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Si están bien traducidas y con crema, mejor

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Ben Molar, fue el nombre artístico de Moisés Smolarchik Brenner (1915-2015), un  productor musical y promotor artístico argentino, entre cuyos varios logros se suele mencionar la difusión de figuras como Maurice Chevalier, Los 5 Latinos y Las Trillizas de Oro (cuyo mérito principal fue ser trillizas idénticas, tener cabello rubio y, vestidas todas con idéntica ropa, hacerle los coros al malvado Julio Iglesias), además de numerosos otros artistas de diversos géneros.

Entre sus méritos también hay que mencionar que a él se le debe la instauración, todos los primeros de diciembre,  del Día Nacional del Tango. Y también que es su responsabilidad, en 1966, la grabación de 14 con el tango, un disco donde unió las palabras de Jorge Luis Borges, Manuel Mujica Láinez, Leopoldo Marechal, Ernesto Sábato, etc. con la música de Astor Piazzolla, Aníbal Troilo, Atilio Stamponi, etc, y obras de los pintores Raquel Forner, Carlos Alonso y Raúl Soldi, etc.

Además de lo dicho, Ben Molar fue dueño de Fermata, un sello discográfico y también una editora musical para la cual, además de publicar sus propios tangos, boleros y otras canciones –escribió más de 1.000–, “tradujo” canciones de Neil Sedaka, Paul Anka, Bill Halley y, fundamentalmente, The Beatles.  

Entre los numerosos ejemplos de esta labor, se ofrece a continuación la “traducción”, de “Strawberry Fields Forever”, tema de John Lennon, editado en 1967, en un simple que, en la otra cara tenía la canción "Penny Lane".

El original es éste:

Let me take you down
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever

Living is easy with eyes closed
Misunderstanding all you see
It's getting hard to be someone
But it all works out
It doesn't matter much to me

Let me take you down
'Cause I'm going to strawberry fields.
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever

No one I think is in my tree
I mean, it must be high or low
That is, you can't, you know, tune in
But it's all right
That is, I think it's not too bad

Let me take you down
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever

Always, no sometimes, think it's me
But you know I know when it's a dream
I think I know I mean a yes
But it’s all wrong
That is I think disagree

Let me take you down
'Cause I'm going to strawberry fields
Nothing is real
And nothing to get hung about
Strawberry fields forever
Strawberry fields forever
Strawberry fields forever
 

Y ahora la version de Ben Molar, aclarándoles a los lectores no sudamericanos que en esta parte del mundo strawberryes frutilla, reservándose el término “fresa” para todo instrumento de movimiento circular con una serie de cuchillas cortantes para abrir agujeros o labrar metales”, como, por ejemplo, la punta metálica que se emplea en los tornos industriales y en los de los dentistas.





Un volumen que reúne poesía y prosa de Allen Ginsberg, en traducción al castellano

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De izquierda a derecha, el poeta
Michael McClure, Bob Dylan y Allen Ginsberg
Allen Ginsberg (1926-1997) fue, sin duda, uno de los poetas más célebres de la segunda mitad del siglo XX. Su fama no sólo tuvo que ver con la poesía que escribió, sino también con las muchas causas por las que abogó, que incluyen: la protesta contra la Guerra de Vietnam, la defensa de las víctimas de la guerra en Bangla Desh, la demistificación de las drogas, la defensa de los derechos de la comunidad homosexual, su cercanía con Bob Dylan, y otros íconos de la contracultura, su participación en sesiones de jazz y en conciertos de rock and roll,etc. 

Ícono de la Generación Beat, se trató de una figura pública y conocida por mucha gente, aunque no necesariamente leída: sus Collected Poems, editados por primera vez en sus Estados Unidos natales en 1988, en una edición de 10.000 ejemplares, tardaron una década en agotarse, en un país de más de 225 millones de habitantes, lo cual, de algún modo, estaría hablando, no tanto de Ginsberg, como del interés de sus compatriotas por la poesía. 

Traducido en todo el mundo a las más diversas lenguas, en castellano, desde mediados de la década de 1960 en adelante, abundaron sus ediciones a uno y otro lado del Atlántico. Poemas suyos como "Howl" o "Kaddish" forman parte ya del patrimonio de nuestra lengua, lo cual no implica que no sigan abundando nuevas versiones. 

Ginsberg esencial, recientemente distribuido en la Argentina por Riverside, es un volumen con edición e introducción del escritor, biógrafo y editor Michael Schumacher, publicado por la Editorial Anagrama. Se trata de una gran antología de 510 páginas que, además de algunos de los poemas principales, traducidos por el chileno Rodrigo Olavarría (Puerto Montt, 1979), incluye, de manera novedosa, una serie de ensayos, diarios, entrevistas, correspondencia y otros, traducidos por el narrador español Andrés Barba (Madrid, 1975). 




"La primera argentina en ganar el premio estadounidense que honra el legado literario de Shirley Jackson"

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Con fecha del día de ayer, Daniel Gigena publicó el siguiente artículo en el diario La Nación, de la Argentina, donde se habla de un nuevo premio para la escritora argentina Samanta Schweblin, esta vez por una traducción al inglés.

Samanta Schweblin fue premiada en Estados Unidos

Un nuevo reconocimiento internacional se suma a la obra de la escritora argentina residente en Berlín Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978). Su novela Distancia de rescate, publicada en 2014 en la Argentina, obtuvo el premio Shirley Jackson en la categoría de novela corta. Traducida al inglés por Megan McDowell, la novela de Schweblin fue rebautizada Fever Dream y cuenta la historia de una madre y sus hijos en un ambiente rural que se ha transformado en un escenario de "pesadilla agrotóxica", producto de la contaminación, aunque también la novela fue leída como una reformulación original de los cuentos de fantasmas. La autora es la primera argentina en ganar el premio estadounidense que honra el legado literario de Shirley Jackson.

Pero no es la primera vez que Fever Dream compitió por un premio internacional. El año pasado, integró la lista de los finalistas del Man Booker Prize International, que finalmente ganó el escritor israelí David Grossman. Este año, su novela se impuso a otras firmadas por Tade Thompson y Stephen Graham Jones, entre otros. La obra de Schweblin compartió el premio con The Lost Daughter Collective, de la escritora estadounidense Lindsey Drager.

Desde Alemania, donde vive desde hace seis años, la autora dijo a La Nación: "Hay algo todavía más especial que ganarse un premio literario, y eso es ganarse uno que lleva el nombre de una de mis autoras norteamericanas preferidas". Shirley Jackson (1916-1965) es una escritora de relatos de horror y ciencia ficción; en su obra, la extrañeza cubre la atmósfera de las historias de manera inadvertida. "Fue una alegría inmensa recibir esta noticia y se sintió como un mimo de la propia Jackson, o así me gusta pensarlo", dijo Schweblin. "Ahora tocan días de muchos nervios, de los nervios lindos, porque estoy cerrando un nuevo libro. Es una novela, y saldrá en los primeros días de octubre", anticipó.

"El Tiempo de la traducción es el Ahora"

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Le llegó el turno a Andrés Ehrenhaus, quien nos envía desde Barcelona una columna para el blog del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires. Suma una opinión a la discusión sobre el lenguaje inclusivo.

Esperando la e

Primero me causó gracia. Como un chiste inesperado, que uno recibe con sorpresa y buen humor. Después me puse serio. O me pusieron. El tema es importante y yo comparto la preocupación y el fastidio por el sexismo en el lenguaje, soterrado o no, que resulta especialmente álgido en el caso del genérico masculino en castellano. Decidí saltar, por tanto, la barrera del chascarrillo e informarme acerca de la propuesta, sus fundamentos, su aplicación. El marco general lo conozco, así como otras iniciativas más o menos felices, más o menos consolidadas, más o menos ingeniosas, cuyo empleo empieza a extenderse con diversa suerte. Por ejemplo, el uso sistemático de ambos géneros en las apelaciones colectivas (todos y todas) o la femenización de voces masculinas o neutras (presidenta, miembra) y viceversa. En cambio, la idea de introducir una vocal casi virgen de sexualidad como la e ahí donde la o y la a resultan tajantes me agarró, como ya dije, desprevenido y con una sonrisita idiota en los labios. Pero salí del chiste. Me puse a leer. Atendí las argumentaciones. Que son variadas e interesantes. Y las empecé a discutir conmigo mismo.

En general, en todos los casos, incluso cuando se defiende el uso tradicional del genérico con mayor o menor conciencia culpógena, el argumento básico que esgrimen los defensores de las diversas propuestas (y a veces también los detractores) es el de la ingobernabilidad del habla. Los actores culturales afanosos y relativamente conscientes podemos probar mil torceduras con la lengua y tratar de que las formas impuestas se aproximen a nuestros deseos o fantasías, pero el uso cotidiano, popular, incesante, imperioso y radical que hacemos los hablantes en todas las direcciones posibles suele poner las cosas en su sitio o, cuando menos, en un sitio, no siempre halagüeño. Con esa vara de medir en la mano, tanto los prosélitos de la e como sus censuradores agitan el aire de los foros de lingüismo inclusivo o como se llame, llevándonos finalmente al corral común de la costumbre general: el Tiempo dirá. A ver cuál propuesta sucumbe, cuál permanece, y qué intereses (económicos, de clase, etc.) subyacen a cada una.
           
Todo bien con el Tiempo. Pero yo soy traductor. No puedo esperar a que pase el Tiempo para entregar mi trabajo; en primer lugar porque no sé a cuánto tiempo equivale el Tiempo; en segundo lugar porque el Tiempo de la traducción es el Ahora. El traductor traduce ahora, no en el futuro. Ese ahora puede retrasarse, incluso hasta tocar casi el ahora de la obra original, pero nunca adelantarse. Es una regla de oro de la traducción que, entre otras cosas, hace posible que exista. La tarea de adelantarse a su Ahora le corresponde, en todo caso, al autor. El traductor es autor de una obra derivada, ergo posterior, de otra. Y nunca al revés. De modo que yo, como todos los traductores, tenemos que saber a qué ahora lingüístico y gramatical atenernos, en qué ahora de la lengua nos embarcamos. Sobre todo porque las obras que traducimos llevan su ahora cosido como una etiqueta indeleble, pues pertenecen a un Tiempo que ya pasó; si nosotros las traducimos a un Tiempo que aún no existe, ¿de qué lengua nos hacemos responsables? ¿Y a qué lectores apelamos?

De acuerdo, como traductores podemos (¡y debemos!) tomar decisiones políticas. Podemos elegir nuestro ahora y decidir que, al menos en nuestras traducciones, nos ceñiremos a una de las tantas propuestas de desexualización genérica circulantes, se hayan consolidado o no (o sea, no). Podemos hacerlo, por qué no, siempre y cuando entendamos el alcance –literario en este caso– de nuestra decisión política, y entendamos también que estamos optando por una vía aún no consolidada ni en la lengua (gramáticas al uso, autoridades) ni en el habla (hoy en día nadie hace un uso cotidiano consuetudinario y rigurosamente estricto de las variantes, excepción hecha de algunos círculos que militan una puesta en práctica más bien endógena de, por ejemplo, el genérico femenino universal o la duplicación inclusiva). Es decir, podemos decantarnos por un ahora utópico que, en el mejor de los casos, trasladará todas sus dudas, incoherencias y soluciones intempestivas a un texto que a priori ni las tenía ni las prefigura benjaminianamente. Nuestra traducción será, en consecuencia, una obra derivada de otra que no existe del todo salvo en esa utopía lingüística que esperamos que el Tiempo confirme. Nuestra traducción sonará más o menos así:

«Te refugias en le prójime, al tratar de escapar de ti misme y pretender declarar este como une cualidad; sin embargo a mi no me engaña tu desprendimiento. Le 'tú' es le precursore de le 'yo'; le 'tu' está santificade, sin embargo no aún le 'yo'. De estemodelepersone va solícitamente hacia le prójime».

