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Channel: Club de Traductores Literarios de Buenos Aires
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"No hay nada que decir"

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El pasado 11 de septiembre, en su habitual columna de los domingos en el diario Perfil, de Argentina, Guillermo Piro publicó el texto que sigue, referido a la lectura de la Divina Comedia.

Encuentro de Los Comediantes

Desde hace un tiempo suelo encontrarme regularmente –una vez por semana– con unos pocos viejos amigos. La excusa es grandiosa, y los encuentros nacieron al coincidir todos en que cada vez que emprendíamos la lectura de la Divina Comedia, teníamos la impresión de comprender menos, cuando lo lógico hubiese sido comprender más. La leemos en italiano, y cada uno de nosotros acude a la cita con una batería variada y creciente de traducciones de la obra y de obras críticas –filosóficas, astrológicas, cosmológicas y filológicas– sobre la obra maestra de Dante. Nuestra intención no es que de esas reuniones resulte una traducción. No está en los planes de nadie, pero al mismo tiempo está en los planes de todos. Hay quien cree que sólo es posible una traducción en prosa, quien cree que esa opción es una traición flagrante a los motivos e intenciones del poema, quien cree que la traducción debería ajustarse a los tiempos que corren –con los consiguientes reemplazos de nombres ignotos italianos por otros más familiares y efectivos–, y quien cree que haga lo que se haga, el resultado será un fracaso, de modo que todo le da lo mismo.

Nada nos hace correr. Avanzamos lentamente, de a tercetos, y no pasamos al siguiente hasta que fue pulcramente desmenuzado y comprendido. La tarea es lenta porque está llena de desvíos, y porque de una forma un tanto misteriosa todo lo que nos ocurre desde que comenzamos a reunirnos parece estar ligado, de una u otra forma, a la Divina Comedia. Por ejemplo, haber visto el lunes un capítulo de la serie Cosmos–la anterior, la de 1980, la de Carl Sagan– sirvió perfectamente para entender dos días después un pasaje en que se alude a un torbellino de arena al entrar en el Infierno. El mismo Sagan, con un puñado de arena que se filtraba y caía de su mano, había dicho que lo que se veía contemplándolo era el transcurso del tiempo. “La arena de los tiempos” era un modo eficaz de traducir ese pasaje, pero la traducción –insisto– es lo menos importante. Lo que sorprende es que en cada encuentro corroboramos que todo parece explicar la Divina Comedia, o que, dicho de un modo invertido, la Divina Comedia sirve para explicarlo todo.

Hay un breve pasaje de un libro genial, Eutanasia de la crítica, de Mario Lavagetto, que me hace pensar en lo que en realidad deberíamos hacer con Dante. Cuando Lavagetto cursaba el último año de colegio secundario, fue con algunos compañeros a oír una clase de Giuseppe Ungaretti sobre Leopardi en la Universidad de Roma. Entraron entusiasmados y ansiosos, pero salieron desconcertados y desilusionados: Ungaretti había leído el poema A la luna, de Leopardi, y al llegar al final se había quedado en silencio durante algunos minutos; después había dicho: “Es maravilloso… no hay nada, nada que decir”, y había leído y releído y vuelto a leer repetidas veces el texto. Y en eso consistió la clase de Ungaretti sobre Leopardi.

Tal vez, dentro de algún tiempo, cansados de tantas explicaciones y de tantas comprensiones, nos sigamos reuniendo para que alguien lea un pasaje de Dante y nos quedemos callados, y alguien rompa el silencio para decir, simplemente: “Es maravilloso... no hay nada que decir” 

Lo supimos primero. Andrés Ehrenhaus confiesa: "Así en abstracto, la fidelidad no me dice nada"

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El  narrador Pablo Hernán Di Marco, el 8 de septiembre pasado, publicó en la revista colombiana Libros & Letras (número 7528) la siguiente entrevista con Andrés Ehrenhaus, que en la foto que ilustra esta entrada pareciera mimar el gesto del cantante español Raphael, cuando cantaba “Yo soy aquel”.

Un café en Buenos Aires

El mundo de la traducción me resulta tan fascinante como injustamente relegado. De no ser por los traductores jamás hubiéramos leído a buena parte de los autores que admiramos, sin embargo, ¿cuántas veces revisamos el nombre del traductor a la hora de comprar un libro? ¿Cuántas veces valoramos el trabajo de un traductor a la hora de disfrutar una historia?

Hay pocas actividades más complejas que la traducción literaria. A fin de cuentas traducir un texto implica destrozarlo, eso sí, sin descuidar ni por un instante su música, respiración y textura. Para ahondar en el tema conversé con Andrés Ehrenhaus, traductor de más de cuarenta títulos, entre ellos la poesía completa de Shakespeare, y obras de Marlowe, Poe, Wilde y Lewis Carroll, entre otros. 

—Me gusta pensar que los lectores también tenemos obligaciones (recomendar y hacer circular los buenos libros, por ejemplo). ¿Podríamos decir que una de las obligaciones del lector es no comprar un texto en el que no figura el nombre del traductor?
—A: Yo no obligaría al lector a nada. Eso sí, le recomendaría que no se olvidara de que cuando lee a un autor extranjero está leyendo una traducción, y que la voz que suena ahí es una voz doble, una voz compleja y delicada, que obra un milagro tan improbable como real. Esa voz doble tiene nombres y apellidos: los del autor y los del autor de la traducción. Ignorarlos es participar de un engaño colectivo, además de hacerles un flaco favor a la literatura, a la crítica responsable y a la edición de traducciones. Y a la lectura inteligente, claro.

—Los lectores latinoamericanos solemos fastidiarnos cuando desde España nos llegan traducciones repletas de términos que nos resultan ajenos como “gilipollas”, “tiovivo”, etc. ¿Cómo debiera manejar el traductor esa tensión? 
—A: Yo traduzco para la industria española desde hace más de 30 años y sin embargo no creo haber usado nunca “gilipollas”; de “tiovivo” no estoy tan seguro, aunque apuesto a que no es una palabra habitual en mis traducciones. Se puede traducir para el público español sin caer en localismos exagerados o innecesarios ni ocultar al Otro del texto original tras una máscara de costumbrismo artificial. De todos modos, los rasgos de una variante de la lengua no se notan tanto o solamente en la terminología sino sobre todo en la construcción de las frases, en la prosodia, en la música, en la cadencia y la respiración, y por supuesto en los usos verbales y preposicionales. Por ejemplo: un corrector español no dejaría pasar nunca un “antes que anochezca” sin ponerle la “de” preceptiva; sin embargo, todos sabemos que se trata del título de una novela de Reinaldo Arenas, cuya autoridad es incuestionable. ¿Cuál es la forma correcta? Ninguna y ambas. Si somos sensibles a estas sutilezas, incluso un “gilipollas” entrará con suavidad en el flujo de lectura de un lector latinoamericano. Lo mismo vale para “boludo” en una traducción rioplatense leída en España. El término molesta porque es la llaga de una irritación general previa: el lector se viene sintiendo extraño y “gilipollas” o “boludo” le ponen la guinda, y ahí estalla. Pero nadie chilla cuando los usan Marías o Cortázar.

—¿El buen traductor traduce del modo más fidedigno posible, o es correcto permitirse ciertas licencias en pos de captar el espíritu, la respiración, el ritmo del texto?
—A: Todo depende de lo que entienda cada cual por fidelidad. Así, en abstracto, a mí la fidelidad no me dice nada. Yo creo que el traductor se debe antes que nada fidelidad a sí mismo, es decir, a su poética personal: no hay una traducción ideal para cada texto sino tantas como se vayan haciendo; por tanto, cada una debe hacerse valer por sí misma, debe ser coherente y fiel a sí misma. Toda traducción es una masacre, una carnicería más o menos controlada, una mutilación irreversible. Hay que asumir eso. Para asumirlo, es crucial tener un sistema de valores y prioridades, saber si sacrificaremos un dedo para salvar la mano o si en nuestro afán de no que no se note la sangre llenaremos el texto de gazas, esparadrapos y yeso. Para mí, que soy un materialista acérrimo, el sentido es más sacrificable que la forma, porque de la forma siempre emerge el sentido y nunca al revés. Ser fiel al sentido es, en mí código personal, la peor de las fidelidades, o la más obvia y suponible: para entender el significado de algo, basta un diccionario, un conocimiento somero del lenguaje de partida, un poco de práctica; en cambio, para reproducir la forma hay que tener todos los sentidos despiertos, aguzar el ingenio y trabajar la materia como si fuera barro que cobra forma en nuestras manos. Por eso yo no llamaría licencias a los esfuerzos por conservar o reproducir la música, el color, la respiración, los olores, volúmenes y texturas del texto que estamos traduciendo, sino recursos indispensables de todo buen traductor. El sentido, en fin, es como el furgón de cola: por corto que sea el tren, siempre tiene un último vagón.

—La poesía (con sus particularidades vinculadas a la sonoridad y la métrica) le acarrea dificultades casi insalvables al traductor. En casos así, debe ser tan frustrante como desafiante saber que no se aspira a la fidelidad del texto sino a la fidelidad posible del texto.
—A: La poesía es el mejor de los escenarios posibles para un traductor, porque lo enfrenta sin remisión a la crudeza y la crueldad de su tarea. En mi opinión, que no es compartida por muchos colegas, la única manera responsable y rigurosa de traducir un poema y salir vivo en el intento es atender sobre todo y de antemano a los aspectos formales, desde los más evidentes (metro, rima, verso libre, estrofas) a los más microscópicos o sutiles (ecos, coloraciones, densidades, temperaturas). Un poema es una pieza para armar, un asunto de ingeniería y de bioquímica antes que de ideología o, mucho menos, hermenéutica. Creer en el “querer decir” del poema (o de cualquier texto) equivale a no querer ver el “decir” a secas. De ahí que traducir poesía produzca mucha más euforia que frustración.

—Hablemos de textos clásicos. Se precisa de una sana y bienvenida inconsciencia para traducir un clásico, ¿no es así? Imagino que lo peor que puede hacer un traductor es sentir que trabaja con un texto sagrado.
—A: Tal cual. Venerar un texto no ayuda a traducirlo. Eso no quiere decir que debamos faltarle el respeto. A fin de cuentas, lo vamos a masacrar, seamos piadosos con el pobre. El gran trabajo con los textos clásicos es previo a la escritura: se trata de encontrar el tiempo de la traducción, el lugar donde oscilamos entre el origen y el destino con la menor amplitud, aunque sin dejar por ello de vibrar. Es al revés de lo que decía Magris: ¿cerca de quién? Pero bueno, eso al final acaba pasando con todos los textos.

—Ya hace cinco años que impulsás en Argentina, junto con un grupo de colegas, un proyecto de ley de protección de los derechos autorales de los traductores. Contame algo más sobre eso.
—A: En realidad el proyecto de ley es una prolongación y puesta en claro de algo que ya está legislado, aunque de manera quizás confusa para los propios traductores, en la ley de propiedad intelectual argentina, la bendita 11.723. La idea es que ese marco legal sirva para regular la relación particular que se establece entre las partes cuando se traduce una obra autoral para el mercado editorial, de tal modo que nadie salga especialmente perjudicado. ¿Por qué? Porque aunque todos sabemos que el negocio del libro no genera pingües ganancias, no es justo que el peso de esa escasez recaiga sobre quienes contribuyen con su trabajo creativo a que los libros traducidos aparezcan y circulen. Es hora de que un traductor pueda aspirar a vivir de su trabajo, y que no se lo acuse por ello de querer dinamitar la industria del libro. La ecuación es simple: sin papel o imprentas, no hay libros; ergo, las editoriales compran el papel y pagan a la imprenta los precios que establece el mercado. Tampoco habría libros traducidos sin traductores; sin embargo, se considera mezquino o interesado al traductor que no se contenta con que su traducción salga publicada sino que pretende cobrar encima una cantidad justa y digna. Este proyecto apunta a que esa desigualdad se vaya limando y que nuestros derechos morales tengan el correlato económico que nos vendría de perlas para satisfacer necesidades tan extravagantes como alimentarnos, vestirnos, pagar el alquiler…

—La traducción es un tema fascinante del que hablaría por horas, pero tenemos que ir terminando, Andrés. Vamos con la pregunta con la que suelo terminar mis entrevistas: te regalo la posibilidad de invitar a tomar un café a cualquier artista de cualquier época. Contame quién sería, a qué bar lo llevarías, y qué pregunta le harías.
—A: Difícil respuesta. Tendría que decirte Shakespeare o uno de esos, por deformación laboral, pero me parece que sería más divertido charlar con Homero, llevarlo a escuchar tango y preguntarle si se sabía todo de memoria o inventó como un bellaco.

"Hay que ser visible. La competencia cambia"

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“Especialista en mercados digitales, fundadora y directora de DataLibri, analiza la coyuntura: ‘La forma de producir un libro ha variado muy poco; lo que más ha cambiado es la difusión’, dice, y subraya que el principal desafío del editor es la ‘visibilidad’”: esto dice la bajada de la entrevista con la editora española Arantxa Mellado, publicada en el día de ayer, con firma de Silvina Friera, en el diario Página 12.

Apuntes sobre la transición tecnológica

El mundo siempre está cambiando, pero en la última década ese cambio fue más vertiginoso. El editor del siglo XXI tiene que abrir la mente, los ojos y los oídos para ver más allá de su quehacer profesional. “La forma de producir un libro ha variado muy poco; lo que más ha cambiado es la difusión del libro gracias a Internet. En estos diez años han cambiado tanto los hábitos que el editor tiene que adaptarse a las nuevas tecnologías para producir contenidos y adaptar esos contenidos a los nuevos dispositivos, a las nuevas formas de leer, a las nuevas exigencias y necesidades de los lectores”, advierte la española Arantxa Mellado, analista y consultora editorial especializada en mercados digitales, fundadora y directora de DataLibri, empresa dedicada al análisis y gestión de metadatos editoriales, que trabajó como editora para Emecé y Salamandra en los años de Harry Potter. “Abriendo camino: nuevas fronteras, nuevos lectores”, es el seminario que dará Mellado hoy y mañana en el auditorio Leamos (Costa Rica 5639), invitada por la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP). “Uno de los grandes mercados que debería aprovechar el editor argentino es el norteamericano. El español está de moda en Estados Unidos y las ventas han subido mucho –recomienda la especialista–. Pero sólo se puede aprovechar si se digitalizan los contenidos porque entonces todos los problemas de distribución desaparecen”.

Mellado, autora de Actualidad Editorial –blog de tendencias internacionales sobre edición– y profesora en el Master de Edición de la Universidad Autónoma de Madrid, dice que cada que vez que hay un cambio en la tecnología “se despiertan las voces apocalípticas que pronostican el fin de lo que sea”. “La experiencia demuestra, en todos los ámbitos, que no hay extremos y que cuesta mucho la transición entre una tecnología y otra. La imprenta de Gutenberg tardó mucho más de lo que se cree en imponerse, exactamente lo mismo va a pasar con el libro digital: va a convivir con el libro en papel durante mucho tiempo”, plantea la especialista en la entrevista con Página/12.

–¿Por qué el crecimiento del libro digital es lento en España y en Latinoamérica?
–Hay varias explicaciones. En el caso de España, que creo que es muy parecido al de Argentina, una de las razones por la que el libro digital no crece es la piratería. Los editores tienden a ponerse muy catastróficos y acaban echándole la culpa de todos los males a la piratería, pero no es así. Es cierto que es un factor importante a la hora de frenar el crecimiento. Piensa que uno de los grandes errores que se han cometido con la distribución de los contenidos en Internet ha sido el “todo gratuito”. No estamos acostumbrados a pagar por el contenido digital, pero sí pagamos por el contenido en papel. Otro factor que también ha frenado el crecimiento ha sido el precio. Durante mucho tiempo los editores españoles han estado poniendo precios que se han demostrado demasiado altos. Si el lector español no está acostumbrado a pagar por los contenidos y se encuentra con el que el precio del libro electrónico es casi el mismo, la reacción es siempre negativa.

