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Por falta de uso, los académicos de la RAE jubilaron sus cerebros, pero nadie lo notó

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"Hace un siglo era posible buscarlos en el diccionario, pero ahora está oficialmente fallecidos. El Instituto Cervantes les dedica una exposición". Eso dice la bajada del presente artículo, publicado sin firma por el diario Clarín, el pasado 10 de junio. Lo dicho en él demuestra a) la falta de criterio de un diario argentino haciéndose cargo de algo que tiene lugar en España y que no necesariamente es una noticia para nosotros y b) el capricho de los españoles de la RAE que deciden eliminar palabras del léxico porque ellos no las usan, sin considerar que en otras partes, muchas de ellas se siguen usando.


Por falta de uso, la RAE jubiló 
unas 2800 palabras: cuáles son y por qué 

Ni cuadros ni esculturas. La muestra que acaba de inaugurar La Caja de las Letras del Instituto Cervantes exhibe un patrimonio singular: se trata de 2.793 palabras que en los últimos cien años fueron retiradas de las ediciones de los diccionarios porque ya nadie las usaba. Fallecidas y olvidadas. Aunque nombraban un mundo. Por eso, la artista y filóloga Marta PCampos se propuso transformarlas en las protagonistas de la exposición 19142014 con la intención de recuperar, aunque solo por unos meses, su presencia más allá del Diccionario de la Lengua Española.

Mientras unas palabras nacen selfi, viral y sororidad, incorporadas recientemente por la Real Academia de la Española (RAE)– otras desaparecenenseñorearse (hacerse señor y dueño de una cosa), churruscarse (empezar a quemarse una cosa; como el pan, el guisado, etc.), escritorzuelo (despectivo de escritor), cocotriz (el cocodrilo hembra), cuñadez (relación entre cuñados), camasquince (entrometido),   durindaina (justicia) o bajotraer (abatimiento, humillación).

“La lengua está viva, está pegada a la piel de la sociedad”, dijo el director del Instituto Cervantes, el poeta Luis García Montero, a la prensa española sobre la singular muestra y explicó que es por esa condición de cuerpo viviente que es corriente polemizar sobre qué términos aparecen en los diccionarios y cuáles ya no merecen estar ahí. Para García Montero, la exposición pretende dar una mirada a las palabras que desaparecen, hoy que siempre hablamos y discutimos sobre los matices y los nuevos significados de las palabras”. Con ello, podemos “tomar conciencia de las palabras, del mismo modo que se pierden oficios y tradiciones”.

“Si bien la lengua tiene gramáticas férreas, siempre se da una interrelación entre lengua y habla, siguiendo al lingüista suizo Ferdinand de Saussure –explica a Clarín la semióloga Claudia López Barros, docente e investigadora en la UBA–. Entonces, hay expresiones que tienen que ver con la praxis social de cada época y los múltiples discursos de tipo políticos, publicitarios, periodísticos, entre otros de ese momento”. Para la académica, es por eso que existen términos o frases que en un momento histórico logran condensar sentidos de la región o de su tiempo, mientras que otros ya resultan perimidos”.

Sobre los motivos por los cuales una academia de la lengua decreta la muerte de una palabra de sus diccionarios, Alejandro Raiter, profesor titular de Sociolingüística en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, explica a Clarín: “A juzgar por el resultado, me parece que no hay criterios permanentes o claros del todo. Claro que no reviso todo el diccionario. Las academias de los distintos países pueden proponer regionalismos, nombres de yuyos y etcétera. Autores españoles y latinoamericanos consagrados son importantes fuentes”.

Chupado no, panqueque sí

Raiter, que forma parte de un equipo de especialistas que buscan desentrañar los secretos del uso que se hace del idioma, propone un ejemplo de cómo se suceden esos intercambios: “La Academia no propuso chupado, en el sentido de desaparecido, pero sí panqueque”. Tampoco es unánime el modo en el que las palabras pasan al más allá: “Es menos clara aún, pero puedo asegurar que –aunque siguen siendo muy conservadores–, elDiccionario de la Lengua Española en línea es una versión muy ágil y mucho menos mamotrética que versiones anteriores en papel”.

En ese marco, la propuesta léxico–artística de Marta P Campos en la exposición 19142014 recopila todas las palabras que en 1914 tenían su propia entrada y espacio en el diccionario de la RAE, pero que en el 2014 ya habían desaparecido. “Con esta propuesta la artista pretende visualizar lo muerto, lo incorrecto, lo obsoleto, lo que parece que sobra dentro de nuestra lengua”, reza la nota de la muestra organizada por el Instituto Cervantes y el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac), que se exhibe en la Caja de las Letras de Madrid.

En el Cervantes explican que el desuso “ha sido el principal motivo por el que estas palabras han perdido su entrada en el diccionario”. Por eso, el trabajo de la artista va más allá de la exposición: incluye un libro de P Campos en formato de diccionario, coeditado por el Musac y la editorial Entrascuas y  ya funciona un foro online donde constan todas las palabras
(http://19142014.es/foro/), en el que las personas pueden comentar cada entrada. En tercer lugar se organizó un programa con tres talleres, en junio, julio y septiembre, para públicos diversos.

Así, “la propuesta ha conseguido que las palabras que han sido borradas del diccionario emerjan nuevamente. La idea para esta exposición surge con el auge de las data visualisation o visualizaciones de información. En la mayor parte de ellas encontramos datos que se están creando continuamente de forma activa; en oposición a ello, este proyecto muestra información que se ha creado de forma pasiva, palabras, que la RAE ha decidido eliminar del diccionario”, explica el Instituto Cervantes.

Las que se fueron:

abrazado
p. p. de abrazar. adj. Germ. preso, privado de libertad.

acérrimamente 
adv. m. De modo acérrimo.

¡andallo!
inter. ¡Anda!

ahogaviejas 
(De ahogar y vieja.) f. quijones. / quijón 1. m. Planta herbácea anual de la familia de las umbelíferas, con tallo erguido, delgado, de 20 a 30 cm de altura, hojas partidas en segmentos lineales, flores blancas y fruto seco, de semilla piramidal con un pico muy largo.

anteanteanoche
adv. t. trasanteanoche.

aviesas 
​(De avieso.) adv. m. ant. Al revés, puesto al contrario.

chicuelo 
adj. d. de chico. Ú. t. c. s.

cabildeo 
m. Acción y efecto de cabildear. andar de cabildeos. fr. intrigar.

candorosamente 
adv. m. Con candor, de modo candoroso.

¡caracoles!
(pl. de caracol.) interj. ¡Caramba!

cauterizante
p. a. de cauterizar. Que cauteriza.
decesor
(Del lat. decessor, –oris.) m. y f. ant. predecesor.

demoranza
f. ant. demora, tardanza, dilación.

desahuciadamente
adv. m. Sin esperanza.

desaliñadamente
adv. m. Con desaliño.

desamigo
m. ant. Enemigo. Ú. t. c. adj.

diabólicamente
adv. m. De manera diabólica.

electriz
(Del lat. electrix. –icis.) f. Mujer de un príncipe elector.

ergullir
(De orgullo.) intr. ant. Cobrar orgullo, envanecerse.

estrabosidad
f. ant. Med. Bizquera, estrabismo estorcijón (De estorcer.) m. ant. retorcijón.

fabulizar
tr. ant. fabular.

favoreciente
p. a. de favorecer. Que favorece.

ladrante
p. a. p. us. de ladrar. Que ladra.

larguez
f. ant. largueza.

manaza
f. aum. de mano.

mercadera
f. p. us. Mujer que tiene tienda de comercio. 2. p. us. Mujer del mercader.

minguado
p. p. del ant. minguar. 2. adj. ant. menguado, cobarde. 3. ant. menguado, tonto. 4. ant. menguado, miserable.
murmurante 
p. a. p.us. de murmurar. Qué murmura.

nobilísimamente
adv. m. sup. Con suma nobleza.

neoplasma 
m. Med. Tejido celular anormal de nueva formación.

pajarico 
m. d. de Pájaro. Pajarico que escucha el reclamo, escucha su daño, ref. que enseña que el que procura indagar la opinión que de él se tiene, suele oir cosas que le desagradan.

papadilla 
f. Parte de la carne que hay debajo de la barba.

pegaso 
n. p. m. Mit. Caballo alado, servidor de Zeus. Astron. Constelación septentrional notable situada a continuación y al occidente de Andrómeda.

pilluelo 
adj. fam. d. de pillo. Ú. m. c. s. m.

porfiosamente 
adv. m. ant. porfiadamente.

porfijar 
(De por y fijo.) tr. ant. Adoptar a uno como hijo, prohijar.

propagante 
p. a. de propagar. Que propaga.

triangulado 
p. p. de triangular. 2. adj. Dispuesto, trazado u ordenado en figura triangular.

titilante 
p. a. de titilar. Que titila.

terribilísimo
adj. sup. de terrible.


Dos editoriales del interior del país

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El 16 de junio pasado, Daniel Gigena publicó en La Nación un breve artículo que da cuenta de la actividad editorial en el interior. Elige dos ejemplos: la editorial Cartografías, de Río Cuarto, y Baltasara Editora, de Rosario. Por supuesto hay muchas más editoriales.

La empecinada tarea 
de las editoriales del interior

La mayoría de las publicaciones aún están a cargo de editoriales ubicadas en la ciudad de Buenos Aires, según el último informe anual de producción de la Cámara Argentina de Libro (CAL). Sin embargo, el documento certifica que se empieza a observar un suave desarrollo en las provincias argentinas. Después de la ciudad y provincia de Buenos Aires, el tercer polo editorial argentino es Córdoba. Al sur de esa provincia, en la ciudad de Río IV, nació hace quince años Cartografías, proyecto editorial creado con la intención de difundir narrativa, poesía y ensayo de escritores de la zona. Con los años, el catálogo de Cartografías comenzó a ampliarse y se dieron a conocer títulos de escritores de otras ciudades de Córdoba, de la Argentina y de España. No obstante, mantiene su identidad de origen: el de una editorial independiente que funciona como una cooperativa integrada por escritores y escritoras, y cuyas publicaciones responden a consideraciones artístico–literarias. “Cartografías apuesta por la literatura, por su pluralidad, divergencia y polimorfismo”, reza la declaración de principios en la página web del sello riocuartense ( http://editorialcartografias.com).

“La editorial es una caja de resonancia de lo que pasa cerca de nosotros, la gente con la que estamos, los libros que vamos leyendo y que nos interesan y están escritos en el lugar donde nosotros vivimos, una ciudad mediana de Córdoba –dice el narrador y poeta Pablo Dema, coeditor con el poeta y docente José Di Marco–. “La editorial va reflejando, potenciando y creando espacios para que esas voces y esos textos que circulan puedan aparecen en libros de calidad que, después, hacen su camino”. En el catálogo de Cartografías hay títulos de grandes poetas como Antonio Tello Argüello, Alejandro Schmidt, Elena Anníbali y Pedro Centeno, un poeta obrero que murió a inicios de este año.

Para Dema, los caminos de los libros de poesía suelen ser “bastante erráticos”, aunque conforman un circuito autónomo y ajeno al mercado, con postas en ferias y festivales. Desde el viernes, Cartografías participa de la quinta Feria de Editoriales Independientes en Río IV, que se celebra hasta hoy en el Centro Cultural El Andino. Allí se presentarán cuatro novedades firmadas por poetas: Schmidt, Elena Berruti, Gastón Malgieri y Miguel Ángel Toledo.

A medida que pasaban los años, los cartógrafos literarios establecieron vínculos con poetas de distintos lugares, colaboradores de revistas literarias y editores de la ciudad de Córdoba. “Los libros hacen el recorrido en función de lo que les toca, de lo que el libro es y de los lectores que pueden encontrar”, agrega Dema, autor de Fotos y Hoteles, entre otros títulos. Gracias a los atajos para atravesar grandes distancias que proveen Internet y las redes sociales, ahora también pueden alcanzar destinos distantes. “Los libros van llegando a los lectores”, concluye. Di Marco y Dema comparten la idea de que una mirada federal e inclusiva sobre la poesía argentina que incluya un estudio sobre Córdoba y Río IV tendrá que abrevar en el catálogo de Cartografías.

Otra región del país que crece como sede editorial es Santa Fe, que de 2012 a 2018 pasó del 3 al 5% del total de publicaciones. Fundada por Liliana Ruiz en la ciudad de Rosario, Baltasara Editora ( www.baltasaraeditora.com) celebra en 2019 su décimo aniversario. “En los primeros años se debieron sortear muchas dificultades –recuerda Ruiz–. No es fácil, desde el interior y sin recurrir a subsidios, proyectarse a todo el país. En 2013 comenzamos a ser visibles en Buenos Aires y logramos mayor circulación de los libros gracias a los libreros que apostaron a nuestro catálogo y a las convocatorias editoriales realizadas a partir de 2015 a nivel nacional”.