Es un fragmento del Zaratustra de Nietzsche tomado al azar, sin el menor ánimo de broma. Una obra escrita entre 1883 y 1885. Para no ponernos pesados ni ensañarnos con lo obvio, digamos que la propuesta de e-traducción no sólo no borra las marcas genéricas sino que las potencia mediante un elemento –la parodia– que el texto no contiene. En cierto modo, es como si Nietzsche se riera de lo que, 100 años después, Perecpodría hacerle a su texto. Y es justamente ese eco de cavernosas y fantasmagóricas carcajadas lo que desbarata nuestra concienzuda e-traducción. Sin mencionar ese otro eco aún más corrosivo, por inmediato y populachero, de las chirigotas en e, o en o, o en i…

De modo que, después de darle la vuelta, volví a la gracia. Por serio que me ponga, la variante de la e me sigue pareciendo un chiste, culterano o vulgar, da igual. Para quien vive en Catalunya, además, suena a como se habla en Lleida o el Levante. Y para el oído universal, una especie de esperanto perezoso. En lo que a mí respecta, la e-traducción está más que descartada.

Traducir es un asunto serio.

Franciso Moreno-Fernández piensa mejor que la institución a la que pertenece

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El 23 de junio pasado,Franciso Moreno-Fernández, director ejecutivo del Observatorio de la lengua española del Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard y catedrático de la Universidad de Alcalá,escribió el siguiente artículo en la edición del New York Timesen castellano. Resulta interesante en él ver que quien firma el artículo forma parte del Instituto Cervantes y denuncia la idea decimonónica de igualar lengua y nación. ¿No es eso lo que hace España con el castellano cuando lo adscribe a la risible "marca España"? ¿Y no es ésa la política que defiende el Insituto Cervantes? 

La represión lingüística del español 
en Estados Unidos

CAMBRIDGE, Massachusetts. 
Speak English. This is America”. Estas son las palabras con las que un abogado de Manhattan reclamó al dueño de un restaurante para que sus empleados hablaran en inglés, y no en español. Son palabras que condensan una idea arraigada en buena parte de los estadounidenses y que justificó las sospechas de un agente fronterizo, en Montana, para detener a dos mujeres que hablaban en español.

Es la misma idea que llevó a una maestra en Nueva Jersey a decirles a sus estudiantes, que hablaban español, que en Estados Unidos se luchaba por defender el derecho de hablar americano, porque nada hay más natural que darle a una lengua el nombre del país en que se habla.

Las actitudes intolerantes son contagiosas y estos sucesos –irreflexivos y hasta violentos– reflejan que estamos viviendo una escalada de racismo, quizás provocada por el discurso del presidente Donald Trump. En lo que se refiere al español, las ideas e intenciones de Trump quedaron claras desde el inicio de su mandato: con el falso pretexto de su reorganización estructural, se suprimió la versión en español de la página web de la Casa Blanca. Es inevitable ver la alineación de Trump con el movimiento de English Only, que busca el uso excluyente y exclusivo del inglés en Estados Unidos.

Pero la idea del inglés como única lengua de Estados Unidos y las discriminaciones subsecuentes no se iniciaron con el ascenso de Trump y su atrabiliaria política cultural. Los californianos ya las sufrieron hace siglo y medio, cuando la fiebre del oro llevó hacia el Oeste a miles de anglohablantes que utilizaron el idioma como fundamento para reclamar derechos sobre una tierra que no era suya. Y las sufrieron los novomexicanos y texanos a los que hace un siglo se humillaba por hablar mal.

Uno de los casos de represión del español más delirantes en la historia de Estados Unidos fue el promovido desde la escuela Blackwell, en el sur de Texas, a principios del siglo pasado. Los alumnos del instituto habitaban un territorio tradicionalmente hispanohablante, pero el gobierno local quiso que abandonaran totalmente su idioma materno, el español, en beneficio del inglés. Como parte de una estrategia represora, los alumnos se vieron obligados a escribir “We will not speak Spanish” en un papel que debía depositarse en una caja con forma de ataúd. Una vez lleno, se organizó un funeral para “Mr. Spanish” y se ofició un entierro en presencia de toda la escuela.

La historia universal ofrece un amplio muestrario de premeditada represión social sobre determinadas lenguas, de manipulación de su estatus, de prohibición de su uso. Las formas de represión lingüística son muy variadas en sutileza y abarcan desde la coerción cotidiana en las familias o los barrios, hasta la prohibición de enseñar en la escuela alguna lengua.

Puede hablarse de represión lingüística cuando se ordena quemar libros en un idioma, como hicieron las fuerzas soviéticas con obras escritas en estonio en la Universidad Tartu de Estonia en los años cuarenta; cuando se obliga a los niños a cargar piedras por hablar la lengua de su familia, como ocurrió en el País Vasco español durante el franquismo; cuando a los alumnos que no hacen un uso adecuado u oportuno de la lengua debida se les prohíbe ir al baño o se les pega con una regla, como ocurría en Las Cruces, Nuevo México en los años setenta.

Esto ocurre acaso por una idea que se desarrolló durante el romanticismo nacionalista del siglo XIX que iguala lengua y nación. Si en el mundo existen unas seis mil lenguas y unos doscientos países, basta un simple cálculo para entender la ubicuidad del bilingüismo. Por ello, la búsqueda de una correspondencia absoluta entre una nación con una sola lengua solo ha traído tribulaciones a la humanidad: no hay nada más natural en los pueblos del mundo que la coexistencia de lenguas.

Michael J. Sandel, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales de este año, ha reflexionado sobre cómo los derechos individuales no pueden sacrificarse en nombre del bien común. El Estado no debería imponer un modo de vida preferible, sino dejar que los ciudadanos elijan sus valores y fines, sin perjuicio de la libertad de los demás. Y uno de los derechos individuales más arraigados es usar la lengua propia en la comunicación personal. Así lo demuestran los 50 millones de hispanohablantes en Estados Unidos.

Por su parte, el filósofo coreano Byung-Chul Han propone una imagen que bien puede aplicarse a la actual represión del español en ciertos sectores de Estados Unidos: la expulsión de lo distinto. Nuestras sociedades están exhibiendo una veneración tan intensa a lo igual que las lleva a considerar su plenitud solo en lo idéntico: cuando las conductas están unificadas, las ideas se parecen y las lenguas se asemejan. En caso contrario solo cabe una salida: la expulsión. De ahí que muchos de los estadounidenses que exigen el uso público y privado del inglés están reivindicando mucho más que la lengua de un país: están demandando el uso de “la lengua del mundo”, la lengua, por tanto, en la que “todos” deberíamos igualarnos, especialmente los inmigrantes, los otros, los distintos. Aunque se podría observar que los distintos en Estados Unidos tienen la segunda lengua materna más hablada del mundo por número de hablantes, después del mandarín.

No importa la rica y longeva historia hispana de Estados Unidos (en 2016, los hispanos eran el 18 por ciento de la población estadounidense); no importa ser distinto en un país fundado por distintos. En los Estados Unidos de Donald Trump la única consecuencia de la discordancia parece ser la expulsión. Pero el hecho es que la diversidad, especialmente la lingüística, es un factor de identidad que no obliga a la renuncia de proyectos comunes. Por eso la diversidad se tiene que defender en América, en el continente entero.

"La lengua (en su morfología) no es fácil de cambiar"

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Santiago Kalinowski (foto) es el director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras. En un reciente debate en el Canal de la Ciudad, expuso sus puntos de vista sobre el llamado “lenguaje inclusivo”. En su boletín, la AAL recogió sus palabras y, a la vez, ofreció el vínculo con la entrada de youtube de esa emisión. Todo se transcribe a continuación.

“Esto aún no es un fenómeno lingüístico”

El director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la AAL (DILyF), Santiago Kalinowski, fue parte de una reciente emisión del programa “Hoy Nos Toca a la Mañana”, que conducen Diego Morán, Jason Mayne y Mariana Merlo de lunes a viernes de 10 a 12 por el Canal de la Ciudad.

Junto a Lisa Kerner (foto), directora de la Casa Brandon, el Dr. Kalinowski fue invitado al estudio para hablar del lenguaje inclusivo y si es un fenómeno que llegó para quedarse. Dando a conocer que la Academia ha recibido últimamente muchas consultas acerca del tema de la comunidad en general y de los medios en particular, el director del DILyF dijo que “son fórmulas que buscan la intervención del discurso público en el contexto de una lucha política, con el objetivo de echar luz sobre una situación de desigualdad en la sociedad” y que provocan toma de conciencia en las personas.

Sobre el uso de la “e” para instalar el género neutro en palabras que, de acuerdo a la gramática española, llevan “o” y son de masculino genérico, Kalinowski afirmó que “son recursos discursivos extraordinariamente potentes que están al servicio de la corrección de una injusticia”. Aunque, advirtió, “está claro que esto todavía no es un fenómeno lingüístico (un cambio en el uso de la lengua que se da inconscientemente). Y lo ves en la vacilación: aparece una fórmula, después se cambia por otra. Lo que refleja que es un esfuerzo consciente de intervención del discurso público. Pertenece al ámbito de la retórica, porque busca un efecto en el auditorio y busca modificar la realidad […]. El ámbito de circulación del lenguaje inclusivo es la lengua en su estado público y en ámbitos sociales muy restringidos. Cuando uno está en la intimidad de la casa, vuelve a usar la gramática”.

Sobre la no pronunciación oficial de la Academia Argentina de Letras sobre el asunto, aclaró: “Es preferible lo que hizo la Academia Argentina de Letras, una institución que entiende en temas lingüísticos, de no pronunciarse por un tema que es esencialmente la formulación discursiva que asume una lucha política. Intervenir en esto, aunque sea con argumentos lingüísticos, sería intervenir políticamente”.

En un intento de alertar sobre lo difícil que será que esto se transforme en un cambio lingüístico real, Kalinowski dijo: La lengua (en su morfología) no es fácil de cambiar. Desde el punto de vista de los cambios necesarios en la reestructuración del género gramatical, esto es de una dimensión que no tiene comparación. Significaría generar morfología, modificar toda la estructura de pronombres y tocar la semántica y reglas gramaticales que ya están instaladas mentalmente en todos los hablantes […]. Para que algo se interiorice y se codifique como gramática es el algo que tiene que ocurrir en el flujo de cambio y de adaptación de una lengua que tiene 500 millones de hablantes”.

El siguiente vínculo lleva al video del programa en cuestión:
https://www.youtube.com/watch?v=ZDbh32epMj4&t=0s&index=24&list=PLLCEZP5bI-uRkWwJ_N4bzf87K8uuCRWw2


La editorial Ampersand visita el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires

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Surgida hace 12 años para publicar libros sobre la historia de los libros y la lectura, Ampersand es una idea que tuvo Ana Mosqueda, su directora, y que ahora comparte Diego Erlan, su editor en jefe. De eso y de un montón de otras cosas hablaron ambos en su visita al Club de Traductores Literarios de Buenso Aires del día de ayer. Y de paso, los asistentes tuvieron a oportunidad de enterarse sobre el muy puntilloso sistema de elección de traductores que trabajan para la editorial y de la manera en que ésta les ofrece un marco y un código editorial, como en las antiguas editoriales, antes de que las manejaran administradores de empresas y peritos en marketing.

El video del encuentro va a ser subido la semana próxima.


