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Channel: Club de Traductores Literarios de Buenos Aires
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Fue bueno mientras duró

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De acuerdo con la nota publicada en el diario mexicano La Jornada, el pasado 3 de octubre, la escritora Margo Glantzno dirigirá el Fondo de Cultura Económica.



Renuncia Margo Glantz a dirigir el FCE

Ciudad de México. La escritora Margo Glantz hizo pública hoy su decisión de renunciar a dirigir el Fondo de Cultura Económica (FCE) en el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

“Con fecha 3 de septiembre envíe mi carta de renuncia al FCE, nombramiento que mucho me honra, por razones estrictamente personales”, indició la autora en su cuenta de Twitter.

El pasado 7 de agosto el futuro secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, dio a conocer en un comunicado algunos nombramientos en esa cartera, entre ellos el de quien encabezaría la editorial estatal.

Margo Glantz (1930) es novelista, ensayista y crítica literaria. Es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, ha recibido numerosos premios dentro y fuera del país y colabora en La Jornada.


"No tengo en las manos ninguna preparación, tengo que ponerme a estudiar toda la estructura del libro relacionada con el aparato del Estado"

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La noticia del día de ayer hablaba de la renuncia de la escritora Margo Glantz a dirigir el Fondo de Cultura Económica de México. Apenas un día más tarde, Paco Ignacio Taibo II, algo así como uno de los escritores más populares de su país, se hace cargo de esa tarea. Es lo que dice la nota publicada en el diario Perfil de Buenos Aires, el 5 de octubre pasado.

Paco Ignacio Taibo II aceptó
la dirección del Fondo de Cultura


Tras una reunión con Andrés Manuel López Obrador, el escritor Paco Ignacio Taibo II aceptó dirigir el Fondo de Cultura Económica (FCE). “Decidí aceptar la propuesta de Andrés Manuel López Obrador de dirgir el Fondo de Cultura Económica, hice una serie de proposiciones, tuvimos una reunión, conversamos, estamos de acuerdo totalmente. Andrés va a anunciar muy pronto la situación en la que empezaré a dirigir el Fondo. Creo que va a ser muy interesante”, dijo el intelectual en un video que compartió en redes sociales. “No tengo en las manos ninguna preparación, tengo que ponerme a estudiar toda la estructura del libro relacionada con el aparato del Estado, la situación económica de la empresa, la política editorial hasta ahora, la situación de los trabajadores”, dijo Taibo. La escritora Margo Glantz informó el miércoles pasado que no será la nueva directora del Fondo de Cultura Económica, como originalmente estaba propuesta. La propia narradora a través de su cuenta de Twitter escribió: “Con fecha 3 de septiembre envié mi carta de renuncia al FCE, nombramiento que mucho me honra, por razones estrictamente personales”. 

Traductores visitan a Daniel Guebel en la tele

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Tal como fue anunciado previamente, “Notas de traducción” es el título elegido para el episodio que contó con la presencia de Teresa Arijón,Barbara Belloc y Jorge Fondebrider de Campo de batalla, el programa de literatura que el escritor Daniel Guebel conduce  en el Canal de la Ciudad.

Quienes deseen ver el programa ya emitido, pueden hacerlo, vía youtube, en este vínculo:


El escritor y traductor Fabio Morábito visita el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires

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De paso por Buenos Aires, traído por la Embajada de México en Argentina para participar en la 10ª. edición del Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (Fundación Filba), el poeta, narrador y traductor mexicano Fabio Morábitovisitó elClub de Traductores Literarios de Buenos Aires para abordar tres casos diferentes de traducción: la “traducción” del castellano oral al escrito, experiencia que llevó a cabo en su imponente volumen de cuentos populares mexicanos; la traducción literaria de una traducción filológica de autores griegos arcaicos; la traducción de sus propios textos al francés, colaborando con su traductora a ese idioma. La velada se matizó con numerosas preguntas del público.

En los próximos días, quienes así lo deseen podrán ver el video ad hoc.

Poeta, narrador, ensayista y traductor, el mexicano Fabio Morábito(Alejandría, 1955) es autor de los libros de poesíaLotes baldíos(Premio Carlos Pellicer, 1985), De lunes todo el año(Premio Aguascalientes, 1991) y Alguien de lava(2002), incluidos en La ola que regresa, poesía reunida(2006). Como narrador ha publicado los cuentos de La vida ordenada (2000),La lenta furia(Tusquets, 2002 y Eterna Cadencia, 2009), También Berlín se olvida(2004) y Grieta de fatiga (Tusquets, 2006 y Eterna Cadencia, 2010) por el que obtuvo en el año 2006 el premio "Antonin Artaud", y la novela Emilio, los chistes y la muerte(Anagrama, 2009). Como ensayista ha publicado Los pastores sin ovejas(Ediciones el Equilibrista, 1995) y El idioma materno (Sexto Piso, Gog y Magog y Hueders), y como escritor de literatura infantil Cuando las panteras no eran negras, libro por el que ganó el "Premio White Raven" en 1997. Vertió al castellano la obra completa de Eugenio Montale (para Galaxia Gutenberg), una antología de la poeta italiana Patrizia Cavalli (UNAM) y la obraAminta de Torcuato Tasso. Es asimismo compilador de un grueso volumen deCuentos populares mexicanos (Fondo de Cultura Económica).

“Me he ceñido lo más posible al texto original”

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El 22 de agosto pasado, el diario mexicano La Jornada publicó esta curiosa nota que seguramente hará las delicias de Sheldon Cooper y sus amigos.


Traducirán El Principito al klingon,

idioma de Star Trek

 

Saarbrücken. Los seguidores de la mítica serie de televisión Star Trek están de suerte: el clásico infantil El principito podrá leerse también ahora en la lengua de la raza klingon.

Lieven L. Litaer, experto en el idioma de Star Trek, ha sido el encargado de traducir al klingon la famosa historia escrita por el francés Antoine de Saint-Exupéry. “Me he ceñido lo más posible al texto original”, declaró a DPA el experto y profesor en klingon, de 38 años, de la ciudad de Saarbrücken, en el oeste de Alemania. El libro se publicará en octubre y lo utilizará como lectura en sus cursos anuales de lengua klingon. 

“El interés por el klingon está creciendo”, indicó Litaer. Su curso de idiomas “qepHom” (pequeña reunión) de noviembre, que está limitado a 50 participantes, está casi completo, afirmó. También se han inscrito fans de Star Trek de Suecia y Canadá. Muchos también estudian la lengua artificial por Internet. Existe un grupo en Facebook en el que más de mil personas practican klingon. El peculiar idioma comprende actualmente unas 4 mil palabras creadas por el lingüista estadunidense Marc Okrand. 

Cada año se añaden nuevos vocablos. Este año fueron más de 120. “Una gran parte se creó para El principito”, dijo Litaer, quien comenzó con el proyecto en 2004. “Me tomó tanto tiempo porque me faltaba mucho vocabulario”, explicó. Había que crear primero palabras como oveja o rosa, agregó. Para poder aprender el idioma, el libro está estructurado de tal manera que en una página está el texto en alemán y en otra en klingon. De este modo, el lector puede incrementar su vocabulario. Litaer estima que entre 20 y 30 personas en todo el mundo hablan klingon con fluidez, un idioma con muchos trabalenguas y sonidos de laringe. Mientras, miles tienen conocimientos básicos. El principito ya ha sido traducido a unos 300 idiomas y dialectos. 

“Esto me llevó a pensar que el klingon debía estar entre estos idiomas”, indicó.

 El creador del klingon fue el lingüista estadunidense Marc Okrand, que desarrolló todo un idioma nuevo para los estudios Paramount Pictures. Fue diseñado con un orden de palabras tipo Objeto Verbo Sujeto. No hay tiempos verbales y los verbos no se conjugan.

Una librería argentina en Beijing

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El 11 de julio pasado, Aye Iñigo publicó en La Voz del Interior, de Córdoba, la siguiente entrevista con Guillermo Bravo, un escritor cordobés que abrió una librería de libros en castellano en Beijing.

Cumple un año la librería 
que abrió un cordobés en China

El escritor y editor Guillermo Bravo, oriundo de Pilar, celebra el primer aniversario de su librería Mil Gotas, que ofrece libros en español y traducciones de obras clásicas al chino, en la ciudad de Beijing.

En medio de la inmensidad de Beijing, entrar a Mil Gotas es como volver a Argentina por un rato. Esa pequeña librería en el cuarto piso del Instituto Cervantes de la capital china podría estar en cualquier calle de Córdoba, de Mendoza o de Buenos Aires. Entre sus estantes, los lectores chinos –o los hispanohablantes que viven o visitan Beijing– pueden encontrar autores como Fogwill, Antonio Di Benedetto o Roberto Fontanarrosa, entre muchos otros.

“Fundé Mil Gotas por una necesidad personal de conseguir libros en español. Entonces fui trayendo y de a poco compartiendo con amigos. Luego empecé en internet y, como funcionó bien, comenzamos en un espacio físico”, cuenta su fundador, el escritor y editor cordobés Guillermo Bravo.

Además de dirigir la librería, Bravo da clases de Literatura en la Universidad Capital de Beijing. Llegó hace ya cinco años, luego de vivir una larga temporada en París, donde escribió libros y realizó diversos proyectos literarios, entre ellos la fundación de la editorial La Guepe, con la que publicó el primer Martín Fierro en mandarín.