Desde 2017, Baltasara comenzó a presentar algunos libros en España, como Cita en la espesura, de Liliana Díaz Mindurry; García Lorca, el duende en Rosario, de Daniel Feliu, y la antología Barcelona–Buenos Aires. Once mil kilómetros, que compiló Tatiana Goransky, con veintidós relatos de autores de las dos ciudades a un lado y otro del Atlántico. Baltasara sostiene colecciones de ensayos, como el flamante Colgados del lenguaje. Poesía en las ciencias, de Osvaldo Picardo; de narrativa, poesía, teatro y testimonios. Beatriz Vignoli, Patricia Suárez, Diego Colomba, Pablo Bilsky, Gaby de Cicco y Mariana Travacio, entre muchos otros autores contemporáneos, publican en el sello rosarino. “Tenemos en claro que resistir es el verbo que más nos cabe en estos tiempos difíciles para la cultura”, dice Ruiz. Las dificultades se conjuran con buenas lecturas.

Por qué no hay que usar el Diccionario de la Real Academia, prejuicioso, racista y mal redactado (4)

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Es posible que la misoginia de los académicos de la RAE haya determinado que no sepan cocinar. Que no sepan definir es un problema más grave sobre todo para sus pomposos lexicógrafos. Quien lo dude, acá a tiene, a modo de muestra, una serie de palabras, a saber: "adafina", "panqueque", "ñoqui", "pizza" y "pizzería". 

adafina
Del ár. hisp. addafína, y este del ár. clás. dafīnah , o sea"enterrada", que lo es en el rescoldo.

1. f. Olla que los hebreos preparan el anochecer del viernes, cubriéndola con rescoldo y brasas, para comerla el sábado.

Observaciones del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires:
Alguien lee La lozana andaluza (1527) o El libro del buen amor (s. XIV), busca en la RAE el significado de “adafina” y encuentra que hay hebreos, olla, brasas y nada adentro.

Si fuera una comida desaparecida se comprendería la velocidad de la definición. Pero la adafina existe y viene alimentando multitudes desde el medioevo, ella misma y sus variantes, como cocido madrileño, escudella y carn d´olla, cocido maragato, pote asturiano, puchero del Río de la Plata y pucherito de gallina con viejo vino carlón. La original, en olla de barro, tenía garbanzos y cordero. Se cocinaba en viernes para cumplir con el sabbath.

El misterio de la enigmática definición de la RAE que oculta al lector, -mon semblable, -mon frère, por qué lo que se cocina un viernes se come el sábado será tarea del porvenir.
  
panqueque.
Adapt. del ingl. pancake.
1. m. Tortita que se hace con masa de harina, yemas de huevo batidas y un poco de leche. U. m. en Am.

Observaciones del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires:
Si la adafina no tenía ingredientes de los panqueques se presentan batidos y multiplicados.

1. Los panqueques no son individuales, por tanto hablemos de "panqueques" en plural.

2. Los panqueques no pueden explicarse a partir la categoría “tortita” porque, en el Río de la Plata y en México, tortita es otra cosa. Y no es fácil definir algo si se habla de otra cosa. Pongamos por caso, hablo de manteca pero describo el queso o un salamín.

3. Tampoco sus ingredientes son “masa de harina, yemas de huevo batidas y un poco de leche”, más bien lo contrario: mucha leche, un (1) huevo entero, unas cucharadas de harina. Y se bate el conjunto.

4. Lo característico no se menciona: se cocinan con manteca, la auténtica. Si alguien quiere llamar “manteca” a las grasas, ningún problema, llámelas así.

5. Los panqueques no se comen a modo de masa: son rellenos y los que llevan relleno dulce pueden flambearse.

6. Existen platos con panqueques y varias expresiones de la lengua que nos reservamos para nosotros, pero que bien podrían aplicarse a los políticos y a los académicos.

ñoqui
Del it. gnocchi.
1. m. Masa hecha con patatas mezcladas con harina de trigo, mantequilla, leche, huevo y queso rallado, dividida en trocitos, que se cuecen en agua hirviendo con sal. U. m. en pl.

Observaciones Club de Traductores Literarios de Buenos Aires:
La etimología que se ofrece, gnocchi, es el plural de gnòcco y su traducción debe ser "ñoquis". Plural, por otra parte, usual para denominar a esta pasta italiana.

Si el nombre no define a la cosa, los ingredientes tampoco. Dice la Enciclopedia Italiana di Scienze, Lettere ed Articonocida para la fama como Treccani: 

gnòcco s. m. [dalveneto gnòco «protuberanza», forsedallongob. knohhil «nodo nellegno»] (pl. -chi). – 1. a. Al plur., gnocchi, piatto tradizionale della cucina veneta, piemontese e romana, costituito da un impasto di farina e patate (giàlessate e schiacciate), tagliato a bocconcini di forma cilindrica o ovoidale (in quest’ultimo caso, vengono per lo più otte nutiar rotolandoli con due dita sulla superficie di una grattugia), che si mangiano come primo piatto, lessati e conditi con sugo o con burro.

Traducimos a toda velocidad:
gnòcco s. m. [del véneto gnòco“protuberancia”, quizás del longob. Knohhil“nudo de la madera”](pl. -chi). — 1.a. En plural, gnocchi, plato tradicional de la cocina veneciana, piamontesa y romana, que consiste en una mezcla de harina y papas (ya cocidas y en puré), cortada en trozos cilíndricos u ovoides (en este último caso, se obtienen principalmente haciéndolos rodar con dos de los dedos por la superficie de un rallador. Se comen como primer plato, se hierven y se sazonan con salsa o manteca.

No sabemos qué saldrá si se divide en trocitos papas, harina de trigo, leche, manteca, huevo y queso rallado. Ñoquis, no.

pizza
Voz it.
1. f. Especie de torta de harina amasada, encima de la cual se pone queso, tomate frito y otros ingredientes, y que se cuece en el horno.

Observaciones Club de Traductores Literarios de Buenos Aires:
Hasta finales de los años setenta en Madrid no existían pizzerías ni tampoco se comían pizzas. Ese carácter exótico explica que la definición parezca traducida no por especialistas en diccionarios, sino por turistas de lo contemporáneo que no fue.

1. “Especie de torta de harina amasada”. Como dijimos en relación con los panqueques, torta y tortita quieren decir otra cosa tanto en el Río de la Plata como en México. En uno y otro país, cada cinco metros hay una pizzería (en la Argentina, había, ya que en el último año de la gestión Macri cerraron unas 200). Una explicación así parece un chiste. ¿No es más fácil decir “masa”? Y con más precisión: masa con levadura y agua a la que, cruda o precocida, se le añade pulpa de tomate, queso mozzarella o semejantes, otros ingredientes…. etcétera.

El tomate frito corresponde a los usos españoles y no a la pizza.

Autóctonas también las definiciones de “pizzería”. Las diferencias entre 1 y 2 son ¿cuáles? y las descripciones no corresponden a los locales que venden pizza ni a la forma de venderla.
pizzería
1. f. Establecimiento comercial en que se elaboran y se venden pizzas.
2. f. Restaurante especializado en la preparación de pizzas y otras comidas italianas.

Continuará.

"Un mercado con un potencial reluciente"

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La siguiente nota, aparecida recientemente y sin firma en Deutsche Wellela emisora internacional de Alemania, que produce periodismo independiente en 30 idiomas se sirve de la compra que Penguin Random House hizo de Salamandra para volver a hablar sobre la batalla que las multinacionales del libro mantienen en Latinoamérica para marcar su predominio. En la bajada se lee: “Los expertos dibujan un mercado editorial con enorme potencial en Latinoamérica, pero no exento de dificultades en la época de Netflix y los ‘smartphones’”.

Una guerra por el libro en América Latina

El aleteo de un pingüino se sintió como un movimiento tectónico al otro lado del océano. El reciente anuncio de compra del histórico sello español Salamandra por parte de Penguin Random House, participada en un 75% por el grupo alemán Bertelsmann, ha puesto el foco sobre la feroz disputa empresarial que se está librando en la arena editorial. Y América latina es el siguiente campo de batalla, en el que ya están desenfundadas las espadas.

La consejera delegada de Penguin Random House Grupo Editorial ya dejó claro en una reciente entrevista con el diario ibérico El País su interés por seguir comprando en suelo latinoamericano, dado el potencial de dicho mercado. En realidad, hace ya tiempo que los dos grandes tiburones del sector, PRH y Planeta, están haciéndose con las firmas de menor tamaño más exitosas.

El panorama resultante, explica el argentino Daniel Benchimol, es un mercado que salta de un amplio abanico de pequeñas editoriales editoriales a un grupúsculo de grandes nombres. "Es un mercado donde está todo por crecer”, dice a DW este director de la consultoría especializada Proyecto 451. Añade que los grandes jugadores tecnológicos que quitan el sueño a las editoriales en Alemania o España, como Amazon, no han ingresado con una fuerte presencia en América Latina, con la excepción de México: "Todavía es un terreno donde los editores pueden acelerar para cubrir espacios”.

Ni el grupo alemán Bertelsmann ni PRH quisieron responder directamente a las preguntas de DW sobre la coyuntura actual.

En cualquier caso, lo cierto es que, más allá de las proyecciones empresariales, los números hablan de un mercado con un potencial reluciente. El colombiano José Diego González valora el papel de los gobiernos de la región a la hora de promover la alfabetización y de poner en marcha políticas públicas integrales de fomento de la lectura. "El potencial de este mercado está dormido”, dice a DW este experto del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC). Falta que alguien accione el interruptor.

Ningún sendero de rosas
Sin embargo, subsistir en un entorno como el del mercado editorial del continente es un camino repleto de obstáculos. A las dificultades que afronta la industria del libro en todo el planeta, especialmente en lo relacionado con la transición digital, se suman particularidades locales y regionales. González advierte "carencias estructurales” en lo relativo a la circulación del libro entre los países latinoamericanos. Como consecuencia, los costes de transporte se disparan. "Esto hace difícil configurar ese mercado común que pareciera tan a la vuelta de la esquina por el hecho de compartir una lengua”.

Junto con esto, las dificultades económicas de algunos países, como Argentina o Brasil, pasan una importante factura a los sellos editoriales, de acuerdo con un estudio de la CERLALC presentado esta semana en la Feria del Libro de Madrid.

Según Benchimol, también los editores tienen su parte de culpa, pues mantienen una visión demasiado local: "Les cuesta mucho pensar el negocio con una perspectiva internacional”. Algo que podría cambiar con el salto al libro digital.

Pese a los nubarrones en el horizonte, ambos expertos consultados insisten en subrayar los motivos de optimismo. En esta peculiar versión de David contra Goliat son muchos los augurios a favor de los pequeños jugadores de la partida. El argentino Benchimol subraya un fenómeno de efervescencia latinoamericana de sellos de menor tamaño que están contribuyendo a generar ferias paralelas y movimientos culturales independientes de gran importancia.

González, por su parte, muestra gran interés por los mecanismos de cooperación y coedición entre pequeñas editoriales: "Un editor peruano que publica a un autor de su país ya no necesariamente aspira a que sea su libro el que llegue a otro país, sino que llega a acuerdos con editores de otros países de la propia Latinoamérica para que sea esa editorial en su país la que edite el título del autor peruano”.

Grandes y pequeños, todos compiten en la misma arena: "Todas las editoriales se ven abocadas a la pelea por la atención de sus lectores, que ahora tienen una oferta de streaming de todo tipo”, apunta González. Netflix es solo el símbolo de un cambio brutal en el consumo cultural y de entretenimiento. Nadie sabe en qué formato se contarán las historias del futuro, pero unos y otros juegan sus mejores cartas para no salir derrotados en la contienda.

"Misterios a develar, modos de estar en el mundo"

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El pasado 8 de mayo, el periodista y escritor Antonio Díaz Oliva publicó en el diario La Tercera, de Chile, una entrevista con la poeta y traductora chilena Verónica Zondek (foto), de la que transcribimos los párrafos más relacionados con la cuestión de la traducción.

Un fragmento de entrevista

Verónica Zondek no solo es conocida por su obra poética: lo es, también, por su labor como traductora. Autores como el poeta, dramaturgo y artista visual santaluciano Derek Walcott; o la poetisa canadiense en lengua inglesa, ensayista, traductora y profesora de literatura (y suerte de rockstar por estas latitudes) Anne Carson; ambos han sido traducidos por Zondek.

