En varias ocasiones se ha hablado en este blog de Edith Grossman, por lo que eso nos exime de volverla a presentar. Lo que se transcribe a continuación es una serie de afirmaciones suyas publicadas por el Washington Post, el 20 de abril pasado.
“Todo lo que él escribió fue oro”:
traductora de Gabo al inglés
García Márquez "no se involucraba mucho en el trabajo de la traducción", contó Grossman y agregó que ella no consulta con un autor hasta que ha terminado la traducción.
"Habitualmente me lleva unos seis meses la traducción de una novela, dependiendo de su extensión y dificultades", explicó.
Una de las dificultades con los textos de García Márquez es que "no le gustaban los adverbios que terminan en -mente" y recuerda: "A veces me sentía como una contorsionista buscando alternativas".
Para Grossman, "todo lo que él escribió era oro. Todo era maravilloso para trabajar en ello y no puedo decir cuál (de las obras de García Márquez) fue más difícil".
"La traducción es la expresión de una idea o un concepto en una forma totalmente diferente del original, dado que cada lenguaje es un sistema separado", dijo Grossman.
"Por eso, de hecho, cuando traduzco un libro escrito en español en realidad estoy escribiendo otro libro en inglés", afirmó.