–¿Qué les atrae a los chinos de la literatura hispanoamericana?
–Me da la sensación de que encuentran un mundo nuevo. Otra manera de ver o de vivir la vida. Así que no sólo encuentran una literatura, sino toda otra cultura. Les parece colorida y dinámica y apasionada. Me acuerdo de un lector chino que me contó que había leído una escena de Vargas Llosa en la cual una pareja hacía el amor por varias horas. Luego estrujaban las sábanas y caían litros de sudor. Me contó este lector que desde entonces cada vez que se acostaba con una chica iba a estrujar la sábana y no salía ni una gota. Entonces decía “eso me pasa por no ser latinoamericano”. Me gusta mucho cuando los lectores me cuentan esas anécdotas, de cómo la literatura se mete en la vida cotidiana de la gente.

–¿Cuál es el autor más vendido?
–García Márquez. Los chinos tienen una fascinación total por García Márquez. Aún no me la explico, pero alguna vez me gustaría escribir un artículo sobre el tema. Luego siguen todos los autores del boom. Y luego César Aira, pero es porque por mi gusto personal hicimos una estantería para él solo y siempre lo estamos promoviendo.

–¿Hay un perfil promedio del chino que se interesa por la literatura hispanoamericana?
–Son estudiantes de español. Son parte de lo que yo llamo “la nueva burguesía” china. Gente de clase media y media alta a la que le sobra un poco de dinero y lo invierte en educación, que es fundamental en los chinos.

–¿Tenés libros en venta de algún autor cordobés?
–Tengo muchas editoriales cordobesas y a través de ellos a autores de Córdoba. Por ejemplo la editorial Caballo Negro, que me parece excelente, o la editorial Alción, entre otras.

De Pilar a Beijing
Guillermo nació en la localidad cordobesa de Pilar, donde vivió hasta sus 18 años. Con cuatro hermanos y padres psicólogos, lo que más recuerda de sus primeros años de juventud eran sus días trabajando en el negocio de su abuelo, dedicado a la venta de materiales de construcción. Allí, mientras ayudaba a cargar “al hombro” bolsas de ladrillo o atendía el mostrador, tuvo sus primeras charlas de literatura.
“Me encantaba trabajar ahí con mi abuelo. Además, creo que esa experiencia me sirvió para comenzar con la librería. Fue una infancia feliz, supongo... Además de mis padres, que se separaron cuando yo era muy chico, estaban mis abuelos, y esa empresa de mi abuelo que era como el personaje central de la familia porque todo giraba en torno a eso. Después, a mis 18, me fui a vivir a Córdoba capital, para estudiar Arquitectura”, recuerda.

–¿Y cómo fue tu primer acercamiento a la literatura?
–Mis padres son psicólogos. Luego mi padre se cansó de la psicología –cuando se separó de mi madre– y estudió literatura. Se recibió y trabajó como profesor hasta que se jubiló. La relación con él era sobre todo a través de la literatura y fue él quien me fue introduciendo en esta pasión. Desde chico me hablaba de eso. De una manera muy particular, muy suya. Muy poco académica. Me acuerdo de que hablaba a veces en broma con frases del Quijote como “no es menester”. Una vez le dolía una muela y me dijo “me duele más de lo que es menester”. Y nos reíamos porque los dos pensábamos en el Quijote. Cada vez que me visitaba, una o dos veces por semana, me traía un libro y yo tenía que dibujar lo que había leído. Luego volvió a vivir a Pilar y nos veíamos todos los días para hablar de esto.

–¿Qué otros autores te hizo conocer?
–También me contaba muchas anécdotas de escritores. De Roberto Arlt, Quiroga, Sarmiento, Dickens... De Dickens sabía hasta los platos que comía, y un día me dijo que le gustaba tanto que se iba a dejar su mismo peinado y barbita. También me acuerdo de que me contaba que cuando Arlt era chico y hacía algo que molestaba al padre, que era un loco, este le decía: “Te pegaré mañana”. El pobre niño se quedaba 24 horas esperando la paliza, que al final se realizaba de manera brutal. Mi papá muchas veces me decía en broma “te pegaré mañana”. En fin, creo que fue una buena manera de entrar a la literatura, muy poco académica, muy libre.

–Si tuvieras que elegir tus tres libros preferidos, ¿cuáles serían?
–A pesar de ser muy poco nacionalista y de que hace casi 15 años de que vivo afuera, mis escritores preferidos son casi todos argentinos. Borges, siempre. Ya de más grande descubrí a Aira y, a través de él, a Copi y a Osvaldo Lamborghini, dos escritores que adoro. Aira me cambió mi forma de ver la literatura. Para decir tres libros, diría Osvaldo Lamborghini, de Ricardo Strafacce; Congreso de literatura, de Aira, y Cosa de negros, de Washington Cucurto.

–Estás por publicar en Argentina una biografía de Copi. ¿Cómo surgió semejante proyecto?
–Empezó porque vivía en París y por casualidad conocí a varios amigos de Copi que me contaban anécdotas de él. Y de a poco me fui interesando en él como persona. Me gustaban su cara, sus gestos. Y su obra me volvió loco. Así que se fue dando naturalmente. La va a publicar la editorial argentina Mansalva, lo que es un gran honor porque para mí es única, quizás la mejor del país. Soy fanático de Mansalva y de su creador, Francisco Garamona. Un poeta genial que hemos traducido al chino.

–Si un chino te dice que quiere ir a conocer Córdoba, ¿qué lugares no puede dejar de visitar?
–Yo creo que lo mejor que tiene Córdoba es su vida estudiantil. Toda la parte del Centro y de lo que llaman el casco histórico creo que hay que visitarla. Y luego las Sierras, que son hermosas.


"El arte de la traducción es a la vez tan exigente, tan humilde y tan sacrificado, tan generoso con todos sus beneficiarios"

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Nacido en 1979 en Popayán, Colombia, Juan Esteban Constaín (foto) publicó en 2004 su primer libro, Los mártires, un conjunto de ficciones sobre escritores. En 2007 publicó El naufragio del Imperio, y en 2010 ¡Calcio!, con la que obtuvo el Premio Espartaco de Novela Histórica en la Semana Negra de Gijón. En mayo de 2014 salió El hombre que no fue Jueves, que lleva más de 4 meses en la lista de los libros más vendidos en Colombia. Es columnista del periódico El Tiempo, de su país, donde el 23 de agosto pasado publicó el texto que sigue.

Existen traducciones que nos salvan, 
pero dependemos de un azar,
y es que el traductor tenga talento.

Tengo un cuñado italiano, esposo de mi hermana, que vive aquí desde hace años y cuyo mejor amigo colombiano es un sueco que llegó al país al mismo tiempo que él, lo que quiere decir que ambos se conocieron y trabaron amistad cuando su español era todavía muy precario, porque lo era, casi telegráfico. Tanto que mi hermana les oyó una vez una festiva tertulia en la que ninguno de los dos tenía la menor idea de lo que el otro decía.

Un caso un poco más dramático y edificante, si se quiere, es el de una pariente de mi gran amigo Enrique Serrano, quien se casó con un coreano del sur con el que fue feliz casi toda la vida, y digo “casi” porque a ella, después de los años, ya al final, le dio por la idea insensata de aprender por fin la lengua de su marido: ese día se acabó el matrimonio, claro. En ese mismo instante se fueron a la basura décadas de dicha y de paz.

Hace no mucho leí en internet la anécdota de Andre Höchemer: un intérprete del alemán al español, y viceversa, que fue contratado por una viuda alemana para ir hasta Valencia, creo, donde se velaba a su marido. En esas estaban cuando apareció la amante del difunto a cobrar ella también su parte de las cenizas, lo que desató por supuesto una última guerra a muerte, nunca mejor dicho, entre las dos mujeres.

El pobre Höchemer tuvo que oficiar entonces como mediador en una escena dantesca a más no poder, porque además, muy a la española, o por lo menos muy a la valenciana, no solo intervinieron en ella esposa y amante sino también dos curas que había allí y la empleada de la funeraria, todos los cuales expresaban muy resueltos, claro, su opinión sobre el tema, llevando de aquí para allá los últimos restos del finado, alma bendita.

El traductor hizo lo que correspondía para calmar los ánimos en una situación tan compleja, y no solo trasvasaba del alemán al español y viceversa lo que iban diciendo esposa, amante, curas y empleada de la funeraria, sino que además mejoraba cada intervención o al menos la atenuaba, suprimiendo por ejemplo lo que pudiera resultar en exceso ofensivo para cualquiera de las partes, la Iglesia católica incluida.

No es la primera vez que algo así pasa, todo lo contrario: la historia está llena de equívocos y aciertos, muchos de ellos involuntarios o inesperados, que han nacido de la dificultad y el misterio que implica el hecho de cruzar la frontera de las lenguas: arrancar de cualquiera de ellas sus palabras para encontrar su sentido y su significado, su espejo, en otra cualquiera. Es el mito de la Torre de Babel, cómo no.

Y eso que hablo solo de la vida cotidiana y no de la literatura –que es la vida cotidiana hecha lenguaje y belleza, ahí está el problema–, donde ese abismo entre las lenguas puede llegar a ser irreparable. Claro: existen las traducciones que nos salvan, pero en ese caso dependemos siempre de un azar, y es que el traductor tenga talento: que sepa recrear en su idioma, intacto, qué contradicción, el espíritu de aquello que fue dicho en otro.

