Hoy, accidentalmente, buscando materiales para este blog, el Administrador se topó con la siguiente frase: “Con todo esto, me parece que el traductor de una lengua en otra, como no sea de las reinas de las lenguas griega y latina, es como quien mira los tapices flamencos por el revés, que aunque se ven las figuras, son llenas de hilos que las escurecen, y no se ven con la lisura y tez de la haz; y el traducir de lenguas fáciles, ni arguye ingenio ni elocución, como no le arguye el que traslada, ni el que copia un papel de otro papel: y no por esto quiero inferir que no sea loable este ejercicio del traducir, porque en otras cosas peores se podía ocupar el hombre y que menos provecho le trujesen”.
El editor era el muy porteño José Luis Mangieri (foto, 1924-2008), en diferentes épocas, director de La Rosa Blindada, Ediciones Caldén y Libros de Tierra Firme.
El autor de la frase del segundo párrafo es Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) y la cita es de Don Quijote, II, cap. 62.
Sospechamos que, acaso, con varios siglos de diferencia, hablaban de lo mismo.