Ana Mosqueda es doctora en Historia de la Cultura Escrita por la Universidad de Alcalá de Henares (España). Editora y licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires (Argentina); y docente de la carrera de Edición por la Facultad de Filosofía y letras, Universidad de Buenos Aires. Es la directora editorial de Ampersand, ha publicado artículos y reseñas en distintas revistas académicas y es coautora del libro colectivo Cruces y perspectivas de la cultura escrita en la Argentina. Historia de la edición, el libro y la lectura (Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 2013).

Diego Erlan (San Miguel de Tucumán, 1979) es escritor, periodista y editor. Ha publicado las novelas El amor nos destrozará (2012) y La disolución (2016). Fue editor en la revista Ñ del diario Clarín, escribió sobre arte y literatura en La Nación, en la Revista de la Universidad de México y en Los Inrockuptibles. Actualmente se desempeña como editor en el sello independiente Ampersand. En 2017 formó parte de la lista Bogotá39 con la que el Hay Festival seleccionó a los jóvenes escritores latinoamericanos más destacados de la literatura actual.

A través del CNL, información sobre candidaturas para la École de Traduction Littéraire

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En el último Newsletter del Centre Nationale du Livre, se informa que acaba de lanzarse el llamado a candidaturas para la promoción 2019 (a partir del 12 de enero de 2019) de la ETL (École de Traduction Littéraire), que dirige Olivier Mannoni

Para informarse qué es la ETL, cuáles son las condiciones para acceder a ella, qué exigen a los postulantes y cuáles pueden ser los obstáculos en el oficio de traductor, se recomienda leer la entrevista con el director que se encuentra en el site du CNL
    Fecha límite para la entrega de candidaturas: 1ero. de octubre de 2018.







    Enrique Winter escribe sobre Charles Bernstein

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    El poeta y traductor chileno Enrique Winter envía desde Bogotá su columna para el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires. Trata sobre algunos de los problemas que le planteó la traducción de Charles Bernstein (foto; 1950), poeta, ensayista, editor y académico estadounidense.

    ¿Todo esto parece muy cerebral para la poesía?

    La crítica Marjorie Perloff señala, a propósito del poema “Disrafia” de Charles Bernstein, que este explota alegremente figuras retóricas tales como los juegos de palabras, las anáforas, epístrofes, metátesis, epigramas, anagramas y neologismos para crear una red continua de palabras reconstituidas. No es una exageración extender esta observación a buena parte de la obra del estadounidense y, por cierto, a mi traducción, que intenta reproducirlas. El ejercicio consistió en trasvasar un idioma nuevo a uno viejo para que también se volviera nuevo. Además, y a diferencia del castellano, en el inglés es natural que los verbos actúen como sustantivos y viceversa sin cambiar una sola letra, incluso como adjetivos, licencia que Bernstein utiliza habitualmente. Hubo, por esto, algunos juegos que se perdieron, y confío en que la responsabilidad sea a lo menos compartida entre los límites de nuestro idioma y los míos.

    Bernstein recurre a términos polisémicos desde los que se aventuran interpretaciones ambiguas al multiplicarse con los demás términos que los rodean. Intenté mantener la amplitud de probabilidades, incluso agregando algunas cuando me pareció pertinente. La primera vez que le pregunté al autor si quería decir una cosa u otra en un verso fue para “hankeringafterfrozen (prose) ambiance / (ambivalence)”. Me respondió que ambas y encima me dio dos más, y a las cuatro lecturas posibles que ofrecía conscientemente, agregó un par de definiciones y su interés por mantener determinadas aliteraciones, errores forzados y una opción que yo le había dado, distinta de las que él había previsto. Por supuesto, nunca más le pregunté un detalle, hasta que terminé una versión íntegra del libro; pero me quedó entonces claro que las variables en juego eran muchas más, y con engaños, de las que había previsto.

    Bernstein presenta situaciones polisémicas no solo en base a cada palabra escrita, sino a las que no lo están y tienden a leerse de corrido. En algunos casos debí alterar levemente el sentido para mantener esta intención de los poetas del lenguaje. Así sucede, por ejemplo, en la extraña sintaxis de “When in tentsorfamilies in comparative” –verso que en “La niña torte” es parte de una serie de fingidas faltas de sentido o al menos de conectores, efecto que deseo reproducir en castellano– en que “in tents” significa literalmente “en carpas”, pero se lee como “intents” (propósitos), que está fuera de su campo semántico. En su traducción “Cuando en tiendas o familias en comparada”, si bien se leen las literales tiendas de campaña, el desplazamiento hacia la posible imagen de tiendas comerciales me parece justificado para mantener la doble lectura en que lo que no está ahí, “entiendas”, sea lo que se lea, por costumbre. Un deber político de la poesía es notarla, denotarla y, caso a caso, desplazarla. Lamentablemente hubo casos en que no fue posible, como con “commonfork” (tenedor común) que en inglés evoca de inmediato al tópico “common folk” (gente común) y –dado que el poema original se llama “Social pork”– a “commonpork”, es decir, a “puerco común”, que habría remitido exitosamente a “pueblo común”, pero que nada tiene que ver con el tenedor que de veras está escrito ahí.

    De todos modos, fueron contadas las excepciones en que tuve que optar por uno u otro sentido, por ejemplo, entre los cinco que aceptaba el contexto de “draft” en “Materias de regulación”, ninguno de los cuales es ambiguo en castellano, o en “Realidad virtual”, donde traduje “testiness / (testimony)” por “testarudez / (testimonio)”, consciente de que lo primero significa (Bernstein jamás usaría esa palabra para esto, diría tal vez “produce”) más precisamente “irritabilidad”, pero que debido al ligero cambio de sentido mantiene un efecto más relevante: la relación intuitiva de “testarudez” con “testimonio”, por su asimilación sonora o, también en términos de Bernstein, su adyacencia. El universo de hastío sobre el absurdo de las vacaciones familiares se transmite con ambos conceptos, en tanto que las palabras dan cuenta de un universo propio, ajeno a sus referentes, como prefiere el autor. De sumo interés resulta comparar las estrategias de este poema con las de “Al mar” de Philip Larkin, para abarcar una misma sensación temática.

    Considero que fueron menos los casos en que los modismos y las frases hechas no hallaron un cauce literal o figurado en castellano, como “No / pudiste escapar de donde / las papas queman” para “You / couldn’tfindyourway / out of a blanchedpotato”. La preferencia en tales situaciones fue conservar la imagen y el concepto, para que este último no perdiera materialidad, como en “Nutshells”, que traduje como “Resúmenes, cáscaras de nuez”. Debido a que Bernstein trabaja con los lugares comunes del lenguaje del poder y este es ejercido mundialmente desde su lengua, país y hasta ciudad, no sorprende que en la traducción nos encontremos con discursos que ya hemos escuchado en castellano de parte de los gobernantes, empresarios y medios de prensa de nuestros países.

    Bernstein también inventa palabras, escribe a veces por fuera de las fronteras del idioma. Rara vez las palabras que usa significan aquello para lo que normalmente las usamos. Las dobla, las hace hacer. Repliqué el uso de neologismos y esa posibilidad más extendida en su lengua y en otras germánicas de unir palabras, además de asimetrías tales como adjetivar plurales en singular. De igual modo mantuve las erratas deliberadas y omití los artículos y preposiciones que el autor omitió, pero solo en los casos en que el inglés lo obligaba a usarlos. En síntesis, lo que es raro en el original lo es también en la versión en castellano.

    Por otra parte, en los poemas en que el autor usó los pies clásicos del inglés repliqué el gesto con el metro castellano. Pero Bernstein también aquí juega en varios planos y, una vez descubierto el soneto sin estrofas ni rima, se esconde de nuevo al modificar verso a verso los pies a medida que uno se acostumbra a ellos. Es decir, cambia los acentos internos, generando disonancias que incluso en un plano solamente rítmico nos llama a sacarnos las telarañas de lo que creemos que es poesía en el territorio devaluado del verso clásico. Pretendo que en la versión en castellano se produzca un efecto equivalente. Así, por ejemplo, en “El horno está apagado”, traducido en eneasílabos y endecasílabos, opté por un comienzo en falso como los de Bernstein, acentuando los primeros cuatro versos en la quinta sílaba –lo que les da un ritmo coherente solo a ellos– que sumo al de la octava en los tres siguientes hasta que el oído esté ya entregado al territorio más conocido del verso clásico, en que traduje el resto del poema salvo la palabra que lo “frena”. El quiebre se produce, como en el inglés, con el sintagma “En suma”. ¿Es esto forzado? No, responde a ciertas maneras naturales de decir lo que el original evoca.

    En otros poemas de formalidad compositiva, del estilo de “En un mundo agitado como este”, Bernstein favorece distintos aspectos del lenguaje sin alterar ni el patrón rítmico ni la presentación, ampliación y reflexión que quiebra lo expuesto hacia una conclusión emotiva, propias de cada estrofa del soneto. En ellos fui fiel a que los cinco pies yámbicos con que lo adoptó la tradición anglosajona se convirtieran con comodidad en los endecasílabos acentuados en cuarta y octava sílabas o en sexta, con que el castellano lo hizo suyo desde el siglo XV hasta nuestros días.

    Por supuesto que hay poemas traducidos en verso libre, empezando por aquellos que ni tienen versos y por los de respiración suelta, que a través de las variaciones se vuelve sostenida, en algunos poemas largos como “Materias de regulación”. En estos casos el referente seguido fue el de la oralidad en sus archivos de audio. Lo anterior no implica descuidar los cambios de velocidades de poemas también extensos como “Blanco inmóvil”, que traduje primeramente en metro, el cual luego acumula material a la manera de un aluvión hacia el verso libre, y “Abuso de sustancias”, que, aunque varía sus acentuaciones internas de acuerdo con la misma respiración, traduje de forma íntegra en metro, lo que creo favorece su tono personal.

    En general, allí donde hay rima, aliteración o cacofonía en el original, la hay en la traducción, con leves adaptaciones del contenido, porque cuando Bernstein las usa hace esta misma adaptación, propia de la relación de la rima con el inconsciente. Aquella, como los demás factores mencionados, fue considerada en tanto principio, y por ello sopesada con los demás, caso a caso, sin que ninguno tuviera un peso absoluto. En “shellackedreminisces, sheets of firmness, straightgrapefruit&mocks&splits, pity, mercy” de “Mi vida de mónada”, por ejemplo, las aliteraciones van generando un sentido aparte del enunciado, de modo que las “sheets” pueden sentirse retroactivamente en “shellacked”, que es una antigua unión entre esa palabra y “lacked”. En castellano no tenemos esa juntura ni ese sonido, que pareciera llamarnos al silencio, pero se puede representar otra aliteración, y con ella el efecto retroactivo, por vía sonora, con “láminas” y “lacadas”, y haciendo rimar “reminiscencias” con “firmeza”. La enumeración en apariencia arbitraria que le sigue –con un ritmo marcado por monosílabos que en castellano requieren varios sonidos más– puede atarse de otro modo, en este caso, por las aliteraciones que permiten algunas de sus opciones de traducción literales, y que, sin estar en el original, son aquellas por las que opté: “pomelo & parodias & partes, pena, piedad”. Mecanismos similares de desplazamiento entre figuras poéticas de cada idioma con el objetivo de replicar los efectos sonoros y semánticos del original, incluidas sus metáforas extendidas, pueden encontrarse en muchas de estas versiones. En la mayoría de los casos no fue necesario cambiar de figura, sino solo de sonido madre, como en el caso de la aliteración y rima presentes en “Trina, topa, troca” respecto del verso “Swish, swash, swap”, y en buena parte del poema “Disrafia”, que consagra, según los críticos, la adyacencia sonora en el proyecto de Bernstein.