Por eso el arte de la traducción es a la vez tan exigente, tan humilde y tan sacrificado, tan generoso con todos sus beneficiarios: porque el genio de un autor, si es que algo así existe, si lo tiene, se revela de verdad solo en la lengua en la que escribe, y esa es una fatalidad de la que nos rescata el genio del traductor, tantas veces olvidado y mal pagado, en todos los sentidos de la palabra.

Por estos días he vuelto a un autor, Witold Gombrowicz, al que siempre he leído dichoso pero también con nostalgia: con la angustia de estar perdiéndome de su verdadera grandeza por no saber su lengua.

Y me digo que hay autores, los mejores, que son una razón suficiente para querer aprender la lengua en la que escriben.


Libros en castellano en los Estados Unidos

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La categoría "hispano" reúne en los Estados Unidos a un segmento significativo de la población, fruto de la inmigración latinoamericana. Del mismo modo que el término "caucásico" da más o menos lo mismo y no se refiere a los nacidos en el Cáucaso, el término "hispano" mezcla a todo aquel que hable castellano, ya sea que escuche guarachas, toque la quena o baile tango. Y dado que siempre hay un especialista para todo, Larry Downs (foto), un consultor editorial estadouniense, actualmente a cargo de la creación y dirección del sello Harper Collins Español, parece ser el que sabe sobre libros en castellano publicados en Estados UNidos. Acaso por ello, donde muchos ven la posibilidad de cultura, otros ven negocios. Y a pesar de que una y otra cosa no estén necesariamente reñidas, a veces el costado "negocio" termina contaminándolo todo. La siguiente columna de opinión, fue subida el pasado 2 de octubre al sitio Plublishnews. 


La inmigración y su efecto en 
la edición en español en Estados Unidos 


El mercado de la edición en español en Estados Unidos ha experimentado varios cambios en los últimos años. Durante los últimos 20 años, más o menos, todo el enfoque se ha centrado en el creciente mercado hispano en los Estados Unidos. Con el censo llegando a casi 60 millones de hispanos, uno pensaría que existe una significativa oportunidad para publicar en español. Pero si profundizamos más en relación a los lectores en español, observamos que el gran número de hispanos en EEUU puede estar señalándonos una dirección equivocada.

La inmigración ha tenido un gran efecto en la definición del consumidor español objetivo en los Estados Unidos. Los datos del censo de 2015 revelan un aumento del 3,2% en el número de inmigrantes hispanos con respecto a las cifras de 2010, mientras que los hispanos nacidos en los Estados Unidos han crecido, en el mismo período, un 16,7%. (Gráfico 1)




Grafico 1 | Fuente US Census Data 2015


Además, la progresión generacional en la elección del idioma determina si el consumidor elegirá leer en español o en inglés. Es seguro asumir que la segunda generación y las siguientes se inclinarán por el inglés como su idioma principal a la hora de consumir libros, debido a que el inglés se ha convertido en el idioma dominante de elección. Al mismo tiempo vemos un sector bilingüe fuerte en los EE.UU., pero este es principalmente hablado. Como resultado, el porcentaje de primeros lectores en español en los EE.UU. es inferior al 35% del número total de hispanos (Gráfico 2). Este dato, todavía situaría a los potenciales consumidores españoles en Estados Unidos en torno a los 20 millones de personas. Este es aún un número bastante grande y haría de los Estados Unidos el séptimo país del mundo entre los paises con mayor número de personas con el español como lengua principal o dominante. 


Grafico 2 | Fuente US Census Data 2015
Como resultado de una aplicación más estricta de la ley de inmigración en las últimas dos décadas, podemos ver claramente diferencias significativas en la mezcla de edad y género entre los inmigrantes y los hispanos nacidos en los Estados Unidos. (Gráficos 3 y 4) 
No estamos viendo un número significativo de familias hispanas jóvenes migrando a los Estados Unidos. Podemos constatar que el verdadero mercado de consumo de libros en español es un consumidor principalmente mayor, de entre 25 y 55 años de edad. Pero si retrocedemos un segundo y volvemos a mirar los datos, podemos ver que existe un mercado de libros bilingües para niños. Este mercado sería para la 2ª y 3ª generación de hispanos, así como para las bibliotecas y los programas ESL (English as a Second Language).

Creo firmemente que todavía hay muchas oportunidades para publicar en los EE.UU., sin embargo, uno debe saber y entender dónde está la oportunidad. Cuando se hace bien, la edición en español en los Estados Unidos. puede seguir siendo muy gratificante.

Graficos 3 y 4| Inmigrantes hispanos en Estados Unidos | Fuente US Census Data 2015




Programa de Fiction Fiesta 2018

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Desde 2012, el poeta y traductor galés Richard Gwyn, con el apoyo de la Universidad de Cardif y Wales Art International –además de otros amigos– viene organizando un breve e intenso festival al que, por alguna razón inexplicable, bautizó Fiction Fiesta. 

El esfuerzo, que se lleva a cabo cada año en la ciudad de Cardiff, Gales, está puesto en vincular a autores galeses, escoceses, ingleses e irlandeses con sus pares latinoamericanos (ya pasaron por ahí Andrés Neuman, Inés Garland, Juan Villoro, Pedro Serrano, Alicia García Bergua, Carlos López Beltrán, Marina Serrano y Carolina Sanin, entre otros) para crear, en una pequeña escala, la ilusión de que vivimos en un mismo mundo y tenemos cosas comunes que discutir. Los resultados, hasta ahora, han sido excelentes y dieron lugar a mutuos intercambios y publicaciones.

Se ofrece, a continuación, el programa de este año.
  
VII  INTERNATIONAL FICTION FIESTA & POETRY PALOOZA 2018

Monday 22 October at 7.00 pm (doors open at 6.30 pm)
Flute and Tankard, Windsor Place

Andrés Ehrenhaus (Argentina)
Ailbhe Darcy (Ireland)
W.N. Herbert (Scotland)

Tickets free on Eventbrite (Fiction Fiesta Monday 22 October)

Tuesday 23 October at 7.00 pm (doors open at 6.30 pm)
Virgin Money Lounge, Old Library, The Hayes

Jorge Fondebrider(Argentina)
Alexandra Teague (USA)
Richard Gwyn (Wales)

Tickets free on Eventbrite (Fiction Fiesta Tuesday 23 October)

At this event we will also be celebrating the launch of Richard Gwyn’s new collection:
Stowaway: A Levantine Adventure (Seren). Wine and nibbles by DELI A GOGO.

Translation Roundtable on Tuesday 23rd at 2.00 – 5.00 pm in the Virgin Lounge Community Room:

i) Translating the classics, with Jorge Fondebriderand Andrés Ehrenhaus.

ii) Poet to poet method, with W.N. Herbert and Richard Gwyn.

There are limited numbers for this afternoon event: please email gwyn@cardiff.ac.uk to secure

El SPET y la traducción en la historia intelectual

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En el próximo encuentro, que tendrá lugar el jueves 25 de octubre a las 18:30 en el Salón de Conferencias del IES en Lenguas Vivas “Juan R. Fernández” (Carlos Pellegrini 1515), nuestras invitadas Claudia Bacci y Mariana Canavese y nuestro invitado Mariano Zarowsky conversarán con nosotras/os sobre el tema “La traducción en la historia intelectual”. Se trata del segundo encuentro en el marco del ciclo“La traducción entre la traductología y otras disciplinas”

Claudia Bacci es socióloga y magíster en Investigación en Ciencias Sociales (Facultad  de Ciencias Sociales, UBA). Docente de grado en la carrera de Sociología (UBA) y de posgrado en distintas universidades nacionales (UNSAM, UNLP, UBA). Se desempeñó como investigadora en el Archivo Oral de Memoria Abierta (2009-2014). Ha publicado trabajos sobre estudios de género, teoría social, memoria y derechos humanos en Argentina.
Mariana Canavese es doctora en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y la EHESS de París, investigadora del CONICET y docente de la carrera de Historia (UBA). Trabajó como redactora y editora en distintas publicaciones. Se graduó de la carrera de Historia de la UBA y se especializó en Estudios en Cultura y Sociedad (IDAES/UNSAM). Ha participado en distintos proyectos y estancias de investigación en el país y en el exterior. Sus investigaciones abordan aspectos de la historia intelectual argentina y latinoamericana, área en la que ha publicado artículos en revistas académicas nacionales e internacionales así como capítulos en libros. Es autora de Los usos de Foucault en la Argentina. Recepción y circulación desde los años cincuenta hasta nuestros días (Siglo XXI, 2015).
Mariano Zarowsky, investigador del CONICET, es doctor en Ciencias Sociales, magister en Comunicación y Cultura y licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires. Es docente regular en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y ha dictado seminarios de posgrado en distintas universidades. Sus trabajos de investigación abordan la historia de los estudios en comunicación y cultura y las relaciones entre ciencias sociales, cultura de izquierda y política en la segunda mitad del siglo XX. Es autor de Los estudios en comunicación en la Argentina. Ideas, intelectuales, tradiciones político-culturales (1956-1985), Buenos Aires, Eudeba, 2017, y Del laboratorio chileno a la comunicación-mundo. Un itinerario intelectual de Armand Mattelart, Buenos Aires, Biblos, 2013. 