–¿El libro digital tiene que ser mucho más barato que el libro en papel para lograr que crezca sostenidamente?
–No hace falta que sea mucho más barato, pero sí tiene que ser más barato, al menos un 40 por ciento más barato. También depende el libro, no podemos poner en la misma cesta al libro académico que al libro de narrativa. Ni se puede poner en el mismo grupo a la narrativa erótica, por ejemplo, que es de consumo rápido, que a la alta literatura. Las ventas ya no se centran al cien por cien en las librerías. Los editores dejan de ser locales para volverse internacionales. Hay que ser visible, la competencia cambia. Todo aquel que es capaz de crear contenidos se convierte en editor y como tal es capaz de vender en una librería. Como en las librerías virtuales cabe todo, uno tiene que competir en ventas con millones de libros. El editor tiene que tratar su libro de forma diferente para que sea visible entre esa enorme cantidad de libros contra los que compite.

–¿Cuáles son las plataformas en las que un editor tiene que estar sí o sí?
–En cualquier lugar en que haya un lector dispuesto a comprar. No hay una plataforma en concreto. Si tú como editor lo que estás publicando es fantasía histórica, tienes que estar en aquellos lugares donde hay lectores de fantasía histórica. Además de estar en Amazon, en Apple, en Google, en todas las librerías del mercado, en las redes sociales de libros o en clubes de lectura, donde se hable de esos libros, en plataformas de suscripción y en las bibliotecas. Las bibliotecas son un canal fundamental para la lectura on line. En España está creciendo mucho la lectura on line a través del préstamo bibliotecario, que se convierte en una nueva fuente de ingresos muy interesante para el editor. Cuando hablamos de canal de venta, ya no hablamos sólo de librerías físicas ni de librerías on line; va mucho más allá.

–¿Qué opina de Amazon, que suele ser visto como el “demonio” de estos tiempos?
–Es normal que parezca el demonio cuando tiene el 70 por ciento del mercado –y en algunos países hasta el 80 por ciento– y está barriendo del mapa a todos sus competidores, con todo el peligro que un monopolio entraña. Si Amazon logra el monopolio de la venta, va a ser quien fije los precios y tendrá la capacidad de decidir qué libros se venden y qué libros no. Cualquier monopolio es muy peligroso en el mundo de la edición y en cualquier industria. Pero a Amazon hay que reconocerle las cosas buenas: ha sido el gran impulsor de la venta y el consumo digital en todo el mundo. Mi recomendación a los editores es vender en todas las tiendas posibles, no sólo en Amazon. Respeto mucho la valentía de aquellos editores que se niegan a vender en Amazon y que sólo venden en otras librerías. No sé si son valientes o suicidas… El tiempo lo dirá.

Premio ruso para Selma Ancira

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La nota, firmada por Juan Pablo Duch y publicada en el diario La Jornada, de México, el 11 de septiembre pasado, da cuenta del prestigioso premio recibido por la traductora mexicana Selma Ancira, el mismo que en una edición anterior recibió el argentino Alejandro González.

Distinguen a la traductora Selma Ancira con premio ruso

Ciudad de México. Consciente de lo que significa semejante reconocimiento por parte de sus colegas –el enésimo de su fecunda trayectoria como difusora de la literatura rusa en español– la traductora mexicana Selma Ancira se mostró desbordada por la emoción.

El jurado del premio “Lee Rusia” –el único otorgado en este país a la mejor traducción de la literatura rusa a otros idiomas– decidió de forma unánime que Paisaje caprichoso de la literatura rusa, antología y traducción de Ancira, publicada por el Fondo de Cultura Económica, mereció la distinción de mejor libro en la categoría de “Literatura del Siglo XX (obras creadas antes de 1990)”.

“Es increíble. Me siento completamente feliz porque es la primera vez que recibo un premio por un libro que podemos decir que es mexicano por el lado que quiera verse: todo se hizo en México, la selección de textos, la traducción y la edición”, confió Ancira a La Jornada.

El Paisaje… es una cuidada selección de textos de Nina Berberova, Aleksandr Blok, Ivan Bunin, Mijail Bulgakov, Nikolai Gumiliov, Osip Mandelshtam, Boris Pasternak y Marina Tsvietayeva.

“Con esta antología aspiro a abrir camino para que el lector se adentre en la obra de estos autores, traducidos cada uno con su propio estilo, respetando al máximo su manejo del idioma”, explicó Ancira.

La ceremonia de premiación tuvo lugar, frente al Kremlin, en la sala de actos de la casa de Pashkov, imponente monumento de la arquitectura rusa del siglo XVIII que ahora forma parte de la biblioteca estatal de Rusia.

Al recibir el diploma que la acredita como ganadora de este premio –instituido en 2011 por el Instituto de la Traducción y que se entrega cada dos años– Ancira compartió con el público la gran noticia de que un texto de Liev Tolstoi, a partir de una traducción suya, será trasladado al zapoteca, esto es, por primera vez uno de los grupos indígenas más importantes de México podrá leer, en su propia lengua, al insigne novelista ruso.

La premiación, que esta vez coronó el IV Congreso Internacional de Traductores celebrado aquí, devino para Ancira velada de satisfacción doble: el español Joaquín Fernández-Valdés –discípulo suyo, formado en el seminario de Yasnaya Poliana que coordina la traductora mexicana– obtuvo el premio en la categoría de “Literatura clásica rusa del siglo XIX” por su versión de Padres e hijos, novela de Ivan Turgueniev.

Ancira sigue empeñada en presentar a los lectores en idioma español un Tolstoi vivo, humano, más allá del escritor que concibió obras fundamentales de la literatura universal, por lo cual en estos momentos está metida de lleno en los archivos para preparar un nuevo libro basado en la correspondencia, diarios y apuntes del reconocido autor.


Semana veintiuno del repudio al convenio entre la U.B.A.,la UNAM, la Universidad de Salamanca, el Instituto Cervantes y Telefónica de España

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El éxito de la convocatoria para repudiar el convenio que le otorga valor universal al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española, propuesto por el Instituto Cervantes y un consorcio de universidades de España y Latinoamérica, demuestra que la movilización de la comunidad intelectual de la lengua castellana está lejos de haberse agotado. Esta semana, la número veintiuno desde que empezamos, actualizamos la lista de firmantes ya que,  diariamente siguen llegando adhesiones de todo el espectro de la lengua. Por lo tanto, seguirá abierta la recolección de firmas de todos aquéllos interesados en dejar sentado en este blog su repudio ante un pacto realizado de espaldas a la sociedad.


Como ya se ha explicado, no sólo han firmado la nota que se reproduce a continuación escritores, traductores, correctores, editores, intelectuales en general (historiadores, sociólogos, antropólogos, arqueólogos y periodistas, además de directores teatrales y actores), sino también un gran número de profesores de Literatura Española e Hispanoamericana, lingüistas, filólogos y lexicógrafos, que desempeñan sus tareas en  universidades argentinas y extranjeras. Acaso ellos están mejor capacitados para entender el problema que los contadores, veterinarios y dentistas que votaron positivamente el acuerdo en una sesión del Consejo Superior de la UBA…  quince días posterior al anuncio oficial del Instituto Cervantes en el Congreso de la Lengua de Puerto Rico.

La solicitada y la lista estarán disponibles para quien desee consultaras y, eventualmente, sumarse. Para hacerlo sólo tiene que enviar un mail a clubdetraductoresliterarios@gmail.com


Solicitada

Los abajo firmantes, escritores, intelectuales, docentes, investigadores y artistas del universo de la lengua castellana, queremos manifestar nuestro absoluto repudio al Memorándum de Entendimiento, un conjunto breve de artículos, con el cual la UBA se integra al convenio firmado entre el Instituto Cervantes, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Salamanca, que pretende otorgarle al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE) valor universal y hegemónico. Consideramos que se trata de  una grave intromisión en la independencia lingüística de Latinoamérica, así como de un perjuicio a los intereses políticos y comerciales de la región.


A
Martín Abadía, Cecilia Abdo-Ferez, Enrique O. Abeya-Gilardon, Eleonora Acosta, Mónica Acosta, Gabriela Adamo, Lucas Adur, Silvia Aguilera (Chile), Cecilia Aguirre (Brasil), Claudia Aguirre, Osvaldo Aguirre, Abel Ahumada, Laura Alcoba (Francia), Diego Alfaro Palma (Chile), Fernando Alfón, Javier Almeida, Mariano Altamirano, Matías Allende Contador (Chile), Adriana Amante, Susana Anaine, Jotaele Andrade, Maria Teresa Andruetto, Daniela Ansa, Angelika Antonio Rubin, María Amelia Arancet Ruda, Graciela Aráoz, Fernanda Aren, Teresa Arijón, Elvira Arnoux, Jaime Arrambide, Alessio F. Arredondo,  Adriana Astutti, Alejandra Atadía, Jorge Aulicino, Márgara N. Averbach,
B
Claudia Bacci, Cecilia Bajour, Miguel Balaguer, Alejandro Balazote, Lidia M. T. Rádis Baptista (Brasil), Florencia Baranger-Bedel, Magnolia Brasil Barbosa do Nascimento (Brasil), Pablo Bardauil, Julina Barembuem (Francia), Ian Barnett, Carolina Bartalini, Alcira Bas, Carlos Battilana, Matías Battiston, Gustavo Beade, Eric Beaumatin (Francia), Roberto Bein, Natalia Belenguer, Sonia Bello, Bárbara Belloc, Asher Benatar, Laura Benítez, Julia Benseñor, Daniela Bentancur, Diego Bentivegna, Gladys Berisso, Angel Berlanga, Emilio Bernini, Eduardo Berti, Concepción Bertone, Pablo Betesh, María de los Ángeles Bianchi, Ana Lia Biderman, Sonia Bierbrauer, Mónica Billoni, César Bisso, Sonia Blank, Andrea Bohrn, Elisa Boland, Karina Bonifatti, Piedad Bonnet (Colombia), Juan Bonilla (España), María Angélica Bonilla, Manuel Borrás (España), Claudia Borzi, Pablo Braun, Jorge Brega, Matías Bruera, Jorge Bustamante García (México/Colombia), 
C
Marcelo José Cabarcas Ortega (Colombia), Gabriela Cabezón Cámara, Rubén Faustino Cabrera, Susana Cabuchi, Javier Calvo, Silvia Camerotto, Silvana Campanini, Magdalena Cámpora, Marco Antonio Campos (México), Sibila Camps, Martín Caparrós, Anália Capdevila, Pablo Caramelo, Marina Cardelli, Sandra Carli, Sandra Carrazzoni, Penélope Cartelet, Elizabeth Casals,Fabián Casas, Fernanda Castelano Rodrigues (Brasil), Alejandro Castro, Nora Catelli, Maite Celada (Brasil), Marcelino Cereijido (Argentina/México), Rocío Cerón (México), Valeria Cervero, Gabriela Cetinas, Sergio Chejfec, Matías Chiappe (Japón), Ricardo Chiesa, Micaela Chirif (Perú), Luis Chitarroni, Federico Ciamberlini, Ángela Ciocca, Susana Civitillo, Oliverio Coelho, Marcelo Cohen, Monona Cohen, Sara Cohen, Andrea Cofán, Javier Cófreces, Vanina Colagiovanni, Nicolás Coletto, María del Carmen Colombo, Gabriela Comte, Oscar Conde, Carlos Roberto Conde Romero (México) Estela Consigli, Jorge Consiglio, Sandra Contreras, Lucila Cordone, Luciana Cordo Russo, Claudina Corel (Francia), Silvio Cornú, Juan David Correa (Colombia), Sylvia Costa, Beatrice Couteau, Flor Cresta, Américo Cristófalo, Claudio Crivelli, Marcela Croce, Adriana Cristina Crolla, Graciela Cros, Esther Cross, Anna Crowe (Escocia),
D
Julián D'Alessandro, Paola D’Angelo, Guillermo David, Jan de Jager (Argentina/Holanda), Santiago de Miguel, Pablo De Santis, Juan de Sola (España), Juan José Delaney, Claudia Del Blanco, Silvia Delfino, Laura Demaría (EE.UU.), Valentín Díaz, Mariana Di Cío (Francia), Ariel Dilon, María Teresa D'Meza (Cuba), Mariana Dimópulos, María di Stefano, Ignacio Di Tulio, Ángela Lucía Di Tullio, Leonora Djament, Jordi Doce (España), Nora Domínguez Rubio, Leandro Donoso, José Arlindo Dos Santos (Brasil), Elsa Drucaroff,
E
Víctor Ego Ducrot, Andrés Ehrenhaus, Laszlo Elderyi (Uruguay), Neide Elias (Brasil), Alejandra Elichabe, Verónica Engler, José María Espinasa (México), Carolina Esses, Juan José Estévez,
F
Geneviève Fabry (Bélgica), Sylvia Falchuk, Adrián Fanjul, Ángel Faretta, Cristina Farías, Adriana Fernández, Nancy Fernández, Zulema Fernández, Álvaro Fernández Bravo, Javier Fernández Miguez, Inés Fernández Moreno, Martina Fernández Polcuch, Gustavo Fernández Walker, Alex Ferrara, Santiago M. Ferro, Horacio Fiebelkorn, Tamara Figueroa, Judith Filc (Estados Unidos), Diego Fischerman, Graciela Foglia (Brasil), Laura Fólica, Jorge Fondebrider, Diego Forte, Larisa Fostinone Locoselli (Brasil), Ana Franco (México), Silvana Franzetti, Daniel Freidemberg, Silvina Friera, Leonardo Funes, Alejandra Furfaro,
G
Pablo Gaiano, Carlos Gamerro, Lélia Gándara, Flavia García (Canadá), Inés García Botana, Antonia García Castro, Gabriela García Cedro, María Blanca García Gandolfo, Emilio García Wehbi, Marietta Gargatagli, Inés Garland, Florencia Garramuño, Teresa Garufi, Miguel Gaya, Jorge Geffner,  Francisco Gelman Constantin, Nicolás Gelormini, Alicia Genovese, Analía Gerbaudo, Mabel Giammatteo, Pablo Gianera, Federico Gianotti, Daniel Gigena, Sol Gil, Abel Gilbert, Paula Giménez Zapiola, Gabriel Giorgi, Mónica Girón, Andrea Giunta, Marisa Godoy, Myriam Leonor Godoy Arroyo, Graciela Goldchluk, Víctor Goldstein, Alejandro González, Betina González, Horacio González, Jonio González, Neide Maia González (Brasil), Rafael Goñi, Inés Grimland, Ezequiel Grimson, Lucía Grodsinsky, Paula Grosman, Irene Gruss, Roberto Guareschi, Leila Guerriero, Richard Gwyn (Gales),
H
Fabián Haim, Claudia Hartfiel, Liliana Hayat, Liliana Heer, Dolores Hernández, Itziar Hernández (España), Patricia Hernández, Frida Herz, Alejandro Horowicz, Luis Francisco Houlin Dintrans, Claudia Hortas,
I
Ricardo Ibarlucía, Carla Imbrogno, Pablo Imen, Pablo Ingberg, José Insúa, Fabián Osvaldo Iriarte, Pola Iriarte (Chile), Jorge Isaías,
J
Carlos H. Jacobo, David Jacobson, Natalia Jakubecki, Alexandra Jamieson Barreiro, Ana María Jaramillo (Colombia/México), Darío Jaramillo Agudelo (Colombia), Noé Jitrik, Silvia Jurovietzky,Mario Jursich (Colombia),  
K
Tamara Kamenszain, Laura Kaplan, Alejandra Patricia Karamanian, Alejandro Kaufman, Edna Inés Kelly, Sergio Kiernan, Guillermo Korn, Alberto Kornblihtt, Laura Malena Kornfeld, Eduardo Kragelund, Christian Kupchik,
L
Juan Manuel Lacalle, Nora Laffont, Mónica Lago, Patricia Lálage del Vall, María Lanese, Gabriela Lapalma, Alicia Laplace, Cecilia Lasa, Alejandra Laurencich, Daniela Lauria, Denise León, Mara Faye Lethem (Estados Unidos),  Mauro Libertella, Daniel Link, Jorge Locane (Alemania), María Rosa Lojo, María Pía López, Eugenio López Arriazu, Carlos López Beltrán (México), Pura López Colomé (México), María López García, Ana María Lorandi, Diego Lorenzo, Carolina Lozada (Venezuela), Gabriel Lozano, Marcela Lucero,
M
Bruna Macedo de Oliveira (Brasil), Ariel Magnus, Silvia Maldonado, Alejandro Manara, Adriana Carolina Manes, Laura Mangold, Héctor Manni, Elena Marengo, Lucas Margarit, Marilú Marini, Leticia Martí, Daniel Martínez, Uriel Martínez Venegas (México), Claudia Masín, Carlos Masotta, Cecilia Mata, Ana Silvia Mazía, Mirtha Paula Mazzocchi, Ana Mazzoni, Víctor Manuel Mendiola (México), Ricardo Mendoza Rademacher (Chile), Andrea Menegotto, Haydée Noemí Menna, Tununa Mercado, Mercedes Merino, Silvana Meta, Alejandra Mierez Revilla, Eduardo Milán (Uruguay), Gabriela Minsky, Ignacio Miret, Federico Mirré, Javier Mocarquer (Estados Unidos), Cristian Molina, Oscar Luis Molina Sierralta (Chile), Rodrigo Molina-Zavalía, Sylvia Molloy, Fabián Mónaco, Rafael Mondragón (México), Mario Montalbetti (Perú), Graciela Montaldo, Jorge Monteleone, René Montero Montano (México), Miguel Ángel Montezanti, Virginia Monti, Fabio Morábito (México), Miguel Ángel Morelli, Yolanda Morató (España), María Moreno, Juan Carlos Moreno Cabrera (España), Graciela Morgade, Julieta Mortati, José Luis Moure, Vicente Muleiro, Fabricio Müller, Debi Mundani, Hugo Murno,
N
Adelaide Navarret, Juana Nicolaou, Gustavo Nielsen, Michel Nieva, Daniela Nigro, Valentina Noblia, Alicia Noceti, Alejandro de Nuñez,
O
Julieta Obedman, Alejandra Obermeier, Elena Luján Odriozola,  Gladys Ojea, Ana Ojeda, Leonardo Oksman, Sebastián Olaso, Alejandro Olazabal, Mercedes Olcese, Lucrecia Orensanz (México), Diana M. Ortega, María Gabriela Ortiz, Pablo Ortiz (Estados Unidos), Alexandra Ortiz Wallner (Alemania), Elsa Osorio, Araceli Otamendi, Sonia Otamendi, Rafael Felipe Oteriño,
P
Melisa Palferro, Cecilia Palmeiro, Lucas Panaia, Tamara Padrón Abreu, Andrea Palet (Chile), Marcia Paraquett (Brasil), Aldo Parfeniuk, Sandra Pasquini, Hilda Paz, Joana Peaguda, Karina Pelech, Ingrid Pelicori, Diego Peller, Marina Inés Pepe, Graciela Périssé, Claudia Pérez, Cecilia Pérez de Micou, Paula Pérez Alonso, Romina Eva Pérez Escorihuela, Graciela Perosio, Lucas Petersen, Miguel Ángel Petrecca, Maria Pibernus, Gabriela Clara Pignataro, María Cristina Pinto, Claudia Piñeiro, Nancy Viviana Piñeiro, Silvina Poch, Judith Podlubne, José Maria Poirier, Antonio José Ponte (Cuba/España), Ángela Pradelli, Graciela Progano, Marita Propato, Ana Pruis, Agnieszka Julia Ptak,  Mercedes Pujalte, María Lucía Puppo,
Q
 Juan Carlos Quintero-Herencia (Puerto Rico),
R
Alejandro Raiter, María Laura Ramos, Graciela Rapaport, Olga Regueira, María Cristina Renard, Fernando Rendón (Colombia), Jorge Revsin, Alicia Silvia Rey, Esteban Javier Rico, Cynthia Rimsky (Chile), María Florencia Rizzo, Armando Roa Vial (Chile), Daniela Rodríguez Gesualdi, Victoria Rodríguez Lacrouts, Blanca Alberta Rodríguez Vázquez (México), Alejandra Rogante, Waldo Rojas (Chile), Luis A. Rojas Herrera (Chile), Marta Rojzman, Mariana Romo Carmona (Estados Unidos), Gonzalo Roncedo, Hernán Ronsino, Mirta Rosenberg, Silvina Rotemberg, Fernando Rouaux, Gabriela Alina Roveda Peluffo, Cora Rozwadower-Grätzer (Francia), Julio Patricio Rovelli López, Mario Rucavado Rojas, Silvia Adriana Rucci, Natalia Ruhl, Facundo Ruiz, Pablo Martín Ruiz (Estados Unidos), Ricardo Ruiz, Andrea Russo, 
S
Guillermo Saavedra, Julia Sabena, Lori Saint-Martin (Canadá), Ina Salazar (Perú/Francia), Amalia Sato, Alejandro Schmidt, Scott Sadowsky (Chile), Julia Saltzmann, Elisa Salzmann, Daniel Samoilovich, Cristina Santoro, Beatriz Sarlo, Vivian Scheinsohn, María Jimena Schere, Gabriela Schon, Federico Schuster, Francisco Segovia (México), Pablo Seijas (Argentina/Francia), Gabriel Seisdedos, Gabriel Senanes, Silvia Senz Bueno (España), Jessica Sequeira (Estados Unidos), Matías Serra Bradford, Marina Serrano, Pedro Serrano (México), Nora Sforza, Lorna Shaugnessy (Irlanda), Ana María Shua, Luciana Sierra, Alberto Silva Castro, Gastón Sironi, Paulo Slachevsky (Chile), Perla Sneh, Ricardo Soca, Ada Solari, Margarita Solli, Marcial Souto, Mikel Soto Nolasco(País Vasco), Rafael Spregelburd, Eduardo Stupía, Julieta Sueldo Boedo (Brasil), Jorgelina Sureda, Maristella Svampa, Mariano Sverdloff, Santiago Sylvester, Alberto Szpunberg, Mónica Szumurk,
T
Sergio Tanoni, Alejandro Tantanian, Carles Tàvec, María Tellechea, Federico E. Testoni, Diana Theocharidis, María Emilia Tijoux, Mario Tomé, Sandra Toro, Jorge Torres Zavaleta, Diego Trelles Paz (Perú), Silvina Trica-Flores (Estados Unidos), Roxana Trucco, Lilia Tubia,
U
Lidia Unger, Pablo Usabiaga, Teresa Usandivaras, Alejandra Uslenghi (Estados Unidos), Leandro Uteda,
V
Luisa Valenzuela, Gustavo Valle (Venezuela), María Esther Vázquez,  Graciana Vázquez Villanueva, Diana Vega, Ana Vellegal, Luciana Velloso, Santiago Venturini, Carmen Verlichak, Pedro Ignacio Vicuña (Chile), Gabriela Villalba, Inés Villanueva, Claudio Villarreal, José Javier Villareal (México), Minerva Margarita Villareal (México), Silvia Villegas, Juan Villoro (México), Elena Vinelli  Marcela Visconti, Miguel Vitagliano, Carlos Vitale, Martín Vitton, Nadia C. Volonté,
W
Miguel Wald, David Wapner, Gerardo Wehinger, Astrid Wenzel, Guadalupe Wernicke, Tamara R. Williams (México / Estados Unidos),  Laura Wittner, Leandro Wolfson, Marcela Woods,
Y
Daniel Yagolkowsky, Débora Yánover, Jorge Hernán Yerro (Brasil), 
Z
Horacio Zabaljáuregui, Graciela Zanini, Paula G. Zarza, Enrique Zattara Hernández, Amelia Zerrillo, Pablo Zdrojewski, Katharina Zinsmeister, Verónica Zondek (Chile), Ana Zone, Paula Zucherelli,  Julia Zullo, Patricio Zunini. Gabriela Mariel Zunino.