    ¿Todo esto parece muy cerebral para la poesía? Sí, parece. Luego Bernstein hace reír y también emociona. De sobra. Me preocupé de que eso sucediera en castellano. Me imagino que consciente de estas dificultades, quizás cómplices de la demora de la disponibilidad de su poesía en nuestra lengua, el autor me escribió que usara sus poemas solo como trampolín para mis propias versiones. No le hice caso, como el perro al que le sacan la correa y vuelve solito a casa. A una cada vez más amplia.

    "Evaluar el lenguaje de la Constitución en términos democráticos"

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    El 18 de julio pasado, el diario español ABC dio cuenta de la polémica que se están dando en la Península a propósito de la necesidad de adecuar la Constitución a un lenguaje inclusivo. Por un lado, la vicepresidente Carmen Calvo(foto) impulsa esa transformación. Por otro, la RAEla niega.

    Carmen Calvo dice que la adecuación 
    de la Constitución al lenguaje inclusivo 
    se hará con o sin la RAE

    La vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo, ha asegurado que el proceso de «adecuación» de la Constitución española a un lenguaje «inclusivo» se hará haya o no asesoramiento de la RAE.

    «El masculino universal no engloba al femenino, hay que ir cambiando cosas. Hay una parte de esta polémica que se me escapa. He pedido por carta a la RAE que nos asesore. Si no hay asesoramiento de la RAE, evidentemente continuaré con el proceso», ha señalado Calvo en una entrevista recogida por Europa Press a la Cadena Ser.

    Así, la vicepresidenta ha explicado que la petición del informe le pareció «una deferencia obligada» a la RAE. «Se trata de evaluar el lenguaje de la Constitución en términos democráticos. Luego cada cual hace lo que quiere con sus declaraciones. Todos los grupos lo entendieron y consideré que la RAE era suficientemente importante para respetarla y pedirle asesoramiento», ha añadido.

    En este sentido, ha reiterado que es «el momento» de que la Constitución española tenga un lenguaje «respetuoso a ambos géneros». «Solo tiene un lenguaje masculino y eso no se corresponde con una democracia desarrollada. Las mujeres no tenemos por qué reconocernos en el masculino, que además es absoluto en la Constitución», ha apuntado.

    Así, Calvo ha defendido que el masculino «universal no engloba» al femenino, por lo que entiende que «hay que ir cambiando cosas». Además, la vicepresidenta ha resaltado, respecto al proceso que podría conllevar el cambio del texto, que «no afecta al contenido» de la Constitución. «Eso se planteará cuando se planteé», ha concluido.


    "María es necesaria para que la trinidad exista"

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    Sonia Abián (Posadas, 1966) es una artista plástica argentina. El siguiente texto, que incluyó en su blog, debe leerse en el contexto de la entrada publicada en este blog el día de ayer. Se refiere a la polémica surgida en España entre el idiota de Arturo Pérez Revertey Carmen Calvo, vicepresidente del Gobierno español, a propósito de la posibilidad de modificar la Constitución española para  dejar de lado el masculino universal en favor de un lenguaje más inclusivo. Luego de que Calvo pidiera su opinión a la Real Academia, Pérez Reverte reaccionó airadamente, amenazando con renunciar a la institución (información que puede ampliarse en la entrada de este blog correspondiente al 16 de julio pasado). 

    Mire el cuadro y diga: “en el nombre del padre,
    del hijo, del espíritu santo amén” ¿Quién quedó sin nombrar?

    El Sr. Pérez Reverte, escritor y periodista, opina que el lenguaje inclusivo atenta contra el principio de economía del lenguaje, y por ende contra la Real Academia Española, institución que es una y trina como ya sabemos y de la cual es miembro. O miembra.  Considera que decir niños y niñas, en vez de solo niños, es una”duplicación” del sustantivo innecesaria. Ha dado en el clavo. Porque la propuesta presentada por la vicepresidenta del Gobierno para adecuar la Constitución a un lenguaje inclusivo va de eso, de cambiar el principio de economía que rige el lenguaje… y que tiene raíces teológicas.

    Así lo demuestra un cuadro colonial anónimo del siglo XVIII, pintado en lo que fue el Virreinato del Perú. Representa una santísima trinidad dos veces. Una de forma figurativa y otra de forma abstracta. ¿Será una duplicación innecesaria? No. En este caso se trata de machar el mensaje para que quede bien claro. El hombre con tres rostros vendría a ser dios. Sostiene ante sí un esquema donde sus tres caras hallan correspondencia lingüística: las palabras “padre”, “hijo”, “espíritu santo”, “dios” unidos por un verbo. El gráfico muestra además la imagen de María, de pie sobre “dios”, pero excluida de su rostro y también de sus nombres. Su ausencia en el lenguaje resume el principio de economía trinitaria por el cual se rige la RAE: la exclusión inclusiva de las mujeres. Por un lado, María es necesaria para que la trinidad exista, y por otro no tiene poder porque está excluida de ella. Llegó la hora de acabar con esta lógica y cortar esta vieja trenza. En palabras de Carmen Calvo: “No hemos llegado hasta aquí para hacer política de mujeres y para mujeres; estamos aquí para darle un giro a la democracia”.

    Un volumen que reúne los consejos de Wislawa Szymborska para los jóvenes escritores

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    El 25 de marzo pasado, el diario La Prensa, de Buenos Aires, publicó sin firma el siguiente comentario sobre la publicación  Correo literario, un volumen de cartas de la poeta polaca Wislawa Szymborska , en respuesta a los requerimientos de jóvenes escritores, traducido por  Abel Murcia y Katarzyna Moloniewicz.

    Publican el consultorio literario
    de W. Szymborska

    El volumen recopila las cartas con las que la premio Nobel polaca respondía a las inquietudes de jóvenes aspirantes a escritores. Sus recomendaciones combinaban ironía y generosidad y una firme defensa de la lectura. 

    Durante varias décadas la poeta y premio Nobel polaca Wislawa Szymborska mantuvo una especie de “consultorio de escritores” en la revista Vida Literaria, unas cartas en las que con fina ironía contestaba a jóvenes aprendices de escritores. Ahora un libro reúne por primera vez en español lo mejor de esa correspondencia.

    Editado por Nórdica, con traducción de Abel Murcia y Katarzyna Moloniewicz, Correo literario se publicó por primera vez en el año 2000 en Polonia y 18 años después llega a nuestro idioma.

    Y es que sólo a partir del Nobel de Literatura que recibió en 1996 pudo conocerse la poesía de Szymborska (Kórnuk, Polonia, 1923-Cracovia, 2012), que desde entonces fue fascinando a todo el mundo por su manera sencilla e irónica de captar el misterio de lo cotidiano.

    Tras publicarse también su prosa y algunas entrevistas, este libro aporta mucho para saber cuáles eran las ideas que tenía la escritora sobre la literatura y la vida.

    Así lo ponen de manifiesto los traductores al castellano en la introducción. “Sí, es muy posible que junto a las reseñas de “Lecturas no obligatorias”, “Otras lecturas no obligatorias” y “Más lecturas no obligatorias”, publicadas en Malpaso en un solo volumen con el título de Prosas reunidas, en Correo literario nos encontremos ante la mayor fuente de información sobre el concepto de literatura de Szymborska”.

    El libro se abre con la entrevista que Teresa Walas, gran amiga de Szymborska, catedrática de Literatura Polaca en la Universidad Jaguellónica de Cracovia, le hizo a la poeta, una mujer que atravesó las grandes tragedias del siglo XX, y que se caracterizó también por su compromiso cívico, sin ruidos ni estridencias.

    Este correo literario en el que la poeta aconseja a los jóvenes escritores sirve además para conocer la realidad de la época de Polonia y su vida cotidiana –se aprecia la escasez de productos de primera necesidad– que también chocaba con la dimensión intelectual y espiritual de su tiempo, como recuerdan los traductores.

    “De quién fue la idea del Correo literario, pregunta Walas a la poeta. Y ella responde: “No fue necesario inventar nada. Es una vieja tradición de las revistas literarias. Siempre ha sido necesario responder a algunos autores, sobre todo principiantes, sin escribirles cartas directamente a ellos. Por regla general, se resolvía con un breve “no se entiende” o “recomendamos trabajar un poco más el texto”

    Y continuaba: “Yo intentaba que entendieran cosas elementales, los instaba a que reflexionaran sobre el texto recién escrito, a que fueran mínimamente críticos consigo mismos. Y lo más importante, los exhortaba a leer libros. Igual soy una ilusa, pero espero que algunos de ellos hayan conservado esa maravillosa costumbre toda la vida”.

    Pero Szymborska también les sugería a los escritores con firmeza: ”Si, por caso, no aprecia usted nada digno de ser anotado –ninguna observación, ningún pensamiento, ninguna impresión– la conclusión solo podrá ser una: no tiene usted madera de escritor. Lo animamos a que haga el intento”.

    Szymborska, irónica y humorista, suelta en estas páginas mandobles con gran sutileza, como por ejemplo el que destina a la joven Baska, que le pregunta: “Mi novio dice que soy demasiado guapa para escribir.

    ¿Qué piensa de los poemas que adjunto? Y ella responde: “Creemos que es usted, efectivamente, una chica muy guapa”.

    Y es que la autora de Aquí o Instante, una poeta considerada muy difícil de traducir “por los matices cargados de significados que hay guardados bajo la aparente simplicidad”, trabajó la ironía y el humor siempre en toda su obra, que fue una pura reflexión sobre el mundo.

    H.D. (Hilda Doolittle) en nueva traducción chilena

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    Amiga de Ezra Pound y paciente de Sigmund Freud, H.D. (Hilda Doolittle), una de las voces más importantes y, tal vez, menos conocidas de la vanguardia poética anglosajona, poco a poco ha ido abriéndose camino en castellano. Traducida en Argentina, España y México (un magnífica antología de Pura López Colomé), en los últimos años ha recibido nuevas versiones; una de ellas, la publicada por Libros Magenta, una editorial mexicana fundada por Ana Rosa González Matute y Gabriel Bernal Grandados en 2006. Allí, con traducción de González Matute, se publicó en castellano la primera versión de Definición hermética. A ésta le sigue la de Juan Pablo Pereira, publicada por Overal, de Chile. Sobre esta última, Luc Gutierrezha escrito el 5 de junio pasado, en eldesconcierto.cl: “No sé si puedo decir algo mejor de un libro o de una traducción: cuando leerlos se hace experiencia, todo lo que escribo acá arriba me parece vapor de vapores que sí sirve de algo, espero: sirve para contar que Definición hermética es un libro maravilloso y que la traducción de Juan Pablo Pereira también lo es” 

     

     “Definición hermética” de H.D. 

    (traducción de Juan Pablo Pereira):

    Todo es vapor


    Definición hermética es un libro póstumo constituido por tres poemas: el del título y dos más (Sagesse y Amor de invierno), todos a su vez divididos en poemas más breves. Y “Definición hermética” es —además de título de este poema póstumo, además de un juego con las iniciales de la autora, Hilda Doolittle, más famosa como H.D. que por su nombre real. Además, claro, es una propuesta bastante buena para decir qué es un poema —en especial, un poema místico. Como en muchos otros sentidos, la traducción de Juan Pablo Pereira juega con ese juego: lo mantiene como alusión, invierte su orden, opera sobre su sonoridad y su sentido, y lo acompaña en un recorrido difícil de un discurso que no se quiebra, que se empecina en lo que dice y, al mismo tiempo, que fracasa en decirlo: que hace de ese fracasar en decir, su discurso mismo.

    Cuando escribo esto se me hace un poco impostado: es lugar común decir que el poema es sobre su imposibilidad, tanto como que el discurso místico es sobre su propia imposibilidad. Y Definición hermética son poemas y son místicos —o es poema místico.