Lectura sugerida 
Mariano Zarowsky: “Entre la renovación de las ciencias sociales y la intervención intelectual: Eliseo Verón editor en Tiempo Contemporáneo (1969-1974)”. En: Palimpsesto, Vol. VIII, Nº 11 (enero-junio, 2017): 1-17. Universidad de Santiago de Chile.

Quienes confirmen su asistencia recibirán por correo electrónico el material de lectura sugerida para este encuentro.

Seis ensayos recientemente distribuidos

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Publicado el 1 de octubre pasado por el Administrador de este blog en la sección Cultura del diario digital InfoBAE, el presente artículo recomienda seis ensayos recientemente distribuidos en la Argentina. Se trata de traducciones y de un libro sobre la traducción.

Seis ensayos que vale la pena leer

Una de las cosas buenas de ya casi no leer novelas (o, al menos, novelas nuevas) es el tiempo que uno tiene para leer ensayos. Y en este sentido, éste está siendo un año excelente por la cantidad y variedad de libros publicados, cuyos temas y desarrollos, si se me permite decirlo así, superan con creces las posibilidades de la ficción.

A la cabeza de todo lo publicado en 2018, hay un libro extraordinario escrito por el prolífico poeta y ensayista británico Al Alvarez (Londres, 1922). Se trata de  Night. An Exploracion of Night Life, Night Language, Sleep and Dreams(1994; originariamente traducido en 1996 como La noche.Una exploración de la vida nocturna, el lenguaje de la noche, el sueño y los sueños, por Marcelo Cohen, para la editorial Norma, de Colombia, ahora reeditado por Fiordo, Buenos Aires, 2018). Si le sirve de referencia al lector, John Le Carré, J.M. Coetzee, Johbn Banville y Philip Roth y Robert Stone han coincidido en señalar que se trata de un volumen excepcional. En él se recorren todos los aspectos imaginables que se vinculan con la noche: nuestro miedo inmemorial a la oscuridad, la forma en la que la hemos ido arrinconando a través del tiempo, la conquista de la noche a través de la luz artificial, los sueños y cómo transcurrieron a lo largo de los siglos, la noche de los escritores, la de la policía, los animales nocturnos, etc. La prosa de Álvarez –magníficamente rescatada por Cohen– es sencillamente deslumbrante. La sencillez de sus argumentos, siempre basados en documentación precisa o en la propia experiencia, justifica los elogios. Se trata de un libro que hay que correr a comprar y leer, y esperar a que alguien continúe publicando los otros ensayos de Alvarez.

Luego, entre las distintas especies ensayísticas poco frecuentadas por los escritores del mundo hispánico, se encuentra la literatura de la naturaleza y de viajes. De larga prosapia en el mundo anglosajón, uno de sus últimos y más interesantes representantes es el inglés Robert Macfarlane (Oxford, 1976), auténtica referencia en su país. Macfarlane estudió en Pembroke College, Cambridge, y en Magdalen College, Oxford, y actualmente es becario en inglés en el Emmanuel College, Cambridge. Entre sus libros más destacados se cuentan varios que se ocupan específicamente del paisaje natural: Mountains of the Mind (2003; traducido por Concha Ardeñoso Sáenz de Miera como Las montañas de la mente, Alba, Barcelona, 2003), por ejemplo, examina nuestra relación con las montañas y lo que generan en nuestra imaginación; por su parte, The Wild Places (2007; traducido por Catalina Martínez Muñoz como Naturaleza virgen, Barcelona, Alba, 2008) es una crónica de experiencias en zonas remotas, principalmente de Escocia e Irlanda. Ahora acaba de ser distribuido en toda Latinoamérica, The Old Ways(2012; traducido como Las viejas sendas, por Juan de Dios León Gómez y con introducción de Miguel Ángel Blanco, Valencia, Pre-Textos, 2017). Si bien los tres libros, en opinión del autor, conforman algo  así como una “trilogía imprecisa sobre el paisaje y el corazón humano”, éste último le ha valido unánimes elogios de escritores como John Banville, Andrew Motion o John Gray, entre otros. Adam Nicholson se ocupó en su momento de reseñarlo para The Telegraph. Allí decía: “Este no es un libro sobre la historia del caminar ni del movimiento centrífugo, sino algo conscientemente establecido mucho más alto que eso: una secuencia de 16 largas meditaciones sobre el lugar que ocupa la caminata en la conciencia humana, cada una en un tramo diferente del mundo, brillantemente realizado.” Como en el caso del paleontólogo Stephen Jay Gould o del psiquiatra Oliver Sacks, acá no sólo cuenta el conocimiento y la reflexión, sino, sobre todo, la calidad de la escritura.

Las mismas características pueden encontrarse en Wunderlust. A History of Walking(2001; traducido como Wanderlust. Una historia del caminar, Hueders, Santiago de Chile, 2016) de la ensayista estadouniense Rebecca Solnit (Bridgeport, Connecticut, 1961), quien, a lo largo de su dilatada carrera, ha publicado ensayos sobre el medio ambiente, la política, los lugares y el arte. El volumen, distribuido a fines del año pasado entre nosotros, se estructura a partir de una serie de preguntas: ¿desde cuándo caminamos? ¿Somos todos iguales al caminar? ¿Se podría caminar más? ¿Qué implicancia tiene hacerlo de día o de noche? ¿Cambia el sentido si quien camina es una mujer, o si se camina en grupo? Las respuestas vienen desde diversos  campos: la filosofía, la política, la biología humana y, fundamentalmente, la literatura. Y hay de todo: desde las peregrinaciones religiosas hasta las rondas de las prostitutas, pasando por las excursiones turísticas, las marchas políticas y los desafíos deportivos. La lectura es amena y, para los caminantes, este es un libro de lectura obligatoria.

Jean Starobinski (Ginebra, Suiza, 1920) es un historiador de las ideas y un crítico literario poseedor de una merecida fama internacional. De su vastísima obra, importa destacar acá que fue uno de los iniciadores en la segunda mitad del siglo XX de los estudios médico-culturales sobre la melancolía, que sólo concluyó en 2012. A este respecto, su trabajo sobre este tema específico fue dado a conocer a través de diversas obras; entre otras, Histoire du traitement de la mélancolie, des origines à 1900 (Basilea, Geigy, 1960), La mélancolie au miroir. Trois lectures de Baudelaire (París, Julliard, 1989), y L'encre de la mélancolie, (París, Seuil, 2012). Esta última obra, publicada como La tinta de la melancolía, fue traducida por el editor y traductor mexicano Alejandro Merlin (Durango, 1988) y revisada por traductor y revisor Fausto José Trejo, para su publicación en el Fondo de Cultura Económica, de México, en 2017, y sólo recientemente acaba de ser distribuida en Argentina, Chile y Uruguay. Se trata, a no dudarlo, de un trabajo mayor de uno de los mayores críticos que nos legó el siglo XX y probablemente sea uno de los más importantes libros que circulen en Latinoamérica este año. El libro, como se entenderá, recopila medio siglo de investigaciones relacionadas con el tema de la melancolía, desde su aspecto clínico y su evolución histórica hasta su relación con la literatura. Starobinski rastrea los orígenes del tratamiento clínico de la melancolía y examina el concepto en cada una de sus mutaciones: enfermedad, esencia creativa o explosión del ingenio pesimista. Su análisis abarca los trabajos de Robert Burton y Søren Kierkegaard, el diagnóstico de la crisis que sufría Van Gogh, el spleen de Baudelaire y el relato de la destrucción de Troya, entre otros temas.

Y ya que mencionamos a Baudelaire, tal vez valga la pena mencionar en esta muy apretada síntesis, Le siecle de Baudelaire (2014),un volumen del poeta, traductor y crítico francés Yves Bonnefoy (Tours, 1923- París, 2016), que, traducido como El siglo de Baudelaire por Carlos Riccardo y editado por el Fondo de Cultura Económica, acaba de ser distribuido en la Argentina. Se trata, en principio, de una serie de artículos publicados en diversos medios entre 1995 y 2013, que tienen como eje la herencia que Baudelaire y su siglo legaron a los poetas subsiguientes; esto es el descreimiento, la pérdida de religiosidad y la consiguiente banalización de las formas tradicionales de la fe, buscando una trascendencia al margen de la idea de “Dios”. “Baudelaire –anota Bonnefoy– se plantea la pregunta por la existencia de Dios, pero debe resignarse a comprender, al menos en momentos que están en el centro de su atención, que no cree. Ocurrirá lo mismo, de manera más resuelta, pero no por eso más radical, con Mallarmé, con Rimbaud”. Los diez capítulos que ocupan este libro
–algunos de los cuales fueron meras conferencias, participaciones en coloquios o artículos de revistas– tienen por objeto a Baudelaire, a Stéphane Mallarmé, a Jules Laforgue, a Paul Valéry y a Hugo von Hofmannsthal. Hay que decir que la naturaleza abstracta de la lectura se ve por momentos aun más oscurecida por la traducción, acaso demasiado pegada al original.

Para terminar, en el año del bicentenario del nacimiento de Karl Marx, no podía faltar un ensayo que le estuviese dedicado. Sin embargo, vale la pena destacar un libro que se ocupa menos del pensador alemán que desde su obra, y menos desde la teoría política y económica que desde la historia de sus traducciones al castellano. Se trata de La biblia del proletariado. Traductores y editores de El Capital (Siglo XXI, Buenos Aires, 2018), un esplendido ensayo de Horacio Tarcus (Buenos Aires, 1955)que se ocupa minuciosamente de rastrear el contexto y  la trayectoria de quienes tradujeron ese libro trascendente y de quienes lo editaron en todo el mundo hispanohablante. Por sus páginas pasan Juan B. Justo, Manuel Pedroso, Wenceslao Roces y Pedro Scaron, así como las versiones de referencia sobre las que cada uno de ellos trabajó. 