Universidades e instituciones educativas a las que pertenecen los firmantes

Universidad Autónoma de Entre Ríos (Argentina)
Universidad Católica Argentina (Argentina)
Universidad de Belgrano (Argentina)
Universidad de Buenos Aires (Argentina)
Universidad de San Andrés (Argentina)
Universidad del Salvador (Argentina)
Universidad Nacional Arturo Jauretche (Argentina)
Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba, Argentina)
Universidad Nacional de La Plata (La Plata, Argentina)
Universidad Nacional de Lanús (Argentina)
Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina)
Universidad Nacional de Rosario (Rosario, Argentina)
Universidad Nacional de San Luis (San Luis, Argentina)
Universidad Nacional de Tres de Febrero (Argentina)
ENSLV "Sofía E. Broquen de Spangenberg" (Argentina)
IES en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández" (Argentina)
Instituto Cultural Argentino de Lenguas Vivas (Tucumán, Argentina)
Instituto Superior de Formación Docente 3 (San Martín de los Andes, Argentina)
Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N°83  (Solano-Quilmes)
Instituto Superior de Profesorado n.° 8 "Alte. Guillermo Brown" (Santa Fe, Argentina)
Universidade Federal da Bahia (Brasil)
Universidade Federal da Integraçao Latino-Americana (Brasil) 
Universidade Federal Fluminense (Brasil)
Universidade Federal de São Paulo (Brasil)
Universidad Católica de Chile (Chile)
Universidad de Chile (Chile)
Universidad Jorge Tadeo Lozano, sede Caribe. Cartagena (Colombia)
Universidad Autónoma de Nuevo León (México)
UNAM (México)
Universidad de Montevideo (Uruguay)
Universidad de la República (Uruguay)
New York University (Estados Unidos)
Providence College (Estados Unidos)
UC Davis (Estados Unidos)
University of Maryland (Estados Unidos)
Tufts University (Estados Unidos)
Ministère de l'Immigration, de la Diversité et de l'Inclusion de Québec (Canadá)
Université du Québec á Montreal (Canadá)
Humboldt-Universität zu Berlin (Alemania)
Universidad Libre de Berlín (Alemania)
Universidad Autónoma de Madrid (España)
Universitat Pompeu Fabra (Barcelona / España)
Université de Caen-Normandie (Francia)
Université de Lille 3 (Francia)
Université Sorbonne Nouvelle Paris III (Francia)
Université Catholique de Louvain (Bélgica)
Tokyo University (Japón)

Adhesiones Institucionales

Centro PEN Argentina
Sociedad de Escritores y Escritoras de Argentina (SEA)
Fundación Victoria Ocampo
Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados
Diccionario Latinoamericano de la Lengua Española(http://untref.edu.ar/diccionario/)
Archivos del Sur

¿Alguien esperaba algo distinto de esto?

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Publicada en el cuerpo central del diario Clarín, el 15 de septiembre pasado, la siguiente nota de Patricia Kolesnicov incluye esta bajada: “En lo que va del año se editaron menos ejemplares, cerraron librerías y crecieron las importaciones”.

El parate llegó a los libros:
caen la producción y la exportación

En la industria editorial era un secreto a voces: las ventas de libros están en problemas.“El peor junio de la historia”, decían hace unas semanas en una de las editoriales más grandes de Argentina (y del mundo). “La caída se siente sobre todo en kioscos y supermercados, las librerías tienen menos variaciones”, decía el gerente de otra gran empresa. Pero las librerías hablaron con un lenguaje más cruento: en lo que va del año –dice Ecequiel Leder Kremer, vicepresidente de la cámara que las agrupa– cerraron ocho y una se convirtió en cooperativa. El librero señala la caída del consumo, la suba de alquileres y el auge de las series.

De esto habló hoy la Cámara Argentina del Libro, la entidad que agrupa, sobre todo, a las editoriales pequeñas y medianas. En su informe semestral, muestran que la cantidad de libros que se produjo entre enero y julio de 2016 fue menor a la de 2015: 47.847.085 el año pasado, 41.711.467 este año. Es decir, casi un 15 por ciento menos. ¿Veníamos de un año excepcional? Para nada: en el total de 2015 los ejemplares editados habían sido 82,5 millones, frente a los 129 millones de 2014. “Hay una merma de entre 5 y 6 millones de ejemplares”, detalló Luis Quevedo, vicepresidente segundo de la CAL.

La caída es más pronunciada si se excluyen los libros autoeditados, institucionales o producidos por universidades para consumo interno y se consideran sólo aquellos producidos para ser vendidos en canales tradicionales: en ese caso se pasó de casi 15.2 millones de ejemplares a casi 11.9. La caída en ese caso toca el 22 por ciento.

Esta cifra no da cuenta de la cantidad de títulos que se produjeron sino del volumen de ejemplares editados. El número de novedades se mantuvo estable: 15.861 de 2015 contra 15.787 de 2016. Es decir: no se escriben menos libros, se achicaron las tiradas. La baja de la producción, dicen en la Cámara, coincide con la caída de las ventas.

También se redujo el número de editoriales que estuvieron activas este año: si en 2015 los libros nuevos habían salido de 301 editoriales, ahora lo hicieron de 255.

En cuanto a las temáticas, lo que más bajó es la literatura: del 30 al 26 por ciento de lo publicado. Subieron –no es sorpresa, viven un boom– los títulos infantiles y juveniles (del 14 al 16 por ciento), las Ciencias Sociales (del 15 al 16), los de religión (del 3 al 4) y los de Derecho (del 5 al 6 por ciento).

La caída de la cantidad de ejemplares no se explica en el aumento del libro electrónico: en la Argentina, aunque una buena parte de los libros está ofrecido también en ese formato (este semestre, el 18% ), sus ventas no llegan al 1%.

Lo que creció son las importaciones. Pasaron de 40,26 a 42,83 millones de dólares. Sin embargo, parte de este número no corresponde a libros editados afuera sino a libros producidos acá que se imprimen en China, en Uruguay e incluso en España, donde los servicios gráficos son más baratos. Esto se combina con una baja de las exportaciones que venían cayendo desde 2013 y ahora, con 15,7 millones, tocaron su piso desde que se hace la medición, en 2002.

Los editores hablaban este mediodía de una multiplicidad de causas para esta caída. Una es el alto costo de producción argentina, que incluye el precio del papel, la inflación, la devaluación en países latinoamericanos, que son clientes, y una carga impositiva que afecta incluso a los autores: desde los 90 quienes escriben pagan ganancias a partir de 10.000 pesos de derechos de autor. Entonces eso equivalía a 10.000 dólares. Hoy siguen pagando a partir de la misma cifra. Los editores piden exenciones impositivas que, dicen, le restarían a las arcas del Estado unos 10 millones de dólares por año: es una industria chica.

Por otro lado, el sector siente la suspensión de las compras del ministerio de Educación, que llegó hasta los 8,3 millones de ejemplares en el gobierno anterior. La Cámara –explicó su presidenta, Graciela Rosenberg– está en contacto con Educación. Para 2017, les informaron, comprarán libros de texto. Literatura, no.


Otra versión de lo mismo

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También publicada el 15 de septiembre pasado, pero esta vez en el diario Página 12, la siguiente nota firmada por Silvina Friera completa la publicada en el día de ayer y da cuenta, desde otro punto de vista, de la actual crisis en el mundo del libro.

La lectura del cambio

La industria editorial argentina atraviesa un momento complicado. De enero a julio de este año, por primera vez las importaciones subieron –a 42.836.241 millones de dólares– y las exportaciones bajaron (US$ 15.742.187), según el informe sobre la “Producción del Libro Argentino” presentado por la CAL (Cámara Argentina del Libro), entidad presidida por Graciela Rosenberg que aglutina a 520 socios y que representa a medianos y pequeños editores. ¿Cómo interpretar estos números? “En el caso de las exportaciones, estamos perdiendo mercados no sólo por un problema de competitividad nacional –advierte Martín Gremmelspacher, vicepresidente primero de la CAL–. Latinoamérica está pasando un muy mal momento económico. De México para abajo, son muy pocas las excepciones de los países que están bien. La competitividad del dólar, más los aumentos de precios, hace que perdamos mercados y no seamos competitivos. En cuanto a las importaciones, es competencia interna para las editoriales nacionales y pérdida de puestos de trabajo en la parte gráfica”. El panorama es más desolador cuando se incorporan otros datos no contemplados en el informe. Las ventas en las librerías cayeron alrededor de un veinte por ciento. Gremmelspacher confirma que las librerías la están pasando “muy mal”; y que en los últimos meses cerraron unas 10 librerías solo en ciudad y el Gran Buenos Aires. “La caída de ventas repercute; el tema del IVA en el alquiler es un problema. El titular de las propiedades en los grandes lugares de ventas, sobre la calle Corrientes o en centros comerciales, busca la renta por metro cuadrado. Y la realidad es que el metro cuadrado de venta de un libro no es el mismo que el de un electrodoméstico, una campera de cuero o un celular”, compara el vicepresidente primero de la entidad.