–¿Siempre estuviste interesada en la traducción?
–Traducir para mí es un hallazgo que se me dio por cosa banal o no tan banal, pero real. Cuando tuve a mi primer hijo, por estar en ciudad sin otra familia que la nuclear, me fue muy difícil trabajar fuera de la casa y un día se me ocurrió que podía traducir tesis y otras cosas profesionales sin moverme de la casa, sólo con mi Simon & Schuster a mano y la máquina de escribir. Y así empecé. Obviamente entonces ni pensé en traducir poesía porque entonces la cosa era ganar dinero y recurrí a lo que podía darlo. Lo de la traducción poética se me dio mucho después y además con más conocimiento y experiencia tanto lectora como escritural.

–¿Y qué significa traducir poesía para ti? Te lo pregunto porque es tal vez una de las disciplinas de traducción más complejas (el eterno dilema entre respetar la “música” lírica versus la intención; o forma versus contenido).
–Traducir poesía es para mí, un oficio y un trabajo completamente comprometido, pero sobretodo una forma de leer más hondamente, de enriquecerme con otros y también de abrir la voz de alguien desconocido o mal traducido, a mi juicio, a otros lectores como yo. Es un viaje que me aleja de mí sólo para traerme de vuelta con más fuerza y siempre más rica, más ancha. Es quizás una obsesión más de las muchas otras en las que me involucro y siempre me deja feliz, cuando siento que lo logro.

 “Estuve con ella, pero no traduciéndola”, dice sobre el paso de Anne Carson el pasado octubre, 2018. Red Doc> ya lo había traducido la misma Zondek y ya había sido publicado por Trilce en México, por LOM en Chile y por Bajo la luna en Argentina; y que pronto saldrá en Colombia por Uniandes. “Me tocó presentarla antes de su conferencia en la UDP y luego hacer una lectura compartida de Red Doc> en inglés y castellano. Y tuve algunos momentos privados con ella en los cuales pudimos conversar y conocernos y hablar de ciertas cosas”.

–Otro de los poetas que has traducido es Derek Walcott. La masculinidad de Walcott es una masculinidad, a ratos, avasalladora (o por lo menos así me parece a mí al leerlo). ¿Qué es lo que te interesó de Walcott?
–Pues, es justamente lo que me interesó en el caso de él y sobretodo porque trabaja con el cruce de culturas, lenguas e identidades que son temas que a mí me interesan mucho. De hecho, he seguido traduciéndolo, aunque no he publicado ni mostrado eso. Para traducir a otro, en el caso de Walcott y también de todos los otros y otras que he traducido, hay que buscar en uno mismo esas hebras que te contactan con esas diferencias y creo que, al menos en mi caso, siempre están. Uno tiene necesariamente un lado masculino que es interesante de despertar y, por otro lado, todos somos resultado de una mixtura entre lenguas, razas y culturas.

–¿Y cómo reflexionas sobre la idea de la identidad (si es que la reflexionas) al traducir a alguien que no es de tu género y en el caso de Walcott, además, alguien que no es de tu raza?
–Desde el tiempo de los antiguos errantes y deambuladores hasta hoy, los seres humanos no han dejado de moverse y mezclarse y por eso que el asunto de la pureza es una idiotez máxima. Descubrir esas hebras en uno mismo a través de la escritura de otro y otra, es un hallazgo fascinante y estremecedor. Descubrir cuáles son las hebras aproximadamente equivalentes en tu propia lengua, es ampliar el mundo conocido. Todo esto es, para volver al comienzo de esta entrevista, retomar y zurcir esa retahíla de fragmentos que iluminan el cuerpo del género humano. Las lenguas y las manifestaciones humanas incluyendo las de la escritura, encierran misterios a develar, modos de estar en el mundo y nos abren al conocimiento y a la empatía con la otredad. Y a mí, eso me parece un acto político de suma importancia.


"Toda obra que no nos requiera es intraducible"

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En 2002, la editoria Pre-Textos, en su colección Poéticas, publicó La traducción de la poesía, ensayos del poeta francés Yves Bonnefoy, traducidos por el poeta argentino Arturo Carrera. El idiosincrático autor de Du mouvement et de l'immobilité de Douve se apoya, en este breve ensayo, en su propia experiencia como traductor de William Shakespeare y William Butler Yeats.

“No se puede traducir un poema”

Se puede traducir por simple designación. Por ejemplo, me decía un día Wladimir Weidlé, agradablemente, el poema de Baudelaire, Yo no he olvidado, vecina de la ciudad…, lleva el sonido de Pushkin, posee su transparencia, es la mejor de las «traducciones». ¿Pero se puede reducir un poema a su transparencia?

Se puede traducir un poema, no. Se encuentran allí demasiadas contradicciones que no se pueden resolver, deben hacerse demasiados desistimientos.

Ejemplo (y es ello un hecho de experiencia personal) Sailing to Byzantium, de Yeats: y ahora este título: ¿Embarcarse a Bizancio? Imposible, interpelaría Watteau. Además, sailing tiene un dinamismo de verbo. Se piensa en «A Honfleur! lo más pronto posible antes de caer más bajo», de Baudelaire, pero «A Bizancio» sería ridículo: el mito excluye estas brevedades…En fin, to sail expresa por otra parte la idea de partida, la de la mar por franquear, difícil, agitada como la pasión y aquella del puerto a lo lejos: comercio, trabajos, obras, naturaleza vencida, el espíritu. Nada que pudiese llevar nuestro aparejar, y hacer velas es caduco, sobre estas distancias. Yo me resigné con «Bizancio-la otra orilla». Una tensión se salvó, quizás, pero no la energía, el arranque (al menos soñado) que expresaba el verbo. Como a menudo, desde la lengua de Shakespeare hasta aquella que tiraniza todavía Malherbe, lo vivido deviene de lo intemporal, lo irracional de lo inteligible. Otra solución: glosar el título, con esa frase de Baudelaire. Será necesario intentar la experiencia de traducciones desarrolladas, donde se dejarían vivir todas las asociaciones de ideas invocadas por la obra, sobre una página análoga a aquella del Golpe de dados. Pero Yeats habla, en la unicidad y la urgencia del instante: Y es a eso de entrada que es necesario que uno permanezca fiel.

Otro desistimiento obligado en este mismo poema: fish, flesh, fowl (pescado, posta, pollo), con los que Yeats reúne en tres palabras la variedad de la vida, e incluso y sobre todo, por la aliteración, su impulso, su aparente finalidad. ¡Bastante arduo! Pero peor aún, hay allí una expresión fabricada, que hace que se pueda soñar que la lengua común preserva así el vigor de esta lengua adámica que tantos poetas añoran. Sailing to Bizantium exige pues interrogar la sabiduría popular, la nación. El aquí, en el momento mismo en el que es cuestión de arrancarlo, por el espíritu puro. Contradicción, profunda en Yeats, constante, tanto que fecunda de punta a punta su obra, pero que no se puede más que perderla en francés, que no ofrece para estas palabras brevedad semejante: las lenguas no poseen sus «fortunas» en los mismos puntos. Traduje: «todo lo que nada, vuela, se lanza», lo que no retiene el impulso sino por una significación, no dentro de la sustancia verbal.

Por otra parte, y por una vez, el verbo es menos que el sustantivo: este fish, etcétera, que parecía repetir el acto primero, divino, de la denominación. Donde un texto tiene sus oportunidades, sus nudos, su espesor «su inconsciente”, la traducción debe pasar a una superficie, libre para tener por otra parte sus propios nudos. No se puede traducir un poema.

Pero tanto mejor, porque un poema es menos que la poesía, y hallarse desprovisto de él, es de otra manera, un estímulo. Un poema «un cierto número de palabras en un cierto orden sobre la página, es una forma, donde es abolida la relación con el otro, con la finitud: lo verdadero. Y el autor puede complacerse en ello, es sosegador, se ama hacer-ser objetos que permanezcan, pero rápidamente se siente pesar de haberse puesto en contradicción con el lugar y el tiempo del verdadero intercambio. Un medio, el poema, una hipótesis de espíritu, no un fin. Publicarlo, una verificación, un tiempo de reflexión que uno se otorga, pero no es aceptarlo, absolutizarlo. Y el mejor lector de forma parecida es aquel que ama el poema, sí: pero cómo puede no amarse un ser: considerando sólo los valores de los cuales se ufana, en el sentido que lleva. Nada de idolatría por lo escrito; pero tampoco nada de aversión iconoclasta en adelante. Más bien, compasión, una especie de existencia compartida. Pero ¡qué saqueo desde entonces! Todas estas «riquezas» del texto, ambigüedades, paragramas, polisemias, etc., privadas del derecho de imponernos sus crucigramas.

Pero en compensación, he aquí que no llegamos a comprender, a retener: la poesía de otras lenguas.

Que se sepa ver, en efecto, lo que motiva el poema; que se sepa revivir el acto que a la vez lo ha producido y se atasca en él: y libres de esta forma anquilosada que no es nada sino un trazo, la intención, la intuición primeras (digamos una aspiración, una obsesión, cualquier cosa universal), pudieran ser de nuevo intentadas en la otra lengua, y tanto más verídicamente en adelante en cuanto la misma dificultad se manifiesta allí: la lengua de traducción, paralizante como la primera de este cuestionamiento que es una palabra. Sí, la dificultad de la poesía es que la lengua es sistema, cuando la palabra de ella es presencia.

Pero comprender eso, es reencontrarse con el autor que se traduce, percibiendo mejor las tiranías que él sufre, los movimientos de pensamiento que allí opone; y las fidelidades que le faltan. Porque las palabras van a tratar de amaestrarnos con su modo de ser. De auxiliares de la buena traducción comenzada, van a hacerse los abogados del mal poema que ella deviene, ellas van a rebajar la experiencia en provecho de un texto; será necesario desconfiar, verificar la necesidad ontológica de nuestras imágenes nuevas más bien que su semejanza término a término (exterior desde luego) a aquellas del poema original. Y es una pesada tarea, pero a cambio, somos ayudados por este autor que se traduce, cuando es Yeats, cuando es John Donne o Shakespeare. Y en lugar de ser, como antes, ante la masa de un texto, henos aquí de nuevo en el origen, allí donde se acrecía lo posible y por una segunda travesía, donde se posee el derecho de ser sí mismo. Un acto, ¡en fin! Se aventuraba con las lagunas de su lengua, se «bricolaba» como gusta decirse hoy, he aquí ahora que se revive la limitación del otro, tanto como se escucha lo que se ha podido aprender allí, ya que es necesario existir primero, antes de escribir. Que se sepa que el poema no es nada y la traducción es posible, lo que no es fácil de decir; esto no es más que la poesía recomenzada.

Desmesura, retomar así en el origen a Yeats, ¿aspirar entonces a un poder de invención semejante? pero aspirar no significa estar seguro de llegar. Y toda poesía, es siempre la misma ambición, que entre las más verdaderas va sin certidumbre. No hay poesía sino de lo imposible. Y, fracasar ahí, digamos específicamente, guarda al menos abierto el campo a esta preocupación de unidad, o de transparencia y de destino.

Prácticamente, en efecto: si la traducción no es una copia y una técnica, sino un cuestionamiento y una experiencia, ella no puede inscribirse «escribirse” sino en la duración de una vida, de la cual ella solicitará todos los aspectos, todos los actos. Y ello no exige que el traductor sea «poeta» por otra parte. Pero implica de seguro, que si él también escribe, no podrá mantener separada su traducción de su propia obra. Algunos ejemplos de esta interdependencia «personales-, pues no hay allí de qué enorgullecerse (ni alarmarse: menús hechos, que no sirven más que de índices).

Horacio, hablando a Hamlet de sus compañeros de guardia cuando se aparece el fantasma, ellos fueron «destilados», dice él, «casi hasta la gelatina con la acción de terror»… El sentido es claro. Pero el acto de terror introduce una intensidad, trágica, donde gelatina (literalmente la «gelatina», tan inglesa, para nosotros «papilla») se me volvió un problema. ¿Por qué? las obscenidades del comienzo de Romeo pueden traducirse. Pero ellas son significantes así no sea más que de ellas mismas, mientras que aquí gelatina es lengua ordinaria, empleada sin atención, sin énfasis en el sentido.
Ahora, bien francés en ello (creo yo), tengo tendencia a querer que tales contextos, luego ejemplares, sean un conocimiento acrecentado, por tanto, una economía del sentido, por tanto, un vocabulario, si no restringido por lo menos verificado. Que lo trivial se mantiene, sí, y es Rabelais, Rimbaud, perocomo tal, y a ello se aproxima Racine o Nerval y lo que se llama lengua noble, o literaria, pero que no es sino una lengua tensa. Los ingleses (cf. Mercutio) esperan menos del lenguaje. Quieren más observación directa, de sicología simple (en resumen, gelatina allí donde un soldado la diría) como heroica reconstrucción.