Augusto Roa Bastos traducido al árabe

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“La Embajada del Líbano en Paraguay presentó la primera traducción al idioma árabe de la obra Yo el Supremo del máximo exponente de la literatura paraguaya, Augusto Roa Bastos(1917-2005), en un acto en el Centro Cultural El Cabildo de Asunción”. Tal es la bajada de la noticia publicada en el diario ABC Color de Paraguay, el pasado 2 de octubre.

Traducen al árabe Yo el Supremo


La directora de la institución, Margarita Morselli, que será la encargada de editar el libro, hizo entrega al diplomático libanés Hassan Hijazi –que presentó la traducción ante el centro cultural– de la Medalla Roa Bastos, por su “contribución a la difusión de la obra de Roa en espacios geográficos hasta ahora poco difundidos”.

Hijazi indicó que el propósito de llevar a cabo la traducción fue “que el Paraguay sea representado por la obra de Roa en el futuro, para que pueda verse toda la dimensión de su nivel cultural en el mundo árabe”.

La traducción ha sido realizada por Tarek Abdel Hamid, libanés residente en Paraguay desde 1994, quien también tradujo la novela El invierno de Gunter de Juan Manuel Marcos.

La futura edición contendrá pies de página que explican al lector árabe el contexto paraguayo y contienen informaciones sobre los lugares y acontecimientos mencionados en el libro.

En el mismo acto, la presidenta de la Comisión de Cultura del Parlamento del Mercosur hizo entrega a Morselli de una copia de la declaración de interés cultural de las obras del escritor, realizada por dicho parlamento el pasado 30 de agosto.

Augusto Roa Bastos recibió el Premio Cervantes en 1989 y el año pasado Paraguay celebró decenas de actividades culturales en el marco del centenario del nacimiento del escritor.

"El español no pertenece a la marca España"

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El poeta español Luis García Montero (1958) es desde agosto pasado el nuevo director del Instituto Cervantes. Y si bien no hay que esperanzarse de que las cosas puedan cambiar mucho, asombró a propios y ajenos con una reciente declaración, recogida por el diario Clarín en su edición del 8 de octubre pasado.

Afirman que el idioma español 
no le pertenece a España
  
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, insistió hoy en que el español no pertenece a la marca España, porque es un "país más" de los que hablan este idioma, y destacó la importancia de este mensaje para afianzar la colaboración con los países iberoamericanos.

García Montero, que adelantó en rueda de prensa los asuntos que aborda el Patronato del Instituto Cervantes en la reunión anual que presiden los Reyes en Aranjuez, recalcó que es el espíritu panhispánico el que puede ayudar a hacer fuerte el español.

El director del Cervantes subrayó la colaboración "muy estrecha" que mantiene esta institución con la Real Academia de la Lengua y el apoyo al camino emprendido cuando se decidió que el diccionario del español debía ser realizado por las 23 academias de la lengua que existen en el mundo y no solo por la española.

García Montero expresó también su "admiración intelectual" por el director de la RAE, Darío Villanueva, quien ha decidido no presentarse a la reelección al cargo en las elecciones de diciembre.

García Montero, que se solidarizó con Villanueva ante la situación económica de la RAE, indicó que le llama la atención lo poco que se preocupan los presupuestos por la cultura y la poca conciencia que hay sobre el papel económico y diplomático del español.

Entre los proyectos que hoy trata el patronato, máximo órgano rector del Cervantes, García Montero destacó el inicio de los estudios para la apertura de sedes de esta institución en Washington y Los Ángeles, esta última a raíz de una propuesta que recibió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su reciente viaje por Estados Unidos, y la reapertura de la de Gibraltar.

El Cervantes registró, en total, en el curso académico 2017/18 casi 140.000 matrículas de las que 117.960 correspondieron a alumnos presenciales que estudiaron español en cursos generales (83.527) o especiales (34.433). El resto corresponde a cursos del Aula Virtual, con más de 6.000 licencias vendidas, y a cursos de formación de profesores.

Entre los próximos proyectos, García Montero recordó la creación de un Museo de la Lengua en la sala de exposiciones de la sede central en Madrid.

Asimismo, apostará por la formación de los profesores que enseñan español en el extranjero a través de una certificación de calidad del Cervantes.

La creación de un organismo que integre a todas las instituciones dedicadas a la cultura y la enseñanza en español en Iberoamérica, así como la creación de un Círculo Iberoamericano de Amigos del Cervantes, para que apoyen los proyectos culturales, son otros de los proyectos expuestos en el Patronato.


Miguel A. Battistreca tiene la palabra

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Quienes lo conocen saben que Matías Battistones un tipo de genio. Así lo demuestra esta columna que escribió especialmente para el blog del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires.

La visibilidad aleatoria

No sé si será una mejora, pero últimamente pienso más en Édouard Levé que en el suicidio. Pienso en su trabajo como fotógrafo, por ejemplo. Muchos de los proyectos de Levéparecen inspirados por una misma idea: poner en conflicto imagen y texto, foto y epígrafe, representación y nominación. EnAmérique, una serie de imágenes nosmuestra la vida en pequeñas ciudades estadounidenses,bautizadas como famosos centros urbanos de otros países. Pensemos en París, ciudad de Texas, o en Roma, ciudad de Nueva York. Así, “Un lisiado en Oxford”, “Himno militar en Lima”, “Ilusiones de Florencia” son títulos que describen, sin faltar a la verdad, escenas rústicas de Norteamérica. En Portraits des hommes homonymes,podemos ver de cerca a Raymond Roussel, Georges Bataille o André Breton, desconocidos totales con nombres célebres, encontrados en la guía telefónica. En Angoissenos topamos confotos neutras y mundanas de una ínfima comuna en Aquitania, comuna cuya única particularidadse reduce aque su nombre, en francés, significa “angustia”. Las imágenes, que en otro contexto tal veztransmitirían cierta paz, se ven teñidas, por mera asociación,de una rara melancolía.

Ahora bien, desde hace ya algunos años que veo experimentos similares en varios medios, con la clara ventaja artística de ser completamente involuntarios. En especial, los he visto en reseñas de mis traducciones. Es como si los autores que termino traduciendo hubiesen sido elegidos con el único y místico propósito de confundir a un periodista. He encontrado reseñas de libros de D. H. Lawrence ilustradas con fotos de T. E. Lawrence, cuando no de Peter O’Toole en el set de Lawrence de Arabia.Una nota sobre James Stephens,en vez de al escritor irlandés, mostraba aunhomónimo del séptimo arte, uno de esos actores conocidos principalmente porque nadie sabe cómo se llaman. Ya esta altura nada me sorprendería menos quedescubrir que un popular relator uruguayo corona, con su infaltable gomina,alguna reflexión sobre Bug-Jargalde Víctor Hugo.

Hace poco, sin embargo, me di cuenta de que esta gran obra colectiva de sesgo levesiano había entrado en una etapa más surrealista, más ambiciosa, quizá hasta megalómana. El sábado 22 de septiembre, con el título “Una silueta que va haciéndose visible”, la revista Ñ publicó un texto firmado por Nora Avaro sobre Mastronardi, el libro que Miguel Ángel Petrecca acaba de dedicarle al poeta de Entre Ríos. A mitad de página puede verse una foto, de dimensiones considerables, de alguien identificado porel epígrafe como autor de “Luz de provincia”. Sonriente, de campera y contra un cielo gris, el que posa en la foto soy yo.

No quiero jactarme, pero en general logro reconocerme enseguida. Lo que sí me cuesta muchas veces es entender por qué estoy donde estoy. Ahora, ¿con qué razónhabrían elegido mi cara para representar a un famoso escritor que murió hace décadas? Algo perplejo, pasé a la lectura. “Nunca sabremos –empezaba el artículo– cómo fue realmente Carlos Mastronardi”. Era una confesión inquietante, pero iluminadora. Yo vendría a ser, supuse entonces, una primera hipótesis, un identikit provisorio. Admito que no tenía esto en mente todas esas veces que pedí que mi cara le hubiese tocado a otro, pero no puedo negar la posibilidad de que todas las demás imágenes de Mastronardi sean apócrifas y que esta al fin revele, después de un largo y disimulado suspenso, que Mastronardi era idéntico a mí.

O quizá la foto apuntaba a otra cosa. Quizá el mensaje oculto era que, en el fondo, todos seríamos un poco Mastronardi. En la cara de todo hombre caminando por la calle, de toda mujer haciendo la cola para un trámite, de todo bebé ensayando lentas figuras con los manos, deberíamos poder reconocer los rasgos del autor de “Luz de provincia”, latiendo en cada fisonomía desde nuestro más atávico Gualeguay. Por supuesto, dependerá de ciertas condiciones, de tener el sol de frente o en contra, de ubicar la cámara en el ángulo justo. Así como uno sale más gordo o más ojeroso en algunas fotos, en otras simplemente saldríamos más Mastronardi.

