre del Encuentro
La conferencia de José del Valle, en el marco del Primer Encuentro Internacional: Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos en Latinoamérica, será el viernes 29 a las 12, en el auditorio Hugo Chávez del Pabellón Venezuela, en Ciudad Universitaria.


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