    Pero que se me haga impostado o incómodo no importa, si es un hecho que, además, estos poemas se llaman “Definición hermética”, o sea, se nombran en su renuencia a tener sentido fácilmente accesible. Significan, pero desde algo cerrado y reiterado que se ve ya en la diagramación de Overol. Más importante es que esa incomodidad no me pertenece a mí solo, lector: está en estos textos, y más importante es que es única. O sea, aunque todo poema sea sobre su propia imposibilidad, aunque toda traducción lo sea, aunque todo texto sea hermético al menos en parte, cada uno lo es de su propia manera, y ese modo particular, ese ser en el mundo de ellos y de su lenguaje es lo que cruje en Definición hermética. El poema místico triunfa cuando fracasa, pero también, sobre todo, cuando lo hace de manera única e irrepetible, y quiero hablar ahora de cómo este poema místico fracasa bien aquí.

    Hay una especie de gemido suave en Definición hermética. Se resta al grito y en ese no dramatismo se vuelve cosas inesperadas, sorprendentes: canción de cuna, arrullo, titubeo en nombrar, desdoblamiento, enumeración de nombres bíblicos, clásicos, místicos o íntimos, canción de amor o de amistad, fallo de ambos afectos, infancia y ultratumba. Hay un trabajo maravilloso de escala que varía de lo grandioso de lo sobrehumano a lo diminuto del secreto. Tanto los dioses como los niños hablan en códigos. Dioses y niños crean lenguajes que solo ellos reconocen, y así, forman comunidad tanto como vetan el acceso a ella con una sílaba, con un nombre, con una alusión. Eso lo sabe H.D. y lo sabe Juan Pablo Pereira. Formar un lenguaje que diga y que no diga es, además de una pelea donde se deja la vida, una forma de intimidad. Esto de pelea donde uno se deja la vida puede verse como metáfora si hablamos de un momento del poema, sobre todo del poema místico, pero literalmente si hablamos de una vida dedicada a la poesía, como la que se acabó antes de terminar de producir este texto. Dejar la vida es literal, también, si hablamos de lo que hace el traductor, que deja su propia vida de lado para sumergirse en el discurso de otro.

    Uno se excluye cuando reconoce la intimidad, incluso la propia: no sé si sea el designar la intimidad lo que la excluye a uno de ella, como designar cualquier cosa. Uno se muere de ya no habitar, de pena y de celos, se muere por ser dios y por no ser dios, se canta a gritos, es luz y poderío, y se pone chico, niño, impreciso, se restriega los ojos debajo de sábanas con o sin autitos Se hace más grande que el universo y no sabe amarrarse los zapatos, en una misma operación. Cito: “Hubo una Helena desde antes que hubiera una guerra” ; “y es ayer y el viento marino llena mi vela, / y mis hermanos están lado a lado, / y mi hermana entreteje las flores para mi pelo (…) / Odiseo se ha ido y mi hermana iba a casarse o se había casado con Agamenón, / y “no tiene importancia”, me confía, / “solo risas, risas” / y Menelao en el altar, susurrando” (“Amor de invierno”, [22]).

    Todo lo que se escribe viene del deseo y del amor. Todo lo que se escribe viene desde, o trasvasijado por, o domado y no por el cedazo de algún tipo de deseo, de alguna forma de amor. El poema místico es su impulso, su cedazo, su trasvasije, su poca adecuación a cualquiera de estas imágenes y de la materia del colador particular, de la jarra particular, del movimiento preciso. El Cantar de los Cantares dice algo que ha traducido por siglos como “todo es vanidad”, pero que en el original hebreo dice “todo es vapor”. Hay inanidad, pero también más que eso, a diferencia de su contraparte cristiana. Sobre todo hay cambio imperceptible a veces, imposible de detectar. Hay a la vez falta de certeza y absoluta continuidad, al mismo tiempo. Si en Definición hermética todo es vanidad, si la muerte está desde Menelao y la hermana que se casó más tarde o más temprano con Agamenón, si hay muerte en el lenguaje secreto de los dioses y los niños, en las cartas perdidas, en los apodos íntimos y en los nombres de los 72 ángeles, esa vanidad y esa muerte también son vapor: se nos escapan y vuelven a nosotros.

    No sé qué le tuvo que pasar a H.D. para escribir estos poemas (aunque le tocó ser amiga de Pound, que no es poca inspiración ni poco peso). No sé qué le tuvo que pasar, por qué tuvo que pasar Juan Pablo Pereira para traducirlos, pero sí veo esa tensión entre lo ritual y lo cotidiano, esta transformación del vapor que desaparece y regresa, en casi todos los poemas: “Suya es la 24a década de la esfera, / suyo es el ángel Senciner, el tiempo de invocación // o de oración es de 3.40 a 4 — ¿qué hacemos? / despejamos la mesa, apilamos libros en una silla // nos deslizamos de nuestras pantuflas / agarramos ansiosamente nuestros zapatos, / abrimos una ventana al aire de invierno, la cerramos de nuevo // pasamos un cepillo por nuestro pelo; Germain es crítico;/ ¿por qué debiera importarnos? Debemos presentar otro yo, una cáscara, // estamos demasiado tensos, demasiado quebradizos; miedosos rezamos por entereza / Oh Senciner, tú que cuidaste a nuestro Edipo, nuestro padre // haznos resistir, haznos olvidar la ansiedad y el terror / por una breve fracción de la década de tu esfera.” (“Sagesse”, [11])

    Uno relee los clásicos a su propio riesgo. Puede discutirse si Definición herméticaes clásico, pero no que es una relectura que propone la pregunta: ¿es póstumo siempre el clásico? ¿Y su versión, su intertexto? ¿Hay necesariamente un desajuste en medio en ese pedacito de tela o de papel que se superpone al mármol de milenios, el óleo de cientos de años? Pregunta retórica: claro que hay desajuste. En esta traducción, veo ese vapor temblar entre lenguajes. Sin embargo, y este es un pero importante, no hay descalce estilístico. Es decir, esa superposición consigue hacerse (y de forma visible, llamando la atención sobre sí misma), pero la torpeza a la que aludo muchas veces más arriba aparece siempre como deliberada, y cuando no como deliberada, como exitosa, y cuando ninguna de estas cosas, aparece como torpe, pero no es torpe. No hay contradicción aquí. Estos poemas fracasan y son torpes (como los niños, como los dioses) pero nunca son malos: no es esa su torpeza ni su forma de fracasar. Como los poemas místicos que son, titubean y farfullan y fracasan, pero no hay ripio, aunque el cedazo nos arda en las manos con el paso del vapor, aunque las formas del vapor no dibujen exactitud. Todo el poema puede ser una queja sobre su propio fracaso, pero no deja al lector deseando el triunfo.

    (Yo, lector, no deseé el triunfo del poema místico ni calculé la exactitud de su fracaso, hasta que tuve que dejar de leer para apretarme el corazón).

    Estos poemas no prometen el éxtasis ni nos llevan, por tanto, a la traición de esa promesa. Pero entregan el éxtasis que no prometen en instantes, casi simultáneo a la traición de ese éxtasis. Ejecutan tan bien ese movimiento simultáneo de fracaso, de experiencia infantil, lenguaje divino, referencias clásicas, carta de amor o amistad, que dejan al lector en una revelación de esas que tocan el corazón y lo transforman en otra cosa. Lo único disruptivo en este libro no está en su texto, en su traducción ni en su edición, sino en información externa: el sello que nos indica que es parte de un Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, el ISBN para que sepamos clasificarlo en una biblioteca o citarlo en un texto académico. Personalmente, agradezco esa disrupción. Fue necesaria para que leer este libro no me hiciera volverme loco. Me hizo pensar: hasta los poetas publican. Hasta los lectores necesitan encontrar un libro en la biblioteca. Hasta los traductores, que conocen al menos dos idiomas, tienen nombre propio, susceptible de imprimirse y de ser citado, en alguno de esos idiomas. Eso no me salvó de la experiencia de leer este libro: tuve ganas furiosas de salir afuera, de quedarme de pie afuera tocándome el pecho con las dos manos, de que se pusiera a llover fuerte, con truenos, y no moverme de esa lluvia. Me dieron ganas de viajar, de salir en ese momento al aeropuerto y tomar cualquier avión —en realidad, tuve ganas terribles, feroces, de irme. Me dieron muchas ganas de ponerme a escribir en el mismo tono de estos poemas: de compartir su lenguaje. No sé si puedo decir algo mejor de un libro o de una traducción: cuando leerlos se hace experiencia, todo lo que escribo acá arriba me parece vapor de vapores que sí sirve de algo, espero: sirve para contar que Definición hermética es un libro maravilloso y que la traducción de Juan Pablo Pereira también lo es.


    Pedro Serrano escribe sobre Edward Hirsch

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    La columna de este viernes, firmada por el poeta y traductor mexicano Pedro Serrano, trata sobre su trabajo sobre un texto del poeta estadounidense Edward Hirsch (foto; 1950).

    Una traducción reticente:
    Gabriel. Un poema, de Edward Hirsch

    Cuando en una caminata te encuentras con una parte escarpada, no hay más que cruzarla. Así de inevitable fue para mí traducir Gabriel, el libro que Edward Hirsch escribió a la muerte de su hijo. Edward es amigo mío, ycuando me lo pidió supe inmediata, simultáneamente, que iba a ser duro pero también que iba a hacerlo. Yo había traducido ya una selección suya, Aligeren la oscuridad, que incluye dos poemas dedicados a su hijo Gabriel. “La bienvenida” narra su nacimiento y adopción, y  “Niño con auriculares” lo retrata adolescente, cruzando Broadway. Para cuando el libro se presentó en la FIL de Guadalajara en diciembre de 2012, Gabriel ya había muerto. Carla Zarebska, editora de Cooperativa La Joplin, le pidió a Hirsch que leyera “La bienvenida”. Él volteó desconcertado, como si se encontrara perdido. Por suerte Laurie Watel, su pareja, intervino. Un gesto sirvió para que Edward reaccionara y el poema no se leyó. El silencio era entonces su lugar de respeto. Dos años después publicó Gabriel, un largo poema dedicado a su hijo. Había logrado atravesar lo indecible.

    Gabriel. Un poema está formado por una serie de cantos que cuentan la vida de un niño. Cada canto consta de veinte tercetos desplegados en páginas abiertas. El poema empieza y termina con la muerte de ese niño, en un recorrido que dura ochenta páginas. En medio hay muchas cosas, divertidas unas, desesperantes otras. Gabriel se nos hace presente, y se vuelve cercano. Hirsch incorporó, con ligeros cambios, los dos poemas que le había dedicado, integrados a un flujo narrativo no lineal. “No soportaba la idea de que Gabriel pudiera ser olvidado”, dijo en una entrevista en Página 12 en noviembre del año pasado en Buenos Aires. El poema va de la realidad desolada más presente a una noche de fiesta al cumplir Gabriel veintidós años, a una letanía de artistas y poetas que hicieron obra a partir de experienciasequivalentes, pasando por muchas otras cosas que es mejor leer que detallar. En escribirlo, Hirsch logró lo inusitado. Gabriel es un inmenso poema.

    Siempre me apropio de lo que traduzco, pero esta vez fue diferente. En la lengua en que aparezca, este poema, para mí, sigue siendo de su autor, como si las presencias no se pudieran perder. Para escribirlo, Edse embarcó en un viaje íntimo, que me atrevería a llamar sagrado. Es un poema tan en el cuenco de sus manos que cualquier gesto lo desacraliza. Apropiarse de él sería una falta de tacto. Al escribirlo, pudo lograr atraerse en palabras la vida de su hijo Gabriel. Allí están los dos juntos. Tuvo que recorrerla toda, desde el viaje que como padres hicieron él y su esposa para recibirlo a la última travesía que de nuevo hicieron juntos, veintidós años después, ya separados, hasta hallarlo. Traducirlo fue un acto de amistad, un ir con él en el acompañamiento poético de su pérdida, y fuetambién una labor de extremo respeto. Una constante en mi relación con Gabriel ha sido el pudor. Recorrí el poema página por página y estrofa tras estrofa hasta que surgió en español, a la vez volcado en él y afuera. Emocionalmente arduo, agradezco haberlo puesto en español.