Y yo les concedo la razón. Pero haría falta por lo tanto, que luchando así contra mí, yo acepte el desafío sin más y hable de papilla, ¿o incluso de agua de pudín? Arriesgando ser un fresco, yo habría sido literal. Pero si es cierto que he seguido siendo por otra parte, así sea poco, discípulo de Racine, esta aparente fidelidad, va a producir lo pintoresco simple, es este el pecado de las traducciones románticas, mal desbastadas del verbalismo de antes «que va en todo caso, a paliar en mí y no resuelve un problema”. ¡Mejor Ducis! Mejor escuchar Shakespeare hasta el momento en que yo pudiera aventajarlo en toda mi escritura y no simplemente reflejarlo, aquí. Y esperando, y con conocimiento de causa (yo añadiría una nota), convierte en gelatina con una palabra a mí, implicado en otras prosecuciones. Ceniza… La traducción ha fracasado, en el plano local. Pero el acto de traducir ha comenzado, y llegará más tarde, de otro lado» todavía aquí.

Y ahora, de nuevo de Yeats, en La congoja del amor, cuando él habla de la joven de los «melancólicos labios rojos» que está «condenada como Odiseo y las naves laboriosas». Laboriosa, ésta palabra evoca las largas travesías difíciles y los balanceos del navío, pero también el problema afectivo, la tristeza, sin contar con que to be in labour, es dar a luz, y que to labour, ha guardado poéticamente su acepción arcaica, «laborar», casi sembrar. Todos estos sentidos valen aquí, ¿qué hacer pues? Pero esta vez, yo no he podido incluso plantearme la pregunta, y traduje irresistiblemente, labouring por «los que renguean a lo lejos» incluyendo de entrada el rechazo en la traducción. Y yo podría justificar -o criticar estas palabras- Ulises no huía, pero los hijos de Príamo, quien muere en el verso siguiente, lo hicieron por otra Troya, etc. «Pero allí no está la cuestión. Porque estas palabras, no me han venido por el corto circuito que se cree que va desde el traductor del texto a la traducción, sino por todo un lazo de mi pasado.

A menudo he pensado en la cojera de un navío… una vez incluso, regresando de Grecia, en 1961, y el corazón pleno con el recuerdo de la Esfinge de Naxiens, cuya sonrisa expresa la ataraxia, la música, yo imaginaba que el barco, que pintaba de noche, así, frente a la costa italiana, él también huía y buscaba; y pensando bien seguramente en Verlaine, yo esbocé una especie de poema, donde jugaba su rol también el agua que riela, para siempre «como hierro, en una caja cerrada»: un poema que nunca he terminado -desde entonces- y que yo mismo, he roto de súbito, doce años después, en suma, para que viva mi traducción. La relación de lo que se buscaba allí con mi cuidado por la poesía de Yeats, se convirtió en lo más importante, el verdadero devenir. Fue el poeta inglés quien me explicó a mí mismo, y es mi encaminamiento lo que ha querido traducirlo. Es en una relación de destino a destino, en suma, y no de una frase inglesa a una francesa, que se elaboran las traducciones, con prolongamientos que no se puede prever (este barco y su cojera han reaparecido en mi último libro). Continuación lógica de éste propósito, haría falta que me pregunte en qué me han ayudado mis traducciones; y cómo la poesía de otras lenguas ha contribuido al devenir de la nuestra.

Falta de tiempo, yo no haré sino evocar otra pregunta preliminar. ¿En cuáles condiciones esta especie de traducción, esta traducción de la poesía, no es ella una empresa insensata? «Traducid vuestro prójimo», propuse una vez. ¿Pero quién puede serlo suficientemente?

La ironía de Donne, -la morosidad luminosa de Elliot- o el Spleen baudelairiano, la «malevía» (y la esperanza, siempre) de Rimbaud, ¿no son mundos impenetrables? y en cuanto a Yeats, la aspiración a la Idea, Bizancio, pero sangre y laguna, la neblina y el arrobamiento, la rabia misma, pasión, y Adonis tanto como Cristo, ¿son ellos compartibles?

Pero pobreza es recurso, en poesía. La experiencia que no se ha vivido, es porque a veces se ha rechazado: y la traducción, en la que un poeta nos habla, puede desbaratar la censura; es ésta una de las formas de ayuda que yo he dicho que ella aporta. Una energía se libera. Nuestras fascinaciones nos habrán guiado. Pero que no se siga sino a ellas, con toda seguridad. Toda obra que no nos requiera es intraducible.

Griselda Mársico fue nuestra invitada de junio

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En la reunión de junio del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, la invitada ha sido Griselda Mársico, quien habló de la historia de la traducción en la Argentina, uno de sus temas de investigación. Para ello, comenzó con un ejemplo concreto y pasó a desplegar todas las posibles derivaciones del mismo. Por otra parte, informó a los presentes de todos los trabajos que se están realizando por estas fechas para cubrir un espectro importante de la historia de la traducción no sólo en la Argentina, sino también en varias partes del continente. Fue una velada que conjugó el rigor académico con la informalidad, justo a la medida de las expectativas del público.

Próximamente, se subirá el link para acceder a la filmación del evento.

Griselda Mársico estudió Letras en la UBA y alemán en el Lenguas Vivas "Juan R. Fernández", donde es docente del Traductorado en Alemán y coordina el Seminario Permanente de Estudios de Traducción (SPET) junto con Uwe Schoor. Cursa estudios de doctorado en la Universidad de Buenos Aires. Sus áreas de investigación son la historia de la traducción en Argentina y las relaciones culturales e intelectuales entre América Latina y Alemania en el siglo XX. Ha traducido para diversas editoriales obras de Hans Blumenberg, Boris Groys, Walter Benjamin, Erich Auerbach, Mercedes Bunz y Theodor W. Adorno entre otros autores y autoras. 

Mirta Rosenberg (1951- 2019)

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El Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, tristemente, informa que la gran poeta y traductora argentina Mirta Rosenberg falleció ayer en la ciudad de Buenos Aires. 

Hace unos años, en una entrevista con Silvina Friera, para el diario Página 12, dijo: "Tenía veinte años cuando empecé a traducir poesía. Traducir es un gran placer, tiene que ver con escribir. Para mí no hay una enorme diferencia entre escribir y traducir. Yo veo al buen traductor de poesía como autor. Lo que he traducido forma parte de mi obra".

Se adjunta a continuación la manera en que reflejaron la noticia los principales diarios del país:

La Nación:

Clarín:

Página 12:

InfoBAE

Por qué no hay que usar el Diccionario de la Real Academia, prejuicioso, racista y mal redactado (5)

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Si hacemos un poco de historia, tenemos queen 1789, el químico francés Claude Louis Berthollet (1748-1822) sintetizó un nuevo compuesto con propiedades desinfectantes y blanqueadoras que denominó agua de Javel. Se trataba del hipoclorito de sodio, que se conoce también comolejía, lavandina, agua jane, cloro, blanqueador, etc., según las denominaciones que se le dan en los diversos países de la lengua castellana.

Hoy, todos esos nombres sirven para denominar  a una gran variedad de sustancias que, en disolución  acuosa, son un fuerte oxidante, y que suelen utilizarse como desinfectantes, como decolorantes y en general como solventes de materias orgánicas, sin embargo, puestos a ¿definir? los cosos de la RAE nombran se abocan a “lejía”, reservando para todas las otras variantes el rango de “americanismos”:

Lavandina
De Lavandina®, marca reg.

1.     f. Arg., Bol., Chile, Par. y Ur. lejía.
  
lejía
Del lat. lixivia.

1.     f. Solución de sales alcalinas en agua, que se utiliza en limpieza como desinfectante y blanqueador doméstico.
  
Dejando de lado, de momento, que bien podría decirse que la lavandina al menos es simplemente cloro disuelto, y que “en limpieza” no hace falta en la frase (ya que el DRAE economiza tanto), el problema aquí es que el idioma rector es el español de España, puesto que quien oiga o vea escrita la palabra “lavandina” sabrá que es el modo en que en ciertos países llaman a la lejía… Es decir, el DRAE traduce, no define. Y está bien que lo haga, al final, ¿no? Porque se trata de idioma distintos. Salvo que el DRAE debería aclarar entonces que es un diccionario multilingüe.

Ana Eugenia Vázquez en el SPET, en julio

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En el próximo encuentro, que tendrá lugar el miércoles 10 de julio de 2019 a las 18:30 en el Salón de Conferencias del IES en Lenguas Vivas “Juan R. Fernández” (Carlos Pellegrini 1515), nuestra invitada, Ana Eugenia Vázquez, expondrá sobre el tema “El mercado mundial de los afectos. Novela y traducción en el siglo XIX  argentino”.

Ana Eugenia Vázquez es licenciada en Letras (UBA) y traductora en Francés (IESLV JRF). Actualmente es becaria doctoral del CONICET con una tesis sobre la traducción y circulación de literatura francesa durante el romanticismo argentino. En el Lenguas Vivas enseña Estudios de Traducción en el Traductorado en Portugués y codirige el proyecto "Bibliotecas sin muros: las colecciones editoriales de literatura traducida en Argentina ( s. xix-xxi)".

Lectura sugerida:
Ana Eugenia Vázquez (2017):  “Puntos de partida para la literatura nacional: libros europeos, folletines franceses y gabinetes de lectura.” En: Boletín del posgrado en Historia de la Universidad Torcuato Di Tella (ISSN- 2250-6772). (En prensa)

Quienes confirmen su asistencia recibirán por correo electrónico el material de lectura sugerida para este encuentro.

Asimismo, aquéllos que tenga previsto solicitar un certificado de asistencia (un servicio gratuito del SPET), por favor no se olviden de firmar después de la reunión en la lista disponible en Cooperadora.


Carlos López Beltrán, en julio, visitó el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires

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Ayer nos visitó el poeta y científico mexicano Carlos López Beltrán para hablarnos de ciencia, poesía y traducción y despacharse contra la erudición light en la época de internet. Según señaló, la experiencia de la poesía no está limitada a lo que los poetas escriban, publiquen y a que sus lectores los lean. Asimismo, la experiencia de la ciencia no está limitada a lo que hacen y publican los científicos y los que sus lectores hacen con ello. En ambas disciplinas hay experiencias comunes y comunicables, coincidencias y espacios de contaminación y fecundación. Ambas experiencias se dan en territorios permeables. La contaminación entre el saber científico y la poesía pasa por muchas formas de la traducción. Traducción entre lenguajes y traducción entre lenguas. Los poetas, según señaló, son esas esponjas preñadas de todo lo que los afecta, que traducen (trasladan) todo lo que pueden a su escritura. La época actual permite que esas esponjas actúen mundialmente, llevando y trayendo saberes y vocabulario a los que acceden en segundos. Lo que en principio es una situación magnífica capaz de preñar la poesía de palabras e imágenes múltiples (por ejemplo procedentes de las ciencias) ha fomentado también un fenómeno que de “erudición wikipédica”, y que produce poesía predecible y aburrida.

Carlos López Beltrán (Minatitlán Veracruz, México, 1957) es científico y poeta. Estudió biología experimental (UAM-Iztapalapa), Letras Hispánicas (FFyL UNAM), maestría en Filosofía e Historia de las Ciencias (UAM-Iztapalapa y Universidad de Cambridge) e hizo su doctorado en Historia y Filosofía de las Ciencias (King´s College, Londres). Se dedicó durante una década a la escritura científica en castellano con fines de divulgación. También ha sido traductor del inglés y del francés al castellano de libros científicos y literarios, y editor de colecciones de libros y otros textos de divulgación científica. Ha colaborado en esfuerzos de investigación internacional de amplio alcance como el de la Historia Cultural de la Herencia (Instituto Max Planck de Historia de las Ciencias, Berlín) y, Genómica Mestiza, Raza y genética en Latinoamérica (Universidad de Manchester). En la actualidad se desempeña como investigador titular del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM. Se especializa en los estudios filosóficos, históricos y sociales de las ciencias de la vida (biología, medicina y antropología), con especial atención en las representaciones y prácticas vinculadas a la transmisión hereditaria. Recientemente ha centrado su atención en los modos de racialización de las ciencias genómicas, sobre todo en los contextos del mestizaje americano. Como escritor, ha colaborado en varios proyectos editoriales y en revistas culturales; entre éstas NaturalezaCartapaciosSacbéFractal. También, ha publicado los libros de poemas: Hembras desarboladas (2014, Ediciones Sin Nombre/Universidad del Claustro de Sor Juana), Las Cosas No Naturales (Trilce, 1997), Ciudad Erial(Postales, SEP, 1987), Entre los Intersticios (La Máquina de Escribir, 1980), así como el libro de ensayos El material de los años (2014, Fractal, CONACULTA). Entre sus antologías, distinguen La Generación del Cordero. Antología de la Poesía Actual en las Islas Británicas (Trilce ediciones, 2000) y 359 Delicados (con filtro). Antología de la poesía actual en México (Lom Ediciones, 2012), en la cual ha participado como compilador junto al poeta Pedro Serrano.