En cualquier caso, verme ahí, fuera de contexto, sonriendo a lo Mastronardi como cualquier hijo del vecino, me hizo pensar, una vez más, en el tema de la invisibilidad del traductor.Es decir, en la repetida queja de que a los traductores nadie nos ve. Tal vez, me dije, este fuera el método indicado para resolver el problema: poner fotos de traductores al azar, exactamente donde el traductor no tiene nada que ver con nada. Lejos del bombo, incluso del nombre propio, la visibilización aleatoria sería, en rigor, una visibilización del todo visual. El mismo título de Nora Avaro lo vaticina. Por fin, los traductores lograrán ser reconocibles sin perder la discreción, circularán sin caer en reivindicaciones plañideras. Solo quien padezca prosopagnosia será inmune a la campaña.

Campaña que empezará de a poco, claro. O, mejor dicho, que de a poco ya está empezando. Primero vienen los aparentes equívocos, los deslices quizá entendibles. Una nota sobre Hilaire Belloc nos muestra a Bárbara Belloc; una retrospectiva sobre Leonard Cohen incluye la foto de un estoico Marcelo Cohen; una entrevista a Salma Hayek es acompañada de una efigie de Selma Ancira. Son, por así decirlo, errores para entendidos.Después la lógica del desplazamiento se vuelve más tenue, más difícil de reconstruir. Una tragedia bélica en Camerún se difunde con una imagen de José Aníbal Campos, posando orgulloso junto a una tortilla. Una foto de Jorge Aulicino, al que se ve fumando pensativo su pipa en un bar, ilustra el perfil deun prolífico descuartizador en Nueva Jersey. Aurora Bernárdez, ya peinando canas, nos sonríe desde una nota sobre el hallazgo en Laos de un nuevo quelonio.

La visibilidad aleatoria será un reconocimiento ecuánime, ajeno por igual a la hagiografía y la calumnia, si no a la misma voluntad. Así y todo, saludo a la revistaÑ por haberme permitido formar parte de este nuevo proyecto mediático, sea adrede o no. Es el comienzo de una nueva era. Si todo sale bien, dentro de poco no podremos ver la foto de nadie en un diario sin preguntarnos, con franca curiosidad, a quién habrá traducido.

La cantidad de nuevos títulos publicados en el primer semestre de 2017 había sido de 14.100; este año, el número es de 13.957

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La noticia no constituye una novedad para nadie y, de hecho, viene repitiéndose sistemáticamente: la baja del consumo, el aumento de los insumos y las políticas del actual gobierno para con el libro y la cultura en general revisten una gravedad inédita para la vida democrática. Así lo demuestra el siguiente artículo publicado por Daniel Gigena, en el diario La Nación, de Buenos Aires, el pasado 8 de octubre.

Por tercer año seguido, cae la producción de libros

Un nuevo informe de la Cámara Argentina del Libro (CAL) confirma que durante el primer semestre de 2018 se registró otra caída en la producción de ejemplares y en la publicación de novedades. Así, por tercer año consecutivo, las cifras arrojan un saldo negativo. La cantidad de nuevos títulos publicados en el primer semestre de 2017 había sido de 14.100; este año, el número es de 13.957. Y si se compara la cantidad de ejemplares publicados, la diferencia es más notable: 25 millones versus poco más de 22 millones. Esos tres millones de menos hacen retroceder al país en el índice de libros per cápita de los países de América Latina.

La CAL obtiene los datos del registro de novedades editoriales que las empresas realizan en la Agencia Argentina de Registro de ISBN. Si bien esas empresas son en su mayoría editoriales comerciales, cabe recordar que instituciones públicas y privadas (museos, ministerios, empresas), entidades sin fines de lucro y organismos públicos editan obras sin intervención de terceros. Hasta junio, el sector editorial comercial (SEC) produjo siete millones de libros.

Incluso los autores, bajo la creciente forma de la autoedición, publican sus libros. Según el tipo de editor, el 31% de los ejemplares publicados este año corresponden a esa categoría. El 62% pertenecen al SEC. De los casi catorce mil nuevos títulos, la autoedición se queda con un 14% y el sector comercial, con un 31%. Las tiradas de los libros autoeditados pocas veces superan los 500 ejemplares; de hecho, la tirada habitual es de cien. Esto explica en parte que la cantidad de ejemplares haya caído tanto en 2018, aunque las nuevas publicaciones arrojen un número similar al del primer semestre de 2017. Desde 2016, las tiradas de las editoriales del sector comercial disminuyen. De cinco mil a tres mil, de tres mil a dos mil, e incluso, en 2018, hubo casos de mil ejemplares de un nuevo título. Las apuestas editoriales se contraen.

Hasta junio, el peor mes de 2018 había sido abril, paradójicamente cuando se abre la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Entonces se anunciaron aumentos en el precio del papel del 5 al 8%. Los aumentos del precio del dólar en el curso del año profundizaron la crisis editorial.

“En relación con las novedades hay una leve caída respecto de 2017, pero no podemos decir que será así todo el año. En julio y agosto, vimos que repuntó –dice Diana Segovia, gerenta institucional de la CAL–. La primera tirada de los nuevos títulos sigue cayendo. Como no tenemos encuestas de ventas, no podemos brindar cifras, pero sabemos por los libreros que la ventas se mantienen bastante bajas”.

Respecto de las temáticas, la literatura, las ciencias sociales y la literatura infantil y juvenil encabezan la lista de preferencias de los editores argentinos. En cuanto a los soportes elegidos, el 83% del total de los libros registrados son en papel y el 17%, digitales.


La vida de un poeta y editor catalán en México

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Según indica la investigadora Aurora Sánchez Rebolledo en un sitio de la UNAM, Marti Soler“después de la guerra civil española pasó a Francia con su familia, y en 1947 llegaron a México, en donde establecen su residencia. Estudió arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México y tipografía en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Desde 1979 es profesor de tipografía en la Universidad Iberoamericana, y capacitador en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Como editor ha trabajado en la editorial Siglo XXI. Ha sido secretario de redacción de la revista Pont Blau y director de la revista del Orfeó Catalá, así como colaborador de las revistas Pont BlauBoletín del Instituto Mexicano del LibroCuadernos del VientoDiálogosPluralGaceta del Fondo de Cultura Económica, y de los suplementos “El Gallo Ilustrado” y “Sábado”, entre otros”. El pasado 29 de julio, un día antes de su cumpleaños número 84, fue entrevistado por Virginia Bautistapara el períodico mexicano Excelsior. Lo que sigue es el texto de esa entrevista.

“Pienso vivir muchos años”

Un hombre con suerte que ha tenido muchos amigos. Así se define el poeta y editor catalán Martí Soler (1934), quien a los 15 años, tras escribir sus primeros versos, se enamoró de la palabra a tal grado que nunca ha dejado de explorarla en forma y significado.

El traductor y tipógrafo que mañana cumple 84 años, 71 de los cuales ha vivido en México, confiesa en entrevista con Excélsiorque la suerte lo ha acompañado siempre, pues, a pesar de que por necesidad económica abandonó sus estudios de Arquitectura en la UNAM e hizo “barbaridad y media en la juventud”, aquí está “con un cierto prestigio y sobreviviendo a todo”

Tras laborar durante décadas en dos casas editoras legendarias: el Fondo de Cultura Económica, en dos etapas, y Siglo XXI, y convertirse en una figura central de la edición en el país, el autor de Variaciones de voz y cuerpo (2014) ahora ha dejado de lado este oficio y la docencia para concentrarse en su vena de creador.

El merecedor de la Orden Mexicana del Águila Azteca en 2006 explica que publicó su primer libro a los 18 años de edad, el segundo a los 61, y el más reciente a los 80. “Ahora trabajo en un nuevo poemario que es una muestra de mis amores: mis mujeres, la naturaleza, el libro. Es una especie de memoria, pero más libre en invención”, agrega, quien en agosto se someterá a una cirugía de mano, ya que tiene problemas debido al “síndrome de la computadora”.

Don Martí admite que, a estas alturas de la vida, tiene un conflicto de intereses. “Desde luego me considero poeta, no lo voy a negar, pero soy poeta en dos lenguas: catalán y español. Tengo dos vidas: una privada catalana y una pública editorial. Entonces, estoy haciendo dos memorias: una en catalán y otra en español. Tengo que dividirme en dos y eso me cuesta mucho trabajo. Ahí me atoro”.

Por lo pronto, detalla que prepara una antología de poetas catalanes que publicaron en las revistas del exilio mexicano. “Incluye a exiliados catalanes, con traducción, y a quienes, aun habiéndose regresado a Cataluña, mandaban material. Lo que yo llamo el exilio interior”.

Dice que este volumen, del cual sólo le falta hacer el prólogo y las notas, y encontrar editor, abarca de 1940 a 1989. “Ese año cerré la revista que dirigía, pues ya no había colaboradores en catalán en México”.

El padre de tres hijos, Pablo, Jaime y Ana, quien también ha emprendido proyectos editoriales en formato electrónico, ratifica su fe en el libro impreso. “No creo que vaya a desaparecer. Ya llevamos bastantes años, por lo menos 10 o 12 años, conviviendo con otros formatos y no ha pasado nada.

“Incluso, las ventas del libro electrónico se han estancado en un 20 o 25 por ciento, dependiendo del país. Los temores son infundados. Las maravillas de lo digital no están a la mano. Estoy convencido de que los jóvenes sí leen el libro impreso, donde el texto está estructurado. Uno se acuesta con un libro impreso, no con una kindle. Pienso que no será superado”.