    Empecé a trabajar en su traducción a principios de 2017, con miras a terminarlo un año después. Tenía, según yo, tiempo para avanzar, poco a poco, conforme mis fuerzas me dejaranentrar. Pero las cosas se precipitaron. En abril de 2017, la editorialme dijo que tenía que tenerlo impreso para septiembre. Casi al mismo tiempo, María Negroni me buscó para saber si podía publicarse también en Buenos Aires. Hirsch iba a estar en noviembre, y ella quería que yo fuera también, y diera un curso en la UNTREF. Al principio Carla Zarebska dudaba en cederles los derechos. Le propuse a María que publicaran mejor Aligeren la oscuridad, y posteriormente Gabriel. Este libro, es verdad, alcanza cotas de una vastedad innominable, pero sus otros poemas breves tienen la misma incisión que hay en él, y publicarlo vale la pena. Pensé que eso tranquilizaría a Carla. Pero Patricio Grinberg , el editor de Zindo&Gafuri, no estaba interesado. Está prendado del poema, me dijo María; la editorial es pequeña, y la edición será de pocos ejemplares (no sé si esas fueron sus palabras pero el sentido sí). Como yo quería que Gabriel alcanzara todos los lectores posibles, intercedí ante La Joplin, que aceptó. Me comprometí a terminar la traducción,para ambos, a principios de septiembre.

    Trabajé de manera asfixiante. a marchas forzadas, durante todo el verano. De manera aparentemente desordenada, un día traducía la página 12, otro la 73, luego la 34. Fue el único modo en que pude entrar. Como si recorriera un larguísimo pasillo con muchas puertas, un día entraba en una y otro en otra, sin saber nunca qué me iba a deparar cada habitación. Lograba así entrar y salir del dolor que lo constituye. Cada tramo me dejó exhausto, desolado. Pienso que quizás fue así como Hirsch lo escribió, conformando retazos de sus vidas, haciendo una manta con pedacerías hasta coser la colcha toda. Entonces pudo taparse. La traducción fue apareciendo poco a poco, como un rompecabezas, primero una escena, luego otra, hasta quese fueconfigurando y uniendo.

    Paralelamente, estuve trabajando en su edición argentina. No me pareció inconsistente cambiar algunos términos, que allí sonarían extraños, como “vidrieras” por aparadores, “cochecitos” por carriolas o “parlantes” por bocinas, que es como se dice en México. Otras, que consideré entendibles, pedí que se respetaran. Ninguno de esos cambios la altera. Otra cosa hubiera sido sustituir el tuteo por un voceo. Como lo sería pasar del ustedes al vosotros en una edición española. Por suerte, nada de eso me pidieron en Zindo & Gafuri. A finales de agosto la terminé y en septiembre la envié a las dos editoriales. La primera maqueta que Patricio Grinberg me envió de regreso tenía seis estrofas por página, lo cual deformaba el poema. No se había percatado de que Gabriel está constituido en cantos narrativos de diez estrofas, pero lo corrigieron a tiempo, y salvo unas últimas correcciones que por las prisas no se pudieron incorporar la edición quedó muy bien. A mediados de septiembre estuve un par de días en Buenos Aires. No vi a María, pero sí me encontré con Patricio. Se mostró contento. Yo también lo estaba. Gabriel se presentó en Buenos Aires en noviembre, con la presencia de Hirsch. Yo no pude asistir, pero por lo que supe todo salió bien. En enero de este año Página 12 incluyó Gabriel. Un poema en su lista de “Diez posibles títulos del año”. Yo me siento agradecido.

    Rafael Spregelburd escribe sobre la desidia del actual gobierno para con la educación estatal

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    El contexto de la siguiente columna, publicada por Rafael Spregelburd el viernes 3 de agosto en el diario Perfil es el siguiente: en una escuela de la localidad de Moreno, Provincia de Buenos Aires, el pasado jueves 2 de agosto, hubo una explosión provocada por una pérdida de gas, que mató a la vicedirectora y al portero de la institución. Inmediatamente se supo que hubo siete reclamos previos por parte de la escuela, que no fueron atendidos ni con la seriedad ni con la premura que exigía la situación. La muerte de esas dos personas llevó a que la comunidad educativa decretara un paro a nivel nacional para manifestar ante las autoridades del actual gobierno el descontento frente a la desidia con que responde a estas cuestiones. 


    La bomba en las palabras

    Las catástrofes delatan con su luz la brecha enorme entre las palabras y las cosas. El jueves, una garrafa explotó en una escuela de Moreno. Mató al portero y a la vicedirectora. Todas las escuelas públicas viven en estado permanente de catástrofe, porque desde los Consejos, Indaltec o el Gobierno se reemplaza con palabras lo que son cosas de una concreción aplastante y una urgencia explosiva. A los padres de los niños que se cobijan como pueden en estas escuelas nos es difícil desentrañar en qué parte de esas palabras se ha perdido la razón. Las directoras de escuela suelen ser designadas por un sistema que las usa de escudos de una política insostenible: la del abandono. Los padres cooperadores chocamos con ese falso entusiasmo de palabras: dennos más tiempo, se están tomando medidas, no clausuremos la escuela. Hasta que la bomba explota. Ayer, los integrantes de la comunidad del jardín Margarita Ravioli tomamos la calle. Nuestros hijos están sin gas por la desidia de dos años de promesas. Indaltec también retiró un tanque de agua y lo reemplazó por una bomba que fue destruyendo los baños, una bomba a presión para succionarle el agua a Caballito, agua que, como todo el mundo sabe, se acaba por la construcción desregulada de cientos de torres. No hay cosas –desde hace dos años catastróficos– para ninguno de los demás reclamos de los padres, preocupaciones todas muy reales acerca del estado de las cosas. Luz Rodríguez Carranza me recuerda en un artículo sobre la angustia que Jacques-Alain Miller propone una clínica universal del delirio que admita que la angustia surge de la desaparición de la ley. Esta clínica de una razón partida debe empezar por entender que todos nuestros discursos son solo defensas contra lo real. La clínica lacaniana es irónica, dice Miller: a diferencia del humor freudiano, que se burla del que no se adapta a las reglas sociales, la ironía desmantela precisamente esas reglas internalizadas en el inconsciente, el “Otro”. El sujeto descubre que ese Otro no sabe nada, que el lazo social es una estafa, que no hay discurso que no sea del semblante. Hasta que una garrafa te lanza muerto contra la casa de enfrente, contra el vecino, contra el Otro, que vaya uno a saber si ha votado o no por este sistema insostenible. 


    Para ir agendándolo: el 10, 11 y el 12 de agosto hay una nueva edición de la Feria de Editores

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    El pasado sábado 4, también el diario Perfil y con las digresiones de siempre, Damián Tabarovsky publicó la siguiente columna a propósito de la nueva e inminente edición de la Feria de Editores, que, organizada por Hernán López Wine y Víctor Malumian, se desarrollará los días 10, 11 y 12 de agosto en la Ciudad Cultural Konex.

    Fin de semana independiente

    El viernes que viene comienza la Feria de Editores, el evento en que las pequeñas (algunas ya medianas) editoriales (llamadas muchas veces “independientes”) ofrecen su catálogo, con la presencia de los propios editores oficiando de vendedores, como un modo de diálogo entre las editoriales y los lectores. Con el paso del tiempo, la FED se fue convirtiendo en uno de los eventos culturales más importantes del año. Surgida en 2013 en la sede de FM La Tribu, con apenas 15 editoriales, este año se realizará en la Ciudad Cultural Konex con más de 250 editoriales, incluidas varias de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Colombia y México. Organizada por Hernán López Wine y Víctor Malumian, editores de las Ediciones de Godot (sello célebre por haber publicado todos buenos libros salvo uno malísimo), sobre ellos debe recaer el agradecimiento de todos los que disfrutamos de la lectura de los mejores libros que se publican entre nosotros. Dicho de otro modo: a esta altura no cabe duda de que lo más interesante que se editó en Argentina en los últimos quince años ocurrió en las pequeñas editoriales y que la FED es el lugar ideal para encontrarlas todas juntas. 

    Una muestra de la centralidad creciente de la FED –tal como ocurre en Chile con La Furia del Libro, la feria de la edición independiente, la más dinámica de las que ocurren en Santiago– es que comienza a haber editoriales que lanzan títulos importantes para esta fecha. Ya no solo para la Feria del Libro de la Rural, ya no solo en otros momentos fuertes del año (como para Navidad), ya no solo en días cercanos a otros eventos como el Filba u otras ocasiones programadas, sino también ahora para el salón de editoriales independientes. Por ejemplo, La Bestia Equilátera anuncia la salida de De amor y de hambre, de Julian MacLaren-Ross, traducido originalmente al castellano en la vieja Sudamericana por Ernesto Montequin, agotado durante años, por suerte nuevamente reeditado en un acto de infinita coherencia del editor de La Bestia Equilátera. 

    Publicado en 1947, De amor y hambre es el mejor libro de MacLaren-Ross, solo comparable a Tostadas de jabón, publicado también por La Bestia Equilátera. Pero aquí no son cuentos sino una novela que, a partir de una anécdota sobre la amistad y el amor, da cuenta como pocas del clima de posguerra de una Inglaterra victoriosa pero devastada. Como ya ha sido muchas veces dicho, el tono de MacLaren-Ross tiene un aire al mejor Graham Greene, pero en verdad De amor…recuerda ante todo a The Heat of the Day, de Elizabeth Bowen, por cierto una de mis autoras favoritas, que bien merecería nuevas ediciones y traducciones, como supo hacer la también vieja Emecé en su momento. Auden y Louis MacNeice mencionan la novela como una cita secreta en sus Cartas de Islandia, y si leemos ese párrafo veremos que se detienen mucho más en el hambre que en el amor. Y está bien que así sea. El hambre era el horizonte de vida en ese 1947. Solo que en Maclaren-Ross el hambre incluye también la elegancia, la ironía, la gracia y la inteligencia. 

    Permítanme ahora reparar en una editorial chilena cuyos libros son difíciles de conseguir en Buenos Aires y cuya presencia en la FED es la verdadera razón por la que concurriré a dicha aglomeración: Cuadro de Tiza. Conozco pocos sellos que editen tan bien poesía y ensayo literario.

    "Esta es nuestra fiesta, el gran acontecimiento anual de la edición independiente"

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    En sintonía con la nota de ayer, la de hoy, firmada en el diario Clarín, del 6 de agosto pasado, por Verónica Abdalá, ofrece mayores precisiones para los interesados en asistir a la Feria de Editores, que se desarrollará el Viernes 10, el sábado 11 y el domingo 12 de agosto en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131), de 14 a 21, con entrada libre y gratuita. (No se suspende por lluvia)

    Con crisis y todo, la feria de los editores independientes crece

    El de las editoriales independientes en la Argentina fue uno de los fenómenos culturales más explosivos e interesantes de la última década: el surgimiento y la proliferación de sellos pequeños y medianos sigue creciendo, al calor de una movida de público ávido de nuevas propuestas, que acompaña la ola.

    Munidas de catálogos de calidad que no se rigen exclusivamente por los caprichos del mercado, y capaces de moldear en el tiempo una identidad propia, las independientes ganan espacios y reconocimiento en un contexto de crisis para el sector: los costos de fabricación crecen y los libros terminan siendo un producto suntuario para el consumidor. La clave parece estar en en el vínculo directo con  las comunidades de lectores.