Fue donada la biblioteca de Aurora Bernárdez

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El pasado 2 de julio, en el diario Página 12, Silvina Friera publicó la siguiente nota a propósito del destino de la biblioteca de la traductora argentina Aurora Bernárdez.


La hora de Aurora Bernárdez

La hora de Aurora llegó con sus poemas y ahora con su legado. “Escarbo en mi alma como un perro,/ encuentro viejos huesos enterrados./ ¿Por quién?/ Los dejo fuera,/ por si acaso,/ al vasto amparo de la hierba”, escribió en el poema “La memoria”. La biblioteca de la gran traductora Aurora Bernárdez (1920-2014) –elogiada por sus traducciones de Jean Paul-Sartre, Albert Camus y Gustave Flaubert del francés; Paul Bowles o Lawrence Durrell del inglés; y también Italo Calvino del italiano, entre otras–, quien fuera la primera esposa de Julio Cortázar y su albacea literaria, fue donada por su sobrina Alejandra Bernárdez a la Universidad de San Jorge de Zaragoza (España). En este fondo documental integrado por 2.405 piezas hay ediciones de todos los títulos de Cortázar, como Rayuela en serbio, chino, italiano, portugués, croata y hebreo; Marcel Proust completo en francés; libros de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Enrique Vila-Matas, Javier Marías, Ida Vitale, Henri Michaux, y una colección de la inglesa Barbara Pym, además de talismanes, objetos, apuntes y fotografías encontradas dentro de los libros.

Alejandra Bernárdez, hija de Mariano Bernárdez, uno de los hermanos de Aurora, cuenta a Página 12 desde Zaragoza que intentó seguir el ejemplo de su tía. “No pertenezco al mundo de la literatura como ella, no tengo esos contactos. La elección del destino de la biblioteca de Aurora fue después de analizar otras posibilidades como la Fundación Juan March, el Fondo Documental Carmen Balcells, la universidad de Salamanca, incluso la Biblioteca Nacional de la Argentina, cuando estaba Alberto Manguel como director, que era muy amigo de Aurora. Manguel estaba muy interesado, pero pocos meses después él renunció al puesto y se marchó. Era una operación muy compleja porque había que trasladar la biblioteca y garantizar que ese fondo estuviera en condiciones”. Una vez que la Biblioteca Nacional quedó descartada, se decidió por la Universidad de San Jorge porque ahí están dos amigos y exprofesores de Alejandra: Lourdes Diego, responsable de Cultura de la Universidad; y Javier Hernández, actual decano de la facultad de Comunicación. Además, la Universidad de San Jorge tiene la carrera de grado de traducción y un posgrado. “Me parecía muy apropiado que estuviera ahí la biblioteca de Aurora”, dice Alejandra.

La sobrina de Aurora Bernárdez, que vive en Barcelona, aún está sorprendida por la biblioteca de su tía. “La conocía de haberla visto muchas veces en París. Al catalogarla, descubrí que había autores de los que tenía muchos libros, lo cual me hacía pensar que eran los autores que más le gustaban. Tenía toda la colección en francés de Marcel Proust, uno de sus autores preferidos. De escritores españoles, tenía muchísimos libros de Javier Marías y Enrique Vila-Matas; era una fan de ellos y eso lo sé porque me lo decía ella. También tenía los libros de Manguel, que estaban todos dedicados porque se los enviaba él en cuanto los editaba. Tenía libros de Borges y Bioy Casares, tenía los libros de Henri Michaux, a quien ella tradujo; una colección de novelas de la escritora inglesa Barbara Pym –enumera su sobrina algunos de los autores de la biblioteca de su tía–. Me llamaron la atención los objetos que estaban dentro de los libros, las cosas más insólitas que usaba como señaladores: pasajes de avión, una factura, la nómina de la Unesco o un ticket de metro”.

A diferencia de Cortázar, Aurora no tenía la costumbre de anotar los libros que leía. Pero hay algunas excepciones. En las primeras páginas de Soñar la realidad, del mexicano Sergio Pitol, Premio Cervantes, escribió: “Piensa bien (pero escribe mal)”. Alejandra advierte que quizá no anotaba los libros porque su tía tenía “una gran memoria”. “Cortázar sí hacía anotaciones, incluso señalaba las páginas de esas anotaciones, supongo porque después las consultaba a la hora de escribir, algo que Aurora no hizo. Aunque ella escribió algunas poesías y cuentos, que se publicaron en El libro de Aurora, no fue una escritora como Julio”, plantea su sobrina. “Aurora fue una gran traductora, lo dijo Cortázar antes de conocerla en una revista, hablando de una traducción que Aurora hizo de Jean-Paul Sartre. Me acuerdo de que estábamos viendo libros con mi tía en una librería y Aurora estaba mirando un libro de un poeta inglés traducido al español. Ella me señaló un poema y me dijo que lo traduciría de esta forma. Primero me leyó la traducción al español que habían hecho y luego introdujo un pequeño matiz que era una maravilla”.

Aurora nació en Buenos Aires, el 23 de febrero de 1920 y murió en París, a los 94 años, el 8 de noviembre de 2014. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires y muy tempranamente se dedicó a la traducción. Conoció a Cortázar en 1948, se fue con él a París en 1952, los dos trabajaron como traductores para la Unesco, y se separaron en 1968, pero nunca dejaron de ser amigos. Dicen que Cortázar murió en sus brazos, el 12 de febrero de 1984. Desde entonces quedó como heredera de su obra publicada y albacea literaria del escritor. A ella se le debe la publicación póstuma de varias novelas como Divertimento (1986) y El examen (1986), Diario de Andrés Fava (1995); textos críticos como Imagen de John Keats y los Papeles inesperados (2009), entre otros libros. “Me gusta la frase 'la hora de Aurora', a ella también le hubiera hecho gracia –reconoce Alejandra con un tono risueño–. Uno de los objetivos de haber donado la biblioteca es hacer trabajos sobre la figura de Aurora como traductora y como editora de Cortázar. Ella ocupó un segundo lugar, pero no era una persona a la que le interesara la notoriedad. A Cortázar le interesaba escribir y a Aurora, leer. Mi interés es que la figura de Aurora no sea investigada como la 'viuda' de Cortázar, sino como la traductora y la intelectual que fue”, concluye su sobrina.

Conociendo al enemigo: Bieito Rubido

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El pasado  domingo 16 de junio, María Teresa Cardenas M. publicó en lasección Idioma, del diario chileno El Mercurio la siguiente entrevista con Bieito Rubido, director del diario español ABC. Decir que es un dechado de perogrulladas es poco. Sin embargo, no es ése su mayor problema. Bieito Rubido muestra palmariamente con sus dichos hasta qué punto las políticas de Estado que España mantiene para la lengua están inficionadas de un elemento económico que no contempla la libre determinación de los pueblos –véase la mención del euskera y su comparación con las lenguas amazónicas– y manifiestan una visión imperial que resulta absolutamente necesario combatir. A la espera de que nuestros gobiernos adviertan el daño, seguimos abogando para poner estas cuestiones en evidencia. Todos los subrayados son nuestros.

“El lector en papel
está más dispuesto a leer en profundidad”

“Las expectativas son las de siempre: reafirmamos en poner en valor el idioma común, que permite multitud de manifestaciones en todos los órdenes", dice Bieito Rubido (La Coruña, 1957), director del periódico ABC, acerca de la cuarta edición del foro Futuro español en Santiago. Y detalla: "En el programa de este año hablamos no sólo de comunicación, de cultura, sino que también de economía, de cocina, incluso de fútbol. Vamos a abordar aspectos muy interesantes que tienen que ver con la nueva economía, con la forma de comunicamos, con la forma de poner en valor el talento de la gente más joven".

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Bieito Rubido ha desarrollado una prolífica carrera en medios escritos, radiales y de televisión de España, y desde 2010 está a la cabeza de ABC, principal periódico del grupo Vocento. Y es precisamente este conglomerado de medios de comunicación el que creo, en 2011, el proyecto Futuro en Español, una instancia que “defiende y promueve la importancia y el carácter estratégico de la lengua española como trascendental activo de la economía, la cultura y la sociedad”.

En  ocho años, Futor en Español  ha organizado 30 encuentros en diferentes regiones de España y seis en América latina, creando alianzas con los más importantes medios de prensa de estos países. A partir de mañana, hasta el miércoles 19, tendrá lugar esta nueva versión en Santiago, con actividades en la Embajada de España, la Universidad de los Andres y el Centro de Convenciones de la Sofofa.

Poco antes de  viajar a Chile, Bieito Rubido habló sobre los alcances y motivaciones Futuro en Español, así como de la importancia que este foro tiene para el diario ABC. “Estamos comprometidos desde el principio –señala–. En primer lugar, porque lo organiza nuestro propio grupo, Vocento, pero sobre todo porque queremos poner en valor el idioma español como puente de una comunidad de 500 millones de personas que no para de crecer y que es uno de los activos más interesantes que tenemos todos los que hablamos este idioma. Siempre digo lo mismo: yo cruzo el Atlántico y cambio de continente, de país, de hemisferio, de estación del año y, sin embargo, puedo hablar y entenderme y comunicarme en español, lo cual es una gran riqueza.

–¿Cuáles son los desafíos para el español como lengua mundial?
–Yo creo que el más importante es el desafío del idioma de Internet y el de los negocios. Ya es el segundo idioma después del inglés para Internet y también es el segundo idioma para los negocios, puesto que el chino,que también es muy importante, lo hablan solo los chinos. E1 desafío es ganar cada vez más esos dos campos.

–¿Qué tarea tienen los medios de comunicación hispanoamericanos en el fortalecimiento del español?
Debemos, en primer lugar, tratar de que nuestras versiones del español no se diferencien mucho unas de otras; a veces no hay consenso en tomo al significado de determinadas palabras. Pero sobre todo, yo creo que los medios de comunicación tenemos que trabajar en favor de que la comunidad hispanohablante sea cada día mayor y tenga más prestigio, que lo tiene ya. También el mundo audiovisual  requiere que haya un consenso en la utilización del idioma. El ejemplo contrario salta a la vista: la polémica decisión de Netflix de poner subtítulos en español a la película Roma del director mexicano Alfonso Cuarón, hablada en español. Un tema que incluso se discutió en el VIII Congreso de la Lengua, celebrado en marzo en Córdoba, Argentina.

–¿Cómo es su relación con la Real Academia y con las academias de la lengua española en el mundo que también defiende la riqueza de nuestro idioma?
–Con la academia trabajamos, efectivamente, de manera muy estrecha. Históricamente, desde su nacimiento (en 1903), ABC ha tenido un especial cuidado con la lengua, siempre se ha reconocido en este periódico una muy buena escritura del idioma español, y seguimos en eso. De hecho, en los premios internacionales de periodismo que da este diario el jurado siempre es presidido por el director de la (Real) Academia de la Lengua, lo cual es una evidencia de quenosotros estamos al servicio de la Academia.

–Además, ellos toman ejemplos de la prensa para contextualizar ciertas palabras.
–Exacto. Ahora mismo hay palabras que se incorporan con una rapidez muy importante al diccionario, lo que antes no ocurría así. Y en eso juegan un papel muy importante los medios, porque son los que ponen en el escenario público ese tipo de expresiones.

–¿Por el contrario, qué le parece que vayan desapareciendo palabras?
–Bueno, eso es una pena, porque un idioma se enriquece por la cantidad de formas que tiene de expresar y darles nombre a las cosas. Hay un montón de palabras que se van perdiendo, que caen en desuso, pero al mismo tiempo se van incorporando otras. En fin, el idioma es un ser vivo, como lo es cualquier manifestación del ser humano.

–¿Por qué cree que se ha dado una diferencia entre los libros y los periódicos respecto de su compartimiento en formato digital? Los libros electrónicos parecen haber tocado techo, en beneficio del libro impreso; no así los diarios.
–Yo creo que la lectura sigue formando parte del último paraíso que tiene el ser humano, que es la intimidad. Y me parece que la lectura del libro admite esa relación íntima del lector con lo que está leyendo, mientras que las noticias se consumen con velocidad y forman parte del caos que representa la actualidad. La actualidad siempre es caótica, está surgiendo constantemente porque  de repente hay un atentado, un terremoto, un maremoto, la muerte de alguien importante. Creo que la actitud del ser humano ante esos textos es distinta.

–Eso distingue también el periódico digital del impreso, y los hace complementarios, ¿no?
–Sin duda. En el periódico en papel el pensamiento es más elaborado, mientras que en las redes, lo que sabemos, es que el internauta medio está alrededor de 20 segundos por noticia. Pincha, lee un poco, lee el titular y ya no lee más, salvo casos excepcionales. Lo sabemos, porque se puede medir, que el consumo de la noticia es un consumo cargado de ansiedad, muy precipitado, mientras que en el periódico de papel tienes esa misma relación que yo decía antes con el libro. Laactitud del lector es diferente; es decir, ellector del papel está más predispuesto a leer en profundidad que el lector en una pantalla o un móvil. Tengo la corazonadade que a los periódicos impresos todavía nos queda mucha vida.