El sector editorial necesita que se pueda consensuar una Ley del Libro Argentino, que como la colombiana, la mexicana o peruana, exima del pago del impuesto a las ganancias a las editoriales y a los autores y que no grave el IVA al papel. La evolución de la producción del Sector Editorial Comercial (SEC) registra algunas oscilaciones. El año pasado se editaron 5226 libros y este año 5.023, lo que implica unas 200 novedades menos. En 2015 fueron 301 las editoriales que editaron esas novedades, mientras que en 2016 la cifra descendió a 255. “Hubo unas cuarenta editoriales que por algún motivo durante este primer semestre no publicaron novedades”, aclara Luis Quevedo, vicepresidente segundo de la CAL. La suma total de ejemplares alcanzó los 15.187.186, el año pasado, contra 11.884.466 en 2016. La tirada promedio pasó de 3.400 a 2.800. Quevedo explica que hay un 20 por ciento menos en cantidad de ejemplares que coincide con la baja media de las ventas, que es alrededor del 20. Rosenberg comenta que ha crecido la impresión por demanda, que empieza a ser una opción. Alguien que hacía mil ejemplares está editando ahora unos 300. Los cinco grandes grupos editoriales concentran un 30 por ciento del mercado en cuanto a la cantidad de novedades. La relación se invierte de 70 a 30 cuando se toma en cuenta la venta. Respecto de la cantidad de ejemplares que editaron los grandes grupos durante este año, el porcentaje es de 40,6 sobre 11.884.466. Para el resto de los editores, el porcentaje es 59,4.

El 18 por ciento de las novedades se lanzan en formato digital. El resto, 82 por ciento, se edita en papel. “Este es un dato engañoso porque uno puede presuponer que casi el 20 por ciento del mercado es digital. Pero este dato no tiene ninguna relación con la cifra de venta. Las ventas de libros digitales no llegan al 1 por ciento”, precisa Quevedo. “Yo tengo la convicción de que al menos en algún sector del libro, en el libro educativo o de texto, en algún momento va a ser significativa la producción de ebook”, agrega el editor de Eudeba.

En septiembre, Andrea Pagni visita el SPET

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En una reunión especial del SPET, que tendrá lugar el lunes 26 de septiembre a las 18:30 en el Salón de Conferencias del IES en Lenguas Vivas (Carlos Pellegrini 1515), nuestra invitada Andrea Pagni disertará sobre “Historia de la traducción y género en América Latina. Cortázar traductor de Gide”

Andrea Pagni es profesora de literatura latinoamericana en la Universidad de Erlangen-Nürnberg, Alemania. Sus áreas de investigación son la literatura de viajes y la historia de la traducción literaria. Ha publicado, entre otros, una monografía sobre viajeros argentinos a Francia y franceses a Argentina en el siglo XIX (Post/koloniale Reisen, Tubinga, 1999), y editado los volúmenes colectivos América Latina, espacio de traducciones (Caracas 2004 y 2005), El exilio republicano español en México y Argentina (Madrid/Frankfurt a.M. 2011), y junto con Gertrudis Payàs y Patricia Willson Traductores y traducciones en la historia cultural de América Latina(México, UNAM, 2011); en prensa se encuentra un volumen colectivo coeditado con Annette Keilhauer: Refracciones / Réfractions. Traducción y género en las literaturas románicas / Traduction et genre dans les lttératures romanes. Ha traducido a Kleist, Kafka, Hoffmann y Rilke al castellano. Integra el consejo editorial de la revista Iberoamericana y es miembro fundador de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Traducción e Interpretación (ALAETI).

Lecturas sugeridas

-André Gide, El inmoralista, trad. de Julio Cortázar, Buenos Aires, Argos, 1948.

-Theo Hermans (2010 [2007]), “The Translator’s Voice in Translated Narrative”, en Mona Baker (ed.), Critical Readings in Translation Studies. London/New York: Routledge 2010, 193-212.

-William J. Spurlin, “Queering Translation”, en Sandra Bermann / Catherine Porter (eds.), A Companion to Translation Studies. Wiley Blackwell 2014, 298-309.

-Gabriela Saldanha, "Style in, and of, Translation", en Sandra Bermann / Catherine Porter (eds.), A Companion to Translation Studies
Wiley Blackwell 2014, 95-106.

-Mona Baker, "Towards a Methodology for Investigating the Style of a Literary Translator", en Target 12: 2 (2000), 241-266.



A quienes confirmen su asistencia les enviaremos por correo electrónico las lecturas que tenemos disponibles.

La poeta alemana Monika Rink visitó el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires y habló, entre otras cosas, sobre traducción de poesía

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Invitada por el Instituto Goethe de Buenos Aries, Monika Rinck visitó ayer el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, donde habló sobre traducción de poesía. Lo hizo, acompañada por Silvana Franzetti, su propia traductora al castellano, y con traducción simultánea de Martina Fernández Polcuch.

La presentación puede verse y escucharse en el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=IuGwAEsUz80

Monika Rinck (Zweibrücken, 1969) fue ganadora en 2015 del premio Heinrich von Kleist (el importante galardón literario en lengua alemana, que también ganaron figuras como Bertolt Brecht, Heiner Müller, Ernst Jandl, Alexander Kluge, Ferdinand von Schirach o Katja Lange-Müller).  Una de las voces indiscutibles de la poesía alemana contemporánea, además de escribir, traduce del húngaro en dupla con Orsolya Kalàsz, lleva adelante proyectos de cooperación con músicos y compositores y, “de vez en cuando” –dice–, enseña en la Universidad de Artes Aplicadas de Viena. Rinck  estudió literatura comparada, filología alemana y estudios de religión en Bochum, en Berlín y en la Universidad de Yale, New Haven, y hoy vive en la capital alemana. Prolífica escritora, desde 1989 viene publicando en diferentes editoriales. Honigprotokolle[Protocolos de la miel] es su último libro de poesía, que fue publicado por kookbooks en 2012 y recibió el premio Huchel. En 2015, la misma editorial publicó Risiko und Idiotie


Silvana Franzetti (Buenos Aires, 1965) es poeta y traductora. Vive y trabaja en Buenos Aires. Publicó Edición bilingüe (Vox, 2006) y Mobile (Libros de Tierra Firme, 1999); los libros objeto Telegrafías (La Marca, 2001) y Mentiras (Berlín 1+1=11, 2010), en colaboración con Mariana Bustelo y Roberto Equisoain respectivamente, y las plaquettes Cuadrilátero circular (Casa de la Poesía, 2002; Dársena 3, 2007) y Destino de un hombre agitado (Seis sellos, 1994). Realizó montajes de sus textos poéticos en instalaciones y videopoemas. Tradujo, entre otros poetas alemanes contemporáneos, a Hilde Domin, Reiner Kunze, Monika Rinck y Volker Braun, los dos últimos disponibles en www.lyrikline.org. Una traducción de la obra de Volker Braun se encuentra en preparación para su publicación en la editorial El jardín de las delicias.

Señora, baje el dedo que le va a dar frío

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El 20 de septiembre pasado, en El Trujamán, la página diaria que el Centro Virtual Cervantes, del Instituto Cervantes, dedica a la traducción, María Teresa Gallego, sin nombrarme –y acaso porque yo sí la he nombrado en más de una ocasión– escribe: “Una novela se lee de una forma. Esa misma novela se lee de otra, cuando se está realizando, sobre ella o sobre la obra de su autor, un estudio histórico o literario o filológico (aunque en este último caso no se podrá partir de una traducción, lógicamente) o una tesis doctoral. En ninguno de los casos —ni lectura placentera de la novela ni estudio— creo que proceda, cuando de una obra de ficción traducida se trate, un aparato ingente de notas del traductor. El estudioso y el estudiante y el doctorando ya buscarán las oportunas bibliografía y documentación acordes con sus necesidades. Y al deleitado lector le da exactamente igual, por poner un ejemplo al azar, el año exacto del trazado de la calle de París cuyos adoquines usaron los jóvenes revolucionarios de Hugo para levantar su barricada o si las banderas de la época eran de vichí o de percalina, precisiones ociosamente eruditas que interrumpirán al ya mencionado lector en su ascenso a la barricada, tirando de él hacia abajo, hacia el pie de la página, privando así a ésta de su carácter de trampolín y atándole un bloque de hormigón a los tobillos. Eso si no lo zambullen a traición en fragmentos de la correspondencia del escritor en determinado año, convirtiendo de paso la acción en curso en aventura interrupta”.
No contenta con levantar el dedo imperativo para dictaminar cómo debe proceder el lector –al que en párrafos previos nombra “lector español”, como si hubiera un solo tipo, ibérico, repetido y con una cabeza idéntica, sin aclarar si se refiere exclusivamente al de España o a cualquiera que sea usuario de lengua castellana–, agrega: “Dicho lo cual, los traductores y las editoriales son muy libres, por descontado, de poner en los mostradores de las librerías lo que deseen. Pero lo que no me parece de recibo es que quinientas notas en las cuatrocientas páginas de una novela se aleguen como mérito y sean motivo de jactancia por la obra propia y desprecio por la ajena, como oímos a veces en labios de ciertos traductores exegéticos de obras de ficción clásicas que se arrogan el discutible derecho de digerírselas al lector. Tanto más cuanto que unas cantidades ingentes de notas no garantizan una buena traducción, pero sí le dan al traductor un inoportuno protagonismo, que no le corresponde, y cortocircuitan el flujo entre escritor y lector, impidiendo a éste la relación personal con aquél, siendo así que hacerla posible es la misión esencial, por no decir exclusiva, del traductor literario”.
Como no quiero cortocircuitarle nada a nadie, y menos el flujo, me veo en la obligación de responder. Señalo entonces que en la página 30 del Prólogo de mi traducción se declara con toda claridad: “ésta es una edición anotada; vale decir, una nueva traducción de la obra acompañada expresamente por un gran número de notas que permitan, eventualmente, una mejor comprensión no sólo de la historia, sino también de la cultura y las condiciones de la época en que transcurre, la forma en que  fue contada, los problemas que Flaubert truvo que sortear para escribirla, lo que la crítica ha dicho sobre cada momento de este libro a lo largo de los últimos ciento cincuenta y siete años. Todas esas notas responden a muy diversas bibliografías y tienen diferentes propósitos. Por un lado, repiten lo que a lo largo del tiempo han consignado en diferentes ediciones de la obra y en distintos estudios sobre ésta algunos de los mayores especialistas en Flaubert y en Madame Bovary. Como podrá verse, sus nombres han sido respetuosamente incluidos en cada ocasión. Por otro, remiten a lo que el propio Flaubert decía –en su Correspondencia, en los carnets de escritura– a medida que iba escribiendo la novela. Luego, indica qué pasajes fueron suprimidos por la Revue de Paris, medio en el que la novela se publicó por entregas antes de su definitiva publicación en libro. Finalmente, en aquellos casos en que no se consigna la fuente, las notas surgen de la labor del traductor. Estas últimas, muchas veces derivadas de la utilización de diccionarios como el de la Academia Francesa o el de Émile Littré, así como de enciclopedias, libros de historia y textos dedicados al estudio de la historia cultural, intenten reponer para el lector actual el marco de referencias correspondiente a los lectores contemporáneos a la aparición de la novela”. En síntesis, no se le oculta a nadie la índole del libro, ya que en la página 9 del Prólogo declaro: “esta nueva traducción y sus muchas notas pretenden dar cuenta no de una, sino de un notable número de maneras de leer Madame Bovary, desde su publicación a la fecha, justificando así su reputación de gran clásico de la literatura”. Y aclaro esto porque sé que no todos tenemos una misma cabeza y, por lo tanto, porque entiendo que no hay una única manera de leer. Por otra parte, tiendo a suponer que si a alguien no le interesan las notas, puede saltearlas. Dicho llanamente, no está obligado a leer lo que no quiera leer. Es más, si el lector no lee mis notas, no me enojo, como sí parece enojarse la señora Gallego de que las haya puesto.  
Hasta 2014, fecha de la publicación de mi versión de Madame Bovary, en la lengua castellana existían 58 versiones de la obra, distribuidas entre la Argentina, Colombia, Chile, España y México. Desde entonces, si mis cálculos no son incorrectos, se sumaron 9 versiones más. Pese a las muchas reediciones, no todas esas versiones están disponibles. Por caso, La señora Bovary, oportunamente traducida por Tomás de C. Durán y publicada en 1900 en Barcelona –que de ninguna manera debe ser confundida con La señora Bovary, traducida por María Teresa Gallego y publicada en 2012 en Madrid–, sólo se consigue en bibliotecas o, con suerte, en librerías de viejo. Cada una de estas versiones tiene su correspondiente traductor y cada uno de esos traductores, sus aciertos y limitaciones, tal como señalo en el prólogo de mi propia versión. Allí digo: “hoy en día, todo traductor que quiera honrar al original en la lengua a la que traduce, podrá considerar y acaso servirse de versiones anteriores”. Y cuando hablo de servirse de las versiones anteriores, no solamente lo hago para agradecer aciertos, sino también para evitar errores. Por caso, el traductor español Juan Bravo Castillo –él mismo autor de una muy buena versión de Madame Bovary, publicada en 1993 en Madrid–, en el excelente artículo “Madame Bovary et ses versions a l’espagnol”, disponible on line, estudia y critica, no sin cierta aspereza, varias de las traducciones españolas que preceden a la suya. Los errores que señala son groseros y corresponden a algunas versiones por mucho tiempo consideradas canónicas, posiblemente porque quienes así las juzgaban tal vez no leían en francés y se dejaban embelesar por la reputación literaria de los traductores, muchos de los cuales tampoco ponían notas allí donde éstas podrían haber sido de alguna utilidad, para no alterar la sagrada relación entre el autor y el “deleitado lector”, categoría curiosa porque cada cual busca su deleite, solaz y consuelo donde quiere o puede. La primera reacción que muchos tuvieron fue pensar que Bravo Castillo cometía una infamia porque tal parece es de mal gusto denunciar la falta de probidad de los colegas. En realidad, lo que él hizo fue ofrecer un servicio invalorable a los traductores que vinieron después y que, gracias a su esfuerzo, no cayeron en los mismos errores que él denunció. Dicho en otros términos, Bravo Castillo no respetó el esprit de corps del mundo traductoril rindiéndole pleitesía a viejas glorias que no lo merecían, sino que tuvo en cuenta tanto a los futuros colegas como al lector para que unos y otros leyeran mejor.
Ahora bien, en el caso de una obra que tiene tantas versiones al castellano como Madame Bovary es posible que la traducción sola no baste, que haya quienes deseen sumar algo más, un valor agregado que ayude a leer mejor o de otra manera. Esto, en el caso de los clásicos, se hace casi siempre en el propio idioma. Por caso, la versión de Folio que en Francia manejan tanto escolares como universitarios, sin olvidar al público en general, es la de Jacques Neefs, uno de los grandes especialistas en Flaubert. Su versión anotada es la que ha servido de referencia a traductores del mundo entero, tanto para aclarar problemas de índole cultural –hablamos de un libro que refiere usos y costumbres de los franceses de hace un siglo y medio–, como para comparar con las sucesivas versiones que Flaubert publicó, hasta llegar a la edición de Charpentier & Cie, que fue la última publicada en vida del autor. Muchas versiones de Madame Bovaryque se publicaron en el mundo entero siguen las notas de Neefs. Algunas lo declaran abiertamente y otras lo esconden, como si las notas fueran de los propios traductores. Tal es la importancia de la labor de Neefs que incluso su prólogo ha sido abiertamente citado y, en el caso de la edición de Penguin Random House, reproducido íntegramente, para sorpresa del mismo Neefs que en ningún momento fue consultado y quien se enteró del hecho sólo cuando yo se lo mostré en París, en diciembre del año pasado. Dejando de lado lo que haya decididio y hecho el editor, el responsable de esta última versión es Mauro Armiño, un excelente traductor español, quien eligió sumar a su versión de la novela varios fragmentos que Flaubert en su momento había descartado, pero que, en una reciente edición francesa, se volvieron a incluir en la obra. En síntesis, un valor agregado.