LOS JÓVENES Y MÉXICO

Soler se asume como “un hombre de izquierdas” y aclara que se siente “absolutamente mexicano”, a pesar de que no ha adoptado la nacionalidad. “Llegué con mi familia en 1947, a los 13 años, huyendo de la dictadura de Franco. Mi relación con México parte de mis compañeros de secundaria; fui a dos secundarias, en una tenía amigos españoles, y en otra mexicanos. Me hice una novia que cantaba ranchero. Ahí empezó todo. En 1963, mi padre decidió regresar a Barcelona. Confieso que, como catalanista e independentista, me atrajo la idea de irme. Pero ese año me casé con Elsa Cecilia Frost y decidí quedarme. Nunca me he arrepentido”, indica.

Otra cosa que disfruta el poeta es mantener contacto con los jóvenes y compartirles sus conocimientos, como una forma de agradecer las enseñanzas que recibió de sus maestros en la universidad de la vida: los editores Arnaldo Orfila Reynal y Joaquín Díez-Canedo Manteca y el poeta Alí Chumacero.

Destaca que ha dado clases en El Colegio de México, la Universidad de Guadalajara, donde creó la maestría en Edición, en la Universidad Iberoamericana, la Autónoma Metropolitana y el Instituto Nacional de Bellas Artes. “Siempre he estado en relación con los jóvenes y eso me retroalimenta”.

El poeta apunta finalmente, que está feliz porque le tocó vivir el nuevo panorama político y social que se abre en México a partir del triunfo en las elecciones de un partido que busca “un cambio que tiende a la izquierda. Creo que nos aguarda un futuro muy interesante. Hay esperanza”.

Para gente con dificultades de lecto-escritura, ejecutivos sin tiempo, amas de casa aburridas, etc.

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Publishnews es un sitio de internet que, con acento en el mercado, se ocupa de dar noticias vinculadas al mundo editorial. Dicho de otro modo, interesa fundamentalmente a los hombres de negocios (mercaderes) antes que a los editores e intelectuales a la vieja usanza. Con firma de Leonardo Neto, el pasado 10 de octubre dio cuenta de una conferencia de un tal Markus Dohle (posteriormente retomada en Frankfurt por otro tal John Ruhrmann), a propósito del fenómeno –ya viejo al menos en Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña– de los audiolibros, esas cosas para la gente que no puede leer y para los que ya ni siquiera quieren leer por sí mismos.  

Listening is the new reading?

El pasado julio, Markus Dohle, CEO de Penguin Random House hizo la siguiente declaración durante una conferencia en Barcelona: "Los audiolibros son el futuro. En menos de siete años, más del 50% de las ventas digitales de Penguin Random House vendrá de los audiolibros". Y, de hecho, en algunos mercados, los audiolibros han ganado fuerza, crecido dos dígitos al año y conquistado miles de lectores. Como cabía esperar  una de las grandes novedades en esta edición de la Feria del Libro de Frankfurt fue justamente la Audiobook Conference que reunió a unos 200 editores internacionales en la mañana de este miércoles.

En Alemania, país pionero en la oferta de servicio de streaming de audiolibros digitales, la facturación con la venta de audiolibros alcanzó los 180 millones de euros. Audible, uno de los principales servicios de streaming de audiolibros en el mundo, ya acumula 18 millones de usuarios en el país. EL 83% de ellos oyen por lo menos un libro por mes y el 54% de ellos declaró que el tiempo gastado en audiolibros es más valioso que el tiempo gastado en  redes sociales. Estos fueron algunos de los datos presentados por John Ruhrmann, director y co-fundador de Bookwire, empresa alemana que se especializó en la distribución de contenidos digitales. "Alemania ha perdido muchos lectores en el último año. ¿Dónde están estos lectores? En Tinder o Netflix? No sé, pero muchos están escuchando en lugar de leer ", dijo Ruhrmann en su presentación.

Ruhrmann presentó algunas tendencias de este mercado y mostró a los participantes que el modelo de suscripción es el que ha ganado más fuerza en los últimos tiempos. Según él, ese modelo ya corresponde al 50% del mercado. En Alemania, todavía hay audiolibros en formatos físicos (CDs). Este modelo ha caído en desuso, y perdió el 9% de su participación en el último año.

Ruhrmann apuntó que productos seriados se adecuan muy bien a los audiolibros y dio consejos importantes a los editores, cómo trabajar bien el backlisty apostar en campañas de marketing dentro de las plataformas de audiolibros.

La conferencia también trató la experiencia de Penguin Random House Audio, ganadora del premio Excellence Award de la última edición de la Feria del Libro de Londres. Amanda D'Acierno, presidente de la división de audiolibros de la PRH, mostró algunas de las estrategias adoptada por el grupo que produce audiolibros desde 1955 y que hoy mantiene cinco estudios en Nueva York y otros diez en Los Ángeles. Amanda comanda un catálogo de 12.500 títulos y se enorgullece de conseguir lanzar sus libros simultáneamente en los formatos impreso, digital y audiolibro. De enero hasta ahora, PRH ya ha colocado en el mercado norteamericano 1.300l títulos.

Una de las estrategias de PRH fue la creación del Ahab, una plataforma que sirve como banco de talentos para narradores. Esto se hizo necesario porque la producción de audiolibros es cada vez más compleja, apuntó. Y eso requiere mano de obra especializada y cualificada. Ella citó el libro Lincoln in the Bardo, de George Saunders. La versión en audio del libro usó 166 voces, algo que le ayudó a lograr el premio APA Audio Awards como Audiolibro del año 2018.

La conferencia contó también con experiencias de Rusia, India, Emiratos Árabes y China

Un cocinero reflexiona sobre la traducción

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El mexicano Adrián Herrera (1969) se presenta en estos términos: “Autodidacta. Estudió 2 años de medicina. Trabajó en el rancho ganadero de la familia. Fue escultor. Cambió ese laboratorio por el de la cocina. Siempre ha sido escritor. Tiene su propia editorial y ha publicado dos libros; Norteño y Púdrete en el infierno. Ha abierto varios restaurantes: La Fonda San Francisco, Paso del Norte, Chef Herrera, y un proyecto de cocina norestense dentro del restaurante El Tío, todos en Monterrey. Es juez de Masterchef México y fue juez de Cocinero del Año México. Es cazador de veganos certificado. Es, de hecho, el primero cazador de veganos del país”. El 24 de agosto pasado, por alguna razón no explicitada, dedicó su columna del diario mexicano Milenio a la traducción. Esto escribió.

Traducción

Se dice que traducir es reescribir, interpretar. No hay manera de traducir sin perder algo, sin tergiversar, sin perturbar. Pero también se descubre. Porque quien escribe algo nunca lo dice todo, y en el proceso de traducción se revela algo insospechado. Una vez escuché a un escritor, luego de leer su obra traducida, declarar: “¡No sabía que había dicho eso!”.

Traducir es también un ensayo crítico, generador de perspectivas. Hay quien quiere ver en la traducción un proceso de violación. Nada de eso: violar es forzar, es hacer algo en contra de la santidad e integridad de algo. La traducción entra por puertas y huecos que fueron deliberadamente abiertos para ensayar supuestos y posibilidades, para cuestionar, despertar dudas. Sí: traducir es de cierta forma una travesura, pero una en donde no se rompe nada, solo se ponen a prueba la solidez y estructura de un texto.

Mucho se discute sobre cuáles deben ser los límites de una traducción. Porque, y en esto todos estamos de acuerdo, traducir no es interpretar. Podrá tener algunos elementos del mismo, pero solo eso. Traducir es, ante todo, entender lo que ha sido escrito con la mayor claridad, precisión y justicia. Pero no siempre ocurre así. Por ejemplo; Las Flores del Mal, de Baudelaire. Fui a comprar una copia y grande fue mi sorpresa y confusión cuando vi tantas traducciones. Entonces seleccioné un poema específico y lo leí en todas las versiones que allí había. Quedé perplejo; como no hablo francés no tenía una base sobre la cual comparar, así que después de leer varias versiones no tuve más que irme por la que me procuró una sensación contundente. Había traducciones confusas y otras muy simplonas, muy técnicas. Y tratándose de poesía, la correcta selección de palabras lo es todo. El problema es que los traductores suelen creer que efectivamente penetraron en el alma de los autores y suponen que su versión es inmaculada y tiene la potencia estética e intelectual del original y terminan creyendo que lo hacen ¡hasta mejor que el original! Lo he escuchado. ¿Quiere decir esto que Las Flores del Mal son intraducibles? Por supuesto que no. Especialmente tratándose de un idioma con el cual tenemos tanto en común. Solo quiere decir que el proceso de traducción cae en un juego inevitable de mover las fichas de tal manera que terminen diciendo algunas cosas de otra forma y que, como ya dije, revelen facetas ocultas. Y también hay que tomar en cuenta que todas las lenguas son distintas y que hay palabras que en una existen y en otra no y que una misma frase o palabra puede tener una connotación distinta.