–¿Contribuye la educación de nuestros países al futuro del español?
–Yo creo que sí. Vamos, en España tenemos el fenómeno de determinados territorios que en un afán de reivindicar políticamente sus peculiaridades están sobrevalorando su idioma, pero son idiomas muy minoritarios. El euskera lo hablan apenas 200 mil personas, es como un idioma dela selva amazónica. Elobjetivo último decualquier idioma es comunicarte y sino sirve para eso,pues,es como una especiedemuralla china. Yocreo quesí,queen España tienemuchaimportancia la educación enlengua española. Y creo que en el resto de Iberoamérica larealidad delidioma esbrillantísima.E1español en símismo es una historia de éxito,esdecir,no ha parado decrecer,nohaparado de comunicar y de intercomunicar a unos con otros. Elsegundo país dehispanohablantes ahora mismo es Estados Unidos;elprimero es México.

–¿Cree que es un peligro la influencia de otros idiomas, como el inglés?
–Sin duda, por eso el papel de las academias es tan importante, porque efectivamente hay una especie de sobreactuación y sobrevaloración de expresiones, sobre todo en inglés y sobre todo en el mundo de los economistas y banqueros, y de los tecnólogos. Son dos colectivos que deben ser reeducados en el uso correcto de las expresiones en español.

Por qué no hay que usar el Diccionario de la Real Academia, prejuicioso, racista y mal redactado (6)

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 Hay una frase hecha que forma parte de la filosofía de los locutores: "las comparaciones siempre son odiosas". Vale la pena agregar que, cuando pronunciada por un badulaque (que en la 3a. acepción del DRAE significa "Persona necia, inconsistente") esa verdad de Perogrullo es una prueba irrefutable de culpabilidad. Veamos por caso qué pasa cuando la RAE se pone a deinir la palabra "aprender": 

(1) APRENDER

RAE
Del lat. apprehendĕre.
1.tr.Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia. U. t. c. intr. 
Ej.: Hay que aprender de los propios errores.

2. tr. Concebir algo por meras apariencias, o poco fundamento.

3. tr. Fijar algo en la memoria
Ej.: No consigo comprender su teléfono.

Veamos ahora qué dice la siempre criticada Wikipedia, que, convengamos, define con mucho más detalle que el DRAE.

Wikipedia
El aprendizaje es el proceso a través del cual se modifican y adquieren habilidades, destrezasconocimientos, conductas y valores. Esto como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación. Este proceso puede ser analizado desde distintas perspectivas, por lo que existen distintss teorías del aprendizaje. Es una de las funciones mentales más importantes en humanos, animales y sistemas artificiales. En él intervienen diversos factores que van desde el medio en el cual se desenvuelve el ser humano, así como los valores y principios que se aprenden en la familia. En esta última se establecen los principios del aprendizaje de todo individuo y se afianza el conocimiento recibido, el cual forma la base para aprendizajes posteriores.

Por su parte, Le Robert (edición de 1994), Le Robert Brio (edición de 2004), el Diccionario Práctico (2004) el Diccionario Treccani y el Oxford, tomando más espacio que el DRAE, su colega bobo, diceN:

Le Robert (1994) 
Apprendre
Viene del latín apprehendere en el sentido psicológico del término. El verbo significa (saisir par l’esprit = agarrar por la mente) y adquirir por sí mismo conocimientos... El sentidos ubjetivo del verbo corresponde a contratar un habilidad, y devenir capaz de (algo) por la experiència.

(diferente del sentido intransitivo que ofrece el DRAE, donde el énfasis está puesto en siempre aprender algo).

El sentido de aprendizaje significa formación técnica o artesanal.

Le Robert Brio (2004, Analyse comparative des mots)
Sentido subjetivo: ser prudente, informado de (algo) =, buscar adquirir un conjunto de conocimientos por un trabajo intellectual o por la experiencia... buscar a adquirir un comportamiento, buscar devenir capaz de (algo)

(En francés tiene un sentido objctivo parecido a "enseñar").

Dicionario Práctico(I. Bosque, 2004)
Aprender
Con sustantivos: aprender la lección, el tema, la regla, etc.
Con adverbios y preposición: aprender a consciencia, al pie de la letra, a compotrarse, etc.

DiccionarioTreccani(Italiano online)
Apprèndere v. tr. [lat. apprĕndĕre, apprĕhendĕre, comp. Di ad- e pre(he)ndĕre«prendere»] (coniug. Comeprendere).

1.a. Ricevere e ritenerenellamente, imparare: a. cognizioninuove; a. un’arte; è un ragazzoche non apprendenulla.
b. Venire a conoscere: ho appreso con dolore la notizia; ha appreso solo ora di avervinto; non avevaappresoche era statoscelto.
2. letter. Insegnare: l’amorosoApprendeva lamento a’ giovinetti (Foscolo).
3. intr. pron. a.Afferrarsi, aggrapparsi: m’appresi a un ramo per non cadere.
b. Attaccarsi, appigliarsi, detto del fuoco, e fig. dell’amore, dellepassioni: ilfuocos’appreserapidamenteallacapanna; Amorch’al cor gentil rattos’apprende (Dante).

Oxford(learn and learning)
Gain or acquire knowledge of or skill in (something) by study, experience, or being taught. 
Ex. ‘they'dstartedlearningFrench’
withinfinitive: ‘she is learning to play the piano’
no object: ‘welearnfromexperience’
(learning) The acquisition of knowledge or skillsthrough study, experience, or being taught.‘these children experienced difficulties in learning’
as modifier‘an important learningprocess’

Algunas conclusiones provisorias:
1ª. Los académicos de la RAE han ido a misa pero nunca abrieron un libro de Psicología (ni historia de las ideas, o de filosofia).

2ª. Son saussareanos: separan la lengua del uso.

3ª. Son “etno y egocéntricos” (el resto del mundo no existe).

"Por qué nos dejamos manosear la lengua por organismos que ni siquiera saben fijarla con rigor"

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Académicos españoles durante una sesión de la RAE


Uno de los tantísimos temas sensibles que se desprenden de la mínima cruzada que estamos realizando contra el Diccionario de la Real Academia es, justamente, el de la transcripción y/o adaptación de palabras de otros orígenes que la institución no sabe cómo interpretar. Acaso como resultado de haber expulsado a los judíos de España en 1492 y de no haber convivido desde entonces con ellos, o del antisemitismo siempre a flor de piel de muchos peninsulares, todavía no supieron resolver la transcripción al castellano de la palabra ídish y de su significado. Así lo ve Andrés Ehrenhaus, autor del siguiente artículo. 

El caso del yidis 
olas virtudes de escuchar con el tujes


Desde hace un tiempo la Real Academia de la Lengua en Escabeche delega en la Fondue, su franquicia armada, el accionar fiscalizador de sus hablantes, verbigracia súbditos. Éste, entre otros ejemplos de maravillosa facundia, nos conmina a abandonar la práctica desafecta de la voz ídish(o, si se quiere, yidish e incluso ídishe), que es lo más cercano a la pronunciación real de los propios hablantes hispanos de esa lengua, y pretende que la transcribamos como nadie la dice en ninguna parte, salvo quizás en las siestas plenarias de pantufla y gorro de la Magna Casa.

El tema ya lo trató con más amplitud y mucho mejor que yo Marietta Gargatagli en un artículo publicado aquí mismo en 2011 (http://clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.com/2011/10/oi-oi-oi.html), y no merecería otra vuelta de tuerca de no ser porque , mientras buscaba información al respecto, tropecé con una nota al pie en la entrada Yidis de Wikipedia, ingresada en 2007, que dice exactamente esto:

La Fundación IWO por medio de la Academia Argentina de Letras solicitó a la Real Academia Española que reemplace el término ‘yidis’ (que aparece en el Diccionario panhispánico de dudas) por ‘ídish’. La ponencia de la IWO sostiene que la ortografía ‘yidis’ está basada en la palabra inglesa yiddish, mientras que ‘ídish’ proviene directamente del castellano empleado en Sudamérica. La Real Academia contestó que ‘está preparando la 23ª edición del Diccionario de la lengua, en cuyo texto es su intención que aparezca el término ídish y sus variantes formales”.

¡Epa! Bien por la Academia, podría pensar el incauto. Mas no. Resulta que la 23ª edición del citado Diccionario se publicó nomás –en 2015– sin que esa voz fuese alterada en lo esencial. Ahora la entrada del DLE dice que el yidis (y dale) es una variedad del alto alemán, con elementos hebreos y eslavos, que hablan los judíos askenazíes. Del ídish y las buenas intenciones ni noticias.

Es más, la recomendación de la Fondue al respecto sigue siendo tajante. En sucomunicado yidis, grafía apropiada para este dialecto e ilustrado por la foto adjunta, donde se aprecia con lujo de detalles el atinado concepto que tiene este comisariado lingüístico de la cultura askenazi, la Fondue insiste: “Yidis es la grafía que se recomienda para designar a este dialecto, mejor que otras variantes como yidish o yídishsegún indica el Diccionario panhispánico de dudas. La voz yidis es la forma hispanizada del término alemán jüdisch (‘judío’) y con ella se denomina el dialecto alto alemán que hablan los judíos originarios de la Europa central y oriental.

Así, en ejemplos periodísticos como «Las escuelas en yídish fueron cerradas y transformadas en colegios rusos» o «La escritora Iréne Némirosvky, que fue asesinada en Auschwitz en 1942, tras una vida intensa, cosmopolita y cercana al ambiente yidish de la Europa oriental» habría sido preferible: «Las escuelas en yídish [sic] fueron cerradas y transformadas en colegios rusos» y «La escritora Iréne Némirosvky, que fue asesinada en Auschwitz en 1942, tras una vida intensa, cosmopolita y cercana al ambiente yidish[sic] de la Europa oriental»”.

Y, si vamos al DPD, nos retrovamos más o menos la misma mandanga: yidis. Adaptación gráfica propuesta para la voz inglesa yiddish —adaptada, a su vez, del adjetivo alemán jüdisch (‘judío’)—, que designa el dialectoaltoalemán hablado por los judíos originarios de la Europa central y oriental, que se escribe en caracteres hebreos: «El yidis es el idioma que hablaron los judíos» (Moreno Lenguas [Esp. 1990] 32). Deben evitarse grafías híbridas como yidish o yídish, que no son ni inglesas ni españolas.

(La negrita es de ellos; el subrayado y los sics, míos).

Con esto ya hay bastante, creo. Aparte del genial ejercicio à la Menard que nos ofrece el comunicado de la Fondue, hay varias cosas que llaman la atención del lector más o menos atento y sensible. La primera es que digan con toda naturalidad naturalizadora que yidis es la forma hispanizada del término inglés Yiddish, derivado del altoalemán jüdisch, cuando en alemán existe jiddisch, sobre todo ligada a Sprache (lengua); la segunda es que persistan en considerar dialecto lo que, por ejemplo para la Enciclopedia Británica, es claramente otra cosa: “Yiddish language, one of the many Germanic languages that form a branch of the Indo-European language family. Yiddish is the language of the Ashkenazim, central and eastern European Jews and their descendants. Written in the Hebrew alphabet, it became one of the world’s most widespread languages, appearing in most countries with a Jewish population by the 19th century. Along with Hebrew and Aramaic, it is one of the three major literary languages of Jewish history.”

Huelga decir que esta y muchas otras autoridades consideran al ídish una lengua con todas las de la ley, pues cuenta con alfabeto, grafía, gramática, vocabulario y, lo que es aún más determinante, corpus literario propios, cuya riqueza, como consigna perfectamente Gargatagli en su excelente artículo, ha perfundido no solo el habla sino también la expresión escrita de áreas lingüísticamente tan vitales, variadas y dinámicas como la norteamericana, la rioplatense, la hebrea, etc. Pero existe aún un tercer motivo de asombro y es que la Real se empeñe en querer defenestrar el sonido “sh” y su transcripción escrita, como si pudiera tirar por la ventana de la lengua lo que su oído esplendoroso ni oye ni escucha, en cambio de abrir el tujesa nuevos sonidos y usos que se le meten aunque no quiera. Y el asombro se redobla cuando, no obstante su celo hispanizante, acepta voces como kasher o gulash, que mucho tememos vayan a convertirse, con el paso inexorable del tiempo y el buen oficio de la Fondue, en kaser (o caser) y gulas.