    Y si los lectores celebran que se diversifique la oferta, los autores agradecen estas nuevas dinámicas y circuitos para publicar, además de la posibilidad de intervenir en ediciones que suelen hacerse en colaboración con los mismos editores. Un fenómeno que explica que escritores consagrados –como Hebe Uhart, que publica en Blatt & Ríos; Sergio Bizzio, que lo hace en Interzona y en Mansalva-; Marcelo Cohen, en Sigilo y Entropía; o Sergio Chejfec, en Entropía- hayan ido volcándose al nuevo circuito. 

    Acompañando el suceso, y en simultáneo con este despliegue editorial, la Feria de Editores (FED), que esta semana concreta su 7ª edición, fue ampliándose a lo largo de estos años. ¿Qué tiene esta Feria que no tenga la grande? Tal vez que promueve el encuentro con los lectores como uno de sus objetivos centrales y que recuerda la relación de confianza que antaño establecían los compradores con sus libreros de cabecera. Es que aquí no se trata sólo de comprar libros, sino, también, de charlar sobre los autores, asistir a debates sobre temas de actualidad editorial y cultural y disfrutar de  esa pasión compartida, del mismo modo en que el enólogo y el catador pueden regodearse degustando vinos.

    La cita es este viernes, sábado y domingo en la Ciudad Cultural Konex, con entrada libre y gratuita. El evento contará con la participación de más de 30 editoriales del exterior, provenientes de Uruguay, Brasil, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, México y España.

    Son tres las visitas que llegan desde el exterior y también lo harán editoriales de las distintas provincias y ciudades argentinas, como Córdoba, Santa Fe, Rosario, La Plata, Jujuy, Salta, Santa Cruz, entre otras. Este año, el evento sumará unos 250 stands.   

    Será la oportunidad de descubrir novedades en narrativa contemporánea y clásica, poesía, música, cine, ensayo, ciencias sociales, periodismo, traducciones, libros álbum, diseño, cocina, historia, entre otros. Entre los sellos que participan, se encuentran Ediciones Godot, Fiordo, Entropía, Sigilo, Musaraña, Mil botellas, Blatt & Ríos, Interzona, Pequeño Editor, Limonero, Ediciones del Zorro Rojo, Adriana Hidalgo y Pípala, Gourmet Musical, Caja negra, Marea Editorial, Beatriz Viterbo, Periplo, Mardulce, La Bestia Equilátera, Eterna Cadencia y Alto Pogo.

    También habrá una mesa especial que integrarán los mejores autores de ficción de América Latina menores de 40 años, distinguidos por el Hay Festival Bogotá39. Libros de quince de ellos fueron editados por sellos que participan en la feria: a partir de estos autores se realizó una antología publicada por editoriales de doce países, de las cuales cuatro estarán presentes: Sigilo (Argentina), Estruendomudo (Perú), Estuario (Uruguay) y Laurel (Chile).

    Como en años anteriores, la Feria ofrecerá además distintas charlas en las que se reunirán autores en torno a distintas temáticas: en esta edición, una de las principales figuras invitadas es la filósofa eslovena Renata Salecl -filósofa, socióloga y teórica jurídica, que se desempeña como investigadora en el Instituto de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Ljubljana, en su país y cuyos libros han sido traducidos a 15 idiomas-, que presentará su nuevo libro, Angustia.   

    En su libro, la autora  la cuestión del rol del discurso político y mediático en relación a las angustias existenciales de los seres humanos contemporáneas, y de qué manera, en tiempos del capitalismo post industrial, los ciudadanos conviven con una ideología que, por un lado, alienta constantemente la toma de riesgos y los hace responsables de su propio bienestar, mientras por otro frustra las expectativas y los deseos de millones de personas. Su hipótesis apunta a plantear que, por desgracia, el aumento de la angustia contribuye al statu quo, porque quienes están constantemente preocupados por su propio bienestar no suelen desafiar los mecanismos del poder. 

    También llega desde el extranjero el escritor mexicano y responsable de la editorial Sexto Piso, Eduardo Rabasa, considerado un referente de la edición independiente en habla hispana (quien además tiene una distribuidora que hace llegar a México  los libros de Caja Negra, Godot, Fiordo, La Bestia Equilátera, Adriana Hidalgo, entre otras). Así como el autor portorriqueño Eduardo Lalo (ganador del Premio Rómulo gallegos 2013 y que en la argentina publica Corregidor).

    Programación

    Viernes
     A las 15: “Conurbano disruptivo”. Charlan sobre poesía Silvina Giaganti y Patricia González López. Moderra Walter Lezcano. 16.30: “Historietas y Novelas Gráficas, de las redes a las librerías”, con Diego Agrimbau, Paula Sosa Holt y Dante Ginevra. 18: “Literatura y deuda”. Paula Tomassoni, María Pía López, Omar Chauvié y Carlos Ríos exploran los cruces entre economía y lenguaje. 19.30: “Los talleres del Río de La plata”. Charlan Liliana Villanueva y Antonio Santa Ana.

    Sábado
    A las 15: “Maternidades y paternidades desbordadas: entre la realidad y el deber ser”. Charlan: Ariana Harwicz, Melina Pogorelsky, Virginia Cosin. Modera: Daniela Pasik. 16.30: Presentación de “Bogotá 39”. Charlan Luciana Sousa, Mauro Libertella y Eduardo Rabasa. Modera: Maru Drozd. Invitan: Hay Festival, La gente anda leyendo y Sigilo. 18: “La agustia de la sociedad moderna”. Flavia Daniela Pittella entrevistará a Renata Salecl.

    Domingo
    A las 15: “Aborto y poder, entre el cisexismo, la corporación médica y el heterocentrismo”. Con Mabela Bellucci, Tom Máscolo y Maria Alicia Gutiérrez. Modera: Maria Luisa Peralta. 16.30: “Latinoamérica como pulso vital”. Una escritora y tres editoras de Argentina, Brasil y Colombia rastrean el panorama literario contemporáneo. Con Catalina González Restrepo (Colombia), María Fernanda Pampín (Argentina), Cecilia Arbolave (Brasil). Modera: Valentina Vidal. 18: “Es la política, estupidxs! Kirchnerismo, macrismo… y ¿después?”. Con Alejandro Grimson, Maristella Svampa, Alejandro Bercovich. 19.30: “Contraconquista cultural y literatura Latinoamericana”. Claudia Piñeiro entrevista a Eduardo Lalo. 

     

    Las diferencias con la Feria grande

    “La Feria de los Editores tiene algunas características que la hacen de especial interés para las editoriales de pequeño y mediano tamaño. Es distinta de la que se organiza en la Rural, más allá que son muchas las editoriales que participamos de ambas ferias. Entendemos que son dinámicas distintas. En la FED solo hay mesas y no stands, el objeto que más se luce es el libro. Las editoriales, sin importar su poder económico, están en igualdad de condiciones, lo cual conlleva una baja inversión al momento de participar. En la FED solo atienden los editores -ideal para charlar sobre los detalles de la confección del libro-, es por eso solo dura tres días.” Víctor Malumián, Ediciones Godot

    "Las editoriales independientes garantizan la bibliodiversidad, muchas se dirigen a nichos de mercado desatendidos por los grandes grupos editoriales, o publican títulos poco rentables a corto plazo que de otra manera no tendrían canal de difusión. Trabajan con el catálogo de fondo y no con novedades, que es la manera en que se mueven las grandes. Así, en la FED es posible no sólo encontrarse con las novedades editoriales sino también con ricos y variados fondos. Creo que el público que llenó la FED en ediciones anteriores lo comprende y sabe que, luego de visitarla, se enriquecerá su biblioteca con títulos que valen la pena. Y de yapa, charla con los editores y se lleva recomendaciones para seguir comprando durante el año en las librerías."​ Constanza Brunet, Marea Editorial 

    “Esta es nuestra fiesta, es el gran acontecimiento anual de la edición independiente de Buenos Aires. Lo que quizás más distinga a esta de la Feria del Libro es la afinidad absoluta que hay entre las editoriales que participamos y los lectores que concurren, que por otra parte son más año a año. Por eso disfrutamos tanto de la FED: tenemos la oportunidad de estar muy cerca de nuestros lectores (los que ya tenemos y los potenciales) y los libros que hemos publicado a lo largo del año se convierten más que nunca en un hecho palpable y vivo, pleno de sentido.” Maximiliano Papandrea, Sigilo 


    "Mucha gente 'no central' va incorporando palabras sueltas"

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    Publicada en Cultura InfoBAE el pasado 4 de agosto, con firma de Maximiliano Fernandez, la siguiente entrevista con Karina Galperín,  doctora en Letras por la Universidad de Harvard, profesora y directora de la maestría en Periodismo de la Universidad Torcuato Di Tella, se centra en la actual discusión sobre el lenguaje inclusivo en la Argentina.

    “La sobreactuación contra el lenguaje inclusivo
    es esperable porque es una disputa entre generaciones”

    “Chiques” en vez de chicos. “Todes” en vez de todos. “Amigues” en vez de amigos. Usar la “e” en lugar del género masculino como neutro. El lenguaje inclusivo explotó en las tomas de colegios que se hicieron durante la vigilia a la sanción del aborto legal en Diputados. El fenómeno, aún incipiente, encuentra cierta aceptación, pero, sobre todo, despierta intolerancia de parte de sus detractores.

    Karina Galperín, doctora en Letras por la Universidad de Harvard, profesora y directora de la maestría en Periodismo de la Universidad Torcuato Di Tella, es una de las voces que se alzó a favor del fenómeno o, al menos, optó por una postura más comprensiva.

    En diálogo con InfoBAE, expresó: “Estamos ante un fenómeno inédito porque nunca ocurrió de esta manera que se toquen los principios de la lengua. Siempre los cambios fueron de un modo más inconsciente. No en torno a problemas – sociales o reivindicaciones. Eso se conjuga con que estamos en una época donde la circulación de la palabra escrita y oral tiene una amplitud y velocidad también sin precedentes”.

    –Más allá de que se gesta a partir de una demanda colectiva, ¿cuál fue el puntapié inicial?
    –No lo conozco y no sé si alguien lo conoce. De hecho, todas las descripciones del fenómeno son bastante vagas sobre sus orígenes. Se suele escuchar de sus detractores que es algo impulsado por el movimiento feminista, pero nadie especifica cómo, quién, cuándo. Yo creo que hace casi 20 años que comenzaron aisladamente en distintos lugares a surgir iniciativas sobre el lenguaje. En Argentina, en torno a la nueva Constitución surgieron ciertas alternativas.

    –¿El movimiento feminista no potenció el fenómeno?
    –Probablemente no nos hubiéramos fijado si el movimiento feminista no nos hubiera llamado la atención. Hay un nuevo foco que involucra al lenguaje, pero no creo que sea una iniciativa avanzada en forma orgánica por las mujeres. Me parece que es algo muy espontáneo, que tuvo un impulso dentro de la militancia y eso explica por qué tuvo atractivo en algunos círculos. Lo que sí, eso no explica por qué es un fenómeno lingüístico que atrae a otros sectores.

    –¿Los cambios se producen porque el español es machista?
    –Los lenguajes no son machistas o feministas. Las lenguas expresan relaciones y registran el mundo tal como existe. En este momento estamos viendo ciertas maneras para designar las composiciones de grupos con el que no estamos del todo satisfechos. Sobre todo la cuestión que el género masculino se use tanto para lo masculino como para la especie en su conjunto. Hoy, por la realidad nuestra, que cambió mucho en términos de posición de los grupos relevantes en la sociedad, dejó de ser preciso. Le estamos pidiendo a la lengua una precisión que incluya la distinción.