Por otro lado, es fácil caer en la tentación de interpretar. A mí me pasó con un texto que traduje de Chesterton. Pero ésa es una libertad que uno no debe tomarse. Sobre todo cuando uno se encuentra frente a textos escritos en lenguas tan alejadas de la nuestra, tanto en estructura como en el tiempo en que se escribieron, y así la tarea se vuelve considerablemente más complicada y el resultado será extraño. Tomemos el ejemplo de la traducción de Sendas de Oku, de Octavio Paz. En el prólogo se advierte que “Los traductores se han acercado con respeto y amor al original, aunque sin hacerse efusivas ilusiones sobre la posibilidad de trasplantar al español un texto que es elusivo aún en japonés”. Queda claro así que no existe algo como una traducción fiel.

Traducir es luchar. Es un proceso egoísta donde queremos asir, a fuerza de lo que sea, el texto original. Pero ya sabemos que no hay manera de lograrlo con limpieza ni claridad.

La traducción también cambia con el tiempo; está culturalmente condicionada por la época, la sociedad, los tiempos en los que se realiza; un traductor suele verse afectado por su estado anímico al momento de hacer su trabajo, cuanto más será influenciado por un ambiente, una época o un suceso relevante. Pero lo que a mi gusto es el valor más importante de la traducción es su capacidad de conectar al mundo a través de la lengua.  

¿Bosie escribía bien?

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Silvio Raffo, traductor italiano, desentierra la poesía de Alfred Douglas, el amante de Oscar Wilde (ambos en la foto), y Guillermo Piro saca conclusiones, en su columna del diario Perfil, del 13 de octubre pasado.

Cómo ser un gran poeta
y que nadie lo sepa

Esta costumbre tan argentina de desenterrar escritores olvidados (muchos prefieren agregar “injustamente” a la palabra olvidados, pero creo que todos los escritores son siempre justamente olvidados y justamente se les da una segunda oportunidad) es una práctica también frecuentada en Italia. Silvio Raffo, el más conocido y eficaz traductor italiano de los poemas de Emily Dickinson, acaba de darle una segunda oportunidad a lord Alfred Douglas, el poeta conocido por haber sido en su juventud el amante de Oscar Wilde.

El lugar común dice que Wilde perdió la cabeza víctima de una pasión desquiciada. Al menos de la lectura de Bosie, la biografía escrita por Douglas Murray, lo que se desprende es que el biografiado era un cretino, alguien con cierta inclinación a complicarlo todo. Es decir alguien no muy distinto a cualquier persona con la que podemos cruzarnos a diario, que a diferencia de cualquier persona era un poeta abominable e inexplicablemente enamoró a uno de los mejores escritores irlandeses del siglo XIX. Aun concordando someramente con esa descripción, Raffo difiere en algo: Bosie escribía muy bien. Se dirá que en eso tampoco se diferencia mucho de cualquier persona, pero Raffo recuerda que Wilde decía que era el mejor de los jóvenes poetas ingleses de su tiempo, afirmación que podría estar contaminada por el afecto, si no fuera porque  alguien tan desalmado como Bernard Shaw lo definió como el mejor compositor de sonetos después de Shakespeare. Entrevistado por Matteo Fais para la revista online Pangea a propósito de la salida de L’amore che non osa, una antología de poesías preparada y traducida por Raffo, este insiste: “No podemos evaluar el trabajo de un escritor pensando en su vida. Lo que resulta increíble es que su obra haya pasado absolutamente en silencio porque pesaba sobre él la etiqueta de serpiente. La obra de lord Douglas en realidad es exquisita y revela un gran conocimiento y una pericia métrica que no tiene nada que envidiarles a poetas mucho más célebres”.

A Bosie –que sobrevivió a Wilde 45 años, contrajo matrimonio con Olive Custance, una poeta lesbiana con la que tuvo un hijo esquizofrénico– le tocó vivir una situación similar a la de Wilde, a quien se le prohibió ver a sus propios hijos por considerárselo de una moral reprobable. A Bosie nunca lo abandonó el fantasma de Wilde y vivió todo el resto de su vida luchando contra un inconsciente deseo de expiación, mereciendo todos los castigos a los que se lo sometió: derrochó la fortuna de su madre, no pudo terminar nada desde el punto de vista literario y se hizo encerrar seis meses en prisión por haber difamado a Churchill, acusándolo de haber formado parte de una conjura para asesinar a Herbert Kitchener, el secretario de Estado británico para la guerra, muerto en alta mar y cuyo cuerpo nunca fue recuperado. Douglas, al igual que Wilde, decía que nunca se recuperó de la experiencia carcelaria, y al igual que Wilde, estando en prisión escribió un poema con el que pretendía burlarse de De Profundis. El suyo se titula In Excelsis, y para muchos es lo mejor que escribió.

Bosie era racista, fue el primer traductor al inglés de Los protocolos de los Sabios de Sion. Pero volviendo a sus poesías: ¿por qué no se lo trata mejor?, ¿por qué tan poca gloria? Raffo responde: “Todos odian a Bosie. Cuando se pronuncia su nombre, la expresión es de asco. Por eso nadie leyó sus poesías. Pero ese no es un comportamiento crítico válido. Bosie es más hábil que Wilde a la hora de dejarse llevar por sus delirios. Es más macabro, más exquisitamente decadente que Wilde. Al menos en poesía.”

Si esto sigue así, pronto vamos a asistir al funeral del libro argentino tal como se lo conoció

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Como venimos publicando a lo largo del último año y medio en este blog, la situación del libro en la Argentina es francamente terrible y se debe de manera exclusiva a las malas políticas económicas del actual gobierno y a la falta de apoyo por parte de la hoy Secretaría de Cultura de la Nación y del Ministerio de Cultura del Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires, cuyos funcionarios han demostrado una insensibilidad absoluta ante el problema. A continuación, los números de la Cámara Argentina del Libro (CAL). 

Sector Editorial: 
con todos los números en rojo

Buenos Aires, 29 de octubre de 2018: La situación en el mundo editorial y librero es alarmante: todos los números dan negativos y la caída parece no tener fin. Caen estrepitosamente las ventas en librerías y ferias, disminuye la producción editorial en un mercado en retracción y se suceden, de manera preocupante, los cierres de librerías a lo largo y ancho del país. 

La abrumadora mayoría de las editoriales –especialmente las pymes y la editoriales universitarias (estas están prácticamente paralizadas)- han recortado o suspendido sus planes editoriales. También han realizado reducción de personal. A estos despidos directos en la planta editorial, administrativa y comercial debe sumarse la merma de trabajo para contratados: correctores, diseñadores, traductores, ilustradores. A su vez, en junio de este año Juan Carlos Sacco, presidente de la Federación Argentina de la Industria Gráfica (FAIGA), denunció en el diario Perfil la pérdida de 5.100 empleos, lo que es adjudicable a la baja del consumo y a la importación de servicios gráficos (libros argentinos impresos en el exterior por la eliminación de barreras aduaneras) y de libros de saldo español, ingresos ahora atenuados por la escalada del dólar.

Los números del sector

Informes de producción editorial de la CAL 2017 y 2018
Los registros de producción de la Cámara del Libro alertan que mientras en el primer semestre de 2016 se publicaban más de 10.6 millones de libros, en 2018 apenas supera los 6 millones de ejemplares. Esta caída más del 40% de la producción en tres años, se agrava si se lo cruza con otro dato alarmante para el ecosistema del libro: la creciente concentración editorial.

Informes de ventas de la CAP 2017 y 2018
Según el informe de la Cámara Argentina de Publicaciones de 2017, la baja en los guarismos empezó hace un par de años: “entre 2015 y 2016 se produjo una caída de un 12% en las ventas del mercado privado, de las editoriales comerciales.” En el informe de 2018 (que refleja lo ocurrido en 2017) se registró un 5% de caída en las ventas, que profundiza la caída de 2016. Además, la importación de libros bajó un 10% respecto al año anterior y si bien la inflación fue creciente, el valor promedio del libro comprado fue de $360, igual valor que el año anterior.

Impacto en librerías
Para Ecequiel Leder Kremer, librero de estirpe y titular de la prestigiosa Librería Hernández: “Desde 2014 la caída de las ventas varía entre 45% y 30% en unidades, según el punto de venta. A esto hay que sumarle que los aumentos irracionales de servicios y costos de gestión potencian la caída. Además, las editoriales no pueden/no se animan a acompañar la inflación con aumentos acordes porque significaría potenciar aún más la caída de ventas. En resumen, la rentabilidad específica del libro se derrumba”. Recordemos que en la Argentina el 70% de los libros se venden a través de las librerías; es decir, son el canal principal, y que el 70% de las mismas son independientes, o sea no pertenecientes a cadenas.

Un Estado ausente
El Estado ha reducido o suspendido la compra de libros escolares y para planes de lectura. La Conabip (organismo de la Secretaría de Cultura de la Nación que asiste a unas mil quinientas bibliotecas populares) hace dos años que no realiza su tradicional compra centralizada.

Ante esta situación extrema, las autoridades de la Fundación El Libro enviaron a los diputados de la Nación, el día previo al tratamiento del presupuesto una nota en la que manifestaron“una genuina preocupación y pedido de reconsideración debido a la disminución de los diferentes guarismos referidos a Cultura en el Presupuesto Nacional 2019 que se debate. Especialmente el sector editorial y librero se encuentra en una difícil situación, en la que el papel promocional de ferias, festivales y campañas de incentivo a la lectura deben ser reforzados. Esperamos que tengan en cuenta este tema, en el que se juega el presente y el futuro de una herramienta central, que fortalece la cultura, es imprescindible en la educación y expresa la identidad de los argentinos en su propio país y en el mundo”.

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