Sinceramente, no sé por qué nos dejamos manosear la lengua por organismos que ni siquiera saben fijarla con rigor, y que recurren a toda clase de incongruencias internas para pretender sacarle brillo a lo que ya lo tiene en sus formas naturales. Dudo que el proyecto político de imponer el español de España (esa entelequia) a todo el mundo castellanoparlante tenga futuro; sin embargo, entiendo que tiene presente, un presente de lo más fastidioso y muy poco útil, incluso para los gentiles.


Una mesa con ocho ponentes para festejar al FCE

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El Fondo de Cultura Económica los invita a la mesa de debate “Hacia los 75 años del Fondo de Cultura Económica en Argentina. Rememoración y nuevos interrogantes”. El evento contará con la participación de Alberto DíazDaniel DivinskyAlejandro DujovneHoracio GonzálezNéstor GonzálezNoé JitrikAdriana Puiggrós y Horacio Zabaljáuregui.

Nos miramos en el espejo de los tres cuartos de siglo del Fondo de Cultura Económica en la Argentina, filial de la editorial fundada en México un lustro antes. En todo este largo periodo, constituyó una compleja familia lectora y, hasta hoy, sus textos y autores permanecen como actos de rememoración cultural. 

 Los territorios simbólicos compartidos tiemblan constantemente, pero en ese extenso lapso circularon miles de libros que formaron a generaciones enteras de lectores. Ahora, en una época de numerosas dificultades que proponen diversas convivencias con nuevas tecnologías, con diversificaciones incesantes del mundo lector y con la general omisión de las instituciones públicas sobre la resistente aunque precaria realidad de las casas editoriales, sean antiguas o recientes, grandes o pequeñas, integrantes de conglomerados editoriales complejos o viviendo la realidad de la edición independiente, es necesario reflexionar y afinar nuestra lucidez sobre estos nuevos desafíos. 

VIERNES 12 DE JULIO - 19 hs.

Librería del Fondo “Arnaldo Orfila Reynal”
Costa Rica 4568, CABA.

Entrada libre y gratuita sujeta a la capacidad de la sala. 

Tres al hilo para una polémica que nunca existió

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Académico español pensando

Después de un largo silencio, nos  complace publicar el siguiente artículo de Marietta Gargatagli, donde se retoma el guante de la denominación de la lengua que hablamos. Como se recordará, buena parte del impresentable establishmentcultural oficial de España y los medios de comunicación que se hacen eco de sus dichos, pusieron el grito en el cielo cuando durante el VIII Congreso de la Lengua varios participantes argentinos señalaron la inconveniencia de llamar “español” a lo que acá se llama “castellano”. Lo interesante, como se verá en el artículo de Gargatagli, es que allá también se llama “castellano” lo que ahora pretenden hacernos pasar por “español”, término más ligado a la extranjería que a la lengua misma. De modo que el tiro les habrá salido por la culata. Y si no, que refuten lo que sigue, a ver cómo se las arreglan.

Castellano o español

Plaudite, amici, comedia finita est.

En los medios de comunicación, en los debates, en los programas electorales, en los juzgados, en las conversaciones corrientes, no existe ninguna duda de que en España existe un idioma que se llama “castellano” y no “español”.

Sorprende, por tanto, que sorprenda que en Argentina se diga castellano[1].

Algunos ejemplos.

“¿Está el castellano discriminado en España? Más del 40% de la población española vive en territorios con lenguas cooficiales. El PP y Ciudadanos creen que hay un problema con la lengua en nuestro país.”[Título y subtítulo de una noticia,El País. 19 de marzo de 2019].

“Poner en marcha una Casa de la Traducción, articulada en torno a tres ejes: la traducción al castellanode obras escritas en otras lenguas, la traducción a otras lenguas de obras escritas en castellano y la traducción al castellano de obras de las diversas lenguas del Estado.” Programa electoral del 2019 del Partido Socialista Obrero Español[2]

“Desarrollaremos el artículo 3 de la Constitución a través de una Ley Orgánica de uso del castellanocomo lengua oficial del Estado (…). Solo tendrán carácter oficial aquellos actos administrativos que se realicen, al menos, en castellano. Las señales, paneles y placas, urbanas e interurbanas, utilizarán siempre, al menos, el castellano. Nadie podrá ser multado o sancionado por utilizar el castellano.” Programa electoral del 2019 del Partido Popular.
“Usted va a contestar en castellano. Si no quiere contestar en castellano, se levanta, asume las consecuencias legales de su negativa a contestar y hemos terminado”[3]. Manuel Marchena. Juez del Tribunal Supremo. Juicio al proceso independentista catalán. Martes, 14 de mayo del 2019.
Castellano/catalán. Opciones que ofrece la página online del ISBN (International Standard Book Number) de España.
Castellano, català, galego, euskara, valencià, english. Opciones que ofrece la página online del Palacio de la Moncloa, sede del gobierno español.
Etcétera.

Castellano, lengua oficial de España
Los legisladores españoles (en las dos últimas constituciones —1931 y 1978— el idioma se llama “castellano”), los escritores españoles y hasta las autoridades de la RAE en entrevistas diversas dicen, con la máxima naturalidad y en este orden, que el “castellano” es la lengua oficial de España, que escriben en “castellano” o que se ocupan del “castellano”.

La oposición entre “castellano” y “español”, conviene dilucidarlo, pertenece a la historia de la lengua. El idioma mirado desde el interior, desde la familiaridad de los hablantes, se  llama “castellano”. Visto desde afuera puede llamarse español, como si spanish, spagnolo, spanisch, испанский, iσπανικά, tiraran del primer “espaignol”, palabra también llegada del exterior, lo que revela la terminación en “ol”, propia de la lengua occitana o provenzal.

En la tradición del idioma siempre se reservó la palabra “español”, sin los énfasis imperiales que la rodean ahora, para llamar a la lengua con su nombre extranjero, respetando o acomodándose a la mirada del otro, y seres con sensibilidad tan precisa para los matices, como Borges, usaron “español” sin ningún problema hablando de traducciones. 

Las sutilezas históricas no importan en el juego político. A la gente común les resulta tan ajena como el petiso orejudo y los únicos sorprendidos con la cotidiana comprobación de que los españoles hablen más bien en “castellano” deberían ser las autoridades del Diccionario Panhispánico de Dudas que escribieron sin fundamento, entonces y ahora, que se trataba de “una polémica hoy superada”. 

Otro asunto es el manejo internacional del idioma. La razón es de lo más sencilla:alguien piensa que por ahí andan dando vuelta unos doblones que les pertenecen.


La definición engordada

En 1925, el diccionario general de la RAE dejó de denominarse de la “lengua castellana” para llamarse Diccionario de la lengua española. En la entrada “español”se eliminó una acepción escueta: lengua española, para introducir la innovadora aclaración: “lengua española, originada principalmente en Castilla, y hablada también en casi todas las repúblicas americanas, en Filipinas y en muchas comunidades judías de Oriente y del Norte de África.”

La dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930), cierto crecimiento económico producido por la neutralidad de la Gran Guerra más las últimas remesas coloniales y el naciente fascismo que inyectó esperanza en las élites españolas, crearon el nacionalismo español que hizo de la diplomacia económica su más original devenir. Eso explica el cambio de nombre.

En el frenesí de las tres primeras décadas del siglo pasado se imaginaron instituciones, se investigó sobre el terreno, se buscaron aliados, se redactaron miles de informes y se tomaron las iniciativas necesarias para la conquista de los mercados americanos, conquista que comenzó con los libros. En 1922 se instaló Calpe en Buenos Aires y su propietario, Nicolás de Urgoiti, fue recibido con banquetes y la máxima cordialidad;en 1923 ya soñaba con que la gendarmería argentina patrullara el Río de la Plata para impedir que desde Uruguay, que no había firmado el tratado de propiedad intelectual con España, se enviaran ediciones piratas “para buscar el más extenso mercado de la Argentina”; en 1928, el gerente de Calpe, otro Urgoiti, aparecía como uno más de los editores argentinos en la primera Exposición Nacional del Libro (sorprendente como la fotografía de Jack Nicolson en El resplandor); en 1933, este mismo Urgoiti influía secretamente entre los diputados argentinos para que la Ley Nº 11723 de Propiedad Intelectualbeneficiara a los intereses españoles. Etcétera.

En esa résilience écologique imperial, el español se llamó español. Como decía Bill Clinton: es la economía, estúpido.




[2] La Casa del Traductor. Centro Hispánico de Traducción Literaria, Tarazona (Aragón) existe desde 1988. También existen, hace varias décadas, las ayudas a la traducción. La única diferencia es que las ayudas a la traducción fueron siempre a todas las lenguas de España. Quizás sea otra Casa del traductor, otras ayudas, una especie de España a través del espejo.


"Plantearnos dilemas que ni remotamente tenemos"

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Otra serie de reflexiones de Marietta Gargatagli, con sus respectivas e inocultables fuentes, abona nuevamente la cuestión que trata en su artículo de ayer. Se amplia entonces la discusión con razones políticas y económicas que, seguramente, harán las delicias de los gramáticos y lexicógrafos.

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Se lee. “Las máquinas que hablan español ya superan a las personas: 700 millones contra 470 millones de humanos que lo tienen como lengua materna. Con esta llamativa afirmación, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, intervino en elVIII Congreso Internacional de la Lengua Española (Córdoba) […] “Como las máquinas aprenden por sí solas, comienzan a pensar e incluso incorporan inteligencia emocional, su interacción con los humanos y con otras máquinas puede acabar destruyendo la normativa unitaria que el castellano posee […].  Para evitar el desastre es preciso ponerse a trabajar a fin de establecer algún tipo de código que las máquinas acepten[…]”. Santiago Muñoz Machado, director de la RAE tranquilizó: “Las academias trabajarán por la unificación y normativización de la lengua de las máquinas”. [i]

Una de las astucias del storytelling empresarial es plantearnos dilemas que ni remotamente tenemos. El contacto con estos discursos nos coloca en una situación incómoda, de falta, de inferioridad, de que el mundo avanza sin nosotros, de qué debemos hacer algo o de que alguien tiene que hacer algo. ¿Vendrán androides y hablarán castellano mal? ¿Máquinas que serán como seres humanos y transformarán el lenguaje con cada enunciado? ¿Máquinas que tendrán que aprender a respetar el negocio?

Vivimos tiempos de un management que abandonó el estilo napoleónico para crear mensajes tolstoianos en los que reverbera la complejidad de la vida y múltiples conexiones entre cosas que no tenemos ni idea de lo que son. En verdad, y podríamos hablar en nombre de toda la humanidad, no nos interesan las máquinas ni su lenguaje. Ni siquiera “la gallega”[ii]despierta prolongado interés.

¿Qué dice este relato distópico? Nada original. Cada congreso de la lengua es una ceremonia de marketing y los argumentos cambian. Sin embargo, hay algo inquietante en la ficción misma: ¿y si no fueran las máquinas del futuro sino los hablantes del presente los que contemplan esta “lengua española” como una inmensa rareza?


La lengua única y el imperio

La “unidad de la lengua” es una antigua idea que pasó de comentario general entre los lingüistas americanos del siglo XIX (Bello, Caro, Cuervo) a convertirse en imposición en el presente y en una de las “fortalezas” con las que las élites españolas se presentan al mundo. Dicen poseer una lengua con 577 millones de hablantes y los reúne el deseo de tenerla misma gramática, diccionario y ortografía. Bastaría el agradable párrafo que copio abajo para comprender que no poseen nada. Ninguna lengua está contenida en un diccionario, una gramática y un libro de ortografía que sólo tienen en común la editorial.

“Por eso mismito, La Cuarta aprovechó el vuelito y vía cuernófono nos pegamos flor de charla con el engeladocrá del Bayer Leverkusen, que estaba concentrado con su teampa’ la próxima mocha en la liga chucrut, pero que en su mollera aún tenía el final de esa novena carrera que aún le tiene la pluma entera parada.”[iii]

Al crearse las Naciones Unidas (1945) la inclusión del castellano como lengua oficial (1946) y lengua de trabajo (1948) tuvo relación exclusiva con América Latina. La España franquista no fue aceptada por la ONU hasta 1955. La incorporación a la Comunidad Económica Europea (ahora Unión Europea) también fue tardía: el español de España tuvo rango de lengua oficial aunque, a diferencia del inglés, francés y alemán, nunca ha sido una lengua de trabajo. [Véase el estado de la cuestión[iv]]

El español ibérico tiene menos hablantes que el ruso, inglés, alemán, francés y está cerca del polaco y no muy lejos de neerlandés. Las variaciones dependen de si se consideran todos los habitantes (46.733.038) o sólo los de las zonas monolingües (28.219.566) donde no se habla catalán, aranés (occitano), gallego, euskera. Sin olvidar idiomas minoritarios (el caló o romaní o el erromintxela, el romaní del País Vasco) y las numerosas formas dialectales. 