    –O sea que hay otra ventaja más allá de la inclusión que se pregona…
    –Es una cuestión de ser más precisos. No se puede obviar que existe una relación con el feminismo, pero esa relación abarcaría solo un uso lingüístico de nicho. Si estamos hablando de un fenómeno más amplio, es porque salió de esos círculos y le ofrece un atractivo a otra gente que simplemente quiere ser más precisa al expresarse.

    –¿Creés que traspasó los colegios más ideologizados de Capital?
    –Eso sin dudas porque es una lectura muy parroquial. No estamos hablando de un fenómeno argentino. Es un fenómeno dentro de la lengua española que existe en muchos otros países. Por ejemplo, en España hay una polémica muy álgida, pero también hay una discusión casi calcada a esta en otras lenguas. Lo que hizo el discurso de los colegios fue visibilizar algo que la mayoría no tenía idea de que existía, pero que en realidad existía hace más de 20 años.

    –¿Qué debería hacer la escuela a partir de la explosión del lenguaje inclusivo?
    –Me parece un error, en este momento de proceso de cambio, implicarse en más que informar, utilizar la lengua de manera natural. Estamos todavía en un mundo cuya norma es la norma antigua. Por lo tanto no dejaría de enseñar la norma. Tampoco enseñaría la novedad a no ser que los chicos lo pidan. Si los chicos lo utilizan, hay un buen tema de discusión.

    –La RAE ya sentó posición y dijo que el género neutro es el de siempre.
    –La gente que le pide algo a la RAE le está pidiendo algo muy prematuro. La RAE es como un escribano. En el momento en que este cambio sea consolidado deberá expedirse. Pero no es un cambio seguro. Estamos viendo una percepción de problema y ahí una solución que se está imponiendo: la del tercer género en “e”. Quizás la academia debería agregar que ven cierto diagnóstico de problema de parte de los hablantes, pero que ninguna alternativa se estableció como dominante.

    –¿Esos otros casos en el mundo prosperaron o están en un estado embrionario como acá?
    –En Francia, la academia y el gobierno fueron lapidarios en contra de los cambios, diciendo que eran una aberración que ponía a la lengua francesa en un peligro mortal. Esa reacción tan visceral también te habla de que hay una presión por ese uso muy fuerte.  En Alemania se ha avanzado en distintas instancias. En otras lenguas como el portugués, el hebreo, incluso el inglés en el que no hay género en sustantivos y adjetivos hay discusiones en torno a los pronombres. Claramente es un fenómeno bastante extendido, por no decir global. Ante una sociedad que cambió muchísimo, se está preguntando si la manera en que nombra las cosas la lengua está en la línea de las necesidades.

    –¿Por qué creés que genera tanta indignación?
    –Cualquier cambio en el lenguaje, que es una de las cosas más afectivamente arraigadas en nosotros, genera ese tipo de reacción. Los cambios son difíciles en general y en la lengua mucho más. Pero yo distingo dos tipos de reacciones: la reacción de “me resulta inutilizable”, “no estoy acostumbrado”, “no creo que me sirva”, pero que lo comprenden. Del otro lado, la reacción que yo no entiendo es la de “me resulta espantoso y ridículo” porque eso es cerrarse a entender algo que me parece muy interesante.

    –¿Se exagera en la reacción?
    –Es una sobreactuación esperable. Es una reacción que siempre ocurre ante los cambios. Sobre todo porque esto tiene un componente generacional: de enfrentamiento entre jóvenes y viejos, que siempre son ríspidos y arduos.

    –¿Cuál sería el siguiente paso? ¿Una sistematización?
    Lo que está pasando es que mucha gente “no central” va incorporando palabras sueltas, pero no todo el sistema. Hay gente que sigue hablando como siempre, pero dice “todes” o “amigues”. Vamos a ir muy despacio. No sé cómo. Es imposible de predecir. Falta muchísimo para que esto se establezca si es que finalmente se establece.

    –¿De acá a cuántos años le ves posibilidad de instalarse?
    –No tengo idea. Yo diría siglos. Como cambio completo me parece muy lejano. Yo desdramatizaría porque cuando ocurren estos cambios y dicen “me van a imponer”. En la lengua felizmente nadie –o casi nadie– le impone algo a alguien. Por lo tanto, relajémonos. Que los que no se quieran plegar, sigan hablando como siempre. Y los que quieran incorporar los cambios, también lo harán. Un paso adelante que ya se dio es que pasamos del ridículo a la risa cuando usamos lenguaje inclusivo.

    –¿No estigmatiza eso a los chicos?
    –Pero hay algo que puntualizar. Tanto los chicos como los grandes somos usuarios competentes de nuestra lengua. No hablamos de la misma manera en cualquier ámbito. Los chicos son perfectamente dúctiles como para hablar de esta manera con sus pares y traducirse a la lengua tradicional cuando hablan con los mayores.

    La columna de Jorge Aulicino sobre el lenguaje inclusivo

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    La reflexión sobre el lenguaje inclusivo suma otro punto de vista, esta vez a través de la columna que el poeta y traductor Jorge Aulicinoescribe especialmente para el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires.

    “El uso del idioma 
    no hace consideraciones filológicas”

    Los romanos nunca hablaron en griego. Los italianos dejaron de hablar latín. Los españoles también, los franceses, etc. Por el hecho de que el latín quedó confinado a la Iglesia, se lo consideró "muerto" durante unos siglos. Con el tiempo, algunos se pusieron a considerar de qué modo vive. Y eso sigue.

    Pero el uso del idioma no hace consideraciones filológicas y en los países de habla hispana logra penetrar, a lo largo de años, siglos, por grietas, chimeneas y canalones en los severos claustros de la Real Academia Española (RAE), que ya hasta se avergüenza de las tres realizaciones que se auto-festejaba:  "limpia, fija y da esplendor". Ahora, o hace poco, su misión es solo tentativa: "tratar de no se quiebre la esencial unidad que mantiene [el idioma]  en todo el ámbito hispánico" (José Manuel Blecua, El País, Madrid, 24 de marzo de 2007). Es la hegemonía cultural, lejana del buen trato cultural que hace un siglo o más existe entre España y sus ex colonias. En el caso de la Argentina, el vínculo es también afectivo, por la inmensa inmigración española de entre 1880 y 1950, de la que somos hijos y nietos, muchos, aquí.

    Cuando el gobierno socialista español intenta ahora un cambio de adecuación de la Constitución española para que esta se adapte al lenguaje "inclusivo", la RAE tiembla, entra en crisis, un escritor que es bestseller mundial amenaza con dejar su silla académica si la demanda del gobierno es aceptada por la RAE, etc.

    El gobierno socialista español se ha puesto a la par de la RAE. Promueve un cambio institucional de la lengua. Intenta retomar la consigna de decidir qué es lo mejor para los hablantes de la lengua española en España, y si lo consigue con la RAE a favor, mejor, pues la RAE aún intenta "fijar" el idioma en todos los países que hablan un castellano de raíz española y latina.. Con los siglos, esto último será tan absurdo como que los habitantes del Lacio reclamen cómo se debe hablar en todos los países en los que se hablan lenguas romances. 

    En base a principios loables, el progresismo se convierte en su enemigo. Es la experiencia de socialismo radical en todo el mundo (del que la socialdemocracia es sombra que ahora cobra vigor guerrero). Yo espero sinceramente que no sea la experiencia fatal del feminismo.


    Una escritora de verdad al frente al frente del FCE, la prestigiosa editorial estatal mexicana

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    El pasado 8 de agosto, llegó a Buenos Aires la noticia de que la escritora Margo Glantz fue designada como la nueva directora del Fondo de Cultura Económica, de México. Se trata de un hecho trascendente que la mayor parte de la prensa argentina reflejó con alguna desinformación. Daniel Gigena, en el diario La Nación del 9 de agosto, fue el único periodista que se preocupó por investigar y no decir que se trataba de la primera mujer que ocupaba ese puesto. Lo que sigue es su texto. 

    La nueva directora del Fondo de Cultura Económica 

    A partir del 1 de diciembre, cuando Andrés Manuel López Obrador asuma como presidente de México, la escritora Margo Glantz será la directora general del Fondo de Cultura Económica (FCE), una de las editoriales latinoamericanas más importantes de Iberoamérica. Margarita "Margo" Glantz Shapiro nació en 1930 en Ciudad de México y su obra, que aborda cuestiones como el erotismo, la inmigración y la memoria, fue adquiriendo con el tiempo un carácter fragmentario. Es autora de notables ensayos sobre sor Juana Inés de la Cruz y la historia de su país. Recibió varios premios, entre otros el que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en 2004, y el Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas, en 2015, que este año ganó un compatriota suyo, Juan Villoro.

    Fundado en 1934 por el economista, historiador y político mexicano Daniel Cosío Villegas con el propósito de publicar materiales didácticos para los estudiantes de la Escuela Nacional de Economía, el FCE es un símbolo de gestión editorial. Si bien el adjetivo "económica" proviene del origen que tuvo la editorial y no hace referencia a los precios de los libros publicados por el FCE, estos no son excesivamente costosos y la editorial sostiene colecciones al alcance de las clases populares.

    A pocos años de su creación, la labor del FCE se expandió a la literatura, los libros de ciencia y tecnología para niños y jóvenes, las ciencias sociales, la pedagogía y el arte. En su larga historia, publicó más de quince mil títulos en diversas colecciones al cuidado de científicos, narradores y poetas. Hoy, un tercio de esa cantidad se mantiene disponible para los lectores. En su catálogo, se encuentran libros firmados por autores comoOctavio Paz, Carlos Fuentes, Elena Garro, Silvina Ocampo, Jorge Luis Borges, Juan Gelman, María Zambrano, Mario Montalbetti y Elena Poniatowska.

    El FCE fue una de las primeras editoriales en lengua española en impulsar en simultáneo la apertura de librerías en ciudades mexicanas para difundir su catálogo. Luego, cuando se fundaron filiales en otros países, ocurrió lo mismo en las capitales de la Argentina, Colombia y Perú. Actualmente, el Fondo tiene ocho filiales en el extranjero. En 2016, la editorial inauguró una gran librería en Costa Rica 4568.

    Hasta hoy, solo una mujer había dirigido la editorial mexicana. Fue la socióloga Roxana Consuelo Sáizar Guerrero, entre 2002 y 2009. Al tratarse de una empresa estatal sin fines de lucro, los directores suelen cambiar con el traspaso de gobierno. Entre los más destacados directores del FCE figuran el escritor y químico argentino Arnaldo Orfila Reynal (cuya gestión duró casi veinte años), el editor Salvador Azuela y el poeta y ensayista Gonzalo Celorio. Una vez que concluya la presidencia de Enrique Peña Nieto, el actual director del FCE, el abogado, académico y periodista José Carreño Carlón, cederá su puesto a la escritora y profesora Margo Glantz.

    Glantz se enteró de su nombramiento en el extranjero. Vía Twitter, agradeció las felicitaciones que recibió luego del anuncio hecho por el futuro secretario de Educación Pública de México, Esteban Moctezuma Barragán. Destacados intelectuales mexicanos, como Jorge Volpi, Enrique Krauze, el propio Carreño Carlón y Alberto Ruy Sánchez, felicitaron a la autora de Las genealogías y Saña. Glantz es profesora emérita de la Universidad Nacional Autónoma de México, periodista, ensayista, traductora y miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1995. Sus dos obras más recientes son Por breve herida (de 2017) y el flamante Y por mirarlo todo, nada veía, esta última presentada en mayo pasado. Ambas fueron editadas por Sexto Piso. En el sello que dirigirá a partir de diciembre de este año se encuentra publicada su obra reunida en tres tomos. El primero agrupa sus ensayos sobre literatura colonial; el segundo, la narrativa, y el tercero, textos sobre la literatura popular mexicana del siglo XIX.

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