Más modestamente, la señora Gallego, en su momento, optó por titular La señora Bovary a la novela que todo el mundo conoce como Madame Bovary. En eso –en eliminar las marcas que indican que esta novela francesa es una novela francesa– consiste su principal valor agregado. Algo simple, como parece ser, en líneas generales, todo el pensamiento de la traductora. Lo dije en una reciente entrevista que me hizo el diario El País, de Montevideo, y que reproduje en este blog: “Hay una traducción bastante pobre a la que, en un alarde de ingenio, bautizaron La señora Bovary. Al hacer eso, esta hija de campesinos normanda pasa a ser una comadre madrileña, lo cual sólo contribuye a agregar exotismo a algo que el original no tiene. La acción no transcurre en Madrid. Cambiar el madame por ‘señora’ quita la marca necesaria en toda traducción para que el lector sepa que es justamente eso: algo que fue escrito en otra lengua y que da cuenta de cosas que le pasaron a gente en otra parte. Entiendo que la universalidad de un texto no puede ser reemplazada por gracejo de poca monta”.
Quisiera aclarar aquí que lo del “gracejo de poca monta” tiene que ver con la costumbre un tanto pesada y prepotente que nos suelen imponer muchos españoles cuando siembran el discurso con las supuestas perlas del refranero español, algo de lo que, entiendo, los hispanoamericanos hemos logrado liberarnos, gracias a los esfuerzos de Jorge Luis Borges, tan aclamado en España. A la señora Gallego, que justamente tiende al refranero, no le gustó, y por eso, porque se quedó con la sangre en el ojo, pero no tiene el coraje de referirse a mí con nombre y apellido, titula su nota “Churros y meninas”, para aclarar enseguida, por si hiciera falta, que el refrán original habla de “churras y merinas”. El chiste –si es que así puede considerarse– le sirve para terminar su columna diciendo: “Así que no confundamos. Un traductor no es un exégeta (salvo en un contexto religioso y, por tanto, manipulador), su cometido no es lucirse ni protagonizar la mitad de las páginas del libro y un churro no es una menina”. O sea, luego de haber dictaminado antes cómo debe ser un lector y cuál tiene que ser su lectura, ahora se pone a discursear sobre qué cosa tiene que ser un traductor. Con lo cual, volvemos a imaginar que todos los traductores tienen que tener una misma cabeza, probablemente la suya. La vida, hélas, es más compleja que lo que probablemente desee Madame Gallego. De hecho, parafraseando la “Oda escrita en 1966”, de Borges, nadie es Madame Bovary, pero todos la somos.      

Semana veintidós del repudio al convenio entre la U.B.A.,la UNAM, la Universidad de Salamanca, el Instituto Cervantes y Telefónica de España

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El éxito de la convocatoria para repudiar el convenio que le otorga valor universal al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española, propuesto por el Instituto Cervantes y un consorcio de universidades de España y Latinoamérica, demuestra que la movilización de la comunidad intelectual de la lengua castellana está lejos de haberse agotado. Esta semana, la número veintidós desde que empezamos, actualizamos la lista de firmantes ya que,  diariamente siguen llegando adhesiones de todo el espectro de la lengua. Por lo tanto, seguirá abierta la recolección de firmas de todos aquéllos interesados en dejar sentado en este blog su repudio ante un pacto realizado de espaldas a la sociedad.


Como ya se ha explicado, no sólo han firmado la nota que se reproduce a continuación escritores, traductores, correctores, editores, intelectuales en general (historiadores, sociólogos, antropólogos, arqueólogos y periodistas, además de directores teatrales y actores), sino también un gran número de profesores de Literatura Española e Hispanoamericana, lingüistas, filólogos y lexicógrafos, que desempeñan sus tareas en  universidades argentinas y extranjeras. Acaso ellos están mejor capacitados para entender el problema que los contadores, veterinarios y dentistas que votaron positivamente el acuerdo en una sesión del Consejo Superior de la UBA…  quince días posterior al anuncio oficial del Instituto Cervantes en el Congreso de la Lengua de Puerto Rico.

La solicitada y la lista estarán disponibles para quien desee consultaras y, eventualmente, sumarse. Para hacerlo sólo tiene que enviar un mail a clubdetraductoresliterarios@gmail.com


Solicitada

Los abajo firmantes, escritores, intelectuales, docentes, investigadores y artistas del universo de la lengua castellana, queremos manifestar nuestro absoluto repudio al Memorándum de Entendimiento, un conjunto breve de artículos, con el cual la UBA se integra al convenio firmado entre el Instituto Cervantes, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Salamanca, que pretende otorgarle al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE) valor universal y hegemónico. Consideramos que se trata de  una grave intromisión en la independencia lingüística de Latinoamérica, así como de un perjuicio a los intereses políticos y comerciales de la región.


A
Martín Abadía, Cecilia Abdo-Ferez, Enrique O. Abeya-Gilardon, Eleonora Acosta, Mónica Acosta, Gabriela Adamo, Lucas Adur, Silvia Aguilera (Chile), Cecilia Aguirre (Brasil), Claudia Aguirre, Osvaldo Aguirre, Abel Ahumada, Laura Alcoba (Francia), Diego Alfaro Palma (Chile), Fernando Alfón, Javier Almeida, Mariano Altamirano, Matías Allende Contador (Chile), Adriana Amante, Susana Anaine, Jotaele Andrade, Maria Teresa Andruetto, Daniela Ansa, Angelika Antonio Rubin, María Amelia Arancet Ruda, Graciela Aráoz, Fernanda Aren, Teresa Arijón, Elvira Arnoux, Jaime Arrambide, Alessio F. Arredondo,  Adriana Astutti, Alejandra Atadía, Jorge Aulicino, Florencia Ávalos, Márgara N. Averbach,
B
Claudia Bacci, Cecilia Bajour, Miguel Balaguer, Alejandro Balazote, Lidia M. T. Rádis Baptista (Brasil), Florencia Baranger-Bedel, Magnolia Brasil Barbosa do Nascimento (Brasil), Pablo Bardauil, Julina Barembuem (Francia), Ian Barnett, Carolina Bartalini, Alcira Bas, Carlos Battilana, Matías Battiston, Gustavo Beade, Eric Beaumatin (Francia), Roberto Bein, Natalia Belenguer, Sonia Bello, Bárbara Belloc, Asher Benatar, Laura Benítez, Julia Benseñor, Daniela Bentancur, Diego Bentivegna, Gladys Berisso, Angel Berlanga, Emilio Bernini, Eduardo Berti, Concepción Bertone, Pablo Betesh, María de los Ángeles Bianchi, Ana Lia Biderman, Sonia Bierbrauer, Mónica Billoni, César Bisso, Sonia Blank, Andrea Bohrn, Elisa Boland, Karina Bonifatti, Piedad Bonnet (Colombia), Juan Bonilla (España), María Angélica Bonilla, Manuel Borrás (España), Claudia Borzi, Pablo Braun, Jorge Brega, Matías Bruera, Jorge Bustamante García (México/Colombia), 
C
Marcelo José Cabarcas Ortega (Colombia), Gabriela Cabezón Cámara, Rubén Faustino Cabrera, Susana Cabuchi, Javier Calvo, Silvia Camerotto, Silvana Campanini, Magdalena Cámpora, Marco Antonio Campos (México), Sibila Camps, Martín Caparrós, Anália Capdevila, Pablo Caramelo, Marina Cardelli, Sandra Carli, Sandra Carrazzoni, Penélope Cartelet, Elizabeth Casals,Fabián Casas, Fernanda Castelano Rodrigues (Brasil), Alejandro Castro, Nora Catelli, Maite Celada (Brasil), Marcelino Cereijido (Argentina/México), Rocío Cerón (México), Valeria Cervero, Gabriela Cetinas, Sergio Chejfec, Matías Chiappe (Japón), Ricardo Chiesa, Micaela Chirif (Perú), Luis Chitarroni, Federico Ciamberlini, Ángela Ciocca, Susana Civitillo, Oliverio Coelho, Marcelo Cohen, Monona Cohen, Sara Cohen, Andrea Cofán, Javier Cófreces, Vanina Colagiovanni, Nicolás Coletto, María del Carmen Colombo, Gabriela Comte, Oscar Conde, Carlos Roberto Conde Romero (México) Estela Consigli, Jorge Consiglio, Sandra Contreras, Lucila Cordone, Luciana Cordo Russo, Claudina Corel (Francia), Silvio Cornú, Juan David Correa (Colombia), Sylvia Costa, Beatrice Couteau, Flor Cresta, Américo Cristófalo, Claudio Crivelli, Marcela Croce, Adriana Cristina Crolla, Graciela Cros, Esther Cross, Anna Crowe (Escocia),
D
Julián D'Alessandro, Paola D’Angelo, Guillermo David, Jan de Jager (Argentina/Holanda), Santiago de Miguel, Pablo De Santis, Juan de Sola (España), Juan José Delaney, Claudia Del Blanco, Silvia Delfino, Laura Demaría (EE.UU.), Valentín Díaz, Mariana Di Cío (Francia), Ariel Dilon, María Teresa D'Meza (Cuba), Mariana Dimópulos, María di Stefano, Ignacio Di Tulio, Ángela Lucía Di Tullio, Leonora Djament, Jordi Doce (España), Nora Domínguez Rubio, Leandro Donoso, José Arlindo Dos Santos (Brasil), Elsa Drucaroff,
E
Víctor Ego Ducrot, Andrés Ehrenhaus, Laszlo Elderyi (Uruguay), Neide Elias (Brasil), Alejandra Elichabe, Verónica Engler, José María Espinasa (México), Carolina Esses, Juan José Estévez,
F
Geneviève Fabry (Bélgica), Sylvia Falchuk, Adrián Fanjul, Ángel Faretta, Cristina Farías, Adriana Fernández, Nancy Fernández, Zulema Fernández, Álvaro Fernández Bravo, Javier Fernández Miguez, Inés Fernández Moreno, Martina Fernández Polcuch, Gustavo Fernández Walker, Alex Ferrara, Santiago M. Ferro, Horacio Fiebelkorn, Tamara Figueroa, Judith Filc (Estados Unidos), Diego Fischerman, Graciela Foglia (Brasil), Laura Fólica, Jorge Fondebrider, Diego Forte, Larisa Fostinone Locoselli (Brasil), Ana Franco (México), Silvana Franzetti, Daniel Freidemberg, Silvina Friera, Leonardo Funes, Alejandra Furfaro,
G
Pablo Gaiano, Carlos Gamerro, Lélia Gándara, Flavia García (Canadá), Inés García Botana, Antonia García Castro, Gabriela García Cedro, María Blanca García Gandolfo, Emilio García Wehbi, Marietta Gargatagli, Inés Garland, Florencia Garramuño, Teresa Garufi, Miguel Gaya, Jorge Geffner,  Francisco Gelman Constantin, Nicolás Gelormini, Alicia Genovese, Analía Gerbaudo, Mabel Giammatteo, Pablo Gianera, Federico Gianotti, Daniel Gigena, Sol Gil, Abel Gilbert, Paula Giménez Zapiola, Gabriel Giorgi, Mónica Girón, Andrea Giunta, Marisa Godoy, Myriam Leonor Godoy Arroyo, Graciela Goldchluk, Víctor Goldstein, Alejandro González, Betina González, Horacio González, Jonio González, Neide Maia González (Brasil), Rafael Goñi, Inés Grimland, Ezequiel Grimson, Lucía Grodsinsky, Paula Grosman, Irene Gruss, Roberto Guareschi, Leila Guerriero, Richard Gwyn (Gales),
H
Fabián Haim, Claudia Hartfiel, Liliana Hayat, Liliana Heer, Dolores Hernández, Itziar Hernández (España), Patricia Hernández, Frida Herz, Alejandro Horowicz, Luis Francisco Houlin Dintrans, Claudia Hortas,
I
Ricardo Ibarlucía, Carla Imbrogno, Pablo Imen, Pablo Ingberg, José Insúa, Fabián Osvaldo Iriarte, Pola Iriarte (Chile), Jorge Isaías,
J
Carlos H. Jacobo, David Jacobson, Natalia Jakubecki, Alexandra Jamieson Barreiro, Ana María Jaramillo (Colombia/México), Darío Jaramillo Agudelo (Colombia), Noé Jitrik, Silvia Jurovietzky,Mario Jursich (Colombia),  
K
Tamara Kamenszain, Laura Kaplan, Alejandra Patricia Karamanian, Alejandro Kaufman, Edna Inés Kelly, Sergio Kiernan, Guillermo Korn, Alberto Kornblihtt, Laura Malena Kornfeld, Eduardo Kragelund, Christian Kupchik,
L
Juan Manuel Lacalle, Nora Laffont, Mónica Lago, Patricia Lálage del Vall, María Lanese, Gabriela Lapalma, Alicia Laplace, Cecilia Lasa, Alejandra Laurencich, Daniela Lauria, Denise León, Mara Faye Lethem (Estados Unidos),  Mauro Libertella, Daniel Link, Jorge Locane (Alemania), María Rosa Lojo, María Pía López, Eugenio López Arriazu, Carlos López Beltrán (México), Pura López Colomé (México), María López García, Ana María Lorandi, Diego Lorenzo, Carolina Lozada (Venezuela), Gabriel Lozano, Marcela Lucero,
M
Bruna Macedo de Oliveira (Brasil), Ariel Magnus, Silvia Maldonado, Alejandro Manara, Adriana Carolina Manes, Laura Mangold, Héctor Manni, Elena Marengo, Lucas Margarit, Marilú Marini, Leticia Martí, Daniel Martínez, Uriel Martínez Venegas (México), Claudia Masín, Carlos Masotta, Cecilia Mata, Ana Silvia Mazía, Mirtha Paula Mazzocchi, Ana Mazzoni, Víctor Manuel Mendiola (México), Ricardo Mendoza Rademacher (Chile), Andrea Menegotto, Haydée Noemí Menna, Tununa Mercado, Mercedes Merino, Silvana Meta, Alejandra Mierez Revilla, Eduardo Milán (Uruguay), Gabriela Minsky, Ignacio Miret, Federico Mirré, Javier Mocarquer (Estados Unidos), Cristian Molina, Oscar Luis Molina Sierralta (Chile), Rodrigo Molina-Zavalía, Sylvia Molloy, Fabián Mónaco, Rafael Mondragón (México), Mario Montalbetti (Perú), Graciela Montaldo, Jorge Monteleone, René Montero Montano (México), Miguel Ángel Montezanti, Virginia Monti, Fabio Morábito (México), Miguel Ángel Morelli, Yolanda Morató (España), María Moreno, Juan Carlos Moreno Cabrera (España), Graciela Morgade, Julieta Mortati, José Luis Moure, Vicente Muleiro, Fabricio Müller, Debi Mundani, Hugo Murno,
N
Adelaide Navarret, Juana Nicolaou, Gustavo Nielsen, Michel Nieva, Daniela Nigro, Valentina Noblia, Alicia Noceti, Alejandro de Nuñez,
O
Julieta Obedman, Alejandra Obermeier, Elena Luján Odriozola,  Gladys Ojea, Ana Ojeda, Leonardo Oksman, Sebastián Olaso, Alejandro Olazabal, Mercedes Olcese, Lucrecia Orensanz (México), Diana M. Ortega, María Gabriela Ortiz, Pablo Ortiz (Estados Unidos), Alexandra Ortiz Wallner (Alemania), Elsa Osorio, Araceli Otamendi, Sonia Otamendi, Rafael Felipe Oteriño,
P
Melisa Palferro, Cecilia Palmeiro, Lucas Panaia, Tamara Padrón Abreu, Andrea Palet (Chile), Marcia Paraquett (Brasil), Aldo Parfeniuk, María Teresa Pascual, Sandra Pasquini, Hilda Paz, Joana Peaguda, Karina Pelech, Ingrid Pelicori, Diego Peller, Marina Inés Pepe, Graciela Périssé, Claudia Pérez, Cecilia Pérez de Micou, Paula Pérez Alonso, Romina Eva Pérez Escorihuela, Graciela Perosio, Lucas Petersen, Miguel Ángel Petrecca, Maria Pibernus, Gabriela Clara Pignataro, María Cristina Pinto, Claudia Piñeiro, Nancy Viviana Piñeiro, Silvina Poch, Judith Podlubne, José Maria Poirier, Antonio José Ponte (Cuba/España), Ángela Pradelli, Graciela Progano, Marita Propato, Ana Pruis, Agnieszka Julia Ptak,  Mercedes Pujalte, María Lucía Puppo,
Q
 Juan Carlos Quintero-Herencia (Puerto Rico),
R
Alejandro Raiter, María Laura Ramos, Graciela Rapaport, Olga Regueira, María Cristina Renard, Fernando Rendón (Colombia), Jorge Revsin, Alicia Silvia Rey, Esteban Javier Rico, Cynthia Rimsky (Chile), María Florencia Rizzo, Armando Roa Vial (Chile), Daniela Rodríguez Gesualdi, Victoria Rodríguez Lacrouts, Blanca Alberta Rodríguez Vázquez (México), Alejandra Rogante, Waldo Rojas (Chile), Luis A. Rojas Herrera (Chile), Marta Rojzman, Mariana Romo Carmona (Estados Unidos), Gonzalo Roncedo, Hernán Ronsino, Mirta Rosenberg, Silvina Rotemberg, Fernando Rouaux, Gabriela Alina Roveda Peluffo, Cora Rozwadower-Grätzer (Francia), Julio Patricio Rovelli López, Mario Rucavado Rojas, Silvia Adriana Rucci, Natalia Ruhl, Facundo Ruiz, Pablo Martín Ruiz (Estados Unidos), Ricardo Ruiz, Andrea Russo, 
S
Guillermo Saavedra, Julia Sabena, Lori Saint-Martin (Canadá), Ina Salazar (Perú/Francia), Amalia Sato, Alejandro Schmidt, Scott Sadowsky (Chile), Julia Saltzmann, Elisa Salzmann, Daniel Samoilovich, Cristina Santoro, Beatriz Sarlo, Vivian Scheinsohn, María Jimena Schere, Gabriela Schon, Federico Schuster, Francisco Segovia (México), Pablo Seijas (Argentina/Francia), Gabriel Seisdedos, Gabriel Senanes, Silvia Senz Bueno (España), Jessica Sequeira (Estados Unidos), Matías Serra Bradford, Marina Serrano, Pedro Serrano (México), Nora Sforza, Lorna Shaugnessy (Irlanda), Ana María Shua, Luciana Sierra, Alberto Silva Castro, Gastón Sironi, Paulo Slachevsky (Chile), Perla Sneh, Ricardo Soca, Ada Solari, Margarita Solli, Marcial Souto, Mikel Soto Nolasco(País Vasco), Rafael Spregelburd, Eduardo Stupía, Julieta Sueldo Boedo (Brasil), Jorgelina Sureda, Maristella Svampa, Mariano Sverdloff, Santiago Sylvester, Alberto Szpunberg, Mónica Szumurk,
T
Sergio Tanoni, Alejandro Tantanian, Carles Tàvec, María Tellechea, Federico E. Testoni, Diana Theocharidis, María Emilia Tijoux, Mario Tomé, Sandra Toro, Jorge Torres Zavaleta, Diego Trelles Paz (Perú), Silvina Trica-Flores (Estados Unidos), Roxana Trucco, Lilia Tubia,
U
Lidia Unger, Pablo Usabiaga, Teresa Usandivaras, Alejandra Uslenghi (Estados Unidos), Leandro Uteda,
V
Luisa Valenzuela, Gustavo Valle (Venezuela), María Esther Vázquez,  Graciana Vázquez Villanueva, Diana Vega, Ana Vellegal, Luciana Velloso, Santiago Venturini, Carmen Verlichak, Pedro Ignacio Vicuña (Chile), Gabriela Villalba, Inés Villanueva, Claudio Villarreal, José Javier Villareal (México), Minerva Margarita Villareal (México), Silvia Villegas, Juan Villoro (México), Elena Vinelli  Marcela Visconti, Miguel Vitagliano, Carlos Vitale, Martín Vitton, Nadia C. Volonté,
W
Miguel Wald, David Wapner, Gerardo Wehinger, Astrid Wenzel, Guadalupe Wernicke, Tamara R. Williams (México / Estados Unidos),  Laura Wittner, Leandro Wolfson, Marcela Woods,
Y
Daniel Yagolkowsky, Débora Yánover, Jorge Hernán Yerro (Brasil), 
Z
Horacio Zabaljáuregui, Graciela Zanini, Paula G. Zarza, Enrique Zattara Hernández, Amelia Zerrillo, Pablo Zdrojewski, Katharina Zinsmeister, Verónica Zondek (Chile), Ana Zone, Paula Zucherelli,  Julia Zullo, Patricio Zunini. Gabriela Mariel Zunino.


Universidades e instituciones educativas a las que pertenecen los firmantes

Universidad Autónoma de Entre Ríos (Argentina)
Universidad Católica Argentina (Argentina)
Universidad de Belgrano (Argentina)
Universidad de Buenos Aires (Argentina)
Universidad de San Andrés (Argentina)
Universidad del Salvador (Argentina)
Universidad Nacional Arturo Jauretche (Argentina)
Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba, Argentina)
Universidad Nacional de La Plata (La Plata, Argentina)
Universidad Nacional de Lanús (Argentina)
Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina)
Universidad Nacional de Rosario (Rosario, Argentina)
Universidad Nacional de San Luis (San Luis, Argentina)
Universidad Nacional de Tres de Febrero (Argentina)
ENSLV "Sofía E. Broquen de Spangenberg" (Argentina)
IES en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández" (Argentina)
Instituto Cultural Argentino de Lenguas Vivas (Tucumán, Argentina)
Instituto Superior de Formación Docente 3 (San Martín de los Andes, Argentina)
Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N°83  (Solano-Quilmes)
Instituto Superior de Profesorado n.° 8 "Alte. Guillermo Brown" (Santa Fe, Argentina)
Universidade Federal da Bahia (Brasil)
Universidade Federal da Integraçao Latino-Americana (Brasil) 
Universidade Federal Fluminense (Brasil)
Universidade Federal de São Paulo (Brasil)
Universidad Católica de Chile (Chile)
Universidad de Chile (Chile)
Universidad Jorge Tadeo Lozano, sede Caribe. Cartagena (Colombia)
Universidad Autónoma de Nuevo León (México)
UNAM (México)
Universidad de Montevideo (Uruguay)
Universidad de la República (Uruguay)
New York University (Estados Unidos)
Providence College (Estados Unidos)
UC Davis (Estados Unidos)
University of Maryland (Estados Unidos)
Tufts University (Estados Unidos)
Ministère de l'Immigration, de la Diversité et de l'Inclusion de Québec (Canadá)
Université du Québec á Montreal (Canadá)
Humboldt-Universität zu Berlin (Alemania)
Universidad Libre de Berlín (Alemania)
Universidad Autónoma de Madrid (España)
Universitat Pompeu Fabra (Barcelona / España)
Université de Caen-Normandie (Francia)
Université de Lille 3 (Francia)
Université Sorbonne Nouvelle Paris III (Francia)
Université Catholique de Louvain (Bélgica)
Tokyo University (Japón)

Adhesiones Institucionales

Centro PEN Argentina
Sociedad de Escritores y Escritoras de Argentina (SEA)
Fundación Victoria Ocampo
Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados
Diccionario Latinoamericano de la Lengua Española(http://untref.edu.ar/diccionario/)
Archivos del Sur

Convocatoria al IV Taller & foro de traducción y edición de literatura infantil y juvenil,

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IV Taller & foro de traducción y edición de literatura infantil y juvenil, en Buenos Aires, Argentina. Del 9 al 12 de noviembre de 2016. Convocatoria abierta hasta el 15 de octubre.

Looren América Latina  (el programa para Latinoamérica de la Casa de Traductores Looren) y Fundación TyPA convocan a traductores, editores y especialistas de literatura infantil y juvenil a reunirse en un nuevo encuentro intensivo en torno a la traducción. El espacio contará con la participación de profesionales invitados de Argentina y del extranjero, y se realizará en cooperación con FILBITA, el festival de literatura infantil de Buenos Aires.

Se ruega leer detenidamente  las bases y ver adjunto el formulario de postulación.

Participación gratuita con selección previa. Una vez confirmada la participación, la misma es vinculante durante las tres jornadas y media que dura el encuentro. Algunas de las actividades se integran a la programación de FILBITA.

Con el apoyo de la fundación Avina Stiftung y de Fondo de Cultura Económica Argentina. Acompaña la Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes (AATI). 


Algunas de las razones por las que es importante no dejarle a España la posibilidad de imponer la norma madrileña en el extranjero: el caso francés

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Con firma de Gabriela Cañas, El País, de Madrid, publicó el siguiente artículo sobre el interés de los franceses por el castellano. Fue el 23 de septiembre pasado. “Se dispara la demanda tras la reforma educativa, que ha adelantado el aprendizaje de una segunda lengua extranjera”, dice la bajada y es para pensar.

Francia necesita con urgencia 1.000 profesores de español

Los colegiales franceses suelen optar por el inglés como lengua extranjera, pero a la hora de elegir un segundo idioma se decantan por el español. Esta situación, que viene de lejos, es más patente durante este curso que acaba de comenzar. La reforma de la secundaria en Francia, que se ha empezado a aplicar este mes, ha adelantado la enseñanza de una segunda lengua extranjera viva a primero de secundaria (Cinquième en Francia) y ello ha disparado la demanda. Los expertos calculan que Francia necesita con cierta urgencia mil profesores suplementarios, a añadir a los 20.000 existentes, y, de hecho, ya se están produciendo contrataciones por decenas.

La reforma del colegio acometida por la ministra de Educación Najat Vallaud-Belkacem, fue muy contestada por algunos sectores educativos porque tiene por objetivo reducir el aprendizaje de lenguas muertas para elevar el de las vivas. Menos horas lectivas de latín y griego en favor del inglés o el español. Desde este año, los alumnos del equivalente al español primero de secundaria tienen ya 2,5 horas semanales de una segunda lengua extranjera. La reforma pretende aumentar en 54 horas la enseñanza de una segunda lengua durante los tres años de la secundaria a partir del Cinquième, es decir, a partir de los once años habitualmente.

En Francia, el número de alumnos que eligen el español se ha triplicado en la última década hasta alcanzar los 2,7 millones de estudiantes. Es la segunda lengua más estudiada después del inglés (5 millones). Muy de lejos le sigue el alemán (800.000), a pesar de las ayudas de Berlín. “Nosotros no tenemos ese apoyo”, dice Ahmed Haderbache, presidente de la Asociación Francesa de Profesores de Español. Dicho apoyo tiene una razón política. La reforma de la ministra generó incluso un pequeño problema diplomático porque suponía cuestionar los acuerdos de 1963 por los cuales se estableció un mínimo de alumnos franceses que debían aprender el alemán y viceversa. El conocimiento mutuo del idioma es una forma de reforzar la amistad franco-alemana. El Gobierno de Berlín llegó incluso el año pasado a pedir la retirada de dicha reforma.

España, por el contrario, no fomenta con fondos oficiales la enseñanza del español en Francia, se queja Haberbache y confirma una fuente oficial. En principio, lograr un puesto de profesor no parece complicado. Basta con ser licenciado (ahora es haber acabado un master) y enviar el currículo al rectorado del departamento en el que el candidato quiera desarrollar su labor. De esa manera, se puede lograr un puesto interino que solo se consolidará cuando tres años después se supere una oposición en la que se demuestre conocer los fundamentos de la enseñanza de la lengua.

Los sueldos no son altos. Según Haderbache, un profesor gana una media de 1.500 euros netos al mes, mientras que el salario mínimo en Francia está en los 1.466 euros brutos. Con varios años de docencia se pueden superar los 2.000 euros. La demanda actual de profesores ha disparado el número de personas que se dedican a la enseñanza tras haber tenido que dejar otros empleos y que no están por tanto suficientemente formados.

Según algunos análisis realizados en el mundo educativo francés, los alumnos franceses optan por la lengua de Cervantes porque tienen una buena imagen de los españoles y porque la consideran la puerta para América Latina.


Mesa redonda sobre traducción, convocada por la Academia Argentina de Letras

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José Luis Moure y la Academia Argentina de Letras, que él preside, iniciando las I jornadas de Letras y Educación, invitan a asistir al encuentro “Los problemas de la traducción” a realizarse el 30 de septiembre a las 15:30hs, Día del Traductor, en la Sala "Leopoldo Lugones" de la institución, (Sánchez de Bustamante 2663, C.A.B.A).

Participan:

Jorge Fondebrider (escritor y traductor del inglés y del francés, fundador del Club de Traductores Literarios de Buenos Aries)

Alejandro González (traductor del ruso, docente universitario de la Universidad de San Martín, y fundador del Instituto Dostoievsky)

Mohamed El-Mouradi (traductor e intérprete del árabe en la Mezquita Rey Fahd y profesor de la Cátedra Libre de Estudios Árabes de la U.B.A.)

Premios: lo concreto al servicio de lo simbólico

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Por alguna extraña razón, el Administrador de este blog –ocioso y malintencionado como es– estaba leyendo el prontuario de algunos impresentables premios nacionales españoles a la traducción –para no hablar de los premios “Esther Benítez”, a los que muchos dicen (en voz baja, claro) que son todavía peores– y tratando de recordar quién había escrito sobre el significado de esas distinciones, se topó con esta vieja columna de Andrés Ehrenhaus, publicada en El Trujamán, allá por el 29 de octubre de 2014.

A favor de la premiación

He hablado mucho en contra de los premios (no, no es un nuevo y ambiguo artículo sobre Cortázar) y a pesar de que tengo numerosos amigos premiados, no por ello los considero mejores traductores ni me merecen más respeto o estima de los que me merecían antes de que les cayera el lauro. De hecho, gran parte del respeto y cariño que les tengo se fundamentan en que como mucho les ha tocado un premio o dos, que al fin y al cabo está bastante más cerca de no tener ninguno que de tener varios. Pero si por mí fuera, se los quitaría ya mismo (no así la dotación económica, que es como el dinero que uno gana en el juego y hay que darle un curso particular si no se quiere irritar al hado). Ya lo he dicho, decía: no tiene más mérito ser un buen traductor que un buen barrendero o un buen taxista, y que yo sepa a estos profesionales no les toca nunca un Premio Nacional, un Premio de la Crítica, un Premio Fulano o un Premio Sultano. ¿Y desde cuándo un determinado traductor es tanto mejor que otros cientos que jamás serán premiados, o una traducción tanto mejor que otras miles, algunas de las cuales son imposibles de valorar para un jurado al uso? Venga ya. Sé que hay quien defiende el aspecto promocional de estas cosas, quien asegura que brindan la ocasión de hacer más visible una profesión tan pobrecita y desvalida como esencial e imprescindible. Puede ser. Aunque es un argumento ostensiblemente defendido por los galardonados, no vamos a negarle cierto viso de razón. La gente le presta más atención a un traductor laureado que a un traductor sin laurel; vamos, una atención enorme.

Pero no descartemos el argumento tan frívolamente. Un premio, más aun si es un premio bien dotado económicamente y tiene detrás un aparato de promoción editorial comilfó, otorga indiscutible relevancia a la obra en cuestión y cierto atractivo y caché, a veces brevérrimos, a su favorecido. Lo cual redunda sin duda en beneficio de la Profesión: lo concreto al servicio de lo simbólico. Porque, ¿dónde reside el prestigio de un premio? ¿En su inapelable objetividad, en su honestidad, en su ecuanimidad, en su justiciero tino? ¿En la institución que lo otorga, en la inmarcesibilidad del jurado, en su dotación después de impuestos, en el marco en que se entrega? ¿Es importante el dispendio? ¿O lo es más la salubridad de la selección? ¿O la condición del premiado? En fin, sea como sea, dejemos de complicarnos la vida. Hay premios y, según parece, y aunque no se sabe hasta cuándo, seguirá habiéndolos, así que vamos a aprovecharlos. ¿Que no premian a los taquilleros de los peajes, a los camilleros, a los conductores de metro? Pues peor para ellos. Que lo peleen, tendrán todo nuestro apoyo. Entretanto, nosotros a lo nuestro.

He releído el primer párrafo y tengo la sensación, si no la entera seguridad, de que huele a despecho. No hace falta ser una luminaria del psicoanálisis poslacaniano para advertir que es un párrafo cocido lentamente a la mísera lumbre de la envidia. Confesémoslo. Es decir, confiéselo yo: no me han otorgado nunca ningún premio. No sólo de traducción; de nada. Como mucho algún segundo o tercer premio o una mención en un concurso de dibujo de la escuela primaria. Y ahí se acaba todo. Tengo, ya lo he dicho, amigos, incluso grandes amigos o amigos muy queridos, que no sólo tienen un premio sino dos, tres, cuatro. Merecidos, sin duda. Y meritorios. Yo, en cambio, me tengo que conformar con acudir, si es que se me invita, a la sonada celebración y felicitarlos de todo corazón, porque más allá de que les envidie amargamente la premiación, al fin y al cabo acaba imponiéndose el cariño mutuo. Somos seres humanos, ¿no? De modo que me propongo, brevísimamente y en este último hálito de texto que me queda, limpiar con amoníaco la mancha verdosa del resentimiento y tratar de encontrarle alguna justificación ética al artefacto galardónico, que seguro que la tiene y que basta con que limpie la pátina de rencor que empaña mis pupilas para poder verla con nitidez y generoso ecumenismo. Pero el párrafo se acaba y temo. Temo porque me he aplicado colirios, he utilizado productos de limpieza nuevos y tradicionales, vinagre (que dicen que puede con casi todo), alopatía, homeopatía, aromaterapia… Una de dos: o me carcome la envidia o los premios de traducción no hay por dónde agarrarlos.

No conozco traductor honesto que no acabe la mejor de sus traducciones plagado de dudas y aliviado por haberlas resuelto de la única y cándida manera en que se resuelve un problema de mala solución: jugando a la aporía de que ya no es un problema sino, publicación mediante, tan solo una sombra del pasado. Que un premio borra. ¡Epa! ¡Pero si acabo de dar con la respuesta! Bueno, ya puedo dormir la siesta del fauno más tranquilo. Vivan los premios.



En octubre, Alejandro Dujovne visita el SPET

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En la próxima reunión del SPET, que tendrá lugar el miércoles 5 de octubre a las 18:30 en el Salón de Conferencias del IES en Lenguas Vivas (Carlos Pellegrini 1515), nuestro invitado Alejandro Dujovne disertará sobre “La traducción en ciencias socialesy la circulación internacional de las ideas en Argentina”. Se trata de avances de investigación en el marco del proyecto internacional dirigidopor Gisèle Sapiro (EHESS) y en su capítulo argentino por Gustavo Sorá (CONICET)

Con esta exposición continúa el ciclo “Investigaciones en traducción: enfoques traductológicos y no traductológicos” (Ciclo II / 2016).

Alejandro Dujovne (Córdoba, 1978) es doctor en ciencias sociales e investigador de CONICET (CIS-IDES-CONICET). Es co-director de la Maestría en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural del IDAES-UNSAM. Es fundador y co-coordinador del Núcleo de Estudios sobre el Libro y la Edición en  el IDES. En 2014 publicó Una historia del libro judío. La cultura judía argentina a través de sus editores, libreros, traductores, imprentas y bibliotecas (Buenos Aires, Siglo XXI editores). En la actualidad participa de distintos proyectos internacionales y locales relativos a cuestiones de circulación internacional de las ideas, edición y traducción. Ha dictado cursos de posgrado sobre historia y sociología de la cultura, los intelectuales, el libro y la edición, en distintas universidades argentinas.

Lectura sugerida:
-Alejandro Dujovne, Heber Ostroviesky, Gustavo Sorá: “La traducción de autores franceses de ciencias sociales y humanidades en Argentina. Estado y perspectivas actuales de una presencia invariante”, en Bibliodiversity, Journal of Publishing in Globalization, Gisèle Sapiro (ed.): Translation and Globalization, febrero de 2014 (artículo disponible en línea; número completo disponible en línea aquí).


A quienes confirmen su asistencia también podemos enviarles la lectura sugerida por correo.

Semana veintitrés del repudio al convenio entre la U.B.A.,la UNAM, la Universidad de Salamanca, el Instituto Cervantes y Telefónica de España

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El éxito de la convocatoria para repudiar el convenio que le otorga valor universal al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española, propuesto por el Instituto Cervantes y un consorcio de universidades de España y Latinoamérica, demuestra que la movilización de la comunidad intelectual de la lengua castellana está lejos de haberse agotado. Esta semana, la número veintitrés desde que empezamos, actualizamos la lista de firmantes ya que,  diariamente siguen llegando adhesiones de todo el espectro de la lengua. Por lo tanto, seguirá abierta la recolección de firmas de todos aquéllos interesados en dejar sentado en este blog su repudio ante un pacto realizado de espaldas a la sociedad.


Como ya se ha explicado, no sólo han firmado la nota que se reproduce a continuación escritores, traductores, correctores, editores, intelectuales en general (historiadores, sociólogos, antropólogos, arqueólogos y periodistas, además de directores teatrales y actores), sino también un gran número de profesores de Literatura Española e Hispanoamericana, lingüistas, filólogos y lexicógrafos, que desempeñan sus tareas en  universidades argentinas y extranjeras. Acaso ellos están mejor capacitados para entender el problema que los contadores, veterinarios y dentistas que votaron positivamente el acuerdo en una sesión del Consejo Superior de la UBA…  quince días posterior al anuncio oficial del Instituto Cervantes en el Congreso de la Lengua de Puerto Rico.

La solicitada y la lista estarán disponibles para quien desee consultaras y, eventualmente, sumarse. Para hacerlo sólo tiene que enviar un mail a clubdetraductoresliterarios@gmail.com


Solicitada

Los abajo firmantes, escritores, intelectuales, docentes, investigadores y artistas del universo de la lengua castellana, queremos manifestar nuestro absoluto repudio al Memorándum de Entendimiento, un conjunto breve de artículos, con el cual la UBA se integra al convenio firmado entre el Instituto Cervantes, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Salamanca, que pretende otorgarle al Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE) valor universal y hegemónico. Consideramos que se trata de  una grave intromisión en la independencia lingüística de Latinoamérica, así como de un perjuicio a los intereses políticos y comerciales de la región.


A
Martín Abadía, Cecilia Abdo-Ferez, Enrique O. Abeya-Gilardon, Eleonora Acosta, Mónica Acosta, Gabriela Adamo, Lucas Adur, Silvia Aguilera (Chile), Cecilia Aguirre (Brasil), Claudia Aguirre, Osvaldo Aguirre, Abel Ahumada, Laura Alcoba (Francia), Diego Alfaro Palma (Chile), Fernando Alfón, Javier Almeida, Mariano Altamirano, Matías Allende Contador (Chile), Adriana Amante, Susana Anaine, Jotaele Andrade, Maria Teresa Andruetto, Daniela Ansa, Angelika Antonio Rubin, María Amelia Arancet Ruda, Graciela Aráoz, Fernanda Aren, Teresa Arijón, Elvira Arnoux, Jaime Arrambide, Alessio F. Arredondo,  Adriana Astutti, Alejandra Atadía, Jorge Aulicino, Florencia Ávalos, Márgara N. Averbach,
B
Claudia Bacci, Cecilia Bajour, Miguel Balaguer, Alejandro Balazote, Lidia M. T. Rádis Baptista (Brasil), Florencia Baranger-Bedel, Magnolia Brasil Barbosa do Nascimento (Brasil), Pablo Bardauil, Julina Barembuem (Francia), Ian Barnett, Carolina Bartalini, Alcira Bas, Carlos Battilana, Matías Battiston, Gustavo Beade, Eric Beaumatin (Francia), Roberto Bein, Natalia Belenguer, Sonia Bello, Bárbara Belloc, Asher Benatar, Laura Benítez, Julia Benseñor, Daniela Bentancur, Diego Bentivegna, Gladys Berisso, Angel Berlanga, Emilio Bernini, Eduardo Berti, Concepción Bertone, Pablo Betesh, María de los Ángeles Bianchi, Ana Lia Biderman, Sonia Bierbrauer, Mónica Billoni, César Bisso, Sonia Blank, Andrea Bohrn, Elisa Boland, Karina Bonifatti, Piedad Bonnet (Colombia), Juan Bonilla (España), María Angélica Bonilla, Manuel Borrás (España), Claudia Borzi, Pablo Braun, Jorge Brega, Matías Bruera, Jorge Bustamante García (México/Colombia), 
C
Marcelo José Cabarcas Ortega (Colombia), Gabriela Cabezón Cámara, Rubén Faustino Cabrera, Susana Cabuchi, Javier Calvo, Silvia Camerotto, Silvana Campanini, Magdalena Cámpora, Marco Antonio Campos (México), Sibila Camps, Martín Caparrós, Anália Capdevila, María Ester Capurro, Pablo Caramelo, Marina Cardelli, Sandra Carli, Sandra Carrazzoni, Penélope Cartelet, Elizabeth Casals,Fabián Casas, Fernanda Castelano Rodrigues (Brasil), Alejandro Castro, Nora Catelli, Maite Celada (Brasil), Marcelino Cereijido (Argentina/México), Rocío Cerón (México), Valeria Cervero, Gabriela Cetinas, Sergio Chejfec, Matías Chiappe (Japón), Ricardo Chiesa, Micaela Chirif (Perú), Luis Chitarroni, Federico Ciamberlini, Ángela Ciocca, Susana Civitillo, Oliverio Coelho, Marcelo Cohen, Monona Cohen, Sara Cohen, Andrea Cofán, Javier Cófreces, Vanina Colagiovanni, Nicolás Coletto, María del Carmen Colombo, Gabriela Comte, Germán Conde, Oscar Conde, Carlos Roberto Conde Romero (México) Estela Consigli, Jorge Consiglio, Sandra Contreras, Lucila Cordone, Luciana Cordo Russo, Claudina Corel (Francia), Silvio Cornú, Juan David Correa (Colombia), Sylvia Costa, Beatrice Couteau, Flor Cresta, Américo Cristófalo, Claudio Crivelli, Marcela Croce, Adriana Cristina Crolla, Graciela Cros, Esther Cross, Anna Crowe (Escocia),
D
Julián D'Alessandro, Paola D’Angelo, Guillermo David, Jan de Jager (Argentina/Holanda), Santiago de Miguel, Pablo De Santis, Juan de Sola (España), Juan José Delaney, Claudia Del Blanco, Silvia Delfino, Laura Demaría (EE.UU.), Valentín Díaz, Mariana Di Cío (Francia), Ariel Dilon, María Teresa D'Meza (Cuba), Mariana Dimópulos, María di Stefano, Ignacio Di Tulio, Ángela Lucía Di Tullio, Leonora Djament, Jordi Doce (España), Nora Domínguez Rubio, Leandro Donoso, José Arlindo Dos Santos (Brasil), Elsa Drucaroff,
E
Víctor Ego Ducrot, Andrés Ehrenhaus, Laszlo Elderyi (Uruguay), Neide Elias (Brasil), Alejandra Elichabe, Verónica Engler, José María Espinasa (México), Carolina Esses, Juan José Estévez,
F
Geneviève Fabry (Bélgica), Sylvia Falchuk, Adrián Fanjul, Ángel Faretta, Cristina Farías, Adriana Fernández, Nancy Fernández, Zulema Fernández, Álvaro Fernández Bravo, Javier Fernández Miguez, Inés Fernández Moreno, Martina Fernández Polcuch, Gustavo Fernández Walker, Alex Ferrara, Santiago M. Ferro, Horacio Fiebelkorn, Tamara Figueroa, Judith Filc (Estados Unidos), Diego Fischerman, Graciela Foglia (Brasil), Laura Fólica, Jorge Fondebrider, Diego Forte, Larisa Fostinone Locoselli (Brasil), Ana Franco (México), Silvana Franzetti, Daniel Freidemberg, Silvina Friera, Leonardo Funes, Alejandra Furfaro,
G
Pablo Gaiano, Carlos Gamerro, Lélia Gándara, Flavia García (Canadá), Inés García Botana, Antonia García Castro, Gabriela García Cedro, María Blanca García Gandolfo, Emilio García Wehbi, Marietta Gargatagli, Inés Garland, Florencia Garramuño, Teresa Garufi, Miguel Gaya, Jorge Geffner,  Francisco Gelman Constantin, Nicolás Gelormini, Alicia Genovese, Analía Gerbaudo, Mabel Giammatteo, Pablo Gianera, Federico Gianotti, Daniel Gigena, Sol Gil, Abel Gilbert, Paula Giménez Zapiola, Gabriel Giorgi, Mónica Girón, Andrea Giunta, Marisa Godoy, Myriam Leonor Godoy Arroyo, Graciela Goldchluk, Víctor Goldstein, Alejandro González, Betina González, Horacio González, Jonio González, Neide Maia González (Brasil), Rafael Goñi, Inés Grimland, Ezequiel Grimson, Lucía Grodsinsky, Paula Grosman, Irene Gruss, Roberto Guareschi, Leila Guerriero, Richard Gwyn (Gales),
H
Fabián Haim, Claudia Hartfiel, Liliana Hayat, Liliana Heer, Dolores Hernández, Itziar Hernández (España), Patricia Hernández, Frida Herz, Alejandro Horowicz, Luis Francisco Houlin Dintrans, Claudia Hortas,
I
Ricardo Ibarlucía, Carla Imbrogno, Pablo Imen, Pablo Ingberg, José Insúa, Fabián Osvaldo Iriarte, Pola Iriarte (Chile), Jorge Isaías,
J
Carlos H. Jacobo, David Jacobson, Natalia Jakubecki, Alexandra Jamieson Barreiro, Ana María Jaramillo (Colombia/México), Darío Jaramillo Agudelo (Colombia), Noé Jitrik, Silvia Jurovietzky,Mario Jursich (Colombia),  
K
Tamara Kamenszain, Laura Kaplan, Alejandra Patricia Karamanian, Alejandro Kaufman, Edna Inés Kelly, Sergio Kiernan, Guillermo Korn, Alberto Kornblihtt, Laura Malena Kornfeld, Eduardo Kragelund, Paula Krajnc, Christian Kupchik,
L
Juan Manuel Lacalle, Nora Laffont, Mónica Lago, Patricia Lálage del Vall, María Lanese, Gabriela Lapalma, Alicia Laplace, Cecilia Lasa, Alejandra Laurencich, Daniela Lauria, Denise León, Mara Faye Lethem (Estados Unidos),  Mauro Libertella, Daniel Link, Jorge Locane (Alemania), María Rosa Lojo, María Pía López, Eugenio López Arriazu, Carlos López Beltrán (México), Pura López Colomé (México), María López García, Ana María Lorandi, Diego Lorenzo, Carolina Lozada (Venezuela), Gabriel Lozano, Marcela Lucero,
M
Bruna Macedo de Oliveira (Brasil), Ariel Magnus, Silvia Maldonado, Alejandro Manara, Adriana Carolina Manes, Laura Mangold, Héctor Manni, Elena Marengo, Lucas Margarit, Marilú Marini, Leticia Martí, Daniel Martínez, Uriel Martínez Venegas (México), Claudia Masín, Carlos Masotta, Cecilia Mata, Ana Silvia Mazía, Mirtha Paula Mazzocchi, Ana Mazzoni, Víctor Manuel Mendiola (México), Ricardo Mendoza Rademacher (Chile), Andrea Menegotto, Haydée Noemí Menna, Tununa Mercado, Mercedes Merino, Silvana Meta, Alejandra Mierez Revilla, Eduardo Milán (Uruguay), Gabriela Minsky, Ignacio Miret, Federico Mirré, Javier Mocarquer (Estados Unidos), Cristian Molina, Oscar Luis Molina Sierralta (Chile), Rodrigo Molina-Zavalía, Sylvia Molloy, Fabián Mónaco, Rafael Mondragón (México), Mario Montalbetti (Perú), Graciela Montaldo, Jorge Monteleone, René Montero Montano (México), Miguel Ángel Montezanti, Virginia Monti, Fabio Morábito (México), Miguel Ángel Morelli, Yolanda Morató (España), María Moreno, Juan Carlos Moreno Cabrera (España), Graciela Morgade, Julieta Mortati, José Luis Moure, Vicente Muleiro, Fabricio Müller, Debi Mundani, Hugo Murno,
N
Adelaide Navarret, Juana Nicolaou, Gustavo Nielsen, Michel Nieva, Daniela Nigro, Valentina Noblia, Alicia Noceti, Alejandro de Nuñez,
O
Julieta Obedman, Alejandra Obermeier, Elena Luján Odriozola,  Gladys Ojea, Ana Ojeda, Leonardo Oksman, Sebastián Olaso, Alejandro Olazabal, Mercedes Olcese, Lucrecia Orensanz (México), Diana M. Ortega, María Gabriela Ortiz, Pablo Ortiz (Estados Unidos), Alexandra Ortiz Wallner (Alemania), Elsa Osorio, Araceli Otamendi, Sonia Otamendi, Rafael Felipe Oteriño,
P
Melisa Palferro, Cecilia Palmeiro, Lucas Panaia, Tamara Padrón Abreu, Andrea Palet (Chile), Marcia Paraquett (Brasil), Aldo Parfeniuk, María Teresa Pascual, Sandra Pasquini, Hilda Paz, Joana Peaguda, Karina Pelech, Ingrid Pelicori, Diego Peller, Marina Inés Pepe, Graciela Périssé, Claudia Pérez, Cecilia Pérez de Micou, Paula Pérez Alonso, Romina Eva Pérez Escorihuela, Graciela Perosio, Lucas Petersen, Miguel Ángel Petrecca, Maria Pibernus, Gabriela Clara Pignataro, María Cristina Pinto, Claudia Piñeiro, Nancy Viviana Piñeiro, Silvina Poch, Judith Podlubne, José Maria Poirier, Antonio José Ponte (Cuba/España), Ángela Pradelli, Graciela Progano, Marita Propato, Ana Pruis, Agnieszka Julia Ptak,  Mercedes Pujalte, María Lucía Puppo,
Q
 Juan Carlos Quintero-Herencia (Puerto Rico),
R
Alejandro Raiter, María Laura Ramos, Graciela Rapaport, Olga Regueira, María Cristina Renard, Fernando Rendón (Colombia), Jorge Revsin, Alicia Silvia Rey, Esteban Javier Rico, Cynthia Rimsky (Chile), María Florencia Rizzo, Armando Roa Vial (Chile), Daniela Rodríguez Gesualdi, Victoria Rodríguez Lacrouts, Blanca Alberta Rodríguez Vázquez (México), Alejandra Rogante, Waldo Rojas (Chile), Luis A. Rojas Herrera (Chile), Marta Rojzman, Mariana Romo Carmona (Estados Unidos), Gonzalo Roncedo, Hernán Ronsino, Mirta Rosenberg, Silvina Rotemberg, Fernando Rouaux, Gabriela Alina Roveda Peluffo, Cora Rozwadower-Grätzer (Francia), Julio Patricio Rovelli López, Mario Rucavado Rojas, Silvia Adriana Rucci, Natalia Ruhl, Facundo Ruiz, Pablo Martín Ruiz (Estados Unidos), Ricardo Ruiz, Andrea Russo, 
S
Guillermo Saavedra, Julia Sabena, Lori Saint-Martin (Canadá), Ina Salazar (Perú/Francia), Amalia Sato, Alejandro Schmidt, Scott Sadowsky (Chile), Julia Saltzmann, Elisa Salzmann, Daniel Samoilovich, Cristina Santoro, Beatriz Sarlo, Vivian Scheinsohn, María Jimena Schere, Gabriela Schon, Federico Schuster, Francisco Segovia (México), Pablo Seijas (Argentina/Francia), Gabriel Seisdedos, Gabriel Senanes, Silvia Senz Bueno (España), Jessica Sequeira (Estados Unidos), Matías Serra Bradford, Marina Serrano, Pedro Serrano (México), Nora Sforza, Lorna Shaugnessy (Irlanda), Ana María Shua, Luciana Sierra, Alberto Silva Castro, Gastón Sironi, Paulo Slachevsky (Chile), Perla Sneh, Ricardo Soca, Ada Solari, Margarita Solli, Marcial Souto, Mikel Soto Nolasco(País Vasco), Rafael Spregelburd, Eduardo Stupía, Julieta Sueldo Boedo (Brasil), Jorgelina Sureda, Maristella Svampa, Mariano Sverdloff, Santiago Sylvester, Alberto Szpunberg, Mónica Szumurk,
T
Sergio Tanoni, Alejandro Tantanian, Carles Tàvec, María Tellechea, Federico E. Testoni, Diana Theocharidis, María Emilia Tijoux, Mario Tomé, Sandra Toro, Jorge Torres Zavaleta, Diego Trelles Paz (Perú), Silvina Trica-Flores (Estados Unidos), Roxana Trucco, Lilia Tubia,
U
Lidia Unger, Pablo Usabiaga, Teresa Usandivaras, Alejandra Uslenghi (Estados Unidos), Leandro Uteda,
V
Luisa Valenzuela, Gustavo Valle (Venezuela), María Esther Vázquez,  Graciana Vázquez Villanueva, Diana Vega, Ana Vellegal, Luciana Velloso, Santiago Venturini, Carmen Verlichak, Pedro Ignacio Vicuña (Chile), Gabriela Villalba, Inés Villanueva, Claudio Villarreal, José Javier Villareal (México), Minerva Margarita Villareal (México), Silvia Villegas, Juan Villoro (México), Elena Vinelli  Marcela Visconti, Miguel Vitagliano, Carlos Vitale, Martín Vitton, Nadia C. Volonté,
W
Miguel Wald, David Wapner, Gerardo Wehinger, Astrid Wenzel, Guadalupe Wernicke, Tamara R. Williams (México / Estados Unidos),  Laura Wittner, Leandro Wolfson, Marcela Woods,
Y
Daniel Yagolkowsky, Débora Yánover, Jorge Hernán Yerro (Brasil), 
Z
Horacio Zabaljáuregui, Graciela Zanini, Paula G. Zarza, Enrique Zattara Hernández, Amelia Zerrillo, Pablo Zdrojewski, Katharina Zinsmeister, Verónica Zondek (Chile), Ana Zone, Paula Zucherelli,  Julia Zullo, Patricio Zunini. Gabriela Mariel Zunino.


Universidades e instituciones educativas a las que pertenecen los firmantes

Universidad Autónoma de Entre Ríos (Argentina)
Universidad Católica Argentina (Argentina)
Universidad de Belgrano (Argentina)
Universidad de Buenos Aires (Argentina)
Universidad de San Andrés (Argentina)
Universidad del Salvador (Argentina)
Universidad Nacional Arturo Jauretche (Argentina)
Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba, Argentina)
Universidad Nacional de La Plata (La Plata, Argentina)
Universidad Nacional de Lanús (Argentina)
Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina)
Universidad Nacional de Rosario (Rosario, Argentina)
Universidad Nacional de San Luis (San Luis, Argentina)
Universidad Nacional de Tres de Febrero (Argentina)
ENSLV "Sofía E. Broquen de Spangenberg" (Argentina)
IES en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández" (Argentina)
Instituto Cultural Argentino de Lenguas Vivas (Tucumán, Argentina)
Instituto Superior de Formación Docente 3 (San Martín de los Andes, Argentina)
Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N°83  (Solano-Quilmes)
Instituto Superior de Profesorado n.° 8 "Alte. Guillermo Brown" (Santa Fe, Argentina)
Universidade Federal da Bahia (Brasil)
Universidade Federal da Integraçao Latino-Americana (Brasil) 
Universidade Federal Fluminense (Brasil)
Universidade Federal de São Paulo (Brasil)
Universidad Católica de Chile (Chile)
Universidad de Chile (Chile)
Universidad Jorge Tadeo Lozano, sede Caribe. Cartagena (Colombia)
Universidad Autónoma de Nuevo León (México)
UNAM (México)
Universidad de Montevideo (Uruguay)
Universidad de la República (Uruguay)
New York University (Estados Unidos)
Providence College (Estados Unidos)
UC Davis (Estados Unidos)
University of Maryland (Estados Unidos)
Tufts University (Estados Unidos)
Ministère de l'Immigration, de la Diversité et de l'Inclusion de Québec (Canadá)
Université du Québec á Montreal (Canadá)
Humboldt-Universität zu Berlin (Alemania)
Universidad Libre de Berlín (Alemania)
Universidad Autónoma de Madrid (España)
Universitat Pompeu Fabra (Barcelona / España)
Université de Caen-Normandie (Francia)
Université de Lille 3 (Francia)
Université Sorbonne Nouvelle Paris III (Francia)
Université Catholique de Louvain (Bélgica)
Tokyo University (Japón)

Adhesiones Institucionales

Centro PEN Argentina
Sociedad de Escritores y Escritoras de Argentina (SEA)
Fundación Victoria Ocampo
Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados
Diccionario Latinoamericano de la Lengua Española(http://untref.edu.ar/diccionario/)
Archivos del Sur

El DRAE ahora va a ser el DLE, pero el negocio, suponemos, será el mismo (faltan el Cervantes y Telefónica de España, y cartón lleno)

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Jesús Ruiz Mantilla publicó en El País, de Madrid,d el 26 de septiembre pasado el siguiente artículo, que cuatro días más tarde reproduce La Nación, de Buenos Aires. Al cabo de su lectura, uno se pregunta cuál es el negocio escondido de tanto altruismo patrocinado por el Banco Santander. Porque, más allá de la dudosa calidad del diccionario, como se dice en la Argentina, “el que se quema con leche, cuando ve una vaca llora”.

La nueva edición del Diccionario de la RAE será digital

La más reciente edición en papel del Diccionario de la Real Academia Española -la número 23- salió a la calle en 2014. Como tal, podría ser la última. "Queremos cambiar la planta actual del diccionario, es decir, su estructura, de impresa a digital", asegura Darío Villanueva, director de la RAE.

Pero hay más. Un sutil pero contundente cambio de marca. Para empezar, la actual edición ya ha afianzado su nombre y se ha consolidado, sencillamente, como el Diccionario de la Lengua Española, evitando el término DRAE: "Vamos a ir poco a poco desterrándolo y ampliando nuestro espacio para abarcar a las demás academias. De ahora en adelante, será el DLE", afirma su director, Darío Villanueva. La transformación parece radical y definitiva. Internet ha impuesto su implacable metamorfosis léxica. Refresca la dinámica aventura de los significados y del lenguaje cada día. Recibe y abraza términos polisémicos según las procedencias globales del español. Lo escucha, lo amplifica y lo enriquece.

Las visitas a la página web de la institución, concretamente a la aplicación que permite acceder gratuitamente al Diccionario, se multiplican: el pasado mayo se registraron 73 millones de consultas. El cambio de paradigma es un hecho que afecta desde ya de manera mucho más profunda a la vigesimocuarta edición. Pero Villanueva recalca: "No dejará de aparecer en papel, aunque se publicarán hijuelas de la versión electrónica". Las actuales 24 academias de todo el mundo trabajan sobre un documento común en el que irán abordando debates y aportando sugerencias. Otro cambio muy sustantivo. "El trabajo se descentraliza. Tendrá un carácter panhispánico, será la obra conjunta de todas las academias", añade Villanueva.

Es algo en lo que también incide Guillermo Rojo, miembro de la RAE, coordinador de la comisión interacadémica y director del Corpes del español para el siglo XXI (Corpes XXI), con 225 millones de formas lingüísticas documentadas hasta la fecha. "En 2018 llegaremos a 400 millones", afirma. Sobre esa base descomunal, los académicos de todos los países y decenas de lingüistas, lexicógrafos y filólogos trabajan en torno a la transformación digital, en un proyecto que cuenta con el patrocinio del Banco Santander. "Los diccionarios impresos adolecen ya de un límite de espacio. En la última versión cupieron 93.000 entradas. Las siguientes serán ilimitadas."
Con la guardia alta

Pero ¿quiere esto decir que todo término podría entrar sin un riguroso examen en el Diccionario? Se trata de un debate vivo en la Academia. "No significa que bajemos la guardia en la selección. Se quiera o no, estamos ante una obra normativa", asegura Rojo. Lo que ofrece la nueva versión digital es un amplísimo enriquecimiento de cada término. "No sólo contará con acepciones, pronunciaciones y sinónimos; elaboraremos varios ejemplos que faciliten la claridad de las entradas." Y ofrecerán enlaces a otros diccionarios: "No sólo a los de las academias; a unos cuantos más", añade el académico.
El trabajo de la vigesimocuarta edición no tiene plazo. Las salidas sucesivas de cada entrega en los últimos decenios han ocupado más de una década. "Actualmente, todos los recursos de la RAE se encuentran a disposición del proyecto", asegura Villanueva. "En cuanto al tiempo definitivo, no nos hemos fijado fechas. Lo abordaremos de manera dinámica e iremos ofreciendo volcados parciales."

La seguridad de Villanueva al afirmar que no será esta la última edición en papel puede que quede modificada por el tiempo. Lo que nadie discute es que se trata de todo un paso sin vuelta atrás hacia un paradigma que afecta el trabajo y la metodología de las academias.

"Pero los miembros han abrazado de manera muy natural estos cambios tan profundos", recalca Villanueva. "En casi 300 años, la estructura del Diccionario no se ha tocado", afirma Rojo. Ahora sí. Cuando salga, el papel se convertirá en una especie de fetiche.

Algunas razones por las que los traductores todavía seguimos siendo mejores que los traductores automáticos

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La frase original es ésta:


He had been apprenticed as a tanner before enlisting in the 1st Battalion of the British army’s 71st Regiment of Foot.



La frase que devuelve el traductor automático es ésta:

Había sido aprendiz de curtidor antes de alistarse en el 1er Batallón del 71º Regimiento del ejército británico contra la Fiebre Aftosa


Sucede porque, por alguna razón (¿acaso la mayúscula?), interpreta Foot (en este caso, "infantería") por foot and mouth (fiebre aftosa en inglés británico). Pero todo puede mejorar, porque si se pone en minúsculas la palabra foot, el resultado es éste:



Había sido aprendiz de curtidor antes de alistarse en el 1er Batallón del 71º Regimiento del ejército británico de los pies

El tipo de dato que suele disparar preguntas

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De acuerdo con su presentación, Gizmodo es un medio digital del grupo Gawker Media dedicado a explorar el papel de la ciencia y la tecnología en nuestra forma de vivir. Allí, en su versión en castellano (que se edita en España), entre otras cosas, está el presente artículo de Miguel Ángel Méndez, subido el 28 de mayo de 2015, que se reproduce a continuación. Para los incrédulos, vale la pena ver cuál es la proporción de hablantes del castellano país por país. Las mayores proporciones plantean este orden: México sigue siendo el país con mayor cantidad de hablantes de la lengua, seguido por Colombia, Argentina, España y Estados Unidos. Estos datos llevan nuevamente a preguntar por qué razón España se arroga el derecho de legislar sobre la lengua cuando sus hablantes, proporcionalmente, ocupan apenas un cuarto lugar en la escala.

Los idiomas que dominan el mundo
en una completa infografía

En el mundo hay unas 7.000 lenguas habladas de forma activa, pero solo 23 idiomas son los que dominan por completo en cientos de países. Estos 23 idiomas son hablados en total por más de 4.100 millones de personas, casi el 60% de la población total. Esta genial infografía ayuda a entender la importancia de cada idioma.

El gráfico, que puedes ver debajo al completo o aquí también en alta resolución, lo ha elaborado para el diario South China Morning Post (el principal periódico en inglés de Hong Kong) su jefe de infografías, el español Alberto Lucas.Ofrece una perspectiva muy interesante de los 23 principales idiomas en el mundo y qué países los hablan. El tamaño de cada región en la circunferencia hace referencia al número de población en el mundo que habla ese idioma y el color a la relación etimológica entre ellos.

En  el gráfico se puede ver, por ejemplo, la disparidad de países que hablan español como primera lengua, frente a la mayor uniformidad del inglés y aún más del chino. El inglés se habla en 110 países, pero solo en los 13 mostrados en la infografía es el principal idioma hablado en número de población. El chino se habla en total en 33 países y el español en 31. El inglés, pese a no ser el más hablado en el mundo, sigue siendo el idioma más estudiado con una enorme diferencia. 1.500 millones de personas en el mundo están aprendiendo este idioma, según Ethnologue languages of the world, frente a los 30 millones o 14,5 millones que están aprendiendo chino o español, respectivamente.


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