La diplomacia económica española mantiene viva una academia de la lengua en Filipinas donde el idioma se perdió y, desde 2016, existe otra institución semejante en Guinea Ecuatorial donde el español es lengua oficial (junto con el francés y el portugués) aunque los guineanos hablan sus propios idiomas. Hasta ahí llega el español no americano.

En España, el tardío Estado liberal de muy lenta y frágil gestación (de 1833 a 1875), la desigual revolución industrial dependiente de las remesas coloniales, la interminable hegemonía de la derecha, la segregación de las clases populares que tan bien ilustraron la novela picaresca, Baroja, Valle Inclán o Galdós, produjeron la supervivencia de una élite social y económica que fue atravesando los regímenes políticos sin solución de continuidad hasta el presente. Pareció guiarla la frase de Lorenzo Valla que Antonio de Nebrija repitió en la dedicatoria de su gramática de la lengua castellana a Isabel la Católica: “la lengua es el instrumento del imperio”. 


Del Consejo de la Hispanidad de Franco 
a la AECID

El sueño despótico de Franco imaginó una institución llamada Consejo de la Hispanidad (1940) “para asegurar la continuidad y eficacia de la idea y obras del genio español”. Organización, en 1945, bautizada como Instituto de Cultura Hispánica; en 1979, como Instituto de Cooperación Iberoamericana, y en 1989, como Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), para “fomentar, coordinar y ejecutar programas y proyectos de cooperación para el desarrollo en el campo económico, cultural, científico y técnico.” No se abominó de los centros ideológicos del fascismo después de la muerte del dictador. Edificios, funcionarios y fines se readaptaron a los nuevos tiempos. No fue el único caso.

Como en la conquista de los mercados americanos del libro, la Argentina estuvo en el principio. En 1988 se creó el primer Centro Cultural de España, el de la calle Florida de Buenos Aires; en 1990 empezaron a llegar las primeras empresas españolas, entre ellas Telefónica; en 1991 la Argentina participó de la primera Cumbre Iberoamericana en México; en 1992 la AECID construyó el segundo Centro Cultural de España, en Rosario; en 1995 se creó en Buenos Aires la Fundación Ortega y Gasset donde hoy se dan cursos de español para extranjeros y se toman los exámenes del Instituto Cervantes; en 1998, la AECID contribuyó a la creación del tercer Centro Cultural de España en Córdoba; en 1999, un ministro menemista[v], mencionado en casos de corrupción y tráfico de influencias, firmó un acuerdo de colaboración con el Instituto Cervantes creado en 1991.

En la década de los noventa se hicieron en América Latina siete “cumbres iberoamericanas” y la aplicación continental del Consenso de Washington facilitó la instalación de las empresas españolas: Iberdrola, Repsol, Gas Natural, Endesa, Banco Santander, Banco BVBA, Ferrovial, ACS, Mapfre, etcétera. Además de embajadas y consulados, existen oficinas comerciales de España en todas las capitales del continente; centros culturales (además de los tres de Argentina) en Asunción, La Paz, Lima. Montevideo, México DF, San José de Costa Rica, San Salvador, Santiago de Chile, Santo Domingo, Panamá, Tegucigalpa, Managua. En Brasil existen sedes del Instituto Cervantes en Sao Paulo, Río de Janeiro, Brasilia, Curitiba, Porto Alegre y Salvador, Recife y Belo Horizonte. En Estados Unidos en Albuquerque, Boston, Chicago, Nueva York y Seattle.


El teatro de las sombras

Cada cierto tiempo, las Cumbres Iberoamericanas o los Congresos de la Lengua diseminan sobre los ciudadanos latinoamericanos una dosis anual o bianual de pertenencia ficticia a una ficticia Comunidad Iberoamericana de Naciones donde, como dijo Quevedo de los sueños, las élites españolas son el teatro, el auditorio, los actores, el argumento y la boletería. Más del 40 % de las ganancias de las empresas del IBEX 35 (índice bursátil de las empresas españolas con más liquidez) lo aporta América Latina.

La red de secretarías de Estado, subsecretarias, oficinas diversas, casa de América en Madrid y Barcelona, fundaciones, becas, conciertos económicos y convenios variadísimos, instituciones de la lengua, de la cultura, multinacionales yvínculos políticos forman una trama interminable de describir pero que reconoce todo lector de los documentos de la historia de América: es pura literatura virreinal. Otra vez.

El “capitalismo emocional”, que convierte las emociones en mercancías, a veces captura personas que prestan su oreja, incluso hay funcionarios que firman cosas, que las aprueban, que no reflexionan ni un minuto sobre la violencia simbólica, la destrucción: imaginar a los latinoamericanos como máquinas que pueden hablar de modo más rentable, nada menos. Imaginarlos como números.Imaginar su experiencia como perpetuo sometimiento.



[ii]No sé si “la gallega” todavía existe.

[iii]Este fragmento lo escribió Pablo González Amado, (Chile, 2010) y lo reproduce Mario Pérez Oliva (espero que no le moleste la cita), médico veterinario en ejercicio, profesor y académico. http://caballosyopinion.com

[v]Manuel García Solá (1953), empresario agrario y exiguo ministro de Educación de la Nación (de abril a diciembre de 1999) fue denunciado por la Oficina Anticorrupción (2000) y mencionado en un escándalo de tráfico de influencias (2010).   


Referencias[Se mencionan sólo textos utilizados para la redacción de estas notas]




Salmon, Christian: Storytelling, Paris, La Découverte, 2001. 

Morán, Gregorio: El cura y los mandarines (Historia no oficial del Bosque de los Letrados): Cultura y política en España, 1962-1996, Akal, 2014.



[2]No sé si “la gallega” todavía existe.

[3] Este fragmento lo escribió Pablo González Amado, (Chile, 2010) y lo reproduce Mario Pérez Oliva (espero que no le moleste la cita), médico veterinario en ejercicio, profesor y académico. http://caballosyopinion.com


La explicación más sencilla suele ser la más probable

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Marietta Gargatagli termina su serie de tres entradas consecutivas con una reflexión en forma de lista aplicada al término “iberoamericano” y apela al fraile franciscano y filósofo inglésGuillermo de Ockham (1290-1349).  

Ockham descubre América

En 1958, Borges se reía con Bioy de que alguien usara la expresión “literatura iberoamericana” como si esa literatura existiera. Ahora el nombre se aplica a todo: premios, secretarías, observatorios, redes, agencias, cumbres. Sin duda, un triunfo del nominalismo. Guillermo de Ockham aplaude desde el siglo XIV. La navaja de Ockham también. La explicación más sencilla suele ser la más probable.

/Becas Jóvenes Líderes Iberoamericanos de la Fundación Carolina/ Campus Internacional para jóvenes iberoamericanos/Carta Cultural Iberoamericana/ Centro Iberoamericano de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas, CIAPAT/ Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano, CIDEU/ Cine iberoamericano/ Comité de Dirección Estratégica de los Organismos Iberoamericanos, CoDEI/ Comunidad iberoamericana. Organismo internacional al servicio de Iberoamérica dependiente de la Secretaria General Iberamericana (Madrid)/ Conferencia de Directores Iberoamericanos del Agua, CODIA/ Conferencia de Ministras y Ministros de Trabajo de Iberoamérica sobre el futuro del Trabajo/ Conferencia de ministros de Justicia de los países iberoamericanos/ Conferencia Iberoamericana de Ministros de AdministraciónPública y Reforma del Estado/ Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura/ Conferencia Iberoamericana de Ministros de Educación/ Conferencia Iberoamericana de Ministros de Justicia (Asamblea Plenaria Ordinaria, COMJIB/ Conferencia Iberoamericana de Ministros de Juventud/ Conferencia Iberoamericana de Ministros de Medio Ambiente/ Conferencia Iberoamericana de Ministros y Altas Autoridades de Cultura/ Congreso Iberoamericano de Fútbol/ Congreso de Prevención de Riesgos Laborales en Iberoamérica, Prevencia 2019/ Congresos Iberoamericanos de Cultura/ Consejo Iberoamericano del Deporte, CID/ Convenio Multilateral Iberoamericano de la Seguridad Social/ Cuarto Sector en Iberoamérica/ Cuentes satélites en Iberoamérica/ Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno/ El “faro” de la literatura iberoamericana que durante décadas iluminó la cultura en español “se ha apagado”/ Espacio audiovisual iberoamericano/ Espacio Cultural Iberoamericano, ECI/ Espacio Iberoamericano del Conocimiento/Estudio sobre la perspectiva de género en los sistemas de Seguridad Social en Iberoamérica/ Feria Internacional del Libro 2019 anfitrión de la literatura Iberoamericana/ Festival Iberoamericano de Teatro/ Fondo de Ayudas para las Artes Escénicas Iberoamericanas/ Foro Iberoamericano de Mecanismos de Implementación Nacional de la Agenda 2030/ Icex. España exportaciones e inversiones. Licitaciones públicas en Iberoamérica/ Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana/ Miami será la capital gastronómica iberoamericana en 2019/ Observatorio Iberoamericano de la Comunicación/ Observatorio iberoamericano de cultura/ Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica/ Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, OEI/ Organización Iberoamericana de la Juventud, OIJ/ Organización Iberoamericana de Seguridad Social/ Premio Enrique V. Iglesias al Desarrollo del Espacio Empresarial Iberoamericano/ Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos Oscar Arnulfo Romero/ Premios Platino del Cine Iberoamericano/ Primer Encuentro Iberoamericano de Cineastas Emergentes 2019/ Premio Iberoamericano de la Calidad-Excelencia en la Gestión/ Programa de Apoyo al Desarrollo de los Archivos Iberoamericanos/ Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, Cyted/ Programa Iberoamericano de Seguridad Vial/ Programa Iberoamericano sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad/ Red de Archivos Diplomáticos Iberoamericanos/ Red de Oficinas Económicas de España en Iberoamérica: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paragua, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela/ Red Iberoamericana de CooperaciónJurídica Internacional/ Red Iberoamericana de Oficinas de Cambio Climático, RIOCC 2019/ Red iberoamericana de Reservas Marinas/ Redes públicas, relaciones editoriales. Hacia una historia cultural de la edición iberoamericana/ Reunión de Ministros y Altas Autoridades Iberoamericanas de Ciencia, Tecnología e Innovación/ Revista Iberoamericana de Educación, RIE/ Secretaría General Iberoamericana, SEGIB/ Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, SECIPIC/ Secretaría Pro Témpore de la Conferencia Iberoamericana/ Sistema Iberoamericano de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, SIACES/ Sistema Iberoamericano Intergubernamental/ Teatro iberoamericano/ Treinta y siete películas iberoamericanas en la Bernilane 2019/ Trofeo EFE de fútbol iberoamericano/ Turismo y gastronomía en Iberoamérica/Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas, UCCI… ETCÉTERA.

Por qué no hay que usar el Diccionario de la Real Academia, prejuicioso, racista y mal redactado (7)

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Una de las imputaciones más frecuentes a las definiciones contenidas en el DRAE es su mala redacción y su falta de lógica. Y a tal punto, que incluso a la hora del ocio los académicos suelen ser engorrosos y rebuscados, por no decir totalmente incoherentes. Veamos tres ejemplos de malas definiciones e incoherencias manifiestas:

cortometraje
Del fr. court-métrage.
1. m. Película de corta e imprecisa duración.

largometraje
1.m. Película cuya duración sobrepasa los 60 min.

mediometraje
1. m. Cinem. Película con una duración aproximada de 60 min, intermedia entre la del corto y la del largometraje.


De acuerdo con la definición de la RAE, el “cortometraje”, término que como se indica proviene del francés, es un film breve, pero no se precisa su duración. O sea, puede durar 1 minuto o 90 minutos, suponiendo que este último lapso se ajuste a la "imprecisa duración" a la que se alude. En síntesis, el cortometraje, ¿es corto respecto de qué?

Ahora bien, no se señala cuál es el origen de la palabra “largometraje” que, por oposición, suponemos debe también ser traducción del francés, pero no se aclara. Tampoco se dice si 60 minutos son muchos o pocos, pero todo haría pensar que son más que los que les toca en suerte al cortometraje.

En cuanto al mediometraje –del que precediendo la definición dice “Cinem.” , cosa que no ocurre con las otras especies cinematográficas–, ahí sí que estamos jodidos porque su duración “aproximada” es de 60 minutos o menos; vale decir, de acuerdo con la curiosa forma de definir de la RAE, podría ser 59 o 61, con lo cual, siempre de acuerdo a la lógica académica, sería un largometraje o un cortometraje en razón de una medición temporal fluida.

En síntesis, salvo que se proyecte primero un corto, luego un largo y, por descarte, un mediometraje que no se adecue a las dimensiones correspondientes a los dos primeros, por la deficiente lógica académica no hay manera de saber qué tipo de película se está viendo.

Por el bien de sus esposas, esperemos que no midan el largo de las cosas con los mismos criterios con que miden las